Los tratamientos autonómicos con metadona han de estandarizarse

JAVIER GRANDA REVILLA | 08/06/2012 00:00

BARCELONA Los tratamientos que se ofrecen a los adictos a opiáceos en las diferentes comunidades autónomas son muy diferentes, según el Estudio de evaluación de costes asociados a los programas de mantenimiento con metadona en España. Pese a que los programas españoles de mantenimiento con metadona están considerados como de referencia internacional, el estudio señala la alta variabilidad en términos de consumo de recursos sanitarios. En España, alrededor de 80.000 pacientes reciben este tratamiento a diario.El trabajo ha sido realizado por la consultora IMS Health, en colaboración con Gebro Pharma. Es un estudio transversal y multicéntrico que ha identificado el uso de recursos y ha cuantificado los costes directos ocasionados por los programas de mantenimiento con metadona desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud y en el contexto de la práctica clínica habitual.Los centros participantes fueron seleccionados por las autoridades competentes en drogodependencias de las comunidades autónomas de Canarias, Cataluña y Murcia. "La gran expansión de este tipo de programas se produjo en los años 90. El principal problema es el ajuste de las dosis, y es que es el único tratamiento que se sigue fabricando con formulación magistral, y en una ciudad como Barcelona puede haber metadonas de cuatro o cinco sistemas de fabricación diferentes", ha alertado Marta Torrens, directora de adicciones del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Parque Salud Mar, de Barcelona, y responsable del trabajo.En su opinión, esta diversidad de sistemas de fabricación "no cubre los criterios de estandarización a los que está obligada la industria farmacéutica".Enfermedades del SNC"Ahora hemos aprendido que la adicción es una enfermedad y, si en algún tipo de patología se ha desarrollado muchísimo conocimiento en los últimos veinte años ha sido en este campo: sabemos que son enfermedades del sistema nervioso central, crónicas, con tendencia a recurrir; y al paciente hay que tratarlo como a un enfermo crónico, lo que no quiere decir que lo tengamos que atender toda su vida", ha diferenciado.Para Torrens, la solución pasa por administrar metadona con fabricación industrial "y que no supusiera así un gravamen para el paciente". La especialista continúa diciendo que, "de hecho, ya se está utilizando en muchos hospitales, cuando el paciente está ingresado. Ahora las clínicas de metadona o los centros ambulatorios deben incorporarla también, para proporcionar así más normalidad al tratamiento. Todo esto no implica que el abordaje actual no sea eficaz ni que deje de proporcionarse a todos los pacientes que lo requieran".