viernes, 4 de junio de 2010

Hacer menos por menos, he ahí la clave para la solución a la variabilidad


Eloy Jiménez, Salvador Peiró, Santiago Rabanal y Francesc Cots.

Diariomedico.com
ESPAÑA
HAY QUE EVITAR QUE EL AHORRO DE COSTES LLEVE A UN AUMENTO DE LA ACTIVIDAD EN CONTRAPARTIDA
Hacer menos por menos, he ahí la clave para la solución a la variabilidad
Al estilo de los supermercados, los sistemas sanitarios tienden a aprovechar las ofertas de 2x1. Se trata de un efecto perverso de la eficiencia: si se logra abaratar el coste de la actividad, ésta crece, lo que convierte la gestión en un círculo vicioso. La cuestión se ha planteado en las X Jornadas de Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios de Mallorca.


Rosalía Sierra. Mallorca - Viernes, 4 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


"¿Existe variabilidad en los costes entre los centros?", ha preguntado Salvador Peiró, jefe del Área de Investigación en Servicios de Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Comunidad Valenciana, a los ponentes de la mesa que ha moderado en las X Jornadas de Gestión y Evaluación de Costes Sanitarios que la Fundación Signo está celebrando en Palma de Mallorca. La respuesta es clara y casi unánime: sí, existe. Aunque con matices.

El coste per cápita varía entre autonomías hasta un 60 por ciento. A partir de ahí puede variar hasta un 80 por ciento en la Comunidad Valenciana

Eloy Jiménez, director general de Recursos Económicos de la Consejería de Sanidad valenciana, considera que existen cuatro tipos, dos de dimensión macro -entre los costes asistenciales de poblaciones amplias, tanto comunidades autónomas como áreas de salud dentro de una misma región- y dos en el ámbito micro -de costes medios entre hospitales y dentro de un mismo centro-. A modo de ejemplo ha citado "el que puede ser el origen de la variabilidad: el gasto medio per cápita varía entre comunidades autónomas hasta un 60 por ciento". A partir de ahí, siguen las diferencias: "El coste real puede variar hasta un 80 por ciento dentro de los departamentos de la Comunidad Valenciana", y ha puesto como paradigma de eficiencia las cinco concesiones administrativas que operan en su región, donde "el coste de la asistencia es, de media, un 74 por ciento del de los departamentos de gestión tradicional".

Por su parte, Francesc Cots, jefe de la Unidad de Evaluación de Servicios Sanitarios del Servicio de Evaluación y Epidemiología del Hospital del Mar, en Barcelona, discrepa en un punto: "Sí son ciertas las diferencias en los niveles macro y micro, pero no en el meso, ya que el conocimiento fluye cada vez más entre los hospitales, lo que les lleva a tener patrones similares".

Razones y salidas varias
La experiencia, no obstante, dice que no, al menos la de Santiago Rabanal, gerente del Hospital de Galdácano, en Vizcaya: "Dentro del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, el coste por grupo relacionado de diagnóstico varía hasta un 20 por ciento entre hospitales e incluso dentro del mismo centro".

Las infecciones nosocomiales generan hasta el 23 por ciento del gasto total de un centro, lo que sugiere que arreglar los errores propios sale caro

Puesta sobre la mesa la evidencia de que existe variabilidad, Peiró pregunta por qué, y las razones expuestas son múltiples. Rabanal, por ejemplo, apunta a "la incultura de la evaluación. Cada servicio tiene una inercia, una forma de trabajar, y no se para a pensar que quizá las cosas pueden hacerse mejor". No obstante, no basta con mirar al de al lado para aprender, dado que "no hay nada más ineficiente que hacer eficientemente algo innecesario. De nada sirve que controlemos los costes si este ahorro se traduce en más actividad no indicada", a lo que Cots matiza que "para que un hospital mejore, debe hacer menos de manera más adecuada". A este respecto, cita el caso de los efectos adversos: "Sólo las infecciones nosocomiales generan hasta el 23 por ciento del gasto total de un centro. Generamos más daño del que pensamos, y gastamos mucho dinero en arreglar nuestros errores".

Ahora bien, ¿cómo abordamos el problema? A falta de una fórmula mágica, vayan por delante tres consejos. En primer lugar, "certificar la calidad de los procesos ayuda a estandarizar la forma de trabajar, lo que reduce los costes y la variabilidad", apunta Rabanal. Por otra parte, "la financiación per cápita incentiva a los gestores a ser eficientes, y la centralización de las compras produce unos resultados espectaculares", sugiere Jiménez. Y, por último, "protocolizar reduce costes. Hay que responsabilizar a los profesionales de los procesos y su gestión y forjar una cultura de la seguridad: muchos gastos se ahorrarían si nos lavásemos las manos".

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