Las grasas trans tienden a engrosar el porcentaje de españoles con sobrepeso
Uno de cada dos adultos tiene sobrepeso; en niños la proporción es de uno de cada cuatro. ¿Las razones? La pérdida de peso de la dieta mediterránea, sustituida por la fast food, el sedentarismo y por una alimentación poco equilibrada, baja en frutas y verduras. Para paliar esta tendencia se ha elaborado la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Laura D. Ródenas | 12/07/2011 00:00
Lázaro López Jurado, Francisco J. García y Pedro Mario Fernández San Juan
'Ingerimos demasiadas grasas y proteínas en detrimento de hidratos de carbono y fibra, por lo que existe una desviación en el perfil calórica recomendado'. La afirmación es de Pedro Mario Fernández San Juan, jefe de sección de Componentes y Aditivos en el Centro Nacional de Alimentación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), y con ella encabezó su participación en el encuentro Un café con... sobre alimentación saludable, organizado por Pfizer.
Entre las principales razones que han llevado a que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud, uno de cada dos adultos padezca exceso de peso y un 9,13 por ciento de niños y adolescentes sea obeso (porcentaje que se eleva al 18,48 en el caso del sobrepeso), destacan dos: 'La proliferación de establecimientos de restauración rápida, de gran aceptación entre los más jóvenes, y el incremento del consumo de grasas saturadas (>40 por ciento), grasas trans y colesterol (>300 mg/día)'.
* 'Indicar 'aceites vegetales' maquilla el uso de grasas trans ante la falta de una regulación oficial '
Las grasas trans afectan al balance del colesterol recomendado. Y es que los isómeros trans de los ácidos grasos son los culpables del aumento de los niveles de las lipoproteínas LDL y el descenso de las HDL, mal llamados mal y buen colesterol, respectivamente. Su consumo lleva aparejado, asimismo, un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y puede impactar de forma muy negativa sobre la salud de los lactantes. La alternativa consiste en algo tan simple como insistir en el uso del aceite de oliva, pilar base de una dieta mediterránea que siempre ha destacado por su equilibrio. 'Sus efectos sobre las lipoproteínas -señaló Fernández San Juan- son inversos a los producidos por las grasas trans'. Pero hay más: 'Convendría modificar el proceso de hidrogenación mediante la interesterificación y utilizar fracciones altas en sólidos derivadas de los aceites naturales de coco, palma y palmiste, así como aceites mejorados con mayor estabilidad oxidativa'.
Si un producto está elaborado con aceite de oliva, el envase lo deja muy claro. Ahora bien, ¿y si la etiqueta refleja tan sólo aceite vegetal? 'El abanico entonces es muy amplio'. Términos tan vagos como éste no ayudan a conocer la composición exacta de los alimentos y desorientan al consumidor. En palabras de Fernández San Juan, 'la inexistencia de una normativa que regule de forma manifiesta el etiquetado produce un vacío legal que la industria utiliza para maquillar los ingredientes de su oferta'.
* 'Para evitar riesgos conviene no romper la cadena del frío, respetar la caducidad y lavarse las manos'
Nueva ley, nuevas recetas
Lo que sí se ha firmado ya es la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, aprobada el pasado 16 de junio. Entre las principales novedades, el texto establece la obligación de utilizar tecnologías e ingredientes que minimicen el contenido de grasas trans en la cadena alimentaria. Preocupa, sobre todo, la obesidad infantil, 'fruto de una dieta poco saludable y la falta de ejercicio', a juicio de Fernández San Juan.
En este sentido, la ley insta a las empresas a firmar acuerdos de regulación voluntaria para la revisión de códigos de conducta que funcionen en la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a la población de menos de quince años. Además, en el ámbito escolar habrá nutricionistas responsables de la supervisión de los menús, se proporcionará información detallada sobre los menús a los progenitores, así como directrices para que la cena sea complementaria, y no se permitirá la venta de alimentos y bebidas que no cumplan con una serie de criterios nutricionales previamente definidos. Y se retirarán las máquinas expendedoras de snacks en los colegios e institutos.
En materia de seguridad, la ley recoge distintas medidas, entre ellas la creación de una Red Española de Laboratorios de Control Oficial, coordinada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que reforzará la vigilancia, mejorará la gestión de la calidad y apoyará la investigación en metodología analítica, entre otros aspectos. Asimismo, se procederá a la creación de un sistema de información homogéneo en seguridad alimentaria, bajo la tutela también de la Aesan, que permitirá el intercambio de datos entre profesionales, investigadores y administraciones.
Del mismo modo, se establece la obligación por parte de las autonomías y de la Administración General del Estado de dar cuenta del desarrollo de los controles oficiales con objeto de cumplir con lo estipulado por la normativa europea. Y un último apunte: se prohíbe la discriminación por obesidad.
PELIGROS
La reciente crisis de los pepinos nos recuerda que a través de los alimentos entran en el organismo los nutrientes necesarios para vivir; 'sin embargo, el plato no siempre es sólo vehículo de nutrientes y, en ocasiones, nos expone a ciertos riesgos, algunos tan comunes como la salmonela o el anisakis', explica Lázaro López Jurado, jefe de Servicio de Programas de Formación de la Escuela Nacional de Sanidad. 'No romper la cadena del frío y respetar las fechas de caducidad impresas en los productos evitan la mayoría de las alteraciones derivadas de los alimentos'. Por otra parte, la higiene es fundamental, por lo que conviene insistir en la necesidad de lavarse las manos.
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