lunes, 9 de mayo de 2011

“El copago es una realidad en todas las políticas públicas pero en Sanidad es una anomalía” :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

“El copago es una realidad en todas las políticas públicas pero en Sanidad es una anomalía”, asegura Pablo Vázquez

Susana Fernández

Lo han señalado los economistas de la salud durante las XXXI Jornadas de la AES celebradas en Mallorca



Palma de Mallorca (10-5-11).- "La política ha secuestrado el tema del copago, no deja de sorprender que después de 35 años de economía de la salud tengamos este reparto de papeles”, así comenzó el economista Guillem López Casasnovas la introducción en la mesa abierta sobre copago en los servicios sanitarios, dentro de las XXXI Jornadas de Economía de la Salud que se celebraron la semana pasada en el Hospital Universitario Son Espases en Palma de Mallorca.

Cabe destacar que durante los días previos muchos congresistas comentaban que ésta sería una de las mesas más controvertidas e interesantes de las jornadas, de hecho se realizó en el salón de actos con un lleno absoluto y estuvieron presentes economistas, gestores, expertos en salud pública y docentes.

La mesa fue moderada por Guillem López Casasnovas, debatieron junto a él José Luis Pinto, de la Universidad Pablo Olavide (Sevilla); José Repullo del Instituto Carlos III y Pablo Vázquez de la Universidad Complutense (Madrid). “No hay eficiencia ni equidad analizable ni los politólogos pueden anclarse en una negativa fundamentalista”, declaró López Casasnovas y aseguró que el copago esta en todos los aspectos de la vida y puso de ejemplo las tasas que se pagan en educación, en el transporte público, etc. “Cuando el usuario accede a la Sanidad privada paga el cien por cien del coste, por eso creo que debe explicarse en qué se va a utilizar y cuál es el objetivo por el que se crea el copago”.

Llegados a este punto, López Casasnovas aclaró que existen dos alternativas; la primera que el copago se utilice con un objetivo recaudatorio con cargo al usuario o que sirva para frenar el gasto. “Mi pensamiento es que el copago es una cuestión política, si los políticos quieren frenar el consumo deben hablar primero con los profesionales para conocer en que ámbito se produce este despilfarro, y después serán los economistas quienes dirán cómo se debe hacer con franquicias, deducibles, etc. El copago no es cosa de los economistas”.

Por su parte, en su exposición José Luis Pinto de la Universidad Pablo Olavide (Sevilla) comentó que el copago es normal en el sistema privado americano y en España debería existir si los usuarios conocieran lo que es y lo que no es necesario. “Esta filosofía es ajena porque aquí somos muy solidarios, y para nosotros el que más tiene más paga, y los beneficios no se perciben por el usuario que lo soporta”.

Según Pinto, el copago no evitará la tendencia del crecimiento en el gasto sanitario, para el experto el copago actúa como una “cortina de humo” sobre la Sanidad que los usuarios nos podemos permitir. “La discusión del copago está generando una cortina de humo sobre el papel de nuestros gestores, quienes no están gestionando bien no cumplen con el presupuesto. Lo que no se puede hacer es decir a la sociedad que no se puede financiar de esta forma”.

Pinto finalizó su ponencia argumentando que es legitimo plantear el copago pero siempre con términos para reducir el consumo innecesario. “El copago esta para eliminar el consumo innecesario, genera un beneficio marginal el cual es necesario en términos económicos”.

José Ramón Repullo fue el siguiente ponente en hablar en la jornada y comenzó diciendo, “estamos en el reino de la confusión con el copago, hablamos de muchas cosas distintas cuando hablamos de copago: la angustia fiscal, la disuasión por el recalentamiento global, y el debate de la modulación”. Repullo argumentó que la sociedad piensa que el copago solo tiene una eficacia recaudatoria, por el contrario presentó cifras como los 168 millones que han costado las televisiones públicas el año pasado. “Los resultados empíricos dan una imagen compleja que no avalan la tendencia al recalentamiento, esto quiere decir que la Sanidad española tiene un uso inapropiado”.

Por otro lado, expuso que cuando no se sabe gestionar la oferta se pasa la factura al ciudadano, “estamos en un punto excepcional, llevamos cinco años de crisis y puede que nos queden cinco más, y en este contexto necesitamos un plan B. Debemos saber explicar el copago al usuario. Pero es que tenemos un enorme problema no estamos preparados para este debate”.

De hecho, para Repullo no todo son beneficios, se debe identificar al paciente como cliente, “el deseo de pagar parece mayor cuando el paciente recibe un bien tangible, por ejemplo una silla de ruedas pero no está dispuesto a pagar por algo que no ve por ejemplo una prótesis”.

El último ponente fue Pablo Vázquez, de la Universidad Complutense, quien indicó que, “lo primero de todo es la racionabilidad, se debe tener un copago más razonable”, y aseguró que el hecho que parte de los países europeos tengan algún tipo de copago sanitario, “debe ser porque han encontrado una cierta eficiencia en el copago”.

“Pensamos que lo que ocurre en Sanidad es una anomalía, pero tenemos copagos en otros estados de la sociedad, por ejemplo para renovar el carnet de identidad el ciudadanos debe abonar 10,21 euros es obligatorio, es decir, el copago es una realidad en todas las políticas públicas lo que ocurre en sanidad es una anomalía porque no cobremos al paciente se nos está deteriorando el sistema”.

Para concluir, Vázquez explicó que la percepción por parte del paciente de que la Sanidad es gratis ha dado paso a que los médicos estén saturados, la frecuentación es alta y tenemos un consumo de medicamentos muy elevado. “Mi impresión es que el sistema sanitario no está para distribuir rentas. El copago debe estar en función de la efectividad y no de la distribución de las rentas. Pero es un reto de nuestro país urgente.”


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