jueves, 3 de febrero de 2011

La evaluación y la reformulación de los indicadores de seguimiento son indispensables :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

“La evaluación y la reformulación de los indicadores de seguimiento son indispensables para medir el impacto de las TIC”, según Pilar Polo, gerente de Sanidad de Red.es

Ana Montero

En jornada de debate sobre la gestión hospitalaria en tiempos de crisis, expertos han planteado las ventajas competitivas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación como motor de la mejora organizativa de las instituciones sanitarias y su necesaria evaluación en términos de funcionalidad, coste y valor añadido



Madrid (3-2-11).- Tal y como ha planteado Eduard Portella, presidente de Antares Consulting, organizadora de las mesas-debate sobre la gestión hospitalaria en tiempos de crisis, España ha realizado un gran esfuerzo en desarrollo e implantación de sistemas de información, “doblando el gasto y la inversión en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los últimos cinco años”, pero también ha propuesto una cuestión y es que esa inversión no se ha basado en una evaluación objetiva de costes y beneficios, de manera que, como ha asegurado, “no hay un consenso generalizado sobre la efectividad de las TIC y de sus resultados en términos de coste y valor”.

Ante esta circunstancia, Portella ha manifestado que un “despliegue más ordenado y efectivo” supondría identificar cuáles son las TIC de salud prioritarias por su contribución al potencial en calidad y eficiencia y evaluar así su nivel de implantación efectiva en España. Citando el programa Meaningful Use, implantado en Estados Unidos, que define criterios para evaluar el buen uso de la adopción de las TIC estableciendo incentivos económicos basados en su cumplimiento, o el programa de la Fundación TicSalut, llevado a cabo en Cataluña, que realiza anualmente un análisis del grado de implantación y utilización de las TIC en el sector sanitario, Portella ha recordado las ventajas que la métrica EMRAM (Electronic Medical Record Adoption Model) puede suponer para medir el grado de desarrollo de las TIC en las organizaciones sanitarias.

Según Portella, “las TIC van a cambiar la forma de trabajo del profesional; el rol del paciente, que va a pasar de ejercer una demanda reactiva a una demanda anticipativa; y el papel de las instituciones sanitarias, donde van a aparecer nuevos retos de gestión”.

Por su parte, Pilar Polo, gerente de Sanidad de Red.es, entidad adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, haciendo alusión al programa Sanidad en Línea (2006-2012), para el que se han destinado 448 millones de euros, y cuyo objetivo es ayudar e impulsar a las CC.AA. para que aceleren sus propios proyectos locales, en materia de receta electrónica, telemedicina, cita electrónica o historia clínica electrónica, ha reclamado la necesidad de “definir las coordenadas desde las que partimos a la hora de poner en marcha un plan para poder ver cómo avanzamos”.

Según la gerente de Sanidad de Red.es, la discusión sobre la aportación de las TIC tiene facetas y aristas pero en lo que no hay vuelta atrás, tal y como ha afirmado, es en “la necesidad de evaluar el proyecto a medida que éste avanza, haciéndose necesaria una segunda generación de indicadores de impacto y de seguimiento capaces de medir el resultado en términos de servicio”.
Desde la perspectiva de la Agencia Valenciana de Salud (AVS), Gregorio Gómez ha hablado del retorno de inversión de las TIC, añadido a las mejoras en equidad, calidad de la asistencia, seguridad, productividad y eficiencia que supone la implantación de las mismas en los sistemas sanitarios.

En este sentido, Gómez ha presentado como evidencia el análisis de impacto en costes directos e indirectos que los sistemas actualmente implantados han supuesto para la AVS. Concretamente, el sistema de cita médica automatizada supone un ahorro anual de 2,3 millones de euros, equivalente al trabajo diario de 100 auxiliares administrativos; la emisión de informes automáticos estima un ahorro de 8 millones de euros y consume el trabajo de 130 médicos; la solicitud de laboratorio equivale al trabajo de 120 médicos e implica un ahorro de 7,2 millones de euros; la prescripción electrónica indica un ahorro de 76 millones de euros y equivale al trabajo de 425 médicos; la receta electrónica que supone un ahorro de 9,7 millones de euros y sustituye el trabajo de 45 auxiliares; la digitalización de la imagen radiológica que rebela un ahorro directo de 4 millones de euros.

En definitiva, en la AVS, donde la inversión en TIC en tres años ha sido de 163 millones de euros y el retorno directo ha sido de 800 millones de euros, para Gómez “el balance es positivo y merece la pena”.

En cualquier caso, Gómez ha destacado entre las asignaturas pendientes el hecho de saber si estamos aprovechando todo el potencial de las TIC en Sanidad; si estamos considerando la necesidad de incluir en la planificación de los proyectos la reubicación del personal y si estamos aprovechando las TIC para realizar una ingeniería de procesos, a lo que ha manifestado que “hemos puesto mucho el foco en la tecnología y ahora tenemos una serie de recursos que empiezan a perder contenido por la falta de planificación”.
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