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ESPAÑA
ex vocal de médicos de hospitales de la omc
Yo acuso a la política de su mala gestión
Las últimas decisiones legislativas, tanto del Gobierno central como de algunas autonomías, revelan, según el autor, la mala gestión sanitaria de unos políticos profesionales que actúan de espaldas a los profesionales y a los usuarios del sistema. Colegios y sindicatos profesionales no deben cejar en su lucha contra la inoperancia de las administraciones.
Manuel Sánchez. Cirujano y ex vocal de Médicos de Hospitales de la OMC - Miércoles, 2 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
En este mundo convulso, donde pasa de todo, estamos asistiendo a una serie de acontecimientos que tienen algo en común: ¡se está poniendo en peligro la seguridad del paciente! Tiene su gracia que algunos que se dicen herederos de mayo del 68, cuyo lema era "prohibido prohibir", estén imponiendo prohibiciones: el tabaco, el alcohol, las grasas... ¡los toros! Toda esta gente, cuya obligación no es otra que la de trabajar para el ciudadano, tienen tan poca fe en él que acaban por prohibirle cosas, cercenándole algo que es lo más importante del ser humano: la libertad. Legislan a favor de la protección de los animales y de las plantas… y a favor del aborto de los seres humanos, incluso en menores de edad sin el conocimiento de sus progenitores. Y, además, pretenden que la faena se la hagan otros, los médicos, sin respetar otro de los atributos que caracterizan al ser humano: el derecho a tener conciencia. Los animales sí, pero el ser humano no tiene derecho a la protección de su vida, y sobre él gravita, cual espada de Damocles, la eutanasia, si es que hemos podido nacer.
Yo acuso a los políticos de tratar de violar el derecho a nacer, el derecho a morir de viejo y el derecho de los médicos a la objeción de conciencia. Y si no logran acabar con nuestra vida, la ponen en peligro legislando una extraña ley, fruto de las peores pesadillas de una consejera de Salud y de un ministro que se dicen médicos, en colaboración con algunos parlamentarios, que permite que personas no facultativas -no facultadas- prescriban medicamentos y hagan el seguimiento de determinadas enfermedades. No importa la falta de conocimientos médicos; no importa que se ponga en peligro la vida de los más débiles, los ancianos y los pacientes polimedicados, ignorando la amplia gama de efectos adversos e interacciones medicamentosas que pueden convertir en mortal al más inofensivo de los preparados farmacéuticos.
"La entrevista previa al ingreso en las facultades de Medicina puede ser útil, pero lo de hacer un test psicotécnico parece excesivo. ¿Por qué no se practica ese test a los políticos?"
Legislar sin conocimientos
Yo acuso a los políticos de legislar sobre cuestiones que entran de lleno en lo que no son otra cosa que conocimientos científicos, que sólo pueden poseer quienes están facultados para ello, y que sólo debieran regular quienes están preparados.
Y si los médicos protestan, la solución es sencilla: se suprime la colegiación obligatoria. No importa que, una vez más, se ponga en peligro la integridad física de los ciudadanos, que no tendrán garantía alguna de que el señor que les atiende sea médico, y mucho menos especialista. ¿Quién será responsable de importar médicos sin título de especialista, mientras nuestros médicos, excelentemente formados, se tienen que ir al extranjero en busca de reconocimiento social y salarios dignos? ¿Por qué no se puede decir que nuestros sueldos no se corresponden con nuestro nivel de responsabilidad?Yo acuso a los políticos de poner en peligro la salud de los ciudadanos si acaban suprimiendo la colegiación obligatoria.
"Si el médico protesta, se suprime la colegiación obligatoria, poniendo en peligro al ciudadano, que no tendrá garantía de que el señor que le atiende sea médico"
Otra ley gravita en el éter desde hace meses en perjuicio de los españoles: la de habilitación de títulos de especialista expedidos por países no comunitarios. Con esta norma se desnaturaliza la esencia de las comisiones nacionales de la especialidad, cuyas competencias las asumirá un grupo de una docena de personas que evaluarán los conocimientos del especialista, sea cual sea la especialidad. Y para mayor vergüenza, mientras los están evaluando, les habilitan para ejercer como especialistas sin serlo.
