martes, 11 de mayo de 2010

En España hay 9,5 consultas médicas anuales por habitante, un 50 por ciento más que en Francia y el doble que en el Reino Unido


EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
En España hay 9,5 consultas médicas anuales por habitante, un 50 por ciento más que en Francia y el doble que en el Reino Unido

Redacción

La Fundación de Ciencias de la Salud, bajo el auspicio de la Consejería de Sanidad valenciana, ha organizado el XI Ateneo de Bioética, bajo el título ‘Ética de las Instituciones Sanitarias’



Valencia (12-5-2010).- La crisis económica ha incrementado la sensibilidad general en torno a los problemas financieros y a la ética de las empresas, organizaciones e instituciones, tanto privadas como públicas. El asunto es particularmente crítico en el área de la Sanidad, cada vez más atosigada por el incremento de los costes y la escasez de recursos económicos. “Los profesionales sanitarios se encuentran con frecuencia en situaciones muy incómodas, al tener que compaginar el mayor beneficio de sus pacientes con las normas de contención del gasto”, ha apuntado Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, durante el XI Ateneo de Bioética, celebrado en Valencia

Con el objetivo de plantear los principales problemas que se dan en este ámbito, la Fundación, bajo el auspicio de la Consejeríalleria de Sanidad de la Generalitat valenciana, ha organizado este acto, que supone la presentación de la Fundación en la Comunidad Valenciana, bajo el título ‘Ética de las Instituciones Sanitarias’.

Celebrado en el Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP), la apertura del XI Ateneo de Bioética ha corrido a cargo de Pilar Ripoll, directora general de Calidad y Atención al Paciente, y de su clausura se ha encargado Alfonso Bataller, subsecretario de Sanidad.

“Solemos limitar el ámbito de la ética a los actos humanos, cuando las organizaciones también toman parte importante en ella”, explica el profesor Gracia. En este sentido, “hoy en día es muy frecuente ver cómo las empresas, públicas y privadas, intentan inculcar sus valores institucionales a toda la plantilla y darlos a conocer a la población general”, añade.

En la jornada se han tratado los principales problemas que pueden plantearse en la gestión de cualquier institución sanitaria, desde proveedores de materiales o servicios hasta hospitales. “Se trata de actuaciones que suelen estar por encima de las propias decisiones de los profesionales sanitarios, porque afectan a toda una estructura orgánica”.

El acto ha estado compuesto por dos mesas redondas: una primera muy general y otra más aplicada. Con ambas se ha querido demostrar, entre otras cosas, que la economía y la ética tienen mucho más que ver entre sí de lo que pudiera parecer a primera vista.

En general, “los problemas éticos con los que suelen enfrentarse los médicos en las instituciones sanitarias se deben a que los recursos son cada vez más escasos, mientras que las necesidades de salud de los ciudadanos van en aumento”, señala el experto. Esto plantea conflictos muy serios entre los profesionales. “Los médicos también se suelen quejar de que no se les tiene en cuenta a la hora de planificar las líneas generales de actuación de las instituciones en las que trabajan”.

Ciertos criterios de racionamiento dificultan la buena práctica clínica

Los recursos siempre son escasos, pero más aún en situaciones de crisis económica. “El médico tiene la obligación de hacer todo lo que pueda por sus pacientes, aunque su práctica clínica puede chocar con ciertos criterios de racionamiento que se la dificulten, y muy especialmente en el ámbito de la prescripción de medicamentos”, apunta el profesor Gracia.

Es lo que se llama en Ética la doble agencia, pues “el médico es simultáneamente agente del paciente y agente de recursos, y en sus decisiones tiene que casar esas dos funciones, algo que no es nada fácil”, comenta. “Es cierto que en el SNS se gasta muchísimo en productos de dudosa eficacia, pero esto es algo que sólo puede solucionarse con la formación de los profesionales”, añade.

Según el profesor Vicente Ortún, director del Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, “España tiene un buen sistema sanitario, pero con mal pronóstico salvo que se enderecen algunas tendencias”. A este respecto, el experto ha hecho alusión a un “cierto deterioro institucional”, que “sólo podría revertirse con una mejor política”, añade. “La preocupación por el buen gobierno, entendido como las tradiciones e instituciones que determinan cómo se ejerce la autoridad en un país, obedece a la conveniencia de consolidar el estado del bienestar, al mismo tiempo que mejora la productividad de la economía”, explica.

“Tanto las carreras individuales como la trayectoria de las organizaciones deberían depender de los resultados que ofrezcan en términos de salud”, señala el profesor Ortún. “Una utilización desbocada del sistema sanitario y una oferta esclerótica, con poca capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes, reflejan el deterioro institucional” de que habla el experto.

Sirva como indicativo la cifra de 9,5 consultas médicas anuales por habitante, un 50 por ciento más que en Francia y el doble que en Reino Unido. “Preocupa que se visualice la frecuentación como algo exógeno sobre lo que no se puede influir”, comenta. “Las visitas en AP constituyen una variable endógena siempre que exista una mínima capacidad de organizarse y distribuir tareas”.

Según el profesor Ortún, “con una mejor política habrá una mejor gestión pública, incluida la sanitaria, pero difícilmente será esto posible si no se acaba antes con la financiación irregular de los partidos políticos y se les dota de mayor democracia interna”.

Según datos del experto, España sólo está mejor situada que Italia y Grecia en este ámbito. Una mejora de la Ley Electoral y una nueva normativa de los medios públicos de comunicación son otras medidas que propone para mejorar la situación de nuestro país.

Por su parte, para evitar que el gasto sanitario siga creciendo de manera desproporcionada, el experto propone “ir configurando la cartera de servicios de manera que la cantidad y la calidad de vida que éstos produzcan justifiquen lo que cuestan”.

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