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PUBLICAN UNA GUÍA CON LOS PASOS A SEGUIR
Contar la violencia a médicos para prevenirla

El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha publicado una guía de actuación para prevenir las agresiones a los sanitarios y, en el caso de que se produzcan, orientarles sobre los pasos que deben seguir. La violencia a la que están expuestos los facultativos es un tema de preocupación de los colegios de médicos, que ahora unen esfuerzos por contabilizar este fenómeno y así ponerle freno. La OMC ha anunciado la creación de un Observatorio de Agresiones y el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos lleva meses trabajando en el suyo.

Soledad Valle - Miércoles, 14 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. El próximo viernes en el Congreso de la Profesión Médica de la OMC se abordará la creación del Observatorio de Agresiones
2. Las agresiones se están incrementando y no sólo los casos concretos, sino también está creciendo el ámbiente de agresividad

Las agresiones a médicos son un problema creciente que hay que atajar. Esta es la percepción que comparten prácticamente todos los colegios de médicos, pero que no viene respaldada por las cifras porque no existen datos globales de estos delitos. El estudio más referido es el realizado por el Colegio de Médicos de Barcelona que indica que un tercio del personal sanitario de lta provincia ha sufrido algún tipo de agresión. Es un trabajo de 2004.

La mayoría de los colegios de médicos tienen su propio registro de agresiones, pero todos coinciden en señalar que se ponen en conocimiento menos de las que se producen. "Lo que estamos viendo es sólo la punta del iceberg", señala Manuel Muñoz García de la Pastora, presidente del Colegio de Médicos de Ávila y uno de los autores de la guía sobre agresiones que ha presentado el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Junto al documento el Consejo ha anunciado la creación de un Observatorio de Agresiones, para elaborar una información certera sobre este fenómeno. "Es necesario conocer los datos, saber dónde y por qué se producen las agresiones para que la labor de prevención sea más efectiva", apunta Muñoz García de la Pastora. Pasado mañana, dentro del Congreso de la Profesión Médica que organiza la OMC, se abordará la creación del Observatorio de Agresiones.

Antes de esta iniciativa del Consejo ha habido importantes actuaciones de colegios provinciales para prevenir las agresiones. Gustavo Tolchinsky, miembro de la junta del Colegio de Médicos de Barcelona, relata su experiencia: "En 2004 incentivamos la creación de protocolos de agresiones en cada centro de atención sanitaria y creemos que han dado resultado. Hemos pasado de recibir unas cien notificaciones al año de este tipo de delitos hasta llegar a menos de 30 en 2009". El facultativo catalán cree que no existe una solución única para prevenir esta violencia, "pues es determinante el entorno social de cada centro, que es muy distinto y, por tanto, los métodos de prevención también tienen que ser muy distintos". La consigna más oída en estos casos es tolerancia cero ante las agresiones tanto verbales como físicas, y la necesidad de que el facultativo ponga en conocimiento del colegio de médicos de su provincia estos delitos. En las instituciones provinciales se da apoyo legal al médico, y en algunos centros, psicológico. Pero son pocos los facultativos que denuncian estas situaciones ante los tribunales.

En el Colegio de Médicos de Málaga se notificaron 40 casos de agresiones a médicos en 2009. Sólo la mitad terminó en los juzgados. "Denunciar una agresión siempre es un largo e incómodo proceso y el médico cuando se plantea ir por la vía jurídica debe estar cargado de razones, lo que no quiere decir que no se deba reclamar judicialmente", sentencia Tolchinsky. Lo cierto es que en las denuncias de agresiones, el médico tiene unas probabilidades muy altas de salir victorioso, según afirman desde el Colegio de Málaga. Y más ahora que la doctrina jurídica equipara las agresiones a facultativos con un atentado a la autoridad pública, lo que ha endurecido las penas para los agresores (ver DM del 4-XII-2009). Pero estas victorias son pírricas a los ojos de los expertos, que ponen el acento en la necesidad de prevenir esos casos, "de que se reduzcan, no de que se judicialicen", resalta Tolchinsky.

El primer observatorio de agresiones que se ha creado en el ámbito colegial ha sido puesto en marcha por el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos hace unos meses. José Miguel Pena, presidente del Observatorio, señala el objetivo cuantificador de esta institución: "Una de nuestras primeras metas es realizar una encuesta de agresiones. Hasta este momento existen datos de sindicatos, Administración y colegios que contabilizan la violencia a facultativos, pero no hay información global". Para esta labor, Pena ha buscado asesoría en la British Medical Association. Están empezando y cuentan con pocas certezas todaví; aun así, señala que "las agresiones a médicos se están incrementando, y no sólo los casos concretos, sino el ambiente de agresividad que rodea al facultativo".

El esfuerzo por medir la magnitud del problema y poner cifras a lo que, hasta ahora, son datos deslavazados se está compaginando con una labor preventiva.

Además, es una problemática en la que también se está implicando la Administración, si bien Muñoz puntualiza: "A veces la Administración es parte del problema [responsable de que los recursos humanos y materiales sean suficientes o no, por ejemplo], así que creemos que el facultativo se puede ver más defendido por otros facultativos en este tema".


SEGURIDAD

La Consejería de Sanidad de Galicia ha anunciado su intención de crear un Observatorio de Violencia Sanitaria, tras el episodio de violencia que sufrió una médico residente de salud de Cambre (La Coruña) cuando realizaba una guardia en la madrugada del 28 de marzo. La facultativa, que está embarazada, ha presentado una denuncia por la agresión que recibió al atender a una joven con síntomas de embriaguez. Además, la médico ha subrayado la indefensión del personal sanitario ante este tipo de casos y ha reclamado la presencia al menos por la noche de un vigilante de seguridad. "En mis primeras guardias hace tres años había personal de seguridad y el simple hecho de que estuvieran allí hacía que las personas se comportaran de forma diferente".