¿Qué pasará si luego no se les concede el título? ¿Quién se responsabilizará de los posibles errores que puedan cometer durante el período en el que han estado habilitados? Si se demuestra que este método no pretende más que legalizar un coladero de especialistas nominales de cara a la galería para suplir a los médicos que huyen de nuestro sistema, ¿quien será el responsable? ¿Qué tratamiento van a recibir nuestros especialistas en Europa si los títulos los regalamos en una tómbola? ¿No será una forma maquiavélica para frenar la emigración de nuestros médicos a una Europa que puede poner en duda la calidad de las titulaciones españolas?Yo acuso a nuestros políticos de poner en peligro la salud de los ciudadanos españoles al no instaurar las medidas necesarias para evitar la huida de médicos formados en España.
Yo acuso a los políticos de habilitar a supuestos especialistas sin tener el obligado título, poniendo, una vez más, en peligro la salud del ciudadano. Yo acuso a los políticos de devaluar los títulos obtenidos en España, poniendo en peligro su reconocimiento en el resto de los países europeos.
Y continuamos con contratos basura renovados cada cuatro o seis meses sin límites de tiempo, cometiendo un claro fraude de ley.
Y como en todas partes cuecen habas, no puedo ignorar las declaraciones realizadas en este periódico por Dolores Pan, portavoz del PP en la Comisión de Sanidad del Senado (ver DM del 22-II-2011). Señora Pan, el paro médico no es ningún mantra, sino una triste realidad, lo que permite a los políticos seguir haciendo contratos basura cada cuatro meses a médicos especialistas en sus centros asistenciales, mande quien mande en cada comunidad.
¿Está diciendo usted que formar a un médico no cuesta dinero a las arcas del Estado? Alemania, Francia y Reino Unido le van a hacer un monumento, porque, sin gastar un euro, van a disponer de excelentes especialistas, perfectamente formados y excelentemente maltratados en su país, por lo que tendrán que emigrar allí donde son muy bien valorados. Señora Pan, el numerus clausus debe seguir existiendo para garantizar a los españoles que sus médicos están debidamente preparados, pues a esta profesión deben llegar los mejores.La entrevista previa al ingreso en las facultades de Medicina puede ser útil, pero lo del test psicotécnico parece excesivo. ¿Por qué no se practica ese test a los políticos?
Ser médico en España
Señora Pan, ser médico en España es realizar un ejercicio de vocación sublime; ser médico en España es convertirse en un asalariado permanentemente vigilado (qué recetas, qué exploraciones pides...); ser médico en España es pasar lo mejor de tu vida al servicio de los ciudadanos, con guardias continuas, jugándotela día a día en defensa de los intereses del paciente, con pocas posibilidades de conciliación de la vida familiar, sin fiestas ni vacaciones, perseguido y controlado por las autoridades sanitarias.
Y todo esto premiado con unos salarios míseros, los más bajos de la Unión Europea, si exceptuamos a los nuevos países procedentes del Este. Y, sin embargo, se siguen quejando de que nos faltan médicos. ¿Le parece poca vocación?
Yo acuso a los políticos de abusar de los médicos mientras ellos se garantizan sueldos y jubilaciones jugosas por hacer lo que no deben, en demasiadas ocasiones, sin más titulación que una ideología confusa y la exaltación de la ignorancia.
Queda, como ven, tanto por hacer que yo pido a la Organización Médica Colegial (OMC) y a los sindicatos profesionales que sigan luchando sin descanso y sin concesiones, hasta las últimas consecuencias.Y que Dios los ilumine y les dé el ánimo que van a necesitar.
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miércoles, 2 de marzo de 2011
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