lunes, 23 de mayo de 2011

TRIBUNA: Sanidad, sostenibilidad y centros sanitarios :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

TRIBUNA: Sanidad, sostenibilidad y centros sanitarios

Enric Aulí Mellado, profesor asociado de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona

Los centros sanitarios deben de ser sostenibles para proteger el medio ambiente y promover la salud de pacientes y profesionales. Se está produciendo un gran avance en este sentido mediante la disminución del consumo de energía, el uso de materiales sostenibles, la elección del emplazamiento, el control de la calidad ambiental, la eliminación del uso de sustancias tóxicas, la alimentación apropiada de los pacientes y la participación de los profesionales sanitarios en el diseño del centro. Todo esto es necesario pero no es suficiente. Es preciso que los criterios sanitarios participen activamente en el proceso de remodelación que nuestra sociedad está llevando a cabo en aras de la sostenibilidad



¿Existe interrelación entre Sanidad y sostenibilidad?

El concepto de sostenibilidad está cambiando todos los aspectos de nuestra sociedad; todo ha de ser sostenible, hasta la Ley que nos ha de sacar del pozo de la crisis. Aunque hay mucho de demagogia y oportunismo en este entusiasmo, hay que tener presente que a nivel mundial la sostenibilidad no es tan sólo de una moda pasajera o una operación de imagen para contentar al sector ecologista de la población. Estamos asistiendo a una auténtica modificación del modelo de sociedad de consumo. El objetivo es evitar el exceso de degradación ambiental, sin cambiar los aspectos fundamentales del modelo actual; no va más allá. De hecho, se podría considerar que muchas de las actuaciones actuales que se realizan en nombre de la sostenibilidad no son ecológicas, al menos en un sentido estricto. La causa es que la sostenibilidad integra los valores ambientales, dándoles un precio al que se aplican las reglas del mercado de libre circulación de capitales y productos, equilibrio de oferta y demanda, y globalización; lo que no garantiza una preservación total del medio ambiente, al menos tal y como la desearían muchos ecologistas.

Personalmente opino que la sostenibilidad es positiva y que siempre hay que buscar puntos de equilibrio; quizás la situación actual está acercándose a ese equilibrio. Sin embargo, hay un aspecto que me preocupa especialmente, el de que parece que los criterios de Sanidad no están influyendo en la adaptación de nuestra sociedad a la sostenibilidad, y eso puede llegar a ser muy grave. Sí que existe preocupación por la extensión, causada por la globalización, de enfermedades que estaban erradicadas en muchos países; pero poco más. Parece que una vez más la Sanidad está al final del proceso, aplicando Medicina asistencial, o como mucho preventiva, mediante vacunaciones y eliminación de vectores.

¿No sería mucho mejor que realmente la Sanidad influyese en el proceso de remodelación de la sociedad que se está llevando a cabo? ¿No deberían los creadores de opinión sanitarios colaborar en ese proceso? Yo afirmo que sí, y que lo que se hace no es suficiente… Hasta ahora.

¿Qué se está haciendo?
Una de las mejores actuaciones que está llevando a cabo la Sanidad, en el campo de la sostenibilidad, es la adaptación y redefinición de los centros sanitarios para hacerlos más sostenibles, especialmente para hacerlos más respetuosos con el medio ambiente. El ejemplo más claro es que el BREEAM. El sistema de acreditación de sostenibilidad de edificios en el Reino Unido hace más de diez años que tiene una categoría específica para edificios sanitarios, aceptada por el Nacional Health Service. Ejemplos de hospitales y servicios acreditados por el BREEAM son el Great Ormond Street Hospital o el Alpha Hospital.

Otra norma de certificación de edificios, posiblemente la más extendida a nivel mundial, es el LEED, impulsado por el World Green Building Council. Esta norma aprobó finalmente en noviembre 2010 unos criterios específicos para hospitales, después de varios años de pruebas y borradores, elaborados en conjunción con la organización Healthcare Without Harm.

Las normas anteriores se centran más bien en las características de los edificios para proteger el medio ambiente en sentido amplio, pero hay pocos temas relacionados específicamente con la salud. También existen guías y recomendaciones más específicamente sanitarias, como “Hospitales verdes” elaborada por la OMS, que son menos estrictas desde un punto de vista ambiental pero lo son mucho más desde el sanitario.

En España hace tiempo que han comenzado a realizarse acciones para hacer más sostenibles los centros sanitarios. Una de ellas ha sido la iniciativa de Laboratorios Ferrer de elaborar una guía que fuese una referencia en este campo. Hace poco más de un año, Ferrer me encargó, en mi doble condición de sanitario y de experto en construcción sostenible, la elaboración de un libro sobre esta temática. Fui profesor de Sanidad Ambiental en la Facultad de Farmacia de Barcelona y jefe del Servicio de Sanidad ambiental en la Generalitat de Catalunya, director de servicios ambientales de una gran promotora inmobiliaria y actualmente profesor de construcción sostenible en la Universidad Politécnica de Catalunya.

En la publicación “Centros sanitarios sostenibles”, aparecida en el 2011, se presenta en forma estructurada (de hecho podría servir de libro de texto) cómo lograr que un centro sanitario sea sostenible, poniendo ejemplos de hospitales y similares, preferentemente españoles. A continuación presentamos una síntesis de dicho libro.

