viernes, 30 de marzo de 2012

'España es una sociedad muy jerárquica' | Cáncer | elmundo.es

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INVESTIGADORES POR EL MUNDO | Ernesto Díaz Flores

'España es una sociedad muy jerárquica'

  • Su mejor amigo murió de leucemia con 17 años y esto marcó su vida profesional
  • Investiga sobre un tipo muy concreto de leucemia que tiene muy mal pronóstico
  • Quiere quedar en EEUU porque allí se apuesta por la innovación y la formación
Desde muy pequeño quería dedicarse a la investigación. "Mi abuela enfermó cuando tenía seis años y mi único deseo era estudiar para curarla". Y no se quedó en la ilusión de un niño que se enfrentaba por primera vez a la enfermedad de un ser querido. En el instituto seguía teniendo claro su objetivo, aunque no la especialidad. Pero una nueva desgracia le haría decidirse: "Mi mejor amigo murió de leucemia. Le diagnosticaron de un día para otro y le dieron un mes de vida. Entonces decidí hacer bioquímica".

Como este salvadoreño (con nacionalidad española -a los siete años su familia se trasladó a Madrid-) explica, para investigar en España se podía optar por cinco carreras: medicina, biología, farmacia, química y veterinaria. Eligió químicas con la especialización de bioquímica. "Mi mayor interés era hacer un doctorado sobre leucemia" y lo consiguió. Después de licenciarse en la Universidad Complutense de Madrid, le eligieron del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para desarrollar el doctorado sobre leucemia. "Aunque aprendí mucho, encontré algunas limitaciones. Las muestras que estudíabamos no eran de pacientes", así que cuando terminó, buscó otros laboratorios por todo el mundo (Australia, Sudáfrica, etc.) y envió su curriculum. Le llamaron de seis universidades para entrevistarle (cuatro en EEUU, una en Canadá y otra en Singapour).

El proyecto de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) "era exactamente lo que estaba buscando". El grupo estaba constituido por médicos, investigadores de genética y faltaba la experiencia de un bioquímico. Ernesto encajaba. "Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida", reconoce. Han pasado ya siete años (ahora tiene 37). Empezó con el equipo de Kevin Shannon y desde hace año medio está trabajando con la doctora Mignon Loh.

Durante la primera etapa, "estudié la caracterización bioquímica de la mutación Kras en leucemias usando modelos en ratón. Ahí desarrollé una plataforma de caracterización de los perfiles bioquímicos de las leucemias. El objetivo es identificar proteínas alteradas que transformen celulas normales en células leucémicas". De momento, han enviado los resultados de esta investigación a la revista 'Science' y están a la espera de su publicación.

Con la doctora Mignon ha dado un paso más. "Trabajamos con muestras de pacientes con leucemias linfoblásticas agudas de tipo hipodiploide. Este tipo de leucemias afecta sobre todo a niños de entre dos y 10 años y tiene muy mal pronóstico, ya que no responde a quimioterapia". Su labor consiste en aplicar la plataforma de perfiles bioquímicos que diseñó en ratones a las muestras de pacientes con el objetivo de determinar los perfiles de proteínas alteradas y saber si ese perfil respondería a quimioterapia o no. Y si no es así, saber qué fármacos podrían bloquear esas proteínas alteradas del paciente. "Los resultados hasta ahora son bastante prometedores y tenemos un estudio combinado con un grupo del St. Jude's Children Hospital, que hace la parte genética, que ha pasado la primera fase de revisión en la revista 'Nature Genetics'.

 

EEUU apoya a sus investigadores

Su trabajo en la Universidad de California en San Francisco le satisface tanto que le gustaría conseguir una plaza fija. Pero si no es en este centro, en alguna otra universidad de EEUU. "No me planteo volver a España, aunque me encantaría. La investigación española no tiene una posición destacada".

Ya se dio cuenta de las limitaciones cuando estudió el doctorado, pero ahora que tiene experiencia en la investigación en EEUU, ve claras diferencias. "En EEUU, los proyectos son más pioneros, se arriesgan más. En España no se invierte si no se tiene seguridad de que se van a conseguir resultados y supone una gran limitación". Pero no es la única, subraya. "Tiene mucha menos financiación, menos equipo y menos material y se apuesta poco por la formación a través de los congresos y las colaboraciones con universidades de otros países".

Al menos "a nivel de ciencia, España es una sociedad muy jerárquica aún. Los jefes de los trabajos, los que están altamente posicionados, son los que se benefician de los congresos y los viajes. En EEUU, es todo mucho más horizontal". La persona que realiza el postdoctorado, que es quien desarrolla el trabajo (bajo la supervisión del jefe), "es el que tiene la responsabilidad absoluta, el que presenta su trabajo en los congresos, el que recibe las críticas (buenas y malas) y también los premios. Tiene más visibilidad. Se le valora muchísimo".

En general, "aquí [en EEUU] se aprecia la innovación individual de ideas, el trabajo en equipo, la investigación recibe ayudas y hay una educación continuada de los investigadores. Te dan cursos de todo tipo: sobre cómo pedir proyectos, financiación, cómo hacer presentaciones científicas, sobre el liderazgo en grupo, actualización científica (lo más novedoso en genética, estadística, etc.)". Además, "se favorece mucho la asistencia a congresos, colaboraciones con grupos de otras universidades... Te dan mucha visibilidad de cara a otros investigadores de cualquier parte del mundo, hay mucha motivación a nivel profesional (tú eres responsable de tu trabajo) y personal e incluso fomentan actividades extraescolares en la universidad". Determinados días de la semana hay futbolín, ping-pong, cursos de fotografía, baile, etc. "La gente motivada es productiva y eso lo cuidan mucho aquí".

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