Podando el gasto farmacéutico para seguir creciendo
Antes del Interterritorial Núñez Feijóo defendía que su catálogo es fruto del espíritu de los precios de referencia marginado por Sanidad.
A.S.L. | 27/07/2011 00:00
Alberto Nuñez Feijoo
¿El catálogo de fármacos de Galicia es la mejor receta para aplicar recortes sanitarios, o la última opción antes de rebajar otras prestaciones?
-Nosotros no hemos recortado nada. Preferimos parecernos a Austria, Suecia y Reino Unido, que a Portugal, Grecia o Italia. En los primeros países el porcentaje de genéricos prescritos supera el 45-50 por cierto. En Grecia, la tasa es del 2 por ciento; en Italia, de entre el 8 y el 9 por ciento, y en Portugal oscila en torno al 16 por ciento. Lo que hemos hecho es recuperar el espíritu de los precios de referencia: tras diez años caduca la patente y sale el genérico, y a partir de ahí se establece un precio de referencia. Como el ministerio no lo hacía, hemos tenido que hacerlo nosotros. El Tribunal Constitucional, de momento, ha puesto de manifiesto que esta iniciativa no afecta a la libertad de prescripción y no disminuye la calidad farmacéutica. Su auto se inspira en la defensa de los intereses generales en una coyuntura de crisis. Ese auto señala las motivaciones de nuestra decisión.
* Sin los médicos hubiera sido imposible desarrollar el catálogo que hemos puesto en marcha pese al rechazo del Gobierno central
¿Será la última palabra?
-Creo que sí. Los servicios de salud, sobre todo los más responsables, tienen un catálogo clandestino, que es un catálogo informático por el que el médico no puede acceder a fármacos que no sean genéricos cuando confecciona la receta electrónica... Nosotros hemos sido los más transparentes al regular estas prácticas por ley con el respaldo de una mayoría de dos tercios de la Cámara gallega, el porcentaje necesario para remodelar un Estatuto de autonomía... Galicia no debería ser sancionada por ahorrar. Si Andalucía o Euskadi establecen otro tipo de catálogos, ¿por qué a Galicia se le censura por clarificar el sistema?
¿Y ese ahorro se destinará a atención primaria?
-Los 300.000 euros diarios que ahorramos gestionando mejor los gastos de farmacia se dedican a mejorar la sanidad. No se trata de detraer recursos, sino todo lo contrario. El gasto farmacéutico en Galicia supone 1.200 millones de euros, el 10 por ciento del presupuesto de la comunidad. Gastamos más en farmacia que en el presupuesto conjunto de seis consejerías de las diez que tenemos. Cualquier gestor razonable no consentiría que estos datos pasaran desapercibidos.
El TC ha levantado la suspensión cautelar y se abre la veda para que otras comunidades imiten este catálogo. Rajoy ha dicho que seguirá sus pasos si llega al Gobierno ¿Será tan fácil instaurar el modelo gallego en toda España?
-Estoy convencido de que en España recuperaremos los precios de referencia en el sentido original. Lo vamos a hacer, porque sabemos hacerlo y lo hemos hecho. En 1996 el gobierno del PP tomó las riendas de un SNS en plena crisis y fuimos capaces de pedir rebajas a farmacéuticos, laboratorios y distribuidoras, y la verdad es que han hecho un gran esfuerzo. Dejamos el contador de la sanidad a cero, sin deudas. Fuimos capaces de hacer una legislación para genéricos, para los precios de referencia... Estuvimos trabajando durante ocho años difíciles, también cuando en la segunda legislatura las cosas iban económicamente mucho mejor. En España hemos conseguido un buen sistema y ahora tenemos que ser valientes. En época de crisis tenemos que moderar el consumo de medicamentos y otras prestaciones para salvaguardar el núcleo duro del sistema.Los médicos oficiales no han puesto pegas y Pajín ha sido la cara de la confrontación contra el catálogo gallego.
¿Sanidad ha rechazado el catálogo porque la igualdad de prestaciones se ha puesto en entredicho, o por motivos políticos e ideológicos?
-Quiero agradecer al Consejo General de Colegios de Médicos, a las sociedades de Familia y a otros especialistas su apoyo claro y valiente al catálogo. Otros no eran muy favorables, pero han sido muy respetuosos con la decisión. Los médicos han mandado un mensaje de madurez muy superior al de los propios políticos. Sin los médicos hubiera sido imposible desarrollar esta medida; sin embargo, con el ministerio y el Gobierno en contra, hemos mantenido la prescripción de genéricos. Hay quien dice que las rebajas se habrían producido igualmente con las rebajas impulsadas por el Ejecutivo central, y no es verdad: cuando llegamos a la Xunta el índice de prescripción de genéricos era del 12 por ciento, y ahora estamos en el 30 por ciento, por encima del 26 por ciento medio de España y con una población con un 22 por ciento de mayores de 65 años.
¿Cree que la izquierda tiene un doble lenguaje cuando habla de la industria farmacéutica?
-Sí. Es lo mismo que le ocurre con los bancos, o con la sanidad privada, pero este doble lenguaje permanente ya no cuela. La izquierda le haría un buen servicio al país dejando las cuentas sanitarias bien saneadas.
Historia clínica
Se le nota el cansancio del curso, pero Alberto Núñez Feijóo ya ha dejado claro que ser político es estar abierto las 24 horas del día, los 365 días del año, como los hospitales y los centros de salud. Tiene porte de cirujano, sin reparos para meter el bisturí donde haga falta. No es de sentarse a esperar que cambien las circunstancias.
El presidente de la Xunta de Galicia se ha enfundado el pijama verde y ha entrado en el quirófano para afrontar una crisis estática que parece que nadie está dispuesto a tratar.
Lo dice en la entrevista, refiriéndose a un Sistema Nacional de Salud al que pocos dirigentes dedican sus reflexiones: ni bisturí, ni más tiritas. Lo que de verdad hace falta es empezar 'las sesiones de quimioterapia'. Sin miedo a las intervenciones invasivas si hay certeza de que son las actuaciones necesarias para no perder la salud para siempre.
Él está convencido de que ser político hoy es, más que nunca, tomar decisiones metido en la piel de un padre de familia numerosa de clase media-baja con dificultades para llegar a fin de mes. Tiene afán de sastre, pero no para recortar por recortar. Él busca meter la tijera donde considera que hay gastos supérfluos, o al menos eso defiende con la palabra y con los hechos.
Un presidente con el dedal en ristre sin temor a ser el político antipático que siempre tira para abajo en un país acostumbrado a vivir por encima de sus posibilidades. No hay tallas de más, porque al final los excesos se pagan, por mucho que se disfraces. Núñez Feijóo es de una pasta realista. Gusten o no gusten sus decisiones, no se paraliza ante la duda de quedar bien.
En pocas palabras
¿Qué titular sobre salud le gustaría ver pronto en los medios?
Políticos y ciudadanos logran un gran pacto por la sanidad.
¿Alguna vez se le pasó por la cabeza estudiar Medicina?
Creo que no. Admiro mucho esta profesión, pero estaba claro que lo mío era otra cosa. Despolitizaríamos la salud si...... lográramos que, junto con la lucha antiterrorista y nuestras políticas de Asuntos Exteriores, entre otras cuestiones, la sanidad fuera un tema ajeno al debate de los intereses electoralistas.
¿Su granito de arena para lograr el Pacto de Estado por la Sanidad?
Me ofrezco al Gobierno central para ser mediador de lo que considero una necesidad.
¿La enfermedad de la sociedad española?
Sus luchas entre la coherencia y la incoherencia.
¿Y su gran arsenal terapéutico?
Sus médicos, que son unos profesionales estupendamente formados que se han convertido en un ejemplo incuestionable de responsabilidad social.
¿Su médico de referencia?
El que me curó de una pulmonía, el que nos atendía en mi pueblo a todos los vecinos... En general, admiro a todos los médicos vocacionales que se gastan sirviendo a los demás. Durante mi época en el Insalud coincidí trabajando con médicos a los que estoy muy agradecido, como Rafael Matesanz. Aunque no me gustaría dejarme a nadie en el tintero, sí tengo que destacar la influencia en mi vida de José Manuel Romay Beccaría.
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