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:: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::: "Montero apuesta por aumentar el porcentaje del PIB destinado a Sanidad para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud


Iñaki Alonso

La consejera de Salud de la Junta Andalucía trasladó su estrategia de que 'invertir en salud ayuda al crecimiento económico' e invitó al resto de CC.AA. a seguir ese camino en el marco del I Foro de Gestión Clínica, respaldado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA)


Sevilla (15-7-11).- Europa se hace la misma pregunta: ¿Cómo ahorrar en el gasto pero manteniendo la calidad de las prestaciones sanitarias? El I Foro de Gestión Clínica Desafíos de la Atención Sanitaria en el siglo XXI, organizado en Sevilla por la Fundación Abbot y respaldado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA). Con una mesa con el título de 'Análisis de nuevos modelos de gestión en los sistemas de salud europeos', se abordaron los problemas de la coyuntura actual con los puntos de vistas de representantes políticos de Reino Unido, Francia, Portugal y España, que tuvo como portavoz a la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero.

Montero aclaró que la política sanitaria está “en el epicentro” de la actual coyuntura, que está marcada por la crisis y los recortes. En ese sentido, se posicionó en contra de los que justifican los recortes en Sanidad “por decir que es un bien de lujo” o que “es inevitable para mantener el Estado del Bienestar”. Sin embargo, aseguró que el Gobierno andaluz desecha estas teorías y mantiene que hay que distanciarse de fórmulas como el copago y apostar por “más inversión en salud contribuye al crecimiento económico, porque la población es más rentable si se apuesta por políticas sociales y de salud”.

En ese sentido, presentó una hoja de consejos útiles para la sostenibilidad del SNS, que pasa por la conveniencia de aumentar el porcentaje del PIB destinado a Sanidad, que “es de más del 6 por ciento en Andalucía cuando en comunidades más ricas como Madrid es del 3,5 por ciento”. Pero no fue la única recomendación, ya que abogó porque haya una mayor eficiencia en el fraude fiscal, subir los impuestos en tabaco, alcohol y juegos y lograr que los avances en investigación no se queden en nada, sino que “retornen al propio sistema sanitario”.

Montero aprovechó para enterrar algunos tabús como la deuda sanitaria. La consejera de Salud señaló que hay que dar soluciones financieras al SNS, pero sin olvidar nunca que históricamente se otorgaba a la cartera de Sanidad “menos presupuesto de lo que se sabía que se gastaba”. Es más, indicó que la mayoría de la losa financiera “no viene de la crisis, sino que una situación crónica”. “La deuda existe, pero eso no implica que sea un sistema insostenible”, aclaró.

Además de España, aportaron su visión los representantes de otros países europeos que coincidieron en una cuestión clave: la crisis es una oportunidad para cambiar el modelo de gestión sanitaria actual. El presidente del Consejo Directivo de ARS Algarve, Rui Lorenço, precisó que Portugal ya adoptó en 2005 un cambio de estrategia en Sanidad más enfocado hacia la consolidación Unidades de Salud de Funcionales (USF) y otra serie de medidas encaminadas a evitar una perspectiva nada halagüeña, en la que 11,2 por ciento de la población no tenía médico. Lorenço señaló que el rescate económico de Europa ha limitado los movimientos en este aspecto, aunque aclaró que el memorando firmado con el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo incluye en articulado que era conveniente aumentar el número de USF y utilizar una combinación en el pago a los profesionales que sea por un lado por su salario y otra basada en el desempeño de su labor.

En Francia también hay cierta preocupación, ya que contempla cómo “a pesar de que países como Portugal y España gastan menos, consiguen mejor calidad de vida y una mayor esperanza de vida en su población que nuestro país”. Esa ha sido la impresión de la vicepresidenta del Consejo Regional de Aquitania en Salud, Solange Ménival, que, al igual que Montero, reivindicó que hay que aprovechar esta situación “para avanzar en nuevas formas de organización” que supongan menos costes y sean más eficientes. Para ello, planteó un nuevo modelo de remuneración para la plantilla y apostar por las nuevas tecnologías, que se están empezando a utilizar en proyectos pilotos en la región de Aquitania.

Anteriormente, también intervino Nigel Edwards, presidente y jefe ejecutivo de NHS Confederación, que esbozó el panorama en el Reino Unido y arrojó una serie de pautas posibles para el futuro. Edwards planteó que la tendencia internacional va encaminada a mejorar los procesos, aunque aplicarlo a los sistemas de salud requiere tiempo. En ese sentido, señaló que las reformas en salud en Reino Unido abogan por un Estado que sea menor responsable de la gestión diaria. Además, hizo una defensa de los hospitales, que no deben de seguir creciendo ni acumulando gastos. “Los hospitales desaparecerán si no hay una forma de que sigan funcionando sin parar de crecer”, aclaró, no sin antes dejar claro que la nueva organización debería tener en cuenta de que los hospitales no deben estar para los cuidados al final de la vida o procesos de rehabilitación.


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