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“El modelo negociador actual está obsoleto. Buscamos una mesa de negociación propia porque somos los médicos los que tenemos que negociar nuestras historias”, según FEMYTS

Mónica de Haro

Durante la cuarta sesión del Circulo Sanitario AMYTS-FEMYTS, dedicado monográficamente al ámbito de negociación de los médicos, los profesionales sanitarios han exigido que se tenga en cuenta al colectivo y que se abran nuevas vías de negociación, ya que las actuales no son válidas


Madrid (16-12-10).- Desde FEMUYTS se pretende promover el debate y crear una opinión generalizada en el sector para conseguir unas metas. Por un lado, una organización médica única para que de alguna forma todos tendieran a usar el conocimiento, humanizar el sector y la ética profesional. Por otro, pretenden conseguir una mesa de negociación profesional para que dicho estamento tenga más peso. Entre los ejemplos a seguir, el foro de la profesión médica o la mesa bilateral de negociación de Metges de Catalunya.

Según explica el Dr. Javier López de la Morena, coordinador general de FEMYTS, “desgraciadamente hoy la Sanidad se utiliza como arma arrojadiza para conseguir la confrontación política en pro de unos objetivos electorales”.
Además, señala que el Consejo Interterritorial debería ser el punto de partida para que todo tuviera un orden e insta a las organizaciones autonómicas a tener “cierta cohesión y coherencia”.

Por su parte el Dr. Julián Ezquerra, secretario General de AMYTS y vicecoordinador de FEMYTS, analiza las diferencias en formación y responsabilidad de los médicos con respecto a otras profesiones sanitarias, destacando el hecho de que un médico necesita como mínimo un total de 10 años (11 ó 12) para estar disponible para el ejercicio.

“Esta es una profesión muy especial, que requiere un gran esfuerzo. Hay que tener un expediente académico brillante para acceder a la formación universitaria (la nota de corte más alta, un 8,43 en 2009) y una vez dentro se necesitan seis años para conseguir los 360 créditos europeos requeridos. Después el examen MIR y cuatro años para ser especialista en Medicina Familiar y Comunitaria”, explica el Dr. Ezquerra.

Además del tiempo y el esfuerzo invertido en formación, que continúa durante el desempeño de la carrera profesional, otros de los temas que preocupa a los representantes de la profesión médica es el ‘intrusismo’ que están detectando en sus competencias. “Vemos que desde el gobierno se están asumiendo competencias que son responsabilidad exclusiva del médico y estamos en conflicto con enfermería porque consideramos que también se exceden en sus funciones”, matiza el Dr. Ezquerra.

En este sentido, la LOPS establece que los licenciados sanitarios (los médicos) son los únicos que tienen autoridad para gestionar la dirección y el desarrollo global de la atención integral al paciente, y que son responsables del diagnóstico, tratamiento y rehabilitación específica, lo cual incluye las prescripciones.

Mientras que según la ley, los diplomados sanitarios (enfermería) se ocupan de los cuidados no del diagnóstico, no de la terapéutica ni de otro tipo de actividades directivas.

También señalan otros factores que añaden carga y tensión a la profesión médica como las altas exigencias por parte de la sociedad; la responsabilidad moral, que implica el respeto por el código ético, y sobre todo las consecuencias que acarrea la responsabilidad legal (inhabilitación profesional, multas e incluso cárcel).

Precisamente destacan el aumento de las reclamaciones legales debido, entre otras cosas, a que cada vez es más fácil denunciar, al ánimo de lucro, al cambio que ha sufrido el paciente que se ha convertido en un ‘consumidor’ de salud.

El mal ambiente generado por esta situación ha hecho que se ponga en práctica una medicina defensiva, que se haya propagado la multiespecialización, y que aumenten los costes asistenciales. Ante esto, los profesionales sanitarios reclaman un ámbito específico de negociación para los médicos, “un foro en el que nos sintamos a gusto y representados”.
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