domingo, 7 de noviembre de 2010

Prevención secundaria, el salvavidas del cardiópata - DiarioMedico.com


Pere Olivella, Almudena Castro, Esteban López de Sá y Mariano Hernanz
Pere Olivella, director médico de Bayer Healthcare; Almudena Castro y Esteban López de Sá, del Hospital La Paz; Carmen de Pablo, del Hospital Ramón y Cajal, y Mariano Hernanz, presidente de Asociación de Pacientes Coronarios. (Lenda)

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ESPAÑA
SÓLO EL 4% PASA POR LA UNIDAD DE REHABILITACIÓN
Prevención secundaria, el salvavidas del cardiópata

Tras un evento cardiovascular se indica una correcta rehabilitación cardiaca y prevención secundaria que mejoren el estado funcional del paciente. Los expertos critican la escasez de unidades especializadas.


Isabel Gallardo Ponce - Viernes, 5 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


* Pere Olivella, Almudena Castro, Esteban López de Sá y Mariano Hernanz

Tras sufrir un episodio cardiovascular el paciente puede sentirse desorientado ante la tarea de titanes a la que se enfrenta: cambiar sus hábitos alimenticios y de ejercicio físico, abandonar el tabaco, cumplir el tratamiento... "Estos pacientes necesitan un manejo integrado, que se hace bien desde las unidades de rehabilitación cardiaca", ha explicado Esteban López de Sá, cardiólogo de la Unidad Coronaria del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

* Los pacientes que sufren un infarto y no abandonan el tabaco después sufren cuatro veces más reinfartos que los que sí dejan el hábito

No obstante, este tipo de atención es deficitaria en España, donde sólo el 4 por ciento de los pacientes que han sufrido un problema coronario es atendido en unidades especializadas de prevención secundaria. En ello han coincidido Carmen de Pablo, cardióloga de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, López de Sá, y Almudena Castro, coordinadora de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardiaca del servicio de Cardiología del Hospital La Paz de Madrid, durante la presentación en sociedad de PrevenSEC, un programa de rehabilitacion cardiaca y prevención secundaria domiciliario.

"Lo que más reduce la mortalidad es lo que el paciente aprende durante los programas de rehabilitación. Por eso tiene sentido PrevenSEC, porque lleva información y consejos a un mayor número de pacientes al ser un programa de divulgación y educación", ha explicado Castro. La iniciativa, realizada por la Sociedad Española de Cardiología y Bayer HealthCare, funciona mediante una aplicación web, y aunque no sustituye al médico aclara las dudas que le surjan al paciente sobre su tratamiento, su medicación o el ejercicio que debe realizar. Asimismo, hace hincapié en aspectos psicológicos, ayuda a reducir los tabúes sexuales e informa sobre la reincorporación al trabajo. "Puede ser útil también para la prevención primaria mediante cambios cardiosaludables en el estilo de vida", ha dicho Castro.

Los factores de riesgo en los cardiópatas deben tener un seguimiento más estricto que en la población general, ya que, por ejemplo, los que no abandonan el tabaco tras un infarto sufren cuatro veces más reinfartos que los que dejan el hábito.

* De Pablo: "Los pacientes deben ser enviados a una Unidad de Rehabilitación con la misma intensidad con la que les recetamos un antiagregante"

En este sentido, los profesionales coinciden en criticar la escasez de unidades de rehabilitación cardiaca en España -unas 40- e inciden en que sean equipos multidisciplinares coordinados por un cardiólogo los que se ocupen del enfermo.

"Tras un episodio cardiovascular, los pacientes deben ser enviados a las unidades de rehabilitación cardiaca con la misma intensidad con la que les recetamos un antiagregante. Los programas deben ser multidisciplinares. El ejercicio físico solo no sirve, ni tampoco el pautado por un fisioterapeuta. Todos los profesionales han de trabajar juntos" para reducir el riesgo de mortalidad asociado a la situación del paciente. Así, una rehabilitación cardiaca correcta y una adecuada prevención secundaria ayudan a reducir hasta en un 30 por ciento la mortalidad del paciente, el número de complicaciones y los reingresos hospitalarios, ha afirmado De Pablo. De hecho, el Ramón y Cajal realizó un seguimiento a diez años de 180 pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio, y a los que de forma aleatoria se les incluyó en un programa de rehabilitación cardiaca o de cuidados habituales. A los diez años se observó que en el grupo que no siguió la rehabilitación, la mortalidad fue del doble. En el otro se redujo el número de ingresos en pacientes con angina e insuficiencia cardiaca.

El ejercicio: básico, pero individualizado


Para planificar el ejercicio hay que conocer el estado cardiológico, la capacidad física y funcional del paciente, así como la gravedad de sus lesiones. Según explica Carmen de Pablo, para ello se realizan algunas pruebas, como la de esfuerzo, con o sin análisis de gases espirados. En función de las pruebas y la capacidad física se pauta una frecuencia de entrenamiento.

"Nos movemos con parámetros diferentes. La recomendación general es que hay que hacer ejercicio y el más fácil tras un evento cardiovascular es caminar, trotar y correr. Sin conocer a un paciente no se puede planificar qué debe hacer. Lo ideal es que empiecen poco a poco; les damos una tabla de caminatas, si todo va bien y tienen una condición física media, para que empiecen a caminar un kilómetro la primera semana, dos la segunda y así progresivamente". El paciente debe empezar despacio, ir cómodo e ir aumentando la velocidad.

"La intensidad ideal es aquélla en la que camina lo más rápido posible y puede hablar al mismo tiempo sin fatigarse, que corresponde a un umbral en el que la oxigenación es correcta y no tiene por qué haber demasiados riesgos". En la unidad del Ramón y Cajal se combina el ejercicio aeróbico tres días a la semana, además de las marchas domiciliarias, con ejercicios de fuerza.
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