martes, 17 de mayo de 2011

A las CC.AA. les cuesta compartir la información sobre adicciones :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

ENTREVISTA: A las CC.AA. les cuesta compartir la información sobre adicciones, según Nuria Espí

Jorge Sánchez

La delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ha concedido una entrevista a la Revista EL MÉDICO que se publica en el número de mayo




Madrid (18-5-11).- Nuria Espí es la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, una iniciativa gubernamental creada el año 1985 y destinada a coordinar y potenciar las políticas que, en materia de drogas, se llevan a cabo desde las distintas Administraciones Públicas y entidades sociales en España. Tras un cuarto de siglo de funcionamiento, el balance es muy positivo y su trabajo ha permitido, entre otras cosas, acabar con la gran plaga de la heroína de los años 80 y la enorme carga de VIH que trajo consigo. En cuanto a los profesionales sanitarios, destaca el gran esfuerzo que están haciendo en la prevención y en la detección de las conductas adictivas médicos de Primaria y pediatras; aunque considera que en la actualidad, estas conductas se abordan en el ámbito de la salud mental o de la psicología clínica, cuando cualquier médico debería tener nociones de ello al terminar la licenciatura.

¿Qué balance hace del primer cuarto de siglo de existencia del Plan Nacional sobre Drogas?

La valoración no puede ser más positiva. Es muy importante poder contar con un plan nacional específico para abordar las adicciones y, al mismo tiempo, trabajar conjuntamente con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Se aborda el problema de la droga en toda su integralidad (tanto la oferta como la demanda). Entre otros logros, gracias al PND se acabó con la gran plaga de la heroína de los años 80 y la enorme carga de VIH que trajo consigo. Esto nos hizo plantearnos una visión mucho más global del problema. Ahora es el momento de cerrar el círculo, para lo cual queremos dar especial relevancia a las políticas de integración social. El objetivo es que aquellas personas que vivan procesos de adicciones que, por una u otras circunstancias, les hayan llevado a situaciones de exclusión social, cuenten con mecanismos que les permitan volver a la normalidad. Sabemos que hay muchas personas en los centros penitenciarios por consumo y/o tráfico de drogas, y somos conscientes de que muchos de los jóvenes que empiezan ahora a consumir tendrán problemas de aprendizaje. Con el objetivo de atajar todo esto, próximamente tomará forma la tercera gran comisión del PND: la Comisión de Participación Social y de Inclusión que planificará esas políticas de integración.

¿Qué otros objetivos se plantea en el corto plazo?

Por un lado, buscaremos la participación activa de los profesionales que trabajan de manera directa en los programas de adicciones, pues no sólo queremos que éstos tengan en el PND a un interlocutor válido, sino que también se establezcan unos mecanismos de interrelación que permitan generar complicidades en el camino. En segundo lugar, creemos que hay que hacer una profunda reflexión en torno a las nuevas realidades vinculadas a las drogas para estudiar su posible inclusión en el plan. Me refiero fundamentalmente a las adicciones sin sustancias, donde las nuevas tecnologías juegan un papel relevante. Así, por ejemplo, estamos muy preocupados por el fácil acceso de los menores al juego on line. La ludopatía es causa de graves problemas familiares, económicos y sociales, y hoy en día no tiene un espacio de intervención social directo.

El consumo de alcohol en menores es otro asunto que vamos a tratar en el marco de la Comisión de Participación Social y de Inclusión. Las encuestas nos dicen que se está adelantando el inicio del consumo de alcohol hasta los 12 años. Esto es muy grave por dos razones: en primer lugar, no se están cumpliendo las leyes autonómicas que prohíben consumir antes de los 18 años y, en segundo lugar, está demostrado que el consumo de alcohol a edades tan tempranas puede traer consigo serios problemas de desarrollo cognitivo. Por estos y otros motivos, estamos preparando una campaña de sensibilización dirigida a niños a partir de 6 años. Creemos que hay empezar a trabajar en la prevención en menores cuando son todavía niños para que sean conscientes de las sustancias legales e ilegales que se pueden encontrar en la calle, pero muy especialmente en el caso del alcohol, porque las pautas de consumo están cambiando de manera preocupante. Somos conscientes de que la prohibición del alcohol a determinadas edades sirve de muy poco, por lo que pensamos que debe ser un proceso más bien educativo.

Así, la campaña pretende implicar al sistema educativo, a través del Ministerio de Educación, y a las familias. Hemos de situarnos en el ámbito del menor para intentar conformar un mensaje que no sea directamente disuasorio del consumo, al estilo de la famosa campaña “Si bebes no conduzcas”. También firmaremos un convenio con el Consejo Superior de Deportes para motivar a los menores mediante la oferta de ocio alternativo. En la campaña también intentaremos implicar a los hosteleros, pues no creo que tampoco les convenga la actual situación. En este contexto, el Gobierno firmara un convenio de consumo responsable con ellos para que se tengan ciertas precauciones en los locales de ocio (alcohol de calidad, agua potable a disposición de los usuarios, etc.).

¿Qué opina de que algunos ayuntamientos estén fomentando los ‘botellódromos’?

No estoy en absoluto de acuerdo con el ‘botellón’ indiscriminado donde pueden participar menores. De todas formas, creo que la sociedad española debe hacer una reflexión colectiva en torno a este asunto, ya que las soluciones al ‘botellón’ están partiendo de premisas equivocadas: se busca atajar un problema de ruido, mientras que queda en un segundo plano el hecho de que se está produciendo un consumo desordenado y a edades tempranas.

¿Es partidaria de hacer una Ley Antitabaco en el ámbito del alcohol?

Aunque el tabaco es la segunda sustancia adictiva más consumida en España, no tiene la tradición ni el arraigo del alcohol. En primer lugar, hay que tener en cuenta que la Ley Antitabaco se ha abordado tras la implantación de otra normativa similar que ya trajo consigo una importante bajada del consumo en nuestro país. Además, la ley no prohíbe a nadie fumar, sino que no deja que se haga en lugares públicos. Un 30 por ciento de fumadores no puede perjudicar a un 70 por ciento que no lo hace. En el caso del alcohol, primero hay que ser consciente de que es un sector industrial mucho más potente que el del tabaco. En cualquier caso, habría que diferenciar qué tipos de alcohol se tocan y cuáles no, y plantearse la reeducación de una sociedad en la que este consumo tiene un componente cultural brutal. El alcohol consumido con responsabilidad no es perjudicial. Por ello, no soy partidaria de una ley estatal que lo prohíba ni mucho menos. Nosotros optamos por hacer campañas dirigidas a los menores y sus familiares que cambien la baja percepción de riesgo de esta sustancia. Estamos a favor del diálogo y los acuerdos, incluso con los sectores productivos.

¿La nueva reflexión del PND supondrá alguna variación de la estrategia y/o el plan de acción puesto ya en marcha?

Ambas recogen mucho de lo que planteamos, pero lógicamente deberán irse adaptando a las nuevas realidades de las adicciones sin sustancias, y empezar a abarcar el problema del alcohol y los menores.

¿Qué tipos de drogas se empiezan a consumir en los colegios e institutos?
En espera de la próxima Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), prevista para el segundo semestre de 2011, podemos decir que hay mayor percepción de riesgo con la cocaína y, por supuesto, con la heroína. Las que más se consumen son el alcohol, el cannabis y las drogas de síntesis. Lo que más nos preocupa del alcohol es que funcione como colchón amortiguador para la entrada de otras sustancias adictivas más peligrosas, pues cuando uno pierde la consciencia es más fácil dejarse llevar y probarlas. No hay que olvidar que los únicos que disfrutan de verdad con las drogas de síntesis son los que trafican y ganan dinero con ellas.

¿Cree que van a cambiar los patrones de consumo con la crisis económica?

Tenemos que estar alerta, porque es muy probable que las drogas de síntesis bajen su precio. El objetivo de los laboratorios que fabrican estas sustancias es que los jóvenes se enganchen a algo barato para luego aspirar a la buena droga. Este tipo de sustancias son muy difíciles de perseguir porque muchos de los productos que se utilizan para fabricarlas son completamente legales, aunque para otros usos más específicos. Sólo se restringe la venta de estos productos cuando se producen varias muertes como consecuencia de su ingesta.

Ha aumentado el uso de tranquilizantes e hipnosedantes, sobre todo, en mujeres mayores de 40 años. ¿Cómo se podría controlar esto?

Estas sustancias ocupan el cuarto lugar en cuanto a consumo. Se trata de fármacos legales prescritos por los médicos de Atención Primaria, a los que las mujeres acuden para pedir la única ayuda que está en sus manos cuando tienen determinados problemas de estrés y ansiedad que les provocan importantes problemas de sueño. Esto suele derivar hacia situaciones crónicas en muchos casos. Debería hacerse un análisis socio-sanitario serio de esta situación.

¿Cómo se lleva a cabo el control de internet?

Se hace a nivel europeo fundamentalmente. Así, en 2010 se detectaron 170 páginas web relacionadas con la venta de drogas, 55 más que en 2009, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. Se hace un exhaustivo seguimiento para conseguir captar a los distribuidores, aunque la Red puede cambiar mucho en 48 horas. Estamos preocupados, pero somos muchos países los que compartimos este problema.

