martes, 26 de julio de 2011

Atención Familiar y Comunitaria :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::: "ENTREVISTA: Si queremos mantener una formación de calidad, y teniendo en cuenta que el elemento clave son los tutores, a estos hay que mimarlos, según Luis García Olmos

Antonio Pais

El jefe de estudios de la unidad docente multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de la Dirección Asistencial Sureste de Madrid ha concedido una entrevista a la Revista EL MÉDICO



Madrid (27-7-11).- La formación es una cuestión capital en toda especialidad médica, y la de Medicina Familiar y Comunitaria no podía ser una excepción. Claro que esta cuestión abarca temas como la formación de formadores (tutores) o la acreditación de las unidades docentes de los centros de salud que deben encargarse de impartirla. De la situación planteada en el ámbito de la AP, con el proceso que se implantó en 2008, la reacreditación siempre buscando la mejora en la formación, o cuestiones como la troncalidad, la situación particular de la Comunidad de Madrid o la formación pre y posgrado habla Luis García Olmos, jefe de estudios de la unidad docente multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de la Dirección Asistencial Sureste de Madrid.

-Acreditación de centros de salud para la formación. Un tema que da para mucho. Para empezar, habría que hablar del marco normativo del proceso de acreditación.

La acreditación de los centros de salud, o de las unidades docentes, está regulada por una norma estatal. Es algo que lleva regulado muchos años, desde que se crea el MIR. En 2003, con la publicación de la LOPS, se inicia un proceso de renovación del marco normativo de la formación de especialistas en Ciencias de la Salud pero en materia de acreditación no hay cambios sustanciales. Acredita el Ministerio de Sanidad a instancia de la entidad titular, previo informe favorable de la comisión de docencia y de la consejería de Sanidad de la comunidad autónoma.

-¿En base a qué criterios se realiza la acreditación de los centros?

La acreditación se hace en base a unos criterios explícitos que están determinados por las comisiones nacionales de las especialidades. Son criterios sobre todo estructurales, que van a implicar claramente a los gestores, y algunos de funcionamiento, que tienen que ver con las actividades asistenciales, docentes e investigadoras de los profesionales. Lo que se hizo en el año 2008 es que las unidades docentes de Medicina de Familia se sometieron a un proceso de reacreditación, un proceso del que unas salieron mejor paradas y otras, peor, sobre todo en base a esos criterios estructurales. Básicamente se identificaron dos problemas: el tamaño de los cupos, cuántas tarjetas sanitarias tenía cada profesional, y las cargas de trabajo. En algunas comunidades autónomas había unidades docentes que tenían dificultades para cumplir esos criterios.

-La acreditación de la formación, ¿sigue siendo competencia del Ministerio, no ha sido trasladada a las comunidades autónomas?

No, eso ha sucedido con la acreditación de la formación continuada. La formación de posgrado no ha sido transferida, ni está previsto transferirla: depende del Ministerio de Sanidad, y las comunidades tienen competencias en determinadas cosas. Por ejemplo, son el último eslabón en el proceso de solicitud de acreditación; si se decide acreditar un centro para la formación de especialistas, se tiene que hacer la solicitud al Ministerio pero a través de la comunidad autónoma, y a éstas les quedan competencias en otras cosas, como el reconocimiento de tutores, todo lo que tenga que ver con regulación de las comisiones de docencia, rotaciones externas…

-¿Qué porcentaje de centros de salud están acreditados para formar especialistas?

Depende de las zonas. En el caso concreto de Madrid, que es el que conozco más, dependiendo de la zona pueden estar el 70 o el 80 por ciento, o el 30, hay zonas en las que sólo unos pocos centros están acreditados.

-En la práctica, en la realidad, ¿se dan las condiciones para que los centros de salud puedan ofrecer una formación de calidad a los nuevos médicos de familia?

Hay muchos centros que cumplen los requisitos para acreditarse, sin duda, pero hay algunas zonas en las que si no se amplían las plantillas, es imposible: las consultas están masificadas, y en esas condiciones es difícil que el centro logre esa acreditación.

-¿Qué problemas se detectaron en el proceso de reacreditación de unidades docentes de MF y C, y qué implicaciones tuvieron para los gestores sanitarios?

En el proceso de reacreditación lo que se hizo es que unidades docentes que llevaban acreditadas muchos años tuvimos que someternos a un proceso en el que se valoró si se cumplían los criterios en ese momento; hubo unidades docentes que no cumplieron esos criterios y se desacreditaron algunos centros de salud: varias unidades docentes se quedaron en una situación de acreditación provisional. La intención tanto del Ministerio como de la Comisión Nacional fue conseguir que fuese mejorando la situación de los centros.

Había tres posibilidades: reacreditar, acreditar provisionalmente por un año y desacreditar. La situación más frecuente entre los informes desfavorables era la acreditación provisional por un año: se marcaban una serie de líneas de mejora y se volvía a solicitar la acreditación pasado ese año; en algunos casos se consiguió la acreditación definitiva, pero en otros se requería la solución de los problemas detectados y la solicitud se resolvía con una nueva acreditación provisional por un año. Con frecuencia las líneas de mejora que se señalaban tenían implicaciones directas en la gestión. Los problemas que implicaban a los profesionales se arreglaban con relativa rapidez (ausencia de líneas de investigación o escasa actividad docente), pero eran más difíciles de solucionar las cuestiones que implicaban dotación de recursos, de plazas de médicos de familia en los centros de salud: eso conllevaba una implicación directa de los gestores.

Las condiciones para la formación
-A nivel general, ¿cómo ve en este momento tanto la formación como la acreditación de la formación en Medicina de Familia y Comunitaria en nuestro país?

Yo creo que tenemos una formación de calidad. El proceso de reacreditación ha sido un elemento de mejora para la formación de los residentes en Medicina de Familia: ha servido para detectar problemas, se han hecho explícitos y se han introducido elementos de mejora para mantener la acreditación. Yo creo que ha sido un elemento motivador para los profesionales. Otra cosa es cómo conseguimos mantener eso, cuestiones que se tienen que arreglar y que sí son competencia de las comunidades autónomas: a éstas les corresponde todo lo que tiene que ver con el reconocimiento de la función tutorial, si ésta tiene que tenerse en cuenta en los planes de carrera profesional, si se tiene que contemplar algún tipo de complemento económico por las actividades realizadas… Ese tipo de cuestiones las tienen que regular las comunidades autónomas y la verdad es que es un tema que está bastante parado: prácticamente ninguna CC.AA. ha desarrollado lo relativo a los tutores, y es competencia suya como establece el Decreto 183/2008.

-Algo que siempre reclaman los médicos de familia es que en España se dan unas condiciones muy difíciles para que puedan compaginar su labor asistencial con la docencia y la investigación, y que particularmente la primera no tiene ningún tipo de reconocimiento…

Es una labor que no tiene compensación económica. La única comunidad autónoma que lo hacía era Cataluña, y está pensando en retirar el complemento económico que tenía para tutores. Yo creo que las comunidades autónomas tienen que regular el marco normativo de forma que se reconozca la función tutorial, que es el elemento clave en la formación de especialistas.

-¿Habla usted de un reconocimiento económico de la labor que realiza el tutor?
El tutor debe tener un reconocimiento por tres vías: una, económica, ligada su función a objetivos o con un fijo, y aunque son tiempos difíciles para pedir dinero, si miramos con una cierta perspectiva de futuro necesariamente debe ser así; segunda, debe haber un reconocimiento en forma de tiempo para poder desarrollar su labor en horario laboral, y para esto es necesario tener cupos más pequeños; y tercera, formación de los tutores. Estas tres cosas son clave y deben regularlas y garantizarlas las comunidades autónomas porque es a quienes atribuye las competencias el Real Decreto de 183/2008.

