lunes, 18 de abril de 2011

No se pueden banalizar los pinchazos con jeringuillas - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
ES FUNDAMENTAL DECLARAR ESTOS ACCIDENTES
No se pueden banalizar los pinchazos con jeringuillas
Los pinchazos con jeringuillas constituyen el accidente más frecuente en el ámbito sanitario pero, curiosamente, es una eventualidad que no se aprecia lo suficiente o se considera menos peligrosa que otras porque, en muchas ocasiones, no hay sangre de por medio
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Enrique Mezquita. Valencia. - Lunes, 18 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


Según ha explicado a Diario Médico Kenneth Strauss, director de Seguridad en Medicina de la Asociación Médica Europea, es fundamental incidir en la necesidad de declarar y no banalizar los accidentes relacionados con jeringuillas, ya que "existen pruebas de que los profesionales sanitarios corren el mismo riesgo que con un pinchazo con un catéter o con un dispositivo de extracción".

Strauss, ponente en una jornada de aproximación a la normativa europea sobre bioseguridad organizada por la Consejería de Sanidad valenciana y el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova), ha explicado que "tenemos ejemplos históricos de ese peligro -por ejemplo una epidemia en Egipto con hepatitis C producida exclusivamente por los pinchazos de jeringa- y, por tanto, no podemos tolerar esa banalización y falta de interés por el tema".

Respecto a las claves para mejorar la situación, Strauss ha señalado que un aspecto fundamental es la labor con los profesionales, destacando que "se debe tomar tiempo para sensibilizarles sobre la importancia de la seguridad y la percepción del riesgo de los pinchazos", además de la necesidad de notificar los posibles accidentes en este ámbito, lo cual también hará que las autoridades sanitarias perciban la problemática en toda su extensión. Asimismo, ha incidido en que los productos de seguridad deben ser adecuados al trabajo. "Hasta ahora, las empresas y fabricantes han prestado mucha atención a los catéteres y a los productos de extracción de sangre para perfeccionar la tecnología, pero no tanto a las jeringas y las jeringuillas. Por ello, tienen la responsabilidad de que todos los productos sean fáciles de utilizar y seguros".

Strauss reserva un papel a la legislación y los responsables y gestores sanitarios en este proceso. En el primer aspecto, "la nueva normativa europea de bioseguridad no distingue entre campos de alto y bajo riesgo y, por extensión, entre dispositivos que deberían cambiarse a seguridad y no". En cuanto a la organización, ha señalado que la sensibilización, al margen de cuestiones de seguridad, también tiene que enfocarse por cuestiones economicistas: "Cuando los responsables o gestores sanitarios ven el presupuesto necesario para cambiar totalmente a productos de seguridad en jeringas, se asustan.

Sin embargo, según un estudio realizado en Bélgica -aún no publicado-, en el que se han contabilizado todos los costes de la conversión y ahorros directos e indirectos, la conversión total a productos sanitarios seguros ahorra dinero a largo plazo". Por ello ha apuntado que "los políticos y gestores deben dejar de mirar el incremento de costes a corto plazo y centrarse en que recuperarán esa inversión a medio y largo plazo".

Perspectivas de futuro
Respecto a los progresos en la materia, Strauss ha dicho que es previsible que sean lentos y graduales. A modo de ejemplo, en Estados Unidos se puso en marcha hace once años una legislación sobre los productos de seguridad y, según ha comentado, "en el primer año de aplicación de la ley, el porcentaje de utilización de jeringuillas de seguridad pasó del 10 al 60 por ciento".

Sin embargo, "en los siguientes ha ido aumentando, pero no ha alcanzado en ningún caso el cien por cien, algo que sí sucedió casi inmediatamente con los catéteres". Por último, el experto ha llamado la atención sobre los peligros que puede encerrar para el profesional la coexistencia de los dos tipos de productos.

En su opinión, "el uso de productos convencionales con otros de seguridad no conviene".
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