miércoles, 18 de mayo de 2011

Según el IDIS, el mutualismo administrativo es un modelo fundamental para mantener el sistema privado y está absolutamente garantizado para el futuro :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

Según el IDIS, el mutualismo administrativo es un modelo fundamental para mantener el sistema privado y está absolutamente garantizado para el futuro

Mónica de Haro

El dato más relevante del informe, según ha señalado Pedro Luis Cobiella, presidente del IDIS, es que en 2010 el colectivo mutualista cubierto por asistencia sanitaria privada rondaba los dos millones de personas, un 4,2 por ciento del total de la población española, requiriendo la labor de más de 43.000 profesionales sanitarios



Madrid (19-5-11).- El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) ha presentado el informe "Aportación del modelo de mutualismo administrativo al mercado laboral sanitario español”, que analiza el impacto en el mercado laboral sanitario privado en cada comunidad autónoma. La actividad asistencial requerida por el colectivo mutualista impacta directamente sobre más de 43.000 profesionales que desarrollan su actividad en el ámbito privado de la provisión sanitaria, muchos de ellos en áreas geográficas cuyo mercado laboral sanitario privado tiene una gran dependencia de este colectivo y que, por tanto, sería difícil de mantener sin su existencia.

La jornada moderada por el subdirector y responsable de salud de El Mundo José Luis de la Serna, ha contado con la participación, entre otros, de Juan Abarca, secretario general de IDIS; Julián García Vargas, presidente de la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE) y ex ministro de Sanidad y Consumo; Ángel Horta, director del grupo Mensor; Luis Mayero, vicepresidente de IDIS; José María Fernández Lacasa, director general de MUFACE, y Eliseo Moreno, presidente del Sector de Enseñanza de CSI-CSIF.

Todos los participantes han coincidido al señalar que el modelo MUFACE constituye un modelo de gestión sanitaria eficiente que no genera déficit y que beneficia a todos: al Estado, por el coste fijo que le supone; a la sanidad pública, por la reducción de la demanda de los pacientes y el apoyo prestado por recursos privados cuando lo necesita; a los usuarios, que pueden elegir qué entidad les prestará la atención sanitaria, y a la sanidad privada, por los hospitales, clínicas y personal cualificado que trabaja en este sector.

La integración de los componentes públicos y privados de la Sanidad española permite mantener un sistema equilibrado y altamente satisfactorio en sus resultados y que tiene en las mutualidades de funcionarios (MUFACE, ISFAS Y MUGEJU) un claro exponente.

García Vargas destaca el hecho de que “ésta fórmula es la colaboración pública privada más antigua y que ha resistido a pesar de la crisis, las dudas y las críticas”. Asimismo señala que el 87 por ciento de los funcionarios eligen esa modalidad de asistencia.

“Este dato demuestra que la cobertura sanitaria de gestión privada es la que mejor respuesta proporciona a los usuarios, que están altamente satisfechos”, subraya el vicepresidente del IDIS, “realidad a la que hay que sumar que su coste es un 30 por ciento inferior al del Sistema Nacional de Salud y sin posibilidad de endeudamiento”.

Por su parte, Juan Abarca, secretario general del IDIS, destaca que es “el único modelo público de cobertura nacional y que es una fuente de generación de empleo y riqueza”.

Además recuerda que “la sociedad es la principal beneficiaria de la existencia de elección para el colectivo mutualista, la cual facilita el acceso a los servicios sanitarios públicos y potencia la existencia de un ámbito de provisión privado con una cartera de servicios, equiparable al ámbito público, completa y un cuadro médico amplio y especializado. Las mutualidades no sólo representan un ejemplo de colaboración público-privada que genera múltiples beneficios en la gestión del sistema público, sino que además forman un modelo fundamental para el mantenimiento del sistema sanitario privado y permiten mantener el equilibrio de la oferta del sistema sanitario público, que por sí sólo no es suficiente para absorber la demanda sanitaria existente".

La desaparición de MUFACE
En cuanto a la supervivencia del sistema, los expertos creen que su cese o deterioro produciría una situación gravísima tanto para una parte del sector privado, como para el buen funcionamiento y el equilibrio del sistema público, así como para el mantenimiento del estado de bienestar

En concreto, la desaparición del modelo MUFACE supondría que el régimen general de la Seguridad Social se incrementaría en varios millones de personas con el consiguiente riesgo de posible colapso del sistema general.

