martes, 6 de abril de 2010

La teoría de los hechos antagónicos o la vanidad en atención primaria - DiarioMedico.com


Asensio López

Diariomedico.com
ESPAÑA
DIÁLOGOS DESDE PRIMARIA
La teoría de los hechos antagónicos o la vanidad en atención primaria
Asensio López analiza los movimientos tendentes a una unión de las tres sociedades de atención primaria y los egos que salen a relucir cada vez que se baraja un acuerdo. ¿Realmente cambiarán tanto las cosas si se produce la mitificada unificación?


Asensio López - Martes, 6 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Por favor, ¡que ninguno de los protagonistas vuelva a realizar declaraciones, salvo para ofrecernos resultados!
2. Hay actores que tienen como único interés demostrar que son los auténtico valedor de la unión de la atención primaria y que las otras partes tienen que seguir su estela
3. ¿Tanto va a cambiar la atención primaria española cuando, por fin, se unan las tres sociedades? ¿No será que estamos creando una maravillosa fantasía?

Cualidad de vano; falto de realidad, sustancia o entidad; dicho de un fruto de cáscara cuya semilla interior está seca o podrida. Estas son algunas de las acepciones, las principales acepciones, que del término vanidad describe el diccionario de la Real Academia Española. Ahora que hemos establecido la definición, les propongo un sencillo acertijo: ¿Seguro que averiguan de qué asunto y de qué personas estoy escribiendo? Bueno, creo que es mejor no seguir por este camino de la quiromancia, pues resultará un tanto presuntuoso por mi parte asegurar que estoy en condiciones de entrar en sus pensamientos. Por tanto, retiro el acertijo. Pero no me resisto a seguir comentando esta cuestión, nos vamos a olvidar de de las posibles personas implicadas y nos vamos a centrar en el asunto.

Pues, en efecto, de lo que hablamos es de la tan llevada y traída alianza, o fusión, o integración, o encuentro, o morada, o como cada uno guste denominar... de la atención primaria. Bueno, escribiendo con mayor propiedad, de las sociedades científicas de atención primaria. Y traemos a cuento el término vanidad por una cuestión que seguro que no se les escapa.

Llevamos mucho tiempo, demasiado tiempo, oyendo hablar, proponer y apostar, a diferentes actores (tanto a los actores principales como a otros de reparto) por la necesaria, la imprescindible unión de la atención primaria. Y llama poderosamente la atención que cada uno de estos actores, especialmente alguno de ellos, no puede esconder su deseo de convertirse en el protagonista absoluto de la escena, representando el papel de aquel que se siente en posesión de la verdad absoluta. Y, lo que resulta más escandalosamente vanidoso, es que en la mayoría de las ocasiones se desprende ese tufillo tan particular, propio del actor que tiene como único interés demostrar que él es el auténtico valedor de la unión de la atención primaria y, las otras partes tienen que seguir su estela o estarán demostrando su falta de interés. En fin, que uno se cansa ya de tanto juego fatuo.

Me voy a permitir dos consideraciones. Una primera conceptual: ¿de verdad tanto va a cambiar la atención primaria española cuando, por fin, se unan las tres sociedades de primaria? ¿No será que estamos creando una maravillosa fantasía que nos sirve para encontrar consuelo y evitar enfrentarnos a algunos de los aspectos más dolorosos de nuestra realidad? Mi respuesta es clara al respecto. Estamos magnificando este asunto. En cualquier caso, estoy seguro de que en el balance global, esta futura unión tendrá ventajas claras, eso sí, serán ventajas pequeñitas. Pues creo que serán unas ventajas provenientes de cuestiones marginales. Porque sin duda, los equipos directivos de las sociedades dejarán de gastar energías, pues ya no tendrán que mirar de reojo qué hacen los otros; también, considero que muy probablemente, será posible invertir mejor (por ejemplo en investigación en atención primaria) los recursos que destina la industria farmacéutica, siempre que no decida destinarlos a otros colectivos; e incluso, tal vez se consiga transmitir un mensaje único a los interlocutores con capacidad de influir, intentando que entiendan de una vez la importancia que tiene para un sistema sanitario público invertir en atención primaria. En resumen, no está mal: aunque sólo sea por algunas de estas cuestiones, merece emprender el viaje.

La segunda consideración es de naturaleza práctica. Va dirigida a observar el compromiso real de los actores. Para ello propongo que nos apliquemos la teoría de los hechos antagónicos. De tal manera que a partir de ahora procedamos a interpretar las declaraciones públicas de nuestros actores justo en el sentido opuesto a su contenido literal. Que mucho afirman y perjuran sobre su voluntad para unirse, pues pongamos en cuarentena sus voluntades. Que ofrecen encuentros y comilonas para buscar acuerdos, pues sospechemos de sus verdaderas intenciones. En definitiva, que aquellos que realmente quieran trabajar para encontrar un acuerdo, que lo hagan en silencio y sin ostentación, pues cuando vengan con soluciones concretas, ya les atenderemos.

Y por favor, ¡que ninguno de los protagonistas vuelva a realizar declaraciones, salvo para ofrecernos resultados! Ya estamos un poco agotados de tanto soportar las presunciones de unos y de otros. Entre unos cuantos que buscan ponerse medallas ajenas, otros pocos que se gustan haciendo de celestinas y la dificultad de otros tantos en contener su ego, nos tienen aburridos.

Un ruego final: que gobierne el silencio hasta el día que despierten los hechos.

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