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“La seguridad de una institución hospitalaria es más compleja que la seguridad del paciente”, según el presidente de la FIH

Silvia C.Carpallo

El hospital Infanta Leonor acogía el III Seminario sobre Seguridad Hospitalaria, en el que participaba el presidente de la Federación Internacional de Hospitales (FIH), José Carlos de Souza, para aportar una visión de lo necesario que es tener hospitales más verdes y sostenibles. Igualmente, también intervinieron otros expertos que aportaron una visión profesional sobre la relación de los médicos con la justicia y con la seguridad ciudadana.


Madrid (5-5-11).- Cuando se habla de seguridad en un hospital, instintivamente la mente acude a aquello que se ha denominado “la seguridad del paciente”, es decir, la preocupación por los efectos adversos, las infecciones nosocomiales o la higiene de manos, por citar algunas ideas. Pero en realidad, el concepto de seguridad en un hospital, implica muchas más cosas. Con el objetivo de ampliar este tema, se celebraba como actividad previa al 17 Congreso Nacional de Hospitales, el III Seminario sobre Seguridad Hospitalaria en el Hospital Infanta Leonor de Vallecas, en el que participaba, entre otros, José Carlos de Souza, presidente de la Federación Internacional de Hospitales (FIH). El brasileño daba una conferencia sobre “hospitales verdes y seguros”, en la que abordaba cuestiones como que “la salud tiene un ámbito económico, social y ambiental”, y por ello, “la seguridad de una institución hospitalaria es más compleja que la seguridad del paciente”. Según el experto, por un hospital pasan una media de 3.000 a 3.500 personas al día, entre ellos empleados de muy diversas categorías profesionales, y todo ello tenía su implicación en la seguridad. La primera idea era entender que “las necesidades de las sociedades son infinitas, y los recursos son finitos”, refiriéndose luego más particularmente a la utilización excesiva de bienes como el agua o la energía en un hospital, puesto que “el consumo de energía en hospitales puede llegar a ser el doble que el de otras industrias”. Por todo ello, para de Souza, “cuidar de la vida, significa también cuidar del medioambiente y del desarrollo sostenible”, para lo que proponía un control sobre los residuos que se expulsaban al aire, un uso racional del agua y de la energía, el tratamiento vigilado de los residuos, y en definitiva, un cambio en los hábitos de vida dentro del hospital.

Otro de los aspectos clave en seguridad hospitalaria, es el papel del médico frente al poder judicial. Sobre esto hablaba Agustín Carretero, magistrado y gerente de la Academia de Policía de la Comunidad de Madrid. El experto explicaba que “el conocimiento de los derechos del médico es muy importante”, así como conocer las consecuencias en ciertos casos más complejos. Estos eran situaciones como las transfusiones sanguíneas en casos de conflicto religioso o la necesidad imperiosa de alimentación donde el derecho a vivir está por encima de la libertad ideológica. Otros temas conflictivos eran el transplante de órganos en cadáveres judiciales por muerte violenta, el reconocimiento vaginal o anal en personas privadas de libertad, la obligación de denunciar en casos de violencia de género, o el requerimiento documental, donde no hay restricción ninguna cuando el juez de instrucción investiga. Sobre todo ello, Carretero, advertía que era importante contar con un profesional del derecho en el hospital con quien consultar cada caso, para que el médico no tuviera que decidir solo.

Sólo una decena de departamentos de seguridad en toda España

El comisario jefe de la Unidad Central de Seguridad Privada del Ministerio del Interior, Esteban Gándara, participaba en el seminario para abordar el tema del departamento y del director de seguridad del hospital. Este departamento suele funcionar con seguridad privada contratada, pero tiene una relación directa con la policía. Según denunciaba el comisario, “apenas existe una decena de departamentos legalmente constituidos en el conjunto de España”, por lo que opinaba que existía, “poca concienciación y poco conocimiento” al respecto.

Entrando más detenidamente en materia, Gándara se detenía un poco en las funciones de este departamento, que pasan por cuestiones como la seguridad de la instalación contra toda intrusión, la seguridad del personal contra amenazas y agresiones, la vigilancia en la atención sanitaria a víctimas, policías o detenidos, o la gestión e intercambio de información de interés mutuo con la policía. Por ello, volvía a insistir en la necesidad de impulsar la creación de departamentos de seguridad que cumplan todos los requisitos legales.

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