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1 de diciembre, Día Mundial del Sida
La concesión del Premio Nobel de Medicina ex aequo al biólogo francés Luc Montagner, descubridor del virus del sida, junto a su antigua colaboradora del Instituto Pasteur Fraçois Barré-Sinoussi por su lucha contra el VIH ha vuelto a poner en primera página informativa esta enfermedad. En vísperas de celebrarse, el 1 de diciembre, el Día Mundial del Sida, conviene recordar que el virus se ha cobrado 23 millones de vidas desde que se hizo público su aislamiento el 20 de mayo de 1983
Nekane Lauzirika
En los últimos seis años se han realizado mil nuevos diagnósticos de VIH, otros tantos de sífilis y otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). “Estamos asistiendo, como lo venimos advirtiendo desde hace varios años, a un importante repunte de estas infecciones”, reconoce el doctor Jorge del Romero del Centro Médico Sandoval, de la Comunidad de Madrid, el más antiguo del Estado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las ETS.
En el Sandoval, que tienen más de 80 años de experiencia en el tratamiento de estas enfermedades, tienen claro que el incremento de estas infecciones suele ser la antesala del aumento de los casos de sida. “Ese repunte de lo que llamamos las ETS “clásicas” se observa sobre todo en las grandes capitales, Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante. En consecuencia, hemos visto como se disparaba el número de infecciones de VIH en colectivos de homosexuales y también en bisexuales”.
Pero no ha ocurrido lo mismo en mujeres que ejercen la prostitución o en heterosexuales. “Ha sucedido en varones que tienen sexo con hombres. Como los expertos nos repiten una y otra vez, esto sucede, sin duda, porque se ha bajado la guardia”, añade el doctor Del Romero.
El repunte del VIH está frenado por la efectividad de los tratamientos, que están impidiendo que vaya en paralelo con el aumento de casos de sífilis y gonorrea; siempre y cuando se conozca la propia infección. “He ahí el problema; la clave está en que muchas personas portadoras del VIH no saben que están infectadas; alrededor del 25 por ciento no saben que son seropositivas. Son las que fundamentalmente están extendiendo la epidemia. Un objetivo fundamental en el que hemos de incidir durante los próximos años es en conseguir diagnosticar a este colectivo”, añade el especialista del Centro Sandoval, para quien es imprescindible conseguir que “esas personas se traten para que no enfermen y no transmitan el virus a otras personas”.
El virus del sida se ha cobrado 23 millones de vidas desde que se hizo público su aislamiento el 20 de mayo de 1983
En su opinión, las campañas preventivas que se están llevando a cabo entre distintos colectivos no están resultando tan eficaces como fuera de desear. “Existe una alta proporción de nuevos diagnósticos en hombres que mantienen sexo con otros hombres, así como un porcentaje muy destacado en inmigrantes con escaso acceso al sistema sanitario, que sin duda son los más vulnerables a las políticas que hemos diseñado, bien por su desubicación, por su tradición, por su cultura”. Por ello, y como señala, hay que dirigir las campañas a la población en general, pero, principalmente a los colectivos más vulnerables y hacia aquellos grupos específicos donde las infecciones están subiendo.
La experiencia de llevar trabajando más de 25 años a “pie de obra” con estos pacientes le lleva a no elevar sus esperanzas en torno a una vacuna preventiva. “En estas casi tres décadas de trabajo la esperanza de obtener la vacuna es lo último que se pierde. Pero igual decíamos hace 20 años. Así que, mientras la inmunoterapia no llega, hemos de trabajar por conseguir diagnosticar el mayor número de personas infectadas y ponerles un tratamiento para que no mueran ellos y no extiendan la enfermedad a su entorno. Esto es hablar de hoy mismo y no especular”, sentencia Del Romero.
