martes, 2 de marzo de 2010

El sistema se adapta a la enfermedad crónica - DiarioMedico.com


debate en la redacción de Diario Médico De izquierda a derecha: Ana Sánchez, Fernando Lamata, Jesús María Fernández, José Manuel Fontsaré, Gabriel Beláustegui y José María Juárez (de espaldas), durante el debate en la redacción de Diario Médico. (José Luis Pindado)

Diariomedico.com
ESPAÑA
MÁS PROTAGONISMO PARA LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
El sistema se adapta a la enfermedad crónica
Cada vez vivimos más y con mayor calidad de vida, un logro alcanzado por el sistema sanitario en las últimas décadas que lleva asociado un aumento progresivo de las enfermedades crónicas. Esta situación exige un Sistema Nacional de Salud flexible que ofrezca a estos pacientes la asistencia que requieren, garantizando la coordinación total de primaria y especializada con los servicios sociales y sin descuidar la sostenibilidad.


JOSÉ Mª JUÁREZ - Jueves, 11 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


llaves conceptuales:
1. El aumento de la esperanza de vida en España es un éxito del sistema que no está exento de problemas como la cronificación del paciente
2. Es necesario crear estrategias nacionales y contar con programas definidos que detallen los objetivos asistenciales al milímetro
3. Fernando Lamata: "La adaptación del sistema a los crónicos será una realidad en 2020 porque ya tenemos las soluciones a los problemas"


El aumento de la esperanza de vida en España es una muestra del éxito cosechado en las últimas décadas por el sistema sanitario. La edad media de supervivencia actual es de 78 años en los hombres y de 82 en las mujeres, según el Instituto Nacional de Estadística.

Un hecho que demuestra el buen hacer de los profesionales y los gestores sanitarios y que, por otro lado, no está exento de complicaciones asistenciales como la cronificación de los pacientes.Es una tendencia constatable en los últimos años que está provocando un cambio en la orientación del Sistema Nacional de Salud, en la gestión de los servicios sanitarios y en las labores desempeñadas por los médicos.

Son temas sobre los que Fernando Lamata, consejero de Salud y Bienestar Social de Castilla-La Mancha; Ana Sánchez, viceconsejera de Asistencia Sanitaria de Madrid; Jesús María Fernández, viceconsejero de Sanidad del País Vasco; José Manuel Fontsaré, director gerente de la Gerencia de Salud de Castilla y León, y Gabriel Beláustegui, director general de Gestión Asistencial de Sanitas, han debatido en la redacción de Diario Médico.

El encuentro, el segundo organizado sobre enfermos crónicos por DM en colaboración con Sanitas, ha puesto sobre la mesa cuestiones de conocida relevancia como la necesidad de dar más protagonismo a las nuevas tecnologías en la atención de estos enfermos, de favorecer un mayor autocuidado y una mayor autogestión de la patología, y de promover una coordinación total entre atención primaria, especializada y servicios sociales.

Además, se han comentado otras acciones imprescindibles para mejorar la situación actual menos conocidas como la necesidad de dar mayor protagonismo al primer nivel asistencial en la asistencia al crónico, la importancia de crear estrategias nacionales para mejorar el seguimiento de los enfermos y la relevancia de tener un programa definido, con los objetivos detallados al milímetro, antes de iniciar cualquier cambio estructural que pueda complicar la sostenibilidad del sistema sanitario.

Fernando Lamata ha planteado como ejemplo de lo que debe hacerse las medidas puestas en marcha en su comunidad para ofrecer una atención integral y adaptada a las necesidades de cada paciente. En Castilla-La Mancha "se ha optado por integrar la atención sanitaria y la social para hacer frente a los procesos crónicos propios del aumento de la esperanza de vida.

Teníamos experiencias previas en salud mental que ahora intentamos aplicar al resto de patologías con el plan 2011-2020, que se centra en tener todas las garantías de prevención, diagnóstico y tratamiento de las personas en cualquier etapa de la vida". Según Lamata, "la clave reside en aumentar la capacidad de autocuidado de la salud, la autogestión de la enfermedad y el uso responsable de los servicios sanitarios ofreciendo la información y la formación necesarias y situando las nuevas tecnologías y la atención primaria como piedras angulares".