Según explica Eliseo Eliseo Moreno, presidente del Sector de Enseñanza de CSI-CSIF, “las listas de espera serían más largas, etc. El costo económico para el Gobierno sería mucho más elevado pues hay que multiplicar el diferencial actual de 589€/año/afiliado por la cifra de dos millones y medio, es decir alrededor de 1472 millones de euros/año más las necesidades de la sanidad pública que el actual y a estos costes habría que añadir las mayores necesidades de instalaciones y personal para un aumento significativo del personal atendido”.

Asimismo añade que “La atención sanitaria irá perdiendo calidad progresivamente a medida que la financiación produzca pérdidas. Es previsible que esto anime a más numero de mutualistas a elegir el Régimen General y se entrará en un circuito sin salida porque en cuento llegue a un porcentaje determinado, será inviable la participación de las aseguradoras”.

Según el propio experto, “la propuesta de IU sigue viva en la Comisión de Sanidad sin que sepamos muy bien cuál es el recorrido parlamentario que tiene. El Pacto de Toledo sigue teniendo como objetivo la desaparición del mutualismo para igualarlo e incluirlo en el Régimen General aunque no todo está perdido porque la crisis puede jugar a favor de un modelo que es eficiente y gasta menos que el modelo general por lo que su desaparición incrementaría el gasto público y sería difícil de justificar por la Administración que tomara la decisión”.

Distribución de los mutualistas
Por otro lado, el número y la distribución territorial del colectivo mutualista facilita la existencia de una oferta privada de servicios sanitarios difícil de mantener en determinadas provincias sin la existencia de este colectivo.

El estudio pone de manifiesto cuáles son las comunidades cuyo mercado laboral sanitario privado tienen mayor dependencia del colectivo mutualista: Extremadura (79 por ciento), Castilla-La Mancha y Castilla y León (49 por ciento), Galicia (42 por ciento), Andalucía (38 por ciento) y Ceuta y Melilla (35 por ciento).

La actividad asistencial requerida por el colectivo mutualista de nuestro país impacta directamente sobre 43.479 profesionales sanitarios que desarrollan su actividad en el ámbito privado de la provisión sanitaria o, lo que es lo mismo, sobre el 19% de las personas que trabajan en el sector sanitario privado. De ellos, 12.749 son médicos (23 por ciento del total de galenos del sector privado) y 30.729 otros profesionales (18 por ciento del mercado de otros profesionales).

“Muchos de estos profesionales desarrollan su labor en áreas geográficas cuyo mercado laboral sanitario privado tiene una gran dependencia del colectivo mutualista y que, por tanto, sería difícil de mantener sin su existencia”, explica Mayero, vicepresidente del IDIS y director del Informe. Así, las comunidades autónomas que cuentan con un mercado laboral sanitario privado más ligado al ámbito mutualista son Extremadura, con el 79 por ciento de sus profesionales del sector privado, Castilla-La Mancha y Castilla y León (con el 49 por ciento,) Galicia (con el 42 por ciento), Andalucía (con el 38 por ciento) y las Ciudades Autónomas (con el 35 por ciento).

Con respecto al consumo de recursos asistenciales por parte de este colectivo de mutualistas Mayero los contabiliza del siguiente modo: “una actividad de 232 mil ingresos, los cuales generaron un total de 1,1 millones de estancias hospitalarias, 109 mil actos quirúrgicos entre actos de cirugía mayor y cirugía menor ambulatoria y 1,3 millones de urgencias hospitalarias. A nivel extrahospitalario, generaron una actividad de 17,5 millones de consultas y de 34,9 millones de pruebas de diagnóstico, pruebas biológicas y otros actos terapéuticos, lo que pone de manifiesto la importancia del sector sanitario privado en nuestro país”.

Bajo el “Modelo Muface” las mutualidades conciertan la provisión de la asistencia sanitaria con entidades de seguro privadas y con el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), abonando a las entidades concertadas la cuota caritativa mediante una prima mensual por persona protegida. A partir de aquí, son los propios asegurados, en este caso funcionarios del Estado, militares y miembros de la administración de Justicia, quienes eligen libre y voluntariamente si quieren ser atendidos por el Sistema Nacional de Salud o por una aseguradora, opción esta última escogida en los últimos años por el 87 por ciento de los beneficiarios.

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