lunes, 17 de enero de 2011

Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

La SEGG recuerda que los efectos nocivos del tabaco son más graves en las personas mayores

Redacción

“La persona mayor tiene, ya de por sí, el aparato respiratorio más alterado y presenta un mayor grado de arteriosclerosis, además, el mayor que fuma lo viene haciendo desde hace mucho tiempo, por lo que esto supone consecuencias nocivas que se van acumulando con los años”, según el profesor José Manuel Ribera Casado, miembro de esta sociedad científica



Madrid (18-1-11).- Ante la reciente entrada en vigor de la Ley Antitabaco, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) quiere hacer que se escuche su opinión y ha recordado que el tabaco es un mal para la sociedad en general, pero muy particularmente para la salud del colectivo de las personas mayores, quienes son más vulnerables a sus efectos nocivos.

Se estima que más de 55.000 muertes anuales que se producen es España están relacionadas con el consumo de tabaco y que los fumadores tienen más probabilidades de sufrir enfermedades asociadas a su consumo como puede ser la tuberculosis o la degeneración macular asociada a la edad (DMAE)… Pero, según recuerda el profesor José Manuel Ribera Casado, catedrático-emérito de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y miembro de la SEGG, “las principales consecuencias negativas derivadas del consumo de cigarrillos son el deterioro del aparato respiratorio y del sistema cardiovascular y la aparición de varios tipos de cáncer (labio, lengua, boca, laringe, pulmón, esófago, estómago, riñón, vejiga…)”.

Estas consecuencias, según Ribera, se multiplican en las personas mayores, ya que “los mayores parten de una situación peor, la persona mayor tiene, ya de por sí, el aparato respiratorio más alterado y presenta un mayor grado de arteriosclerosis, además, el mayor que fuma lo viene haciendo desde hace mucho tiempo, por lo que esto supone consecuencias nocivas que se van acumulando con los años”.

La EPOC es una de las principales enfermedades que puede sufrir la persona mayor por culpa del tabaco. Los últimos datos ponen de manifiesto que en el mundo 210 millones de personas la sufren y que causa tres millones de muertes anuales. En concreto, en España, se estima que son alrededor de 18 mil las muertes que provoca la EPOC al cabo de año. A pesar de esto, aún son muchas las personas que desconocen que sufren esta enfermedad. El profesor Ribera informa de que “aproximadamente un 20 por ciento de las personas mayores de 60 años sufren la enfermedad” y subraya la necesidad de que “los mayores acudan a revisiones periódicas con su médico para diagnosticar la enfermedad, sobre todo aquellas personas que se noten que tienen dificultad respiratoria progresiva, facilidades para contraer infecciones respiratorias o que se noten fatigados sin causa aparente”.

Pero, además, el catedrático-emérito de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que el tabaco no es el único factor que facilita la aparición de la EPOC y añade que también existe el agravante de la contaminación ambiental.

Tras dejar de fumar se comienzan a reducir los riesgos de sufrir las enfermedades citadas anteriormente y esto sucede inmediatamente, tras apagar el último cigarrillo. “Si se deja de fumar a cualquier edad, incluidas las más avanzadas, la capacidad respiratoria mejora notablemente a corto plazo. Las posibilidades de tener un episodio coronario se reducen en cuatro o cinco años hasta situarse en unos niveles muy similares a los que podría tener una persona que nunca haya fumado. También se atenúa el deterioro general asociado a la edad”, todas ellas son razones más que suficientes para pensárselo, añade Ribera.
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