Centros sanitarios sostenibles
Un centro sanitario sostenible ha de preservar el medio ambiente pero al mismo tiempo ha de promover la salud, en su sentido más amplio, de los pacientes y los profesionales que en él trabajan.

El primer aspecto ambiental que se contempla es el de la reducción del consumo de energía, que a su vez se traduce en una disminución de las emisiones del dióxido de carbono, uno de los principales responsables del calentamiento global que actualmente se está produciendo en nuestro planeta. Para disminuir las emisiones del citado gas se debe actuar en cuatro campos: un diseño bioclimático del edificio que se adapte y aproveche las características climáticas de su emplazamiento, buen aislamiento térmico de calor y frío, eficiencia de las instalaciones energéticas, e incorporación de las energías renovables en el propio centro sanitario. Veamos algunos ejemplos.

El centro de asistencia primaria Roger de Flor en Barcelona, que forma parte del proyecto europeo SARA, ha sido diseñado en colaboración con diversas universidades europeas. Tiene un aislamiento de corcho de cinco centímetros en fachada oeste (reforzado con alero y parasoles en las ventanas) y de diez centímetros de poliestireno en tejado. El Santa Lucía en Cartagena combina diversos elementos de protección solar con una terraza ajardinada que evita el sobrecalentamiento.

Muchos centros tienen programas de control de eficiencia de las instalaciones energéticas, tanto para proteger el medio ambiente como para reducir el costo energético. De manera general, se recomienda que en cada caso concreto se efectúe un ejercicio de benchmarking con el “Benchmarking Tool” de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, para verificar si el consumo del hospital está dentro de los límites esperados para un centro de sus características.

El nuevo hospital de Mollet (Barcelona) obtiene el 50 por ciento de su energía mediante una instalación geotérmica. El Hospital Comarcal del Noroeste de Murcia, obtiene el 50 por ciento de la energía que consume mediante placas solares térmicas y una central de biomasa.

En lo que concierne a los materiales, estos han de ser lo más sostenibles posible, aprovechando las oportunidades que la nueva construcción ofrece. Para saber si un material realmente es sostenible lo mejor es verificar si tiene alguna certificación que lo acredite, tal como la ecoetiqueta europea, los distintivos de calidad ambiental de diversas CCAA, el Ángel Azul, el C2C o el Cisne Blanco, entre otros.

El emplazamiento del centro ha de ser el mejor posible, aunque frecuentemente existen limitaciones de disponibilidad y urbanismo. El entorno ha de ser limpio, sin actividades contaminantes o exceso de trafico, y el terreno no debe desprender radón (gas responsable del 10 por ciento de los cánceres de pulmón) ni compuestos orgánicos volátiles. De estar estas sustancias presentes, debería construirse de forma específica que evitase su entrada y acumulación en el edificio. También debe favorecerse la integración del edificio en su entorno, tanto por criterios de estética urbanística como para favorecer el contacto de los pacientes con el mundo exterior. La tendencia actual es la de recuperar los jardines que muchos centros tenían hasta bien entrado el siglo XX, para que se conviertan en jardines sanadores que está demostrado acortan el periodo de recuperación de los pacientes.

El centro de distribución de productos químico-farmacéuticos de Ferrer en Sant Feliu de Buxalleu dispone en su azotea de un jardín verde con plantas autóctonas y de bajo consumo en agua, que se integra totalmente en el paisaje circundante.

La calidad ambiental del interior de los edificios es primordial, especialmente en los centros sanitarios. Los aspectos a considerar son tanto químicos como biológicos o físicos. En lo concerniente a la contaminación química debe vigilarse la presencia de substancias procedentes de los procesos de combustión y del uso de productos químicos en limpieza o en tratamiento; existen programas específicos tendentes a la eliminación de materiales como el mercurio, los ftalatos o el PVC. La contaminación biológica es la que más preocupa como consecuencia de las infecciones nosocomiales. Existen dos líneas de trabajo para evitarlas, las que abogan por renovaciones con aire nuevo al 100 por cien y el uso de sistemas de desinfección ultravioleta del aire renovado, y las que establecen estrictos protocolos de actuación de los profesionales sanitarios. La preocupación por la contaminación física es de reciente aparición y se centra especialmente en el ruido y en los campos electromagnéticos generados por las instalaciones que utilizan electricidad, tanto para iluminación como diagnóstico y tratamiento.

El Virgen de las Nieves, de Granada, celebra cada año un concurso entre sus trabajadores para que aporten ideas ambientales. La idea ganadora en el 2010 fue un sistema de protección del ruido en las zonas próximas a las salas de visitantes.

En un centro sanitario sostenible la alimentación debe ser ecológica y compatible con la medicación que se da a cada paciente individual. Para que sea realmente ecológica debe de ser de origen biológico, garantizado y proceder de cultivos de proximidad para evitar el consumo de combustible en el transporte, así como para proporcionar trabajo a la población local. El National Health Service del Reino Unido ha disminuido el aporte de carne en sus menús para disminuir el impacto de la ganadería sobre el cambio climático.

Finalmente, también debe de lograrse que en los nuevos centros sanitarios los profesionales, que en él han de trabajar, participen activamente en su diseño desde el principio. Las instalaciones del Instituto Guttmann de Badalona han sido diseñadas en colaboración con los profesionales para cubrir las necesidades especiales de los enfermos con lesiones medulares y cerebrales, que son los pacientes del centro.


:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

No hay comentarios: