jueves, 5 de agosto de 2010

Mortalidad por altas temperaturas, un problema en aumento :: Diariomedico.com


Simulacro de atención a un afectado por una ola de calor
Simulacro de atención a un afectado por una ola de calor (CF)

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ESPAÑA
HAN MUERTO CINCO PERSONAS EN ESPAÑA EN 2010
Mortalidad por altas temperaturas, un problema en aumento
Numerosas investigaciones han analizado el impacto de las altas temperaturas sobre la mortalidad. La mayor parte de las personas que pierden la vida a causa del calor son las mayores de 65 años, aunque también se ha detectado un aumento, en días extremadamente cálidos, en otros grupos de edad.


Alberto Elvira - Jueves, 5 de Agosto de 2010 - Actualizado a las 12:45h.

La mortalidad por calor está fundamentalmente relacionada con un mal funcionamiento de la circulación periférica, provocada en gran parte por arterias esclerosadas y por falta de sudoración. Las causas circulatorias son las que presentan un mayor número de muertes seguidas de las respiratorias.

Es indudable que el factor edad influye en la relación mortalidad-temperatura. El impacto es prácticamente el doble en el grupo de mayores de 75 años que en el de 45-64 años, aunque también hay otras afecciones que no recaen precisamente en los más mayores. Por ejemplo, el golpe de calor suele afectar a personas que están realizando un esfuerzo físico a temperaturas elevadas, más común en los menores de 65 años. También aquellas con enfermedades circulatorias, alcoholismo, obesidad, etc., se pueden ver afectadas por altas temperaturas; de hecho, las personas con problemas cardiovasculares tienen un riesgo importante en este sentido. La vasodilatación excesiva puede producir un descenso de la tensión arterial con episodios de mareos y síncopes. Las temperaturas elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador, problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación, convulsiones e incluso coma.

Las investigaciones sobre este tema tienen en cuenta, cada vez más, el cambio climático y la contaminación. Según las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), desde 1950 se están produciendo cambios climáticos como temperaturas máximas y mínimas más elevadas, más días de intenso calor y menos días helados en la mayoría de las regiones continentales. En este sentido es importante señalar que el ozono es un contaminante secundario que suele afectar a las personas que realizan ejercicio físico al aire libre en verano, donde ser verían afectados los más jóvenes sobre todo.

Los principales factores de riesgo son: personales (ancianos, lactantes y menores de cuatro años, personas con enfermedades como las citadas anteriormente, consumo de alcohol y drogas, etc.), ambientales, laborales y sociales (individuos que viven solos, en la calle o en malas condiciones económicas y sociales) y locales (la demografía, climatología, etc).

En este verano han muerto cinco personas por exceso de calor en España. Se trata de tres varones de 24, 73 y 88 años (Badajoz, Cáceres y Jaén; repectivamente), una mujer de 55 años (Sevilla) y un niño de cinco (Córdoba), según ha informado el Ministerio de Sanidad y Política Social a Diario Médico.

Año 2003: un hito en anomalías térmicas
Un estudio realizado por Julio Díaz Jiménez, del Centro Universitario de Salud Pública (Universidad Autónoma de Madrid), establece el verano de 2003 como un hito en cuanto a anomalías térmicas se refiere. En este año se llegaron a alcanzar los 38,1 ºC en Reino Unido, 40,2 en Alemania, 41,5 en Suiza y 47,5 en Portugal. En España, el Instituto Nacional de Meteorología registró temperaturas máximas diarias iguales o superiores a 40 ºC, algo que nunca había ocurrido desde que existen registros históricos.

Debido a las altas temperaturas se produjo un exceso de mortalidad en Francia de 14.802 personas entre el 1 y el 20 de agosto, un incremento del 60 por ciento de la mortalidad con respecto a 2002. En Italia, hubo 3.134 defunciones entre el 1 de junio y el 15 de agosto, un 15 por ciento más que en el mismo periodo en 2002. En Portugal entre el 1 de junio y el 31 de agosto se estimó un exceso de mortalidad respecto al año anterior de 2.099 personas (26 por ciento). En Reino Unido el incremento fue de 2.045 personas (16 por ciento) entre el 4 y el 13 de agosto.