-En resumen, se puede decir que en materia de formación hay más carencias por parte de las comunidades autónomas que por parte del Ministerio…

El Ministerio también tiene cosas que hacer, tampoco ha hecho nada, desde 2008, por desarrollar cuestiones del Real Decreto que eran competencia suya. La norma establecía cuestiones que debían desarrollarse en el plazo de un año y siguen sin desarrollarse. Ni el Ministerio ni las CC.AA. han avanzado lo que deberían haber avanzado en el desarrollo del Real Decreto 183/2008.

-El panorama es sombrío, hoy en día parece una utopía ser médico de familia, sacar tiempo para dedicar a la docencia… y queda lo de compaginar la vida laboral con la familiar…

Sí, es así. Insisto: si queremos mantener una formación de calidad, y teniendo en cuenta que el elemento clave son los tutores, a estos hay que mimarlos. Hay cosas que están claras: es necesario abordar las tres vías que comentamos anteriormente.

El complicado caso de Madrid
-Proceso de reorganización de las unidades docentes de Atención Familiar y Comunitaria.

En el caso de Madrid hemos vivido una situación particular. Cuando no había terminado el proceso de reacreditación, porque todavía hay bastantes centros en situación de acreditación provisional y se debe seguir trabajando con ellos, se produjo la creación de las especialidades de Enfermería y la reconversión de las unidades docentes de MF en unidades multiprofesionales de Atención Familiar y Comunitaria. Esto sucedió en agosto de 2010, y en octubre entró en vigor el decreto de Área Única y se produjo una reordenación de las unidades docentes de MF, ya multiprofesionales, que pasan de once a siete en consecuencia. Ahora las siete unidades docentes están acreditadas provisionalmente y tenemos que solicitar la acreditación de forma inmediata.

-Vaya lío…

En definitiva, en un año hemos pasado de unidades docentes de MF a unidades docentes multiprofesionales de Atención Familiar y Comunitaria, y además hemos pasado de once unidades a siete unidades… y eso implica acreditaciones de las unidades que ahora son multiprofesionales, con enfermeras, y además la reorganización también implica acreditación: aunque los recursos son los mismos, con la reorganización puede que la suma de esos recursos no dé lugar a que un centro sea acreditable. Esto hay que valorarlo, y es el proceso en el que estamos ahora mismo pero las unidades docentes de Medicina de Familia nos caracterizamos por la capacidad de innovar y la capacidad de adaptarnos a los cambios, ha sido nuestra historia desde que apareció la especialidad.

Especialidades de Enfermería y unidades docentes multiprofesionales
-La creación de las especialidades de Enfermería y de las unidades docentes multiprofesionales, en definitiva, ha venido a cambiarlo todo.

Claro, esto ha cambiado todo. La LOPS reconoce la posibilidad de especialidades de Enfermería, en 2005 se crean las nuevas especialidades y en junio de 2010 se publica el programa de la especialidad de Atención Familiar y Comunitaria; y en la convocatoria para formación de especialistas en Ciencias de la Salud de 2011, que se publica en el mes de septiembre, salen las primeras plazas de las nuevas especialidades de Enfermería. En el plazo de un mes tuvimos que presentar la documentación y solicitar la acreditación de las unidades docentes como unidades docentes multiprofesionales, y eso de alguna manera supone cambios: en unidades que sólo había médicos se incorporan otros profesionales, cambios en la composición de las comisiones de docencia, creación de subcomisiones de Enfermería, preparar a las unidades docentes para que pudieran recibir a los nuevos residentes… ha sido una tarea importante y a contrarreloj.

-En cualquier caso, con el paso a unidades docentes multiprofesionales, al menos desde fuera se observa, o se intuye, una formación más completa del especialista…

Yo creo que esto es así sin duda: esto va a terminar enriqueciendo a las unidades docentes… y a la Atención Primaria en general. La AP es multiprofesional y, de alguna manera, esta es su evolución natural. También plantea nuevos retos. Los nuevos tutores son los profesionales con más experiencia docente, la gente más motivada, pero en estos momentos están especialmente necesitados de apoyo y formación.

