lunes, 23 de julio de 2012

La feminización, una realidad mal gestionada - DiarioMedico.com

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NUEVO PANORAMA SANITARIO

La feminización, una realidad mal gestionada

La feminización de la Medicina es una realidad, sobre todo en especialidades como Ginecología, Pediatría y Endocrinología. También es cierto que cada vez hay más problemas logísticos y de cobertura en el SNS. Ante esta situación la profesión está dividida: ¿Es la feminización un problema? ¿Lo es la mala gestión de los responsables que organizan los servicios médicos? Algunos de los jefes de servicio de las especialidades más feminizadas cuentan cómo se están adaptando a la participación mayoritaria de mujeres.
Alicia Serrano   |  23/07/2012 00:00


Mujer
La presencia de la mujer en la profesión es masiva. (Photos.com)

La feminización de la Medicina es innegable, y también que su incidencia es mayor en Ginecología, Pediatría y Endocrinología. En las facultades de Medicina el 85 por ciento de los estudiantes son féminas y también el 64,8 por ciento de los MIR que han acabado este año la residencia, según un informe de CESM-Granada. Es también innegable que las mujeres en edad fértil tienen hijos y que esta circunstancia lleva a periodos de baja para atenderlos. Ante esta situación, la profesión médica está dividida: los que creen que la progresiva feminización de la Medicina -junto a la crisis- traerá problemas logísticos y de cobertura que es preciso resolver, y los que consideran que el sexo de las personas no ocasiona problemas, sino que lo hace la mala gestión de los responsables que organizan los servicios médicos.

Para conocer algo más sobre las consecuencias de este fenómeno, Diario Médico publicó hace un mes un reportaje en el que los presidentes de las sociedades científicas más feminizadas -José María Lailla de la SEGO, Serafín Málaga de la AEP y Javier Salvador de la SEEN- opinaban sobre las consecuencias de la progresiva feminización en sus especialidades (ver DM del 18-VI-2012). Desde entonces se han escrito ríos de tinta sobre sus declaraciones, que han suscitado todo tipo de críticas entre un sector de la profesión que opina que el incremento de facultativas no es un problema ni genera dificultades. Para mostrar esta cara de la moneda, DM ha hablado con algunos de los jefes de servicio de las especialidades con más féminas para que cuenten cómo gestionan el trabajo.
  • Eduardo Gratacós dice que los problemas de cobertura no los crea la feminización sino la falta de adecuación del sistema laboral y legislativo a la realidad
Susana Monereo es la jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición de Hospital Universitario de Getafe de Madrid desde hace doce años. Su servicio está compuesto íntegramente por mujeres -7 adjuntas y 4 MIR- y desde 1990 sólo ha habido un residente varón. Por lo que ha vivido en estos años, la maternidad no sólo no ha sido un problema sino que ha incrementado la productividad y el cumplimiento de los objetivos del servicio que dirige: "Entiendo las quejas expresadas por los presidentes de las sociedades científicas en el reportaje, pero creo que están fuera de lugar y que no se solventan con lamentos anacrónicos, sino con una buena organización y gestión del servicio, exigiendo un alto nivel de competencia a todos los trabajadores". En su opinión, es la mala gestión e incompetencia de los responsables de la organización de los servicios lo que ocasiona los problemas: "El trabajo de las mujeres debe gestionarse desde otra perspectiva, teniendo en cuenta sus necesidades y aspiraciones, no las de los hombres".

Lo cierto es que Monereo lleva años poniendo negro sobre blanco su visión para organizar el trabajo: "Las bajas, sean de hombres o mujeres, obligan a reorganizar el trabajo. En el caso de las maternales es más fácil, ya que se pueden programar, lo que ayuda a establecer las cargas de trabajo según el personal disponible en ese momento. También se programa con antelación la carga asistencial y, en el caso de que las mujeres no sean sustituidas, suele ser menor para no ocasionar problemas". En su servicio se han organizado para que las mujeres con niños pequeños ocupen, durante 2 ó 3 años, puestos de trabajo con más flexibilidad horaria: "Son normas que se pactan cuando se incorporan al servicio. Se establecen objetivos de trabajo,
investigación, formación... ajustados a la situación personal de cada trabajador. Si se trata de mujeres con hijos muy pequeños, los objetivos no son los mismos durante esos años que los de las que no los tienen o ya son mayores. La asistencia a congresos o cursos se establece con turnos rotatorios teniendo en cuenta estas variables".

Más flexibilidad

Al igual que Monereo, Nuria Chinchilla, profesora de la escuela de negocios IESE, defiende que se instaure la cultura de la flexibilidad en las empresas, y dice que es preciso que haya una corresponsabilidad entre éstas y sus empleados. "No hay salida para conciliar mejor si el jefe directo no es flexible".
  • El trabajo por turnos es una opción para resolver los problemas organizativos de un servicio que funciona las 24 horas todos los días del año
Trabajar por turnos

El jefe del servicio de Pediatría del Hospital San Juan de Dios de Barcelona, Jordi Pou, ha encontrado una forma de resolver los problemas que surgen cuando su servicio tiene dificultades organizativas: el trabajo por turnos. En este sentido, lleva años apostando por la profesionalización de las urgencias pediátricas y en su hospital existe un staff fijo y especializado en estas lides. "Para ellos el concepto guardia no existe, ya que se trabaja en turnos de 8 horas. Los MIR trabajan con ellos en proporciones adecuadas. Así, en urgencias siempre hay más de un médico adjunto. En épocas de máxima presión puede haber hasta 4 adjuntos en este servicio. Cuando hay dificultades, que siempre se presentan, es más fácil cubrir un turno de 8 horas que una guardia. Nosotros hemos extendido esta forma de trabajar por turnos a las unidades de hospitalización y también puede ser útil en la UCI y Neonatos". Según Pou, el origen de los problemas logísticos y de cobertura está en el cálculo de la plantilla, que habitualmente son muy justas. "Éstas deberían calcularse para que, en ausencia de los MIR, la actividad asistencial siga funcionando al menos en un 75-80 por ciento, sobre todo en aquellas unidades que deben funcionar todo el año las 24 horas".

Eduardo Gratacós, jefe de servicio de Medicina Materno-Infantil del Hospital Clínico de Barcelona, defiende que aunque puede haber dificultades de cobertura, y más ahora con los recortes, el incremento de mujeres no es un problema. "Los problemas los crea la falta de adecuación del sistema laboral y legislativo a la realidad social. Si el sistema no se adapta a las realidades, al final puede acabar convirtiéndose en un problema de forma perversa, algo que no debería serlo".

En el Hospital Universitario La Fe de Valencia el 80 por ciento de los MIR de Ginecología son chicas. Su jefe de servicio, Antonio Pellicer, dice que apenas ha tenido problemas de cobertura y que hasta ahora siempre se han cubierto las bajas maternales o las que existen durante la gestación. "Lo importante es tener una herramienta de gestión potente. Debemos conocer cuál es la capacidad de trabajo de cada facultativo y la carga laboral del servicio". Defiende que es preciso tener una visión más general de hacia dónde va Ginecología: "La especialidad se está feminizando, pero también se está haciendo más ambulatoria, así que los recursos humanos dedicados a la hospitalización son cada vez menos necesarios, y aquí entran en juego otros profesionales que pueden suplir estas funciones. Las enfermeras en el Reino Unido y en otros países hacen ecografías ginecológicas y transferencias de embriones. Nos guste o no a los médicos, van a ir ocupando nuestro lugar cada vez más en los paritorios. Los recursos humanos se van a gestionar de otra forma, pero no estará impuesto por la feminización".

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