Hipertermia en niños
El informe Nunca deje niños en el coche: una causa importante de muerte por hipertermia (golpe de calor), de la Alianza Europea para la Seguridad Infantil de Eurosafe, señala los peligros de dejar a los niños menores de 10 años dentro de un coche en épocas de verano, ya que es una de las causas más comunes de muerte por hipertemia, según Jorge Parise, miembro del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones de la Asociación Española de Pediatría.

A los niños les sube la temperatura corporal entre tres y cinco veces más rápido que a los adultos, debido a que tienen menos reservas de agua y no pueden regular los mecanismos internos de pérdida de calor, como la sudoración. "La hipertermia puede darse en días de 22ºC, ya que dentro del coche puede haber más de 40", afirma Parise. En el interior de un coche, en meses calurosos, puede ascender la temperatura 10-15ºC en 15 minutos.

Dentro de los niños, el grupo más vulnerable es el de entre cero y cuatro años, el que más muertes registra. Las causas, en la mayor parte de los casos, son que los padres los dejen dentro del vehículo mientras hacen algún recado o que los olviden al ir al trabajo o al volver a casa, situación de la que suelen darse cuenta al final del día. Los consejos que emite el informe son los siguientes: llamar al 112 cuando se vea a un niño solo en un coche; dejar los objetos personales en el suelo de la parte trasera del coche, para saber que el tutor está pendiente; dejar los objetos del niño en el asiento del acompañante como recordatorio; programar la alarma en el teléfono y cerrar el coche cuando todos los ocupantes se hayan apeado, para que los menores no puedan introducirse sin que los padres se den cuenta.

En Estados Unidos se registran 36 muertes de niños al año, en Francia fueron 24 entre 2007 y 2009, según la Comisión Francesa de Seguridad del Consumidor.

Según Parise, "la situación de muertes por altas temperaturas en niños es creciente en Europa" y " hay pocas medidas y trabajos que sensibilicen y demuestren que se ayuda a la prevención de hipertermia en los menores".



Plan de prevención del Ministerio de Sanidad y Política Social


El primer plan de prevención por altas temperaturas surge en 2004, a raíz de la excesiva mortalidad por altas temperaturas que se dio en el verano de 2003 en toda Europa. Su vigencia data del 1 de junio hasta el 30 de septiembre, aunque según ha informado el propio Ministerio este año será sólo hasta el 15 de septiembre, debido a las predicciones que lleva a cabo el Instituto Nacional de Metereología.

El objetivo de este plan es prevenir y reducir los efectos negativos que tienen las altas temperaturas, centrándose en personas mayores, niños, enfermos y personas con discapacidad o en situación de dependencia. En este documento se especifican las acciones preventivas y de control. Entre las primeras cabe destacar la coordinación con las comunidades autónomas de la aplicación de la campaña de información a los profesionales y de sensibilización al público, la implementación del Sistema de Información y Vigilancia Sanitaria de la mortalidad atribuible al calor y la elaboración de resúmenes estadísticos periódicos de las informaciones meteorológicas y socio-sanitarias a través del sistema citado.

En cuanto a las acciones de control, el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, responsable del sistema de monitorización de la mortalidad diaria, informará diariamente al Ministerio de Sanidad y Política Social de las señales de alerta detectadas y, en el caso de que comunicase alguna, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias valorará la situación y la necesidad de adoptar actuaciones adicionales para la gestión del riesgo en coordinación con la comunidad autónoma correspondiente.

La estrategia del Plan 2010 está basada en la predicción de las temperaturas a partir de la información facilitada por la Agencia Estatal de Meteorología, en los efectos del calor excesivo, en la coordinación con los servicios sociales para identificar los grupos de riesgo (tanto niños como ancianos) y en alertar a los dispositivos asistenciales, tanto de atención primaria como hospitalaria.

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