No especula, pero al igual que otros especialistas, también está a la espera de la ansiada vacuna, “que todos los sabios en investigación dicen que aún está muy lejos. Lo que sí tenemos ahora son las herramientas para tratar de limitar la expansión de la epidemia de verdad no sólo en España sino en el mundo”. Primero incrementando los diagnósticos a las personas para después tratar a quienes lo precisen. En este sentido, los acuerdos de los grupos farmacéuticos con los Gobiernos resultan esenciales para que todos las personas que necesiten terapias sean diagnosticadas y tratadas, recalca.
En España existe una cobertura universal de la prevención y el tratamiento del sida
Por su parte, el doctor Bonaventura Clotet, del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Barcelona, también reconoce que hallar hoy una vacuna eficaz es harto complicado. Como afirma, “el virus muta, cambia a gran velocidad. La vacuna necesita que se genere una respuesta tumoral y celular en el sistema inmunitario para que sea efectiva. Aunque haya datos que apuntan a que únicamente con una respuesta celular ya se podría contener bastante bien la infección”. De momento, al igual que el doctor Jorge del Romero, este experto sabe que la vacuna es complicada de producir “por lo que nos tenemos que centrar en el tratamiento paliativo, que cada vez es más sencillo y, sobre todo, más eficaz”.
Menos tratamientos, más sida
La infección del virus del VIH va de la mano de la carencia de terapias. Jorge del Romero destaca la impresionante efectividad y potencia de los nuevos tratamientos contra el VIH. “Además de haber logrado reducir al máximo sus efectos secundarios, son terapias muy sencillas. Se ha pasado de todo un cóctel de pastillas a utilizar un solo comprimido al día”. Si estos tratamientos llegaran no sólo a Europa, sino a continentes donde está emergiendo la pandemia sería la primera actividad preventiva, independientemente de que se promueva el uso del preservativo. “Pero sin tratamiento la gente se muere, aunque use preservativo”, comenta.
Este especialista del Sandoval es contundente al señalar que las estrategias que se fijan exclusivamente en su uso para el sida no triunfan. “No hace falta más que ver un mapa del mundo para saber que es insuficiente. No se deben centrar las estrategias de modo exclusivo en el uso del preservativo”, insiste el doctor Del Romero, sino complementarlo con los nuevos tratamientos, porque “la transmisibilidad bajo el tratamiento antirretroviral es muchísima más baja. Se infectan menos, el riesgo es menor”.
En cuanto a las campañas preventivas considera que deben reforzar el mensaje. “Deben establecer la promoción del preservativo, atención a drogodependientes, tanto en drogas inyectadas como no. Y, principalmente, hay que volcarse en detectar a las personas que no saben que están infectadas para que se hagan las pruebas, sin olvidarse de facilitar las pruebas a quienes hayan tenido prácticas de riesgo”. Si se siguieran estas pautas a nivel global se controlaría mucho mejor la epidemia. “Sería más efectivo que lanzar campañas globales a la población en general sobre el uso del preservativo”, sentencia Del Romero.
No más del 20 ó 30 por ciento de quienes lo necesitan reciben tratamiento, según datos de los expertos
Aunque ha dejado de estar en primera línea informativa, el sida sigue siendo un problema de gran magnitud. “Por eso el reconocimiento a Luc Montagner es positivo; es recordar que la pandemia está ahí y que tiene que continuar el interés para potenciar los temas de prevención y la investigación para alcanzar su cura”.
Hay algunas cosas que ya se han solucionado de forma satisfactoria, como es el tratamiento de los síntomas de la enfermedad. “Son terapias sencillas, que funcionan muy bien. Esto ha hecho que se haya perdido la actualidad desde el punto de vista mediático, sobre todo en el mundo occidental. El otro gran aspecto del sida es la prevención, tanto asociada a los cambios de conductas como a una potencial vacuna, un tema aún sin resolver. Para evitar su expansión debiera mantenerse como un tema de actualidad social”, explica el doctor José María Gatell, del Clinic de Barcelona.
