martes, 22 de marzo de 2011

Del aislamiento del laboratorio al hospital - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
programa miguel servet de investigadores
Del aislamiento del laboratorio al hospital
El programa Miguel Servet, del Instituto Carlos III, permite la incorporación a tiempo completo de personal investigador en los centros del SNS. Una de sus fortalezas es que beneficia la investigación en los hospitales. Para los centros que participan en el proyecto supone una mejora en la calidad asistencial y un retorno económico.



Loreto Mármol - Martes, 22 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


El programa Miguel Servet incorpora personal investigador en el sistema sanitario.


En medio del debate sobre la Ley de Ciencia en el Congreso de los Diputados y de la estabilidad laboral de los investigadores, ha arrancado la XIII promoción del programa Miguel Servet, que concede ayudas para la contratación -por un periodo de seis años- de investigadores en el área de la biomedicina en centros del SNS. El objetivo es aumentar el número de investigadores a tiempo completo en las instituciones del sistema sanitario para incrementar el potencial de conocimiento transferible a la práctica clínica. Este año son 31 profesionales procedentes de diferentes ámbitos -el 66 por ciento de los participantes son biólogos, seguidos de químicos (13 por ciento) y de farmacéuticos, médicos y psicólogos (6 por ciento cada uno)- que desarrollarán su labor en centros de Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y País Vasco.

Trece años después de su puesta en marcha, se enfrenta a las dificultades de un contexto complicado desde el punto de vista económico y presupuestario en el sistema español de ciencia, lo que ha hecho que se reduzca el número de solicitudes. Al escenario de recortes en las acciones de investigación del plan nacional, se suman los cambios que introduce la nueva ley.

En esta promoción hay dos cambios sustanciales. Según Joaquín Arenas, subdirector general de Evaluación y Fomento de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, "para adaptarnos a la Ley de Ciencia hemos reducido el tiempo de contrato de seis a cinco años". La iniciativa consiste en la cofinanciación del coste de contratación de los investigadores, unos 40.500 euros al año (en los tres primeros años el Carlos III asume el 75 por ciento y el centro el 25 por ciento, mientras que los tres siguientes años el porcentaje es del 50 por ciento). Ahora, el Carlos III se hace cargo del 75 por ciento durante los cinco años y a cambio el centro asume las cuotas patrimoniales, una cuestión que algunos consideran que es un agravio comparativo con respecto a años anteriores. El propio Arenas habla de que "es un desequilibirio salarial que intentaremos arreglar en cuanto sea posible". La financiación incluye un proyecto de investigación de tres años con una dotación de 60.000 euros, además de los gastos de contratación de un técnico de apoyo por un máximo de 20.000 euros en 2011, 20.500 en 2012 y 21.000 en 2013.

Álvaro Roldán, jefe de recursos humanos de la Subdirección General de Evaluación, recuerda a los centros que obtendrán un retorno económico (por ejemplo, con este programa el Instituto de Investigación del Hospital Valle Hebrón el programa ingresa 16 millones de euros frente a 5 de inversión), y recomienda a los investigadores que apuesten por crear líneas independientes, mientras que Arenas espera que no trabajen de manera aislada. En algunos casos se encontrarán con un día a día difícil en un entorno hostil, al que tendrán que adaptarse e interactuar con el médico del hospital. Pese a todo, los responsables del Carlos III transmiten optimismo y contagian su entusiasmo, porque si hay algo que todos tienen en mente es que el SNS es la punta de lanza en la investigación de este país.


PERFIL INVESTIGADOR

Desde que se inició el programa en 1998 las cinco comunidades que más solicitudes han presentado han sido Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León. Se ha conseguido la incorporación de 551 investigadores a centros del SNS, de los que 185 están en activo, y la estabilización de todos los que lo han finalizado. La tasa de éxito con respecto al número de solicitudes es de un 29 por ciento. La edad media de los solicitantes ha ido ascendiendo con el paso de los años. En los primeros años había una alta tasa de abandono (en torno al 50 por ciento) que el ISCIII ha conseguido ir disminuyendo hasta alcanzar el 15 por ciento. Los investigadores de esta nueva promoción tienen ocho años de media de experiencia posdoctoral y han pasado entre dos y cinco años en el extranjero.


"Los médicos entienden cada vez más esta labor"

Eduardo López-Collazo es un antiguo alumno de la primera promoción del Miguel Servet y ahora es un investigador estabilizado que dirige un grupo de investigación en inmunología tumoral en La Paz. También es responsable de la comisión de evaluación del programa. Para un físico nuclear el periodo de adaptación "fue bueno porque quise verlo así, pero realmente fue difícil". Al principio se encontró con impedimentos: "Los médicos no te ven como un igual, y las jerarquías traban el desarrollo de la investigación". Por fortuna, "cada vez se hace más investigación básica en los hospitales y los facultativos entienden más esta labor". Las cosas son más fáciles. Junto con el cambio de mentalidad, el programa está mejor estructurado. Él echó mano de la motivación personal y de la inteligencia emocional para adaptarse al entorno y cumplir con las expectativas. De ellos se espera que "sean nuevos líderes y el recambio de la generación que ahora está en la cúspide".


"Investigar en el hospital te hace tener los pies en la tierra"

La bioquímica Nora Butta, de La Paz, estaba trabajando en el CSIC con un contrato Ramón y Cajal cuando hace dos años y medio ingresó en el Miguel Servet. En los últimos 10 años había estudiado la fisiopatología plaquetaria, pero investigaba la enfermedad sin ver ni de cerca al paciente. De su experiencia destaca el hecho de funcionar dentro de un servicio: "Mis colegas son enfermeros y médicos, y lo más importante es que veo la cara de los pacientes. El laboratorio está al lado de la parte asistencial. No es lo mismo que estar aislado y al margen de la vida hospitalaria. Te das cuenta de hacia dónde va dirigido realmente tu esfuerzo. Te hace tener los pies en la tierra". El reto para la nueva promoción será la interacción con el medio: "Tienen la capacidad de aprendizaje y están preparados, pero han de tirar de la inteligencia emocional. No puedes abstraerte del entorno, sino que tienes que colaborar y ser capaz de lidiar con cualquiera, porque dependes de todos".


"Es la vía que más continuidad ofrece la Biomedicina"

María Vicario, licenciada y doctora en Farmacia, pertenece a la nueva promoción y es investigadora en el Valle Hebrón desde 2004, lo que le permitió dar un gran paso para acceder al mundo sanitario y establecer contacto con la investigación traslacional. Durante su doctorado y postdoctorado estuvo seis meses en Canadá y dieciocho en Estados Unidos. "La estancia en el extranjero es fundamental para un investigador. Con las pocas oportunidades que hay en España para investigar a alto nivel, el programa me parece la vía más atractiva y que más continuidad ofrece en la investigación biosanitaria". Al establecer contacto con el médico y el propio paciente, "ves que la investigación tiene una aplicación directa, tiene su fruto. Miguel Servet te permite comenzar tu línea de investigación". Estudia el síndrome del intestino irritable: "Es un reto en investigación apasionante, porque no existe un marcador biológico, sino que su diagnóstico se hace por criterio de exclusión".
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