miércoles, 6 de abril de 2011

Salud pública y dependencia - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
ANDREU SEGURA, JUAN OLIVA Y OLGA SOLAS
Salud pública y dependencia
Los autores reflexionan sobre la idoneidad de fusionar la sanidad y los servicios sociales en las autonomías para favorecer una asistencia integral, y ponen de manifiesto la importancia de que la unión se tenga en cuenta en las autonomías donde se celebran elecciones el mes que viene.

Andreu Segura. Presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria | Juanjo Oliva. Presidente de la Sociedad Española de Economía de la Salud | Olga Solas.
Socióloga y Coordinadora de la Declaración de Toledo 2011 - Miércoles, 6 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.



Es un hecho conocido que hasta ahora los servicios sanitarios y los sociales han caminado en sendas paralelas y sólo en ocasiones concretas se han tendido la mano. Nuestra historia y cultura no son elementos ajenos a ello, como tampoco los puntos de partida divergentes y el muy diferente peso económico de ambos sectores, quizá porque el desarrollo independiente de los sistemas de sanidad y servicios sociales ha implicado divergencias que dificultan no sólo la integración sino también la coordinación entre ambas competencias y responsabilidades.

En todo caso, hasta épocas muy recientes no hemos conocido la creación de un Ministerio de Sanidad y Política Social (e Igualdad) y en la mayoría de los gobiernos autonómicos, excepto los de Extremadura y Castilla-La Mancha, los servicios sociales y los sanitarios se adscriben a distintos departamentos.

Entre la anunciada reducción del número de consejerías del nuevo gobierno catalán, cabía esperarse que se llevase a cabo la reunificación de las de Salud y Bienestar Social y Familia, algo que no ha sucedido, quizá porque el desarrollo independiente de los sistemas de sanidad y de servicios sociales ha implicado divergencias que dificultan no sólo la integración, sino también la coordinación entre ambas competencias y responsabilidades. Se trata de una coordinación que tanto desde la perspectiva de los ciudadanos como desde el punto de vista de los contribuyentes, y hasta el del electorado, parece necesaria para garantizar la efectividad, la eficiencia y la equidad en el uso de los recursos públicos que se destinan, entre otros propósitos, a la prevención y a la atención de la dependencia y de las personas que han visto reducida su autonomía.

No en vano, buena parte de los determinantes causales de la dependencia tienen que ver con la salud y con la sanidad, como ocurre con la promoción de la autonomía y la prevención de la dependencia. Son intervenciones que se benefician de una perspectiva salubrista y todavía más las que implican asistencia a las personas mermadas de la suficiente autonomía personal, que a menudo necesitan al mismo tiempo prestaciones sociales y sanitarias, que de hecho resultan complementarias.

Desde el punto de vista de los servicios sanitarios, la atención que requieren muchos pacientes dependientes visitados y atendidos en los dispositivos sanitarios -que para más confusión se denominan en ocasiones sociosanitarios- supone un esfuerzo económico y organizativo mayor que el que requerirían en el ámbito de los servicios sociales; unos servicios sociales que, por otro lado, sufren las consecuencias de la crisis económica de manera dramática, con la consiguiente limitación para desarrollar la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de la Atención a las Personas en Situación de Dependencia y que ha desplazado las ayudas en servicios que propugnaba la ley por un excesivo uso de las prestaciones económicas a las familias cuidadoras.

Elecciones autonómicas
La inminente convocatoria electoral a las administraciones locales y buena parte de las autonómicas puede ser una buena oportunidad para contrastar propuestas y opciones políticas en este ámbito y, desde luego, debería servir como acicate para enfrentar los problemas que la crisis económica está planteando al desarrollo de la mencionada Ley 39/2006. Se trata de una ocasión de la que se ha hecho eco este periódico y que desde la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) esperamos complementar hoy en Toledo, donde conjuntamente con la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha celebramos la jornada dedicada a Los retos en la atención sanitaria y social ante el envejecimiento y la dependencia.

Según Sespas, la promoción de la autonomía y la prevención de la dependencia son propósitos más fáciles de alcanzar desde la perspectiva colectiva, desde un enfoque de la población en su conjunto. Se trata de una visión propia de la salud publica, motivo por el que la jornada cuenta con la participación de especialistas que desarrollarán su exposición sobre la epidemiología de la dependencia, el aseguramiento y la provisión, y la evaluación de las experiencias acumuladas por los distintos modelos de gestión nacionales e internacionales.

Son tres ámbitos en los que no se olvidará la dimensión política y sus implicaciones. Nos gustaría culminar la iniciativa con la proclamación de una Declaración de Toledo 2011 con la que promover mejoras en la efectividad, la eficiencia y la equidad en el abordaje y la continuidad de la atención sanitaria y social del envejecimiento y de la dependencia. Se trata de una propuesta a la que invitamos a sumarse a las sociedades científicas y a las corporaciones e instituciones interesadas.
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