El gravísimo error de infectarse por “bajar la guardia”
Para Gatell la bajada de la guardia socio-sanitaria se ha debido en buena parte a que los tratamientos funcionan bien. “Puede ocurrir que alguien relaje las medidas profilácticas pensando que si se infecta ya le tratarán, porque ahora las terapias funcionan muy bien. Pero no podemos dejar de recalcar que infectarse es un gran error. Un error grave, porque aunque hay cosas que funcionan muy bien desde el punto de vista del tratamiento, éste resulta incómodo, porque es para toda la vida. Además pueden ser tóxicos y caros”, añade el experto del Clinic.
En opinión de José María Gatell, las estrategias terapéuticas contra el VIH en el mundo desarrollado se encaminan hacia fármacos más sencillos y más eficaces. “Es un objetivo ya logrado. Es cierto que algunas personas que empezaron los tratamientos hace años han desarrollado resistencias y seguimos teniendo problemas terapéuticos. Pero quienes han empezado los tratamientos recientemente tiene opciones muy sencillas, tolerables y eficaces. A pesar de todo, no erradican la infección y hay que hacerlos de por vida. Éste es un problema para resolver”.
Del mismo modo se expresa el doctor Clotet del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Barcelona a la hora de recordar que el sida “continúa siendo una enfermedad muy grave, porque uno se puede infectar con un virus resistente y tener una situación más complicada de lo que aparentemente puede aparecer”. Todo esto hace que se tenga un cierto respeto a la enfermedad. “Muchos han perdido ese respeto. También -continúa explicando- hay que recordar que en el mundo mal llamado desarrollado se sigue muriendo gente. Han aumentado las ETS y eso quiere decir que la gente no utiliza el preservativo. Hay que recordar que con una única relación sexual uno se puede infectar”.
Sobre la investigación de la vacuna preventiva, el doctor José María Gatell piensa que se han hecho grandes esfuerzos, pero, científicamente no siempre es fácil encontrar una vacuna contra un agente infeccioso. “Cuando me preguntan sobre esto siempre recuerdo que hay infecciones víricas frente a las que tenemos vacunas muy eficaces. Por el contrario, existen otras infecciones víricas frente a las cuales a pesar de que se han hecho muchos esfuerzos no se han hecho vacunas. El virus obedece a esta segunda categoría. En los últimos años se han hecho importantes esfuerzos por conseguirla, pero desde el punto de vista técnico es muy difícil de arreglar”.
El futuro de los antirretrovirales, que ya es el presente, tal y como indica Gatell, es tratar el VIH con una sola pastilla y con una tasa de respuesta que se acerca al cien por cien y durante muchos años. “Estamos en una situación muy buena, difícil de mejorar. El problema de los antirretrovirales es que no erradican la enfermedad, y en segundo lugar, son caros. Esto hace que en muchos países del mundo, en los que están en vías de desarrollo, sea difícil acceder a ellos por cuestiones de precio. No más allá del 20 ó 30 por ciento de los pacientes que los necesitan lo están recibiendo”.
En este sentido el especialista del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Barcelona añade que “además de ser más sencillos, los tratamientos debieran también ser más baratos. En nuestro hospital asciende a 14 millones de euros al año. Hoy por hoy las prestaciones de la Seguridad Social lo cubren para todas las personas con sida y gracias a ello pueden llegar a viejos. Pero el tratamiento es de por vida y si no se racionaliza el coste, difícilmente será sostenible”, razona Clotet.
Aunque siempre se puede mejorar, “pasar de una pastilla al día a una al mes” por ejemplo, lo único que quedaría por conseguir sería la vacuna. “En pastillas las mejoras son muy difíciles porque nos hallamos en una situación muy buena. Sin embargo, en cuanto la vacuna nos encontramos como hace diez años. A partir de ahora, hay que centrar los esfuerzos en este tema”, apostilla el responsable de infecciosa en el Clinic de Barcelona.
Gatell insiste en señalar que la estrategia farmacológica es suficiente. “En los países desarrollados mata menos, pero tiene una determinada tasa de mortalidad: concretamente el riesgo se acumula en personas que nunca se han hecho el test del sida. Ocurre que la primera vez que acuden al sistema sanitario vienen ya en fases avanzadas de la enfermedad y esto conlleva cierta mortalidad. En esto algo podemos mejorar. En los países desarrollados mueren por complicación cuando aparece la doble infección del virus del VIH y la hepatitis C. Mientras, en los países pobres nos encontramos con que las tasas de mortalidad son parecidas a las que teníamos aquí hace 15 años”.
