martes, 1 de junio de 2010

La mejora en el diagnóstico del cáncer une a radiólogos y médicos nucleares :: EL MÉDICO INTERACTIVO :: ESPAÑA

EL MÉDICO INTERACTIVO :: ESPAÑA
La mejora en el diagnóstico del cáncer une a radiólogos y médicos nucleares

Redacción

“Hacía mucho tiempo que ambas especialidades no nos juntábamos. En esta ocasión el motivo es estudiar el PET-TC como nueva herramienta diagnóstica”, explica Eduardo Fraile, vicepresidente de la SERAM, que ha añadido que “se trata de una fusión entre el PET y el TC que combina los aspectos positivos de ambas”



La Coruña (1-6-10).- El diagnóstico de una enfermedad o la planificación de una intervención quirúrgica dependen a menudo de la información que pueda extraerse de una imagen radiológica. Los datos que ofrecen muchas de ellas, sin embargo, pueden no ser suficientes. La imagen multimodal o imagen híbrida persigue la excelencia en diagnostico por imagen. Es decir, fusionar las ventajas del PET (Tomografía por Emisión de Positrones) y del TC (Tomografía Computerizada), las dos pruebas radiológicas ‘reinas’ a día de hoy.

A este respecto, en el marco del XXX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) celebrado en La Coruña, ha tenido un simposio en el que radiólogos y médicos nucleares han abordado conjuntamente cuestiones relacionadas con la imagen multimodal. “Hacía mucho tiempo que ambas especialidades no nos juntábamos. En esta ocasión el motivo es estudiar el PET-TC como nueva herramienta diagnóstica”, explica Eduardo Fraile, vicepresidente de la SERAM. “Se trata de una fusión entre el PET y el TC que combina los aspectos positivos de ambas: la buena resolución de la imagen que proporciona el TC, y la caracterización de la lesión que facilita el PET.”

Así pues, mediante esta nueva herramienta de imagen multimodal, se minimizan las carencias de éstas: en el PET, relacionadas con la resolución de la imagen, y en el TC con la caracterización de la lesión. “Con el PET-TC resulta más sencillo determinar la benignidad o malignidad de la lesión”, apunta Fraile.

Este simposio aborda desde una doble perspectiva (Radiología Médica y Medicina Nuclear) aspectos relacionados con la imagen multimodal –en concreto PET-TC- tales como la manera de utilizar esta herramienta por parte de las dos especialidades, la necesidad de programas de formación conjuntos (los radiólogos necesitan incidir en PET y los nucleares en TC), cuál es el protocolo de trabajo conjunto a realizar así como qué va a pasar cuando se generalicen las herramientas de imagen multimodal.

En cuanto al tipo de patologías cuyo diagnóstico podría mejorar gracias al PET-TC, “sobre todo oncológicas, se consigue una mejor detección y caracterización de las lesiones tumorales y de su extensión”. De esta forma, “mejora el estudio de la diseminación de este tipo de lesiones, así como la elección del tratamiento más adecuado del tratamiento”.

Aunque también existen limitaciones. En este aspecto, según el experto “son sobre todo tecnológicas. Se trata de aparatos caros y complejos que, de momento, sólo pueden permitirse algunos hospitales”. Otra limitación es “la corta vida que tiene la sustancia que se usa en el PET (glucosa marcada con un isótopo). No puede pasar mucho tiempo desde que se fabrica hasta que se inyecta en el paciente”, apostilla el vicepresidente de la SERAM.

No obstante esta clase de avances en lo que a diagnóstico por imagen se refiere (también está a punto de salir al mercado para el uso clínico diario, una herramienta que combina la Resonancia Magnética con el PET), acercan más al mundo médico, sobre todo al de la radiología médica, a uno de sus objetivos prioritarios: intentar caracterizar mejor las lesiones, especialmente las oncológicas, y mejorar la información funcional sobre las mismas”.

Embarazos portadores de anomalías
En otro orden de cosas, "entre el tres y el seis por ciento de los embarazos son portadores de anomalías”. Así lo afirma la doctora Luisa Ceres, del Hospital Materno-Infantil Carlos Haya de Málaga. La experta ha impartido una charla titulada “La búsqueda de malformaciones en el diagnóstico prenatal: ecografía” en el marco del XXX Congreso Nacional de la SERAM.

“La ecografía de la vigésima semana ha consolidado al feto como paciente. Ésta está orientada a la búsqueda de malformaciones congénitas, identificación de trastornos transitorios y valoración de la hemodinámica fetal”, explica la experta. Así pues, “esta prueba está orientada a su estudio completo, así como el estado del medio en el que se encuentra, para ello la exploración requiere de una sistemática rigurosa, siempre la misma, para no olvidar ningún órgano o estructura importante”, añade.

En este sentido, “las malformaciones prenatales más frecuentes son a nivel renal, sobre todo dilataciones del aparato urinario (que pueden afectar al correcto funcionamiento de los riñones), cardíacas y cerebrales”, señala la ponente. Además, “aunque la ecografía no es un estudio genético, detecta marcas de trisomías (como por ejemplo el síndrome de Down)”. En este sentido, según la experta, “un engrosamiento de la nuca –pliegue nucal- de más de 5 mm supone en un 80% de los casos riesgos de alteración cromosómica”. En estos casos en los que salta la alarma, “lo más recomendable es someterse a un estudio genético, normalmente para esta prueba es necesario haber superado las semana número 16 de gestación”.

Otras marcas ‘sospechosas’ son una separación más grande de lo normal entre el primero y el segundo dedo del pie –pie en sandalia-, una ausencia del hueso de la nariz, o que el feto tenga un intestino muy brillante. “Estas marcas aisladas suponen ningún peligro, de hecho se ve en población normal. El problema surge cuando detectamos más de dos o tres, son el conjunto de ellas las que nos hacen sospechar un Síndrome de Down sin malformaciones prenatales”, advierte Ceres.

Asimismo, gracias a la ecografía de la vigésima semana los radiólogos son capaces de identificar fetos que no crecen, así como las causas de dicho fenómeno. “Puede ser debido a una insuficiencia de la placenta, a determinados tipos de anomalías o simplemente a que el feto es pequeño por constitución.”. Una vez hecho el diagnóstico, “hoy en día es posible intervenir al feto, y si no, se espera al nacimiento para intervenir, si la situación así lo requiere”.

Respecto a las limitaciones de la ecografía, la radióloga asegura que “son pocas, como por ejemplo que el feto esté mal colocado, lo cual tiene fácil solución: esperar y repetir la prueba más tarde”. Por otra parte, “la obesidad también supone una limitación en cierta medida puesto que dificulta una buena resolución ecográfica a la hora de detectar malformaciones prenatales”. La prueba no puede diagnosticar enfermedades metabólicas, ni malformaciones que aparecen en semanas posteriores. "¿El reto en el mundo de la ecografía? La ecografía intervencionista y ecografía en 3D y 4D que permiten obtener datos más rigurosos de las patologías gracias al estudio volumétrico de los órganos”, responde la experta.

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