¿Se podría hacer más en la detección de las conductas adictivas desde el ámbito de la Atención Primaria y las Urgencias?

Nos consta que los médicos de Atención Primaria y los pediatras están haciendo un gran esfuerzo de prevención en este sentido. Sin embargo, no todas las comunidades autónomas remiten al PND sus indicadores de adicciones. Les cuesta compartir la información, no sabemos si por escasez de medios o por falta de voluntad. Así, por ejemplo, los datos de las urgencias podrían darnos perfectamente el número de menores que consumen sustancias adictivas. Igualmente, sería magnífico disponer del porcentaje de discapacidades sobrevenidas por el consumo de alcohol y drogas. Por todo esto, creemos que hay que hacer un esfuerzo de coordinación importante en este sentido.

¿Tienen alguna otra campaña en marcha?

En diciembre se puso en marcha una campaña de concienciación para embarazadas. Está demostrado que el consumo de alcohol durante el embarazo puede producir problemas irreversibles en el feto.

¿Qué proyectos destaca en el ámbito internacional?

A nivel internacional, hemos tenido la suerte de liderar el proyecto COPOLAD (Programa de Cooperación entre América Latina y la Unión Europea en políticas sobre drogas). Esta iniciativa tiene mucha importancia en lo que puede suponer de coordinación y transferencia de experiencias con los países de América Latina. Participan países europeos muy importantes, así como el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. La dinámica de trabajo se basa en una comisión muy potente con representación de todos los participantes en el proyecto. El programa es muy amplio, por lo que cada uno de los países puede determinar sus propias prioridades para cada punto del plan. Se presentó en enero y ya se están dando los primeros pasos.

¿Qué balance hace de estos primeros meses del proyecto?

Ya se ha celebrado la primera reunión de coordinación y ahora entramos en una segunda fase. Se marcha a un ritmo aceptable, con grandes expectativas para todos los países participantes, aunque muy especialmente para los de América Latina. Tenemos que estudiar todas las posibilidades de coordinar las políticas sobre drogas y de trabajar en programas de cooperación conjuntos. La diversidad de criterios dará una magnitud importante al programa.

¿Cómo ve la situación en América Latina?

Son grandes productores, pero consumen menos que nosotros según sus encuestas. Colombia, Méjico y la zona selvática de Brasil constituyen los lugares de mayor producción. No todos los países tienen un plan nacional como el nuestro. De hecho, muchos de ellos están ciertamente interesados en el sistema español y están empezando a copiarlo. El PND se toma como referencia absoluta en América Latina.

¿Y en Europa?

También nos tienen de referencia, aunque no se dice abiertamente. A nivel de decomisos, España es el país con mayor entrada de cocaína y marihuana. Sin embargo, drogas de síntesis hay en todos los países por igual. Incluso el consumo de heroína en nuestro país es, con diferencia, de los más bajos de Europa. No obstante, siempre preguntan por la cocaína, donde hemos bajado al segundo puesto europeo entre 2008 y 2010 -el consumo ha bajado del 3,1 al 2,6 por ciento-, por detrás únicamente de Reino Unido. Hay baja percepción de riesgo con la cocaína en nuestro país.

¿De qué manera está incluida la perspectiva de género en el PND?

Un claro ejemplo sería la detección de un mayor consumo de tranquilizantes e hipnosedantes en mujeres mayores de 40 años, anteriormente referida. Por otro lado, las pautas de comportamiento en el consumo de drogas no son las mismas en una niña de 8 años que en un niño de la misma edad. Los mecanismos de presión difieren en función del sexo. De ahí que queramos tener más en cuenta los aspectos sociosanitarios en el PND. En breve firmaremos un acuerdo con el Instituto de la Mujer para desarrollar un programa conjunto y organizar una jornada sobre este tema. Incluso en la última encuesta nacional sobre el consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito laboral, cuyos datos fueron presentados en enero, se ha incluido un apartado específico para los temas de género. Así, por ejemplo, se ha visto que los hombres consumen drogas en mayor proporción que las mujeres, exceptuando el caso de los hipnosedantes. Y es que las circunstancias de género también influyen en el consumo de drogas.

¿Cree que las adicciones son correctamente abordadas en el ámbito sanitario?

En la actualidad, las conductas adictivas se abordan en el ámbito de la salud mental o de la psicología clínica, cuando cualquier médico debería tener nociones de ello al terminar la licenciatura. Afortunadamente existen las unidades de conductas adictivas, que se llaman de distinta forma según la comunidad autónoma y que, en muchos casos, están financiadas en parte por el PND. Ellas se están encargando de complementar la formación de los médicos que así lo solicitan.

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