Sobre el aumento de infecciones entre la población inmigrante que nos llega, el doctor José María Gatell es claro: “En España, una parte importante de los flujos migratorios proceden del Norte de África, donde la incidencia del VIH es muy baja. Otra parte del flujo es de América Latina y de la Europa del Este, donde la tasa sí es más alta y puede ser más problemática. Pero la mayoría de los inmigrantes se han infectado aquí. Son poblaciones vulnerables, con problemas de trabajo y otras carencias que les hace estar más desprotegidos. Pero, insisto, es más frecuente que se haya infectado aquí a que lo haya contraído fuera”.
También el doctor Gatell es de la opinión de que la vacuna preventiva eficaz llegará más tarde que pronto, “no antes de 10 años”, por lo que aboga por establecer una serie de medidas preventivas adicionales. “A pesar de todo, añade, tenemos que confiar en que vayamos a tener una vacuna de una manera rápida”. Al experto le gustaría tener la certeza de que la crisis económica mundial no haga resentir las partidas económicas para la investigación del sida. “Aunque se diga lo contrario, es muy probable que afecte a los fondos de cooperación internacional y a las ayudas de investigación para el sida. A pesar de que digan que no afectará a áreas sensibles, al final la restricción de presupuestaria afectará”.
En esta línea, Bonaventura Clotet añade que “obviamente, la emigración puede traer infecciones, pero se les tratará desde aquí. El problema está en los que se quedan en sus países, porque sólo tendrán acceso a los fármacos si bajan los precios. Además -reconoce este experto- veo negros augurios para la lucha mundial contra el sida. La recesión económica va a hacer más difícil que los tratamientos lleguen a los países pobres, más bien al contrario, facilitará la expansión de la epidemia en esas zonas. Además, si en el mejor de los casos se consigue la vacuna esto no será antes de 10 años, y la lucha contra el sida seguirá necesitando dinero, investigación… y puede ser que la vacuna se consiga más tarde y todo se complique aún más”, alerta este experto del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol.
Sida en España
De acuerdo con los datos recogidos en el Registro Nacional de Casos de Sida desde el inicio de la epidemia en España se han notificado un total de 75.733. A 31 de diciembre de 2007, que son las últimas estadísticas oficiales, los casos notificados en ese año supusieron un descenso del 78 por ciento respecto a los notificados en 1996. Así, se estima en 1.464 el total de nuevos casos diagnosticados en nuestro país en 2007, según datos oficiales. El Ministerio de Sanidad afirma que España continúa siendo uno de los países con mayor incidencia de sida en Europa occidental.
Hasta 1997, los casos de sida en personas con un país de origen distinto de España se mantuvieron en cifras bajas. A partir de esa fecha empezaron a aumentar como resultado de los patrones de inmigración. Aunque en 2007 esos casos representan un 19,3 por ciento de los diagnósticos, el número absoluto se mantiene estable en los últimos tres años.
De acuerdo con el estudio sobre morbimortalidad de pacientes con infección por el VIH ingresados en los hospitales de Sistema Nacional de Salud durante el periodo 1999-2005, disminuye la proporción de hospitalizaciones debidas al VIH/sida y aumenta la de otras patologías no relacionadas directamente con esta infección. Así, a lo largo del periodo estudiado, se observa una tendencia creciente en la proporción de ingresos de pacientes con infección por VIH para los diagnósticos de lipodistrofia, cardiopatía isquémica, enfermedades cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y hepatitis vírica. En 2005, por ejemplo, el 32 por ciento de los ingresos en este grupo de pacientes corresponde al diagnóstico de hepatitis C crónica.
En lo que respecta a la infección por VIH como diagnóstico principal del alta hospitalaria, la tasa cayó un 39 por ciento a lo largo del periodo y pasó de constituir el 55 del total de las altas en el año 1999 al 38,4 por ciento en 2005.
