miércoles, 23 de marzo de 2011

España continúa con cifras elevadas de enfermos de tuberculosis :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

La SEPAR recuerda que España continúa con cifras elevadas de enfermos de tuberculosis respiratoria: en 2009 se notificaron 6.131 casos

Redacción

En Europa, España se sitúa en octavo lugar en incidencia de esta patología, seguida de Gran Bretaña y por debajo de Portugal


Madrid (24-3-11).- Según los últimos datos publicados por la Red de Vigilancia Epidemiológica de España publicados en febrero de este año, en 2009 se notificaron 6.131 casos de tuberculosis respiratoria. La tuberculosis se sitúa como la tercera enfermedad de declaración obligatoria en incidencia, según los últimos datos correspondientes a 2009 del Centro Nacional de Epidemiología; sólo superada por la gripe y la varicela. Juan Ruiz Manzano, presidente de SEPAR, asegura que “la lucha contra la tuberculosis, que es quizás una de las enfermedades más antiguas y todavía no superada, implica una lucha no sólo científica en la mejora de los tratamientos, el diagnóstico y la prevención sino también social”.

Un estudio realizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR, a través del Programa Integrado de Investigación de Tuberculosis (PII), muestra un considerable incremento de casos de tuberculosis en inmigrantes, alcanzando el 30 por ciento del global. En concreto en Barcelona, una ciudad que recibe un importante flujo de inmigrantes, el porcentaje de casos en inmigrante ha pasado del 5 al 50 por ciento de 1995 a 2008.

Por comunidades autónomas, Cataluña sigue a la cabeza de casos declarados alcanzando los 1.363, seguida de Andalucía con 849, Madrid con 770 enfermos y Comunidad Valenciana con 599. En cambio, en proporción al número de habitantes, Ceuta con 28 enfermos y un ratio de 40,39 casos por 100.000 habitantes y Melilla con 22 enfermos (32,67) se sitúan en primer y segundo lugar, y Galicia (22,31) y La Rioja (19,84) en tercer y cuarto, respectivamente.

Cataluña, a pesar de su número elevado de casos se sitúa en sexto lugar (18,88), precedida por Aragón (19,08).

Según un informe emitido por el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) de la Unión Europea, con datos referentes a 2009, España registra 16,6 casos de tuberculosis cada 100.000 habitantes, seguida de Gran Bretaña con una tasa de 14,8. Con esta tasa, España se sitúa en octavo lugar tras Rumania (108,2), Lituania (62,1), Letonia (43,2), Bulgaria (38,3), Estonia (30,7), Portugal (27) y Polonia (21,6).

Respecto a los mismos datos referentes a 2006, España ocupaba el noveno lugar sobre Hungría, país que ahora registra una tasa de 14,4 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, estas cifras deben considerarse con reservas, ya que a pesar de que la tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria, se estima que al menos una tercera parte de los casos no se notifican.

Datos de la OMS
Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, España alcanzó los 13.000 pacientes nuevos de tuberculosis en 2007, con un índice de incidencia de 30 nuevos casos por 100.000 habitantes, mientras que la Red de Vigilancia Epidemiológica daba una cifra de 6.546.

“No obstante”, comenta este neumólogo, “el Plan de Prevención y Control de la Tuberculosis, auspiciado por el Ministerio de Sanidad y Política Social en colaboración con SEPAR, debe contribuir a coordinar esfuerzos e introducir mejoras en todo el circuito de atención a esta enfermedad, aunque sería preciso el desarrollo de un Plan Nacional, lo cual implica que tendría una dotación presupuestaria para poder implementarlo de forma adecuada”.

El reciente estudio del Programa PII de Tuberculosis de SEPAR, publicado en PlosOne, en el que participaron 1.500 pacientes de 53 centros de toda España, analiza las diferentes características de la tuberculosis entre pacientes inmigrantes y nativos valorando la influencia de parámetros demográficos, sociales, económicos y analizando cómo se enfrentan a la enfermedad y concluye que existen claras diferencias en las características de la tuberculosis según el origen del paciente.

En este sentido, los neumólogos ven necesario la adaptación de los programas de tuberculosis a las necesidades y características de los inmigrantes. “El papel de los trabajadores sociales o los mediadores culturales ayuda a comprender las diferencias y contribuyen a mejorar así la relación y la confianza médico-paciente”, apunta el doctor Ruiz Manzano.

Los inmigrantes que sufren tuberculosis tienen un perfil demográfico característico: son jóvenes, están desempleados o con trabajos inestables y suelen vivir en condiciones precarias y en grupo, lo cual es, a su vez, un factor de riesgo de contagio. Por el contrario los pacientes nativos suelen ser personas mayores de 50 años. Los inmigrantes llegan a través de las urgencias o los centros de Atención Primaria con síntomas más avanzados mientras los pacientes nativos acuden a la consulta de especialistas. Una vez diagnosticados, los inmigrantes también tienen mayor dificultad para comprender la enfermedad y el tratamiento lo que repercute en un mayor abandono del mismo.

La influencia de la inmigración
El hecho inmigratorio ha propiciado un patrón epidemiológico ya conocido desde hace años en la Europa Occidental, con porcentajes muy elevados de casos que corresponden a pacientes nacidos en otros países. En zonas españolas con elevada inmigración se aprecian porcentajes comprendidos entre el 30 y el 50 por ciento de enfermos inmigrantes y en Barcelona, por ejemplo, en barrios ligados a altos niveles de pobreza, la incidencia supera los 80 enfermos por 100.000 habitantes.

A pesar de la alta prevalencia de la tuberculosis entre los inmigrantes procedentes de países en desarrollo, el perfil de los pacientes con tuberculosis es muy diverso ya que afecta desde a los sanitarios como enfermedad profesional u otros universitarios, como cooperantes, hasta personas con bajo nivel socio económico, y puede afectar a cualquier persona ya que esta enfermedad se transmite por vía aérea. A este respecto, es importante que el médico, tanto de AP como de Hospitalaria, piense en esta enfermedad cuando realiza el diagnóstico diferencial ante cualquier paciente que presente tos y expectoración de más de dos semanas sin otra causa que lo justifique.

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