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Las fundaciones y asociaciones de pacientes son altamente valoradas por diversos grupos políticos, que estarían a favor de apoyarlas económicamente

Silvia C.Carpallo

La SEC y la FEC han organizado un debate en el que han participado portavoces de las Comisiones de Sanidad de Congreso y Senado, de CIU, PP y PSOE, así como representantes de pacientes. Todos los colectivos defienden el importante papel de las fundaciones en el apoyo al paciente en su formación y en la prevención de la salud, uno de los ámbitos menos sufragados por los presupuestos públicos


Madrid (15-4-11).- La Fundación Española del Corazón (FEC) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC), con el apoyo del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, han organizado el debate “El Papel de las fundaciones sanitarias. Ciudadano: presente y futuro”. Esta sesión, que tendrá su continuación en otoño, donde se abordará el tema de la ética y las fundaciones, se enmarca dentro de los objetivos de ambos organismos, que Carlos Macaya, presidente de la SEC, define como “conocer de la forma más precisa y exacta la realidad de la enfermedad cardiovascular en nuestro país, y sentar así las bases necesarias para los proyectos innovadores que puedan mejorar la salud de nuestros ciudadanos”.

Sobre la importancia de las fundaciones sanitarias hablaba más en profundidad Nuria Aleixandre, portavoz de la Comisión de Sanidad y Consumo del grupo CIU en el Senado, que las situaba con un presente brillante, destacando su labor en la educación del paciente, en un momento en el que la formación en el autocuidado de los enfermos crónicos va a empezar a resultar determinante. Incidía también en el papel que estas fundaciones y asociaciones de pacientes realizan en el ámbito de las enfermedades raras, “gracias a ellas las tenemos en el foco, sino serían más raras de lo que son”. La senadora de CIU hacía también hincapié en otro aspecto importante a la hora de vincular a los pacientes con el entorno sanitario, y era el papel del médico de confianza, que debía de desarrollar sobre todo el médico de cabecera, “se olvida la confianza en el médico, en su médico, les pedimos a los pacientes que tomen más decisiones, pero para ello necesitan en alguien en quien confiar, a quien preguntar”. De esta manera, hacía mención en que parece que el sistema a veces funciona bajo la premisa de “todo para el paciente, pero sin el paciente, ocurro mucho más a menudo de lo que creen”.

Por todo ello, las asociaciones de pacientes parecen tener también un papel central. Laura Fernández Maldonado, directora del Foro Catalán del Paciente y responsable de la Universidad de Pacientes, destacaba el valor social de las mismas, “son importantes ya que evitan situaciones de un alto nivel de estrés ante situaciones, o esa sensación de soledad”. Por su parte, José Ramón Hidalgo, defensor de los usuarios del Sistema Sanitario Público de la Junta de Extremadura, hacía visible más su papel institucional, poniendo el ejemplo de que “Extremadura apostó por el asociacionismo de pacientes, que lidera incluso muchos de los procesos que están en funcionamiento, es evidente que tienen un papel insustituible por la administración”.

Asimismo, Mario Mingo, portavoz del grupo PP en la Comisión de Sanidad, Política Social y Consumo del Congreso de los Diputados, mostraba su acuerdo con estas ideas, y exponía que desde el Partido Popular se pedía “el apoyo económico anual a las asociaciones de pacientes”. Esta idea traía a colación la falta de entendimiento para el desarrollo de acuerdos para la Sanidad en el entorno político, y el fracaso del Pacto por la Sanidad, del que, según Alberto Fidalgo, portavoz del grupo socialista en la Comisión de Sanidad, Política Social y Consumo del Congreso de los Diputados, “de las 60 recomendaciones en el 90 por ciento estábamos todos de acuerdo”, explicando que si no llegó a buen puerto, fue por una cuestión del momento político electoral.

La responsabilidad del paciente en la prevención de su salud

El debate también se centró en torno a la responsabilidad del paciente en su propia salud, “hay que dejar atrás las conductas paternalistas que no permiten que el paciente se haga responsable de su salud”, apuntaba la responsable de la Universidad de los Pacientes. De esta manera, quedaba claro que la promoción, prevención y preservación de la salud era uno de los pocos puntos comunes de todos los participantes. Según Mario Mingo, “todo euro que dediquemos a la prevención será un euro que ayude a la sostenibilidad del sistema”. Igualmente, cuestionaba que “hay aspectos de la prevención que no son del dominio público”, achacando la responsabilidad de esta labor al propio gobierno central, pero también a los gobiernos locales, “la labor de los ayuntamientos en la Salud Pública es extraordinariamente importante y no está bien recogida”.

Por su parte, Alberto Fidalgo exponía que “sólo un 1,5 por ciento del gasto sanitario está destinado a prevención”, en referencia a unos datos expuestos recientemente por el exministro Bernat Soria. Sin embargo destacaba importantes labores del gobierno realizadas al respecto, como el impacto en la Salud Pública de la Ley antitabaco, o “proyectos en trámite” como la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, o lo que va a suponer la Ley General de Salud Pública, que ya se haya en el Congreso en fase de enmiendas.

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