-Volvemos a una cuestión repetida en estos casos: ¿Funciona bien la formación de tutores?

En el caso concreto de la Comunidad de Madrid hay un programa de formación de tutores. Cada comunidad tiene su propia oferta formativa, y yo considero que en todas, en estos momentos, es deficitaria: no cubre las necesidades, no hay suficiente formación de tutores. Repito el mensaje: hay que hacer un esfuerzo para mejorar la formación de los tutores en todo el territorio, todas las comunidades autónomas tienen que trabajar y hacer unos programas de formación de tutores acordes a las necesidades.

La troncalidad y Medicina de Familia
-Las unidades docentes multiprofesionales de Atención Familiar y Comunitaria están de plena actualidad: recientemente, la Comisión Nacional de la especialidad de MF y C se negó a mantener su labor asesora, alegando precisamente que su asesoría no era tenida en cuenta, con la troncalidad en el fondo de la escena y en cuestiones como los criterios de acreditación de estas unidades…

Las unidades docentes de Medicina de Familia nos reunimos hace unos meses en el Ministerio de Sanidad y la última propuesta de borrador de troncalidad no nos convence, sobre todo por el hecho de que si se elige especialidad antes de hacer la formación troncal, se rompe la filosofía que tiene la troncalidad: que se haga una formación médica más general, más global; si se entra en el tronco sabiendo cuál será la especialidad a desarrollar se impide que se tengan unos objetivos más globales en el periodo de formación. No sé cuánto margen de maniobra hay, parece que poco, pero creo que deberían cambiarse cosas del último borrador.

-Otra cuestión de enfrentamiento es la creación de nuevas especialidades…

En mi opinión, no tiene sentido crearlas ahora, cuando el decreto que desarrolla la troncalidad también contempla la creación de las áreas de capacitación específica: parece más razonable esperar a ver por dónde van a ir las áreas de capacitación específica y, si después de esto son necesarias nuevas especialidades, que se creen. Si nos estamos planteando que España es el país con más especialidades, que eso lleva consigo una segmentación excesiva del mercado, que eso crea conflictos cuando tienes que cubrir determinados puestos… era más lógico reducir el número de especialidades y aglutinar más las áreas de trabajo.

-La especialidad de Medicina de Familia siempre comenta que va a salir mal parada con este nuevo sistema de formación.

El papel aguanta cualquier cosa, pero la troncalidad, el día que se implante, supondrá una sobrecarga tremenda para las unidades docentes de MF: se integra en el tronco médico y tiene que jugar un papel muy importante en la formación de los especialistas de este tronco… y recursos hay los que hay, y en estos momentos los tenemos prácticamente dedicados en su totalidad a la formación de residentes de MF y C. Con los mismos recursos es difícil que además tengamos que añadir a esto la formación troncal. Creo que este es un tema que hay que trabajar despacio y que debería implantarse cuando estemos seguros de tener los recursos suficientes para afrontarlo.

-Otra queja ya habitual de Medicina de Familia es que en las facultades de Medicina no haya departamentos que den a conocer esta especialidad.

Esto es clarísimo: después, a la hora de elegir especialidad, un médico no puede elegir lo que no conoce. Los médicos que se licencian en España no han pasado por MF, y es difícil que en esas condiciones la elijan. Así tenemos una especialidad que es deficitaria: hacen falta más médicos de familia. Se están ofertando plazas de una forma poco razonable, a veces sin conocer cuáles son las necesidades reales. Para cambiar esta situación es fundamental que la formación comience en el pregrado; y para ello, esa formación la deben impartir los especialistas. Hay que estar en la universidad en igualdad de condiciones: tener asignaturas propias, que todos los estudiantes roten por MF… El día que eso pase la situación de la formación de posgrado cambiará de forma natural.

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