viernes, 2 de octubre de 2015

Gestión clínica: no precisa regulación, sino apoyo - DiarioMedico.com

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AUTONOMÍA, INCENTIVOS Y LIDERAZGO

Gestión clínica: no precisa regulación, sino apoyo

Expertos reunidos por Facme y Sedisa no se muestran especialmente a favor del decreto de gestión clínica que prepara el Ministerio, pero sí de dar impulso a este modelo por la vía del liderazgo, la autonomía y la incentivación.
Rosalía Sierra. Madrid | rsierra@diariomedico.com   |  01/10/2015 18:41
 
 

Jornada Gestión Clínica
Antonio Alemany, Andrés Íñiguez -presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología- y Juan Martínez León. (José Luis Pindado)
¿Son viables los proyectos de gestión clínica? Ésta es la pregunta, nada más y nada menos, que se han planteado Facme y Sedisa en una jornada celebrada esta mañana en Madrid. Y la respuesta, prácticamente consensuada por todos los ponentes, ha sido que sí. Pero con matices.
Juan Martínez León, director del Instituto Cardiovascular del Hospital General de Valencia, lo tiene claro: la gestión clínica es viable -el instituto lleva en marcha siete años- pero podría compensar más. "En el pacto de gestión no incluimos nada sobre la reversión del beneficio al instituto, y ahora somos una ONG", se ha quejado. Así, según ha explicado, "hemos conseguido un ahorro acumulado de en torno a un millón de euros, que se ha usado para tapar el agujero generado por otros servicios, lo que perjudica al instituto y a sus 180 trabajadores".
La unidad, integrada por los servicios de Cardiología, Cirugía Cardiaca y Angiología y Cirugía Vascular, mantiene su índice de eficiencia en torno al 0,9, es decir, "gastamos por debajo de lo presupuestado", al mismo tiempo que han mejorado sus indicadores de calidad y seguridad, como la estancia media, los reingresos, las reintervenciones y la mortalidad. Y lo único que han conseguido a cambio -más allá de la satisfacción del trabajo bien hecho- es "que se nos asigne más actividad", que han ido asumiendo sin empeorar sus resultados.
Y poco puede mejorar la situación, porque "el melón de los incentivos nadie lo quiere abrir", ha reconocido Martínez León, que ha resumido los ideales de los profesionales en tres pilares: "La recompensa económica, la carrera profesional y los juguetes. Los directivos deben entender que si un cardiólogo quiere un nuevo ecógrafo no es por capricho, sino para hacer más ecografías".
Apoyo político
En su opinión, el problema de la gestión clínica es la falta de apoyo político, motivado "por tres c: falta conocimiento -de qué es la gestión clínica y qué beneficios tiene-, confianza -en sí mismos y en nosotros- y control -de los resultados y la calidad".
Y esta falta de apoyo es, según Martínez León, "la razón por la que fracasan muchas unidades de gestión clínica".
Discrepa con este punto de vista Antonio Alemany, subdirector gerente del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. A su juicio, "no es un problema político, a los políticos les parece bien, ni tampoco legislativo, porque está demostrado que se puede sacar adelante si normas específicas -en referencia al Instituto Cardiovascular de su hospital, con 16 años de vida-. El problema está en el liderazgo. Las organizaciones sanitarias deberían invertir en formar líderes".
Alemany ha ahondado en la necesidad de una legislación específica para regular la gestión clínica, planteando que, "en general, en el SNS, cuando legislamos mucho no hacemos más que constreñir. Las experiencias demuestran que no es necesaria una norma, y la creación de unidades de gestión clínica responde, en gran medida, a la necesidad ética del profesional de hacer las cosas mejor para sus pacientes, y de una manera más eficiente. Y la ética no se puede regular".
A este respecto, Francisco José Sáez, de la Dirección Asistencial Sureste de la Gerencia de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud, ha reconocido creer "que casi todos esperamos que acabe la legislatura sin que se apruebe el decreto de gestión clínica", y ha ofrecido en su lugar la propuesta del Foro de Atención Primaria.
El punto débil
También han coincidido los expertos en afirmar que "uno de los puntos débiles del modelo es el apoyo de las direcciones hospitalarias: un gerente no puede darle al director de un instituto más autonomía que la que él mismo tiene". 
Sobre este tema ha intervenido Joaquín Estévez, presidente de Sedisa, quejándose de que el Ministerio de Sanidad y el Foro de la Profesión no han contado con los gestores en la elaboración del decreto. Y la respuesta de Carlos Macaya, presidente de Facme, ha sido contundente: "Los gerentes son el eslabón más débil porque tienen un gran nivel de politización. Hasta que no estén profesionalizados y rindan cuentas no podrán contar con más autonomía".
César Pascual, hoy director general de Coordinación de la Asistencia Sanitaria de Madrid pero con una dilatada carrera como gerente hospitalario, ha anunciado, sin dar detalles, que "estamos trabajando [en Madrid] en la profesionalización de la gestión".

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