Integración
En el mismo sentido, Ana Sánchez se ha mostrado partidaria de "integrar la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención sanitaria teniendo presente la sostenibilidad del sistema". La viceconsejera madrileña de Asistencia Sanitaria opina que "la orientación del sistema actual hacia las necesidades de los crónicos implica elevados costes en el corto plazo, por lo que hay que ser conscientes, a pesar de que la compensación es elevada transcurrido un tiempo, del desembolso que implica los primeros años en recursos humanos y materiales, en formación y en nuevas tecnologías para evitar situaciones que comprometan la viabilidad del sistema".

Resulta clave, en consecuencia, "tener claro el calado de las reformas y los objetivos que se persiguen, así como las patologías a las que se quiere dar prioridad, el papel que ha de desempeñar cada profesional y la posibilidad de poner en marcha estrategias nacionales".

Jesús María Fernández ha comentado que la necesidad de reestructurar el modelo sanitario es tan clara que "por eso es la primera de las prioridades en materia de salud del Gobierno Vasco". En su autonomía, un tercio de las personas mayores de 65 años padecen una enfermedad crónica, y otro tercio, dos o más patologías con esta característica.

Por eso, "una vez localizado el problema, hemos de discurrir la solución poniendo todo lo que tenemos en el asador, pues sabemos que el 50 por ciento de los enfermos crónicos no están recibiendo la asistencia excelente que requieren por sus condiciones".Los crónicos "son los principales vectores de gasto sanitario, pero no por su condición sino porque se les presta una atención inadecuada".

Es necesario "concretar programas asistenciales y adaptarlos a sus carencias, porque así mejoraremos su calidad de vida y reduciremos los costes".En el mismo sentido, José Manuel Fontsaré ha destacado la importancia del envejecimiento en la cronificación de los pacientes, "especialmente en regiones como Castilla y León". El servicio sanitario que se presta a los pacientes con alguna patología mental puede servir de espejo en el que fijarse para mejorar la atención de los crónicos, "pero con limitaciones, pues su abordaje es relativamente homogéneo, mientras que las necesidades de otros crónicos son muy diversas".

Al igual que Lamata, Fontsaré ha comentado que "atención primaria debe ser el eje de la asistencia y del control de los pacientes para limitar las derivaciones a especializada a las situaciones indispensables", aunque esta situación exige "una apuesta decidida por la gestión por procesos y el desarrollo de la historia clínica electrónica en todos los niveles". Esto "mejorará el continuo asistencial, evitará duplicidades en los servicios y reducirá la frecuentación de los pacientes".

Es la misma impresión que tiene Gabriel Beláustegui, para quien "las complicaciones en los modelos de gestión provocadas por los crónicos plantean la necesidad de redistribuir los recursos para optimizarlos garantizando el mejor servicio". Se trata de "dar una atención continuada que favorezca una población sana y capaz de cuidar de su salud que además tenga un acceso fácil a los centros sanitarios".

Experiencias previas
Beláustegui ha basado su opinión en la experiencia de países como Francia, Gran Bretaña y Alemania, "que muestran que es necesario liberar fondos hasta ahora dedicados a otras áreas para destinarlos a los crónicos". En estos momentos, "hay que hacer uso de todos los recursos disponibles, incluidos los privados, para contar con los equipos humanos y materiales más cualificados y conseguir que el paciente recupere la confianza en el sistema y no vaya a urgencias siempre que tenga un problema".

Este cambio requiere "una estructura más flexible en el SNS", ha comentado Beláustegui, reflexión compartida con Sánchez que Fontsaré ha desarrollado planteando que "los pacientes están acostumbrados a hacer lo que les parece, una actitud que tira por tierra nuestros cálculos y esfuerzos para diseñar los servicios". A su juicio, "el sistema tiene que evolucionar con las necesidades del enfermo, teniendo en cuenta la situación ideal para promover un sistema sanitario lo más cercano que sea posible a la excelencia".

