La crisis de los anestesistas
Es lamentable que hayan muerto pacientes para que finalmente se arribara a un principio de solución
Noticias de Opinión: Lunes 16 de agosto de 2010 | Publicado en edición impresa .
La muerte de dos bebes (uno en 2008 y otro hace poco más de dos meses) había dado la voz de alarma sobre la falta de anestesistas en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires. Por ello, es de destacar el acuerdo firmado la semana última entre el gobierno porteño y la Asociación de Médicos Municipales (AMM) y la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires (Aaarba), que permitirá cubrir las vacantes existentes desde hace tanto tiempo.
La falta de profesionales en esa área ha sido realmente grave si se recuerda que hace dos meses el propio gobierno de la ciudad admitía que se necesitaban unos 70 anestesistas, y las guardias en los hospitales se veían muchas veces imposibilitadas de operar, por lo cual partos y emergencias quedaban librados a una compleja negociación entre hospitales del Gran Buenos Aires y el SAME, que debía partir a buscar a los profesionales que no estaban prestando sus servicios.
Independientemente de que el tema se haya prestado también para sacar a relucir viejas disputas entre los distintos gremios y asociaciones médicas involucrados, lo cierto es que, en el momento de asumir Mauricio Macri, los hospitales tenían un déficit reconocido de anestesistas que rondaba el 50 por ciento. Es decir, se estaba ante un problema real, que este acuerdo viene a paliar en gran medida.
Según lo informado, a partir de ahora se establece la cobertura de todos los cargos de médicos anestesiólogos suplentes de guardia, con el apoyo de la Aaarba para la presentación de los profesionales que sean necesarios. Además, se realizará un llamado a concurso abierto para todos los cargos de estructura no cubiertos en los servicios de anestesia hospitalarios.
Sin embargo, corresponde apuntar que no se llegó rápidamente a esta oportuna solución porque fue necesario, en abril, un fallo de la jueza porteña Alejandra Petrella, que ordenaba que en 30 días el gobierno de la ciudad llenara las vacantes.
La presencia y el acompañamiento de las dos asociaciones médicas en este acuerdo es también de destacar; sobre todo en el caso de la Aaarba, una entidad hacia la cual se han dirigido las principales críticas por la falta de anestesistas. En junio último, la Comisión de Defensa de la Competencia la había denunciado por su posición monopólica y dominante, que restringiría "intencionalmente la cantidad de profesionales", porque es en esta asociación en la que se dictan los cursos que luego habilitan para ejercer la profesión.
Por supuesto, desde la Aaarba se argumentó que había número suficiente de profesionales, pero que los problemas eran del gobierno porteño, tanto administrativos como económicos (los anestesiólogos cobran mucho más en el sector privado).
Es de desear que este acuerdo se constituya en el principio de la solución tan esperada por la comunidad, y que no sean muertes de pacientes, como ya ha ocurrido lamentablemente en el pasado, las que enfrenten con la realidad a las autoridades y a los sectores médicos y gremiales.
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Es lamentable que hayan muerto pacientes para que finalmente se arribara a un principio de solución
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