jueves, 11 de noviembre de 2010

Se necesitan estudios sólidos para realizar recomendaciones - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
DE LA SALUD DUDAS SOBRE EL CRIBADO EN CÁNCER DE MAMA ENTRE 40 Y 49 AÑOS
Se necesitan estudios sólidos para realizar recomendaciones
¿Hay qué realizar una mamografía rutinaria en el grupo de mujeres de 40 a 49 años? Pues puede que sí y puede que no. Hay opiniones para todos los gustos, pero para que las decisiones políticas se puedan tomar adecuadamente hay que contar con estudios sólidos.


Enrique Mezquita. Valencia - Miércoles, 10 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.




Jeffrey Harris, del Departamento de Economía del MIT.


En un contexto de racionalización y priorización de las políticas sanitarias, los estudios para respaldar recomendaciones o determinadas actuaciones deben ser lo suficientemente sólidos y contrastados como para soportar posibles revisiones, presiones u opiniones contrarias a nivel científico y social. Ésta es la conclusión que puede extraerse del análisis de la decisión del U.S. Preventive Services Task Force -panel de expertos reunidos para realizar propuestas de carácter sanitario- de no recomendar la mamografía rutinaria para las mujeres de 40 a 49 años en Estados Unidos, que posteriormente fue retirada por presiones y críticas.

"El 17 de noviembre de 2009 se publicaron en Annals of Internal Medicine las nuevas guías del grupo de trabajo de los Estados Unidos para los servicios preventivos (Uspstf, por sus siglas en inglés) sobre el cribado mamográfico de las mujeres que ya hubieran cumplido los 40 años. En estas guías, votadas favorablemente por los miembros del Task Force en julio de 2008, se daba una recomendación B para mamografía rutinaria de mujeres de entre 50 y 74 años y una C para el grupo de entre 40 y 49 años, al enfatizar los efectos adversos frente a los beneficios", ha señalado Jeffrey Harris, del Departamento de Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Boston (Estados Unidos), durante un seminario celebrado en el Centro Superior de Investigación en Salud Pública, en Valencia.

Las muertes por cáncer de mama han bajado más de un 3 por ciento anualmente desde 1990 en el grupo de mujeres de entre 40 y 49 años

Harris ha destacado que "los ataques feroces de todos los lados surgieron pocas horas después de la publicación formal del informe. Muchos sobre todo por poner las vidas de mujeres y los posibles efectos adversos -falsos positivos, sobrediagnóstico...-, en la misma balanza. Finalmente, las presiones hicieron que "las recomendaciones fueran extirpadas en un mes".

Razones

Harris ha analizado las variables que influyeron en la decisión de realizar la recomendación y las posibles contradicciones o riesgos de las asunciones asumidas por el grupo: "El último informe del Task Force sobre este tema, de 2002, fijaba una recomendación B para el cribado mamográfico de mujeres de entre 40 y 49 años, pero analizando el texto las conclusiones eran similares a las de 2009".

¿Había desde 2002 nuevas evidencias sobre los beneficios del cribado mamográfico? "En ese periodo sólo había un nuevo estudio en el que confiar -Age Trial, publicado en The Lancet en 2006-, y curiosamente favorecería a la mamografía". Además, ha destacado que uno de los motivos que llevó al Task Force a emitir esa decisión era que "mientras que para salvar una vida en el intervalo de entre 50 y 59 años de edad había que cribar a 1.300 mujeres, para hacerlo en el intervalo de entre 40 y 49 años, se necesitaban 1.900". En opinión de los críticos, la magnitud de la diferencia en ningún caso podía justificar las recomendaciones distintas para los dos grupos de edad.

Para salvar una vida en el intervalo 50-59 años de edad había que cribar a 1.300 mujeres, y para hacerlo en el de entre 40 y 49 años se necesitaban 1.900

Harris ha apuntado que "las cifras del número de mujeres invitadas por cada muerte de cáncer de mama evitada provenía de un metanálisis del Uspstf de ocho ensayos de cribado monográfico, publicado también en 2009. Los ensayos, que se habían desarrollado entre 1963 y 1991, son una mezcla muy heterogénea de estudios, países, sistemas sanitarios, tipos de cribado y tecnologías..." y mostraban una variabilidad tan grande que difícilmente se podrían considerar como definitivos: en los ensayos donde se mostraba beneficio, los datos variaban entre 681 y 8.429 invitadas por cada muerte por cáncer de mama evitada.

Además, "los especialistas que revisaron las evidencias que el Task Force había empleado llegaron a la conclusión de que la ciencia sí respalda el cribado a partir de los 40 años y, en especial, en el grupo de 40 a 49 años. De hecho, según el mismo estudio, las muertes por cáncer de mama han bajado más de un 3 por ciento anualmente desde 1990 en ese colectivo". No obstante, ha matizado que la experiencia no permite concluir que esa reducción pueda achacarse exclusivamente a los programas de cribado mamográfico.

Por último, Harris ha hecho hincapié en la dificultad de realizar un seguimiento de un programa completo de cribado, que puede durar varias décadas, y extraer conclusiones definitivas. Existen hasta seis grupos realizando modelos de los efectos del cribado mamográfico y de la terapia adyuvante en Estados Unidos.

Vista retrospectiva

Según Jeffrey Harris, del Departamento de Economía del MIT, como ejemplo de las dificultades surgidas en el momento de realizar esta labor, el análisis del caso deja muchas preguntas en el aire, como si el panel de expertos U.S. Preventive Services Task Force se movió por motivaciones políticas o simplemente fue atrapado por su retrasado procedimiento de revisión; si su sistema alfabético de ordenamiento magnificó el cuestionamiento de sus motivos, y si tuvo o no la capacidad para explicar sus motivaciones -si hubo un fallo de comunicación entre los científicos que ensamblaron la evidencia y el personal responsable por relatar sus conclusiones al público-, entre otros aspectos.
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