Las autonomías, ha continuado Fontsaré, "estamos dando pasos en esta dirección con las guías de práctica clínica, los cuidados continuados en coordinación con la atención social y, como comentaba antes, la gestión por procesos, pero todavía nos queda mucho por hacer, porque los hospitales todavía están pensados para los enfermos agudos".

Es necesario "cambiar la forma de trabajar con un gestor de procesos que mantenga informado al paciente de cada paso que se da para mejorar su salud y que haga lo necesario para que los enfermos recuperen la confianza que antaño tuvieron en los médicos del primer nivel asistencial".

Fernández ha coincidido con los planteamientos defendidos por Fontsaré, y anteriormente por Lamata y Sánchez, en relación con primaria, pero ha llamado la atención sobre la sobrecarga de trabajo que podría suponer para los profesionales del primer nivel: "En el País Vasco hemos realizado un estudio sobre el aumento de la presión asistencial que pueden suponer los crónicos para primaria, y hemos visto que al principio la inversión en horas de consulta será importante -diez diarias-, que se reducirían hasta cuatro una vez controlados los pacientes".

Esta situación "es razonable y asumible siempre que se priorice la asistencia en función de los riesgos de la población y se tenga capacidad para modificar las estrategias del SNS y combinar sus acciones", ha señalado Fernández.

Este cambio, ha continuado el viceconsejero vasco, "junto con la promoción de acciones innovadoras en la gestión como los sistemas de atención centralizada, se antoja clave para garantizar la financiación de la asistencia" y, como ha planteado Lamata, "para favorecer las sinergias, la autonomía de gestión y la incorporación al sistema de las ideas útiles que puedan aportar los profesionales".Según el consejero castellanomanchego, "es importante que los sanitarios aporten sus ocurrencias y que las administraciones seamos capaces de ofrecer soporte logístico y tecnológico".

Sólo así "seremos capaces de afrontar un hecho irrefutable, el que plantea que cuanto más invirtamos en salud, más años viviremos y más problemas crónicos tendremos que afrontar".El inconveniente surge, según Beláustegui, "en la arcaica estructura que encorseta el uso de las nuevas tecnologías", situación que requiere más flexibilidad, como ha comentado Lamata, y que no debe frenar la personalización en el abordaje de los pacientes.

¿CUÁNDO SERÁ REAL LA ADECUACIÓN?
La aplicación en el SNS de las propuestas planteadas por los asistentes al debate favorecerá la reducción de los pacientes crónicos pluripatológicos que, como ha planteado Ana Sánchez, "necesitan una asistencia especialmente coordinada". Hasta que se haga realidad "que los enfermos sean los mayores expertos en sus dolencias", ha comentado Jesús María Fernández, lo más razonable al parecer de Fernando Lamata es "planificar la asistencia de manera que englobe todas las etapas de la vida y contemple las afecciones más habituales". La adaptación del sistema a los crónicos ya ha empezado. Atención primaria, las nuevas tecnologías, la flexibilidad del sistema y el aumento del protagonismo del profesional en la gestión parecen ser las claves para que el sistema salga airoso de esta prueba. ¿Cuándo será una realidad la adaptación? Mientras algunos como Fernández creen que no es posible saberlo "porque la evolución es constante", otros como Lamata fijan el momento en 2020 "porque ya tenemos las soluciones al problema".

CONCLUSIONES

Primaria

Junto con las nuevas tecnologías, debe desempeñar un papel protagonista en el control de los crónicos. Ha de coordinarse con la atención especializada y los servicios sociales para evitar cualquier tipo de duplicidad asistencial.

Flexibilidad
La rigidez estructural del sistema sanitario dificulta su adaptación a los crónicos. Es necesario flexibilizar su modelo de gestión para moldear las estrategias en función de las necesidades de sanitarios y pacientes.

Profesionales
Su labor asistencial es básica para el buen funcionamiento del sistema, pero también sus aportaciones en la gestión para innovar y acelerar la aplicación de nuevos modelos con los que optimizar los recursos.

Sostenibilidad
Los cambios en el sistema sanitario resultan necesarios para dar respuesta a la demanda sanitaria de la sociedad, pero deben medirse al milímetro para no poner en peligro la viabilidad económica del modelo.

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