También descendió el porcentaje de ingresos por enfermedad definitoria de sida en el diagnóstico principal o secundario, que pasó del 36,8 por ciento en 1999 al 32,2 en 2005.
En nuestro país, la cobertura universal de la prevención y el tratamiento constituye un hecho desde comienzos de la epidemia, gracias a las características de nuestro sistema sanitario. Sin embargo, y según explicaba recientemente Bernat Soria, el Ministerio seguirá insistiendo en las estrategias de reducción de daños, de lucha contra el estigma y la discriminación, y del acceso a los servicios de las poblaciones más vulnerables. Así se recoge en el Plan Multisectorial 2008-2012, aprobado a final de 2007 de forma unánime por CCAA, profesionales y asociaciones y organizaciones no gubernamentales que trabajan en este ámbito. El Plan garantizará el impulso de la prevención, información, asistencia, tratamiento, integración e igualdad plena de derechos de las personas afectadas por el virus y el sida. En esta línea, el futuro Pacto por la Sanidad velará igualmente por las garantías de equidad, calidad, innovación, cohesión y sostenibilidad necesarias en políticas de actuación de VIH y sida.
El aumento de las inversiones, multiplicadas por 10 en menos de un decenio, no es suficiente para responder a los nuevos casos de infección por VIH. Así, el ministro señalaba en Nueva York, en el marco de la Reunión de Alto Nivel sobre VIH y Sida que se ha celebrado hace unos meses, que la prevención debe ser la base de la respuesta a la epidemia, ya que sin prevención no será sostenible la inversión. Y añadía que, para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, “es necesario fortalecer y financiar de forma previsible y eficiente sistemas de salud equitativos y de calidad, con suficientes recursos humanos y materiales, y provistos de sistemas de información y de gestión. Esto es imprescindible, junto con el incremento de los fondos y la reducción de los precios, para que las personas con VIH puedan acceder a los antirretrovirales que necesitan para seguir con vida, tratar la tuberculosis, conseguir el acceso universal a la prevención del VIH en los servicios de atención perinatal, y tratar las ITS y otros factores facilitadores de la transmisión”.
Soria recordaba que España ha realizado un esfuerzo notable en cooperación internacional en los últimos años para paliar la creciente diferencia entre las necesidades y los recursos disponibles. Así, en 2008, la Ayuda Oficial al Desarrollo por parte de nuestro país supera los 5.500 millones de euros, lo que representa el 0,5 por ciento de la Renta Nacional Bruta. Somos el país donante que más ha incrementado su ayuda y nos hemos situado en el puesto séptimo en términos absolutos, y en el noveno en proporción al PIB, comentaba el ministro.
El sida en el mundo
Onusida en su informe anual presentado como preludio de la Conferencia Internacional sobre el Sida celebrada el pasado mes de agosto en México destacó que un total de 2,5 millones de personas se habían infectado este año con el virus del sida (VIH), por lo que para finales del año habrá 33 millones de personas portadoras de la enfermedad. Onusida alerta de que este año habrá más de dos millones de muertos por el VIH. Una noticia nada alentadora, aunque son un 16 por ciento más bajas si se comparan con las de finales del 2006.
El África Subsahariana es la región más afectada, con 22 millones de personas con sida. El país con el mayor índice de contagio en América Latina es Brasil, con cerca de 730 mil personas infectadas. Cada año, 30 mil personas contraen el VIH en el país. El informe constata que el número de personas con el VIH está aumentando lentamente, en razón de las terapias que prolongan la vida de los portadores, sin embargo, la infección está lejos de ser eliminada.
El Plan Multisectorial 2008-2012 garantiza en España el impulso de la prevención, información, asistencia, tratamiento, integración e igualdad plena de derechos de las personas afectadas por el VIH
Desde 2001 a 2007, el número de nuevos casos pasó de 3 millones a 2,7. Las tasas de nuevas infecciones por el virus VIH están aumentando en otros países del mundo, como en China, Kenia, Rusia y Vietnam. Cerca de dos millones de personas murieron de Sida el año pasado, de las cuales la mayoría era adulta. La ONU estima que 7.400 personas son infectadas diariamente por el Sida en el mundo, el 45 por ciento tiene entre 15 y 24 años.
