jueves, 6 de mayo de 2010

Riesgo de infección asociado a perforaciones en guantes de cirugía



Cirugía
Riesgo de infección asociado a perforaciones en guantes de cirugía
Condensado por Tamara Andrea Peña, Abril 2010


Los guantes médicos crean una barrera de protección entre los pacientes y los profesionales a cargo del cuidado de la salud. Su mal estado o ruptura abre una peligrosa puerta a la transmisión de infecciones nosocomiales. Se enumeran las medidas preventivas para el uso satisfactorio de los guantes.





Los agujeros y las perforaciones producidas en los guantes durante los procedimientos de atención a pacientes y las cirugías incrementan el riesgo de transmisión de infecciones entre pacientes y personal médico, especialmente durante el acto quirúrgico. La transmisión de enfermedades como VIH o hepatitis B y C figuran como un asunto de permanente preocupación entre estos y las entidades reguladoras del tema.

Distintos estudios reconocen el hecho de que a pesar del estricto seguimiento de medidas sanitarias tendientes a cumplir con condiciones de esterilidad y protección, tanto de pacientes como de los profesionales de la salud, existe siempre la posibilidad de algún tipo de contaminación por contacto con piel, sangre, fluidos corporales o sustancias químicas, debido al estado defectuoso o daños producidos en los equipamientos para protección.

Los guantes, uno de los suministros más comunes usados para este fin, registran una tasa alta de perforación o ruptura durante tratamientos médicos, en especial en el curso de intervenciones quirúrgicas [1-4]. Ellos actúan como una barrera de protección entre los pacientes y el personal de salud, y una vez esa barrera se rompe, el paso de agentes patógenos en ambos sentidos queda abierto. Esto significa que tanto los pacientes como el personal de salud quedan expuestos al contagio de enfermedades.

Heidi Misteli y otros investigadores, del Hospital Universitario Basel, en Suiza, identificaron que el 4,5% de los procedimientos se asocian con infecciones producidas en ambientes quirúrgicos (SSI, por sus siglas en inglés) [1].

Por otra parte, Soldá y colaboradores, en Brasil, en una investigación realizada para averiguar la incidencia de la perforación de guantes en el Servicio de Emergencias del Departamento de Cirugía de la Escuela de Ciencias Médicas de Santa Casa de Sao Paulo, encontraron perforaciones en 16,3% de los guantes utilizados en procedimientos médicos, de las cuales un 33% ocurrieron durante intervenciones quirúrgicas de emergencia [2].

La inmediata y rápida intervención en estas situaciones aumenta en forma considerable la posibilidad de daño de los guantes por perforación con agujas, huesos fracturados o superficies afiladas de otros instrumentos quirúrgicos. Además de los servicios médicos de emergencia, otras áreas donde la perforación de guantes es alta son las salas de cirugía general, ortopédica y plástica.

Entre otros resultados arrojados por el estudio en Brasil, se encontró que en procedimientos de emergencia tanto traumática como no traumática, el porcentaje de perforación era mayor en los guantes usados por los cirujanos; en segundo lugar, los utilizados por el primer asistente, y en seguida, por el segundo. Sin embargo, estos resultados se asociaron al hecho de que el estudio se realizó en un hospital universitario, en donde el cirujano por lo general es un médico residente. Es importante resaltar que justamente esta circunstancia puede incrementar las infecciones en el medio quirúrgico, debido a que el cirujano en los hospitales universitarios aún se encuentra en proceso de instrucción médica, y a veces desatiende las medidas de precaución, en su afán por realizar procedimientos invasivos.

Para contrarrestar el riesgo de contaminación por perforación o ruptura de guantes, se recomienda la adopción de varias medidas. En el estudio adelantado por Misteli, el uso de profilaxis antimicrobiana en pacientes demostró resultados positivos en la prevención de este tipo de infecciones. Cuando no se usó esta profilaxis, las probabilidades de infección fueron significativamente mayores en el grupo de procedimientos realizados con guantes perforados. En contraste, disminuyó en intervenciones en las cuales los guantes estaban perforados, pero se hizo uso de profilaxis antimicrobiana. La investigación hace una salvedad, sin embargo: recomienda la adopción de esta medida solo en circunstancias en las cuales no se aplican otras para prevenir o contrarrestar la perforación de guantes. La advertencia tiene que ver con costos asociados, reacciones adversas a las drogas o un aumento en la resistencia bacteriana.

Por esta razón, se promueve el uso de dos pares de guantes al mismo tiempo. En estudios en los cuales se encontraron perforaciones cuando el profesional de la salud llevaba puestos dos pares de guantes, estas se detectaron en su mayoría solo en el par de guantes externos, lo cual demuestra la eficacia de esta medida.

También se recomienda cambiar de guantes después de un lapso de tiempo determinado durante procedimientos médicos prolongados, en especial cirugías. La frecuencia de perforación aumenta de 8 a 50% en procedimientos quirúrgicos que duran más de dos horas. Caillot et al. demostraron, por su parte, que 96% de las perforaciones en guantes ocurridas durante cirugías no fueron detectadas por el cirujano, lo que incentiva la adopción de esta práctica [3].

Estas medidas preventivas hacen parte de otras normas para aseguramiento de las condiciones de esterilidad y uso satisfactorio de los guantes:

º El empleo de guantes, por ejemplo, no exime del lavado de las manos antes y después del contacto con el paciente.

º Durante los procedimientos quirúrgicos o de cuidado de pacientes, los instrumentos para incisión y corte no deben ser entregados mano a mano, sino en una bandeja.

º Las agujas deben cortarse antes de realizar los nudos, y los vendajes deben arrojarse en recipientes adecuados.

º El personal de salud debe contar con suficiente equipamiento de protección a la mano y en todo momento en que sea necesario.

º Los guantes sintéticos o hechos de una combinación de caucho natural y sintético deben ser evaluados en cuanto a los niveles de seguridad que ofrecen profilaxis, y han de estar libres de contaminantes. Aquellos elaborados de látex deben ser sometidos a procesos tendientes a reducir la presencia de proteínas, con el fin de evitar reacciones alérgicas.

VR Henz y colaboradores detectaron perforaciones en 16% de los guantes analizados en una prueba adelantada con un aparato electrónico, para evaluar la integridad de los guantes. De estas perforaciones, 89% no fueron percibidas por el usuario, y en 28% de los casos hubo contacto de la piel con la sangre del paciente. Más interesante aún fue el hallazgo de porosidades de tamaño suficiente para permitir el contacto con la piel en el 43% de los guantes defectuosos [4].

Referencias

1. Misteli H, Weber W, Reck S, et al. Surgical Glove Perforation and the Risk of Surgical Site Infection. Arch Surg, 2009; 144 (6): 553-558.

2. Soldá S, Assef J, Parreira J, et al. Undetected perforations of surgical gloves during emergency procedures. Rev Assoc Med Bras, 2009; 55 (5).

3. Caillot JL, Cote C, Abidi H, Fabry J. Electronic evaluation of the value of double gloving. Br J Surg, 2000; 87: 1116-9.

4. Hentz VR, Stephanides M, Boraldi A, et al. Surgeon-patient barrier efficiency monitor with an electronic device in three surgical settings. World J Surg, 2000; 25: 1101-8.
http://www.elhospital.com/eh/secciones/EH/ES/MAIN/IN/ARTICULOS/doc_77320_HTML.html?idDocumento=77320

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