Más de 10.000 millones de dólares financiaron programas sobre el Sida en 2007. La ONU estima que el acceso universal a los tratamientos y a la prevención costaría más de 42.000 millones de euros. Según el informe, la coyuntura actual es una óptima oportunidad para valorizar la respuesta al VIH y comprender lo que se debe hacer para asegurar que los países prosigan el camino en dirección de la concretización de los compromisos firmados en relación con el VIH. En el 63 por ciento de los países, todavía hay leyes, normativas o políticas que obstaculizan la realización de servicios eficaces de prevención, tratamiento, atención y apoyo a las personas con VIH.
En seis años, el número de personas que recibe medicamentos antirretrovirales en los países de baja y mediana renta se multiplicó por diez, llegando a casi tres millones de personas a fines del 2007. El informe señala algunas estrategias que deben seguir los países en el intento de ampliar el tratamiento y la prevención de la enfermedad. Entre ellas se encuentran: el planeamiento a futuro, con evaluación que vaya más allá de ciclos trienales y quinquenales; inversiones en una respuesta eficaz al VIH con atención particular en la contención de epidemias nacionales; capacitación de personas que viven con infectados.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).
aportes a la gestión necesaria para la sustentabilidad de la SALUD PÚBLICA como figura esencial de los servicios sociales básicos para la sociedad humana, para la familia y para la persona como individuo que participa de la vida ciudadana.
viernes, 28 de noviembre de 2008
martes, 18 de noviembre de 2008
TRANSGRESIÓN ÉTICA o NEGOCIO
España es uno de los países europeos con un mayor consumo de antibióticos, según el Ministerio de Sanidad
Redacción EL MÉDICO INTERACTIVO
La directora de la AEMPS, Cristina Avendaño, ha señalado que el uso inadecuado de los antibióticos es un problema mundial y ha destacado la necesidad de trabajar de forma coordinada a todos los niveles para solucionarlo
Madrid (19-11-08). El Ministerio de Sanidad y Consumo ha acogido, con motivo de la celebración del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una jornada informativa en la que de la mano de profesionales de distintos ámbitos (Atención Primaria, Especializada, Salud pública y Administraciones sanitarias) se ha debatido sobre la utilización de estos medicamentos, destacando que España es uno de los países europeos con un mayor consumo de antibióticos.
El uso inadecuado y el abuso en el consumo de los antibióticos están generando un rápido aumento de las resistencias bacterianas y, por consiguiente, una pérdida de la eficacia de estos medicamentos en el tratamiento de algunas infecciones.
Al respecto, la subsecretaria de Sanidad y Consumo, Consuelo Sánchez Naranjo, ha señalado durante la inauguración de la jornada que “la aparición de resistencias a los antibióticos puede llegar a provocar una escasez de antibióticos activos frente a determinadas infecciones bacterianas”.
En esta misma línea, la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), Cristina Avendaño, ha recalcado que en la actualidad “el ritmo de crecimiento de las resistencias de las bacterias a los antibióticos está por encima de la capacidad actual de innovación y desarrollo de nuevos mecanismos de acción antimicrobiana”.
Algunas de las bacterias que causan infecciones comunes en la población como son las respiratorias, las urinarias o las infecciones de heridas, se encuentran entre las que presentan mayores problemas de resistencia. Esta proliferación y diseminación de las resistencias a los antibióticos se está convirtiendo en un problema de salud pública con el riesgo potencial de llegar a una situación de escasez de antibióticos activos frente a determinadas infecciones, según se ha concluido.
La mayoría de los antibióticos de uso extrahospitalario alcanzan los máximos niveles de utilización durante los meses de noviembre a febrero en coincidencia con el incremento de infecciones respiratorias en la población tales como el resfriado común y la gripe, causados por virus contra los cuales los antibióticos son ineficaces.
La incorporación de nuevos antibióticos al arsenal terapéutico es escasa. En los últimos 7 años sólo se han autorizado 4 antibióticos nuevos para su uso preferente en el medio extrahospitalario y 6 para su uso preferente en el hospital. Si por un lado desciende la disponibilidad de nuevos antibióticos y por otro aumentan las tasas de resistencia a los mismos, las alternativas terapéuticas disminuyen, pudiendo llegar a convertirse en un problema de salud pública potencialmente serio.
Es por esto que es más importante que nunca concienciar a los profesionales y ciudadanos de la importancia de hacer un buen uso de los antibióticos y poner en práctica iniciativas encaminadas a mejorar la formación en la utilización de estos medicamentos. En este sentido, Avendaño considera necesario “trabajar en medidas que optimicen el uso de los antibióticos con iniciativas a todos los niveles y con actuaciones coordinadas de todos los agentes implicados”.
Para paliar este problema, desde el Gobierno y el Ministerio de Sanidad y Consumo se han puesto en marcha distintas iniciativas como insistir en la obligatoriedad de que sólo se puedan dispensar con prescripción facultativa; destinar en los dos últimos años 54 millones de euros para el Programa de Formación Continuada para el Uso Racional de Medicamentos; o la organización en 2006 y 2007 de campañas dirigidas a la población para un uso responsable de los antibióticos.
Impulsar la investigación clínica relacionada con las resistencias a los antibióticos dentro del Plan Nacional de I+D+i, del Instituto Carlos III ha sido otra de las acciones, según se ha informado desde el Ministerio de Sanidad.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).
NOTA DEL BLOG: A los argentinos nos complace buscar culpables. Alguien a quién trasladarle la culpa que nos redima de los propios errores. Más nos encanta proceder a la "caza de brujas" de modo que la expiación de las culpas propias sea aún mayor. Traducido: siempre nos perdemos el FOCO de la cuestión y por ende, el FONDO de la misma continúa en su crecimiento perverso. El problema de uso irracional de los antibióticos no se centra sólo en la medicina humana ya que se consumen volúmenes significativos en veterinaria, donde el objetivo no es curar sino engordar, sin importar las consecuencias que ello conlleva ya que cuando los animales de cría pasan al consumo humano, los antibióticos distribuidos en los tejidos son de tal magnitud que el hombre en su deleite sencillamente "se los come"... sin saber a ciencia cierta si se come el agente activo primario, los sustratos, los intermediarios, los metabolitos conocidos u otros desconocidos. Sea como sea, la realidad es que se los come, sin más. Detrás de ello, la MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA ha dejado justamente en "evidencia" que la irracionalidad está por sobre la importancia del paciente en su condición de tal. Se prescribe a mansalva por ende se consume de manera semejante. En nuestro país, ARGENTINA, donde la transgresión es hábito los antibióticos se pueden comprar sin receta y/o hasta en quioscos (no muy distinto a España). La conclusión es simple: el PERFIL INFECTOLÓGICO DEL PLANETA se ha modificado más por el USO IRRACIONAL de los ANTIBIÓTICOS antes que por el CAMBIO CLIMÁTICO. Desde luego ahora los factores y sus variables se suman y como los efectos nunca se traducen en lo inmediato, nos enfrentamos a un "algo" desconocido, aunque indudablemente para nada bueno... Caminando por la senda del "negocio" como prioridad nos hemos olvidado de los efectos intangibles, esos que no se ven pero que están, siempre... Esos efectos se reflejan en "debilidades" para las generaciones que nos siguen, sin embargo el hombre en su afán de poder y comodidad no se da cuenta que esta circunstancia es semejante, equivalente a comer justo donde se defeca. FEO!, SÍ, PERO REAL. Las medidas políticas son sólo eso: políticas. La GENTE permanece SIN TENER IMPORTANCIA. La SALUD sólo sirve para emperifollar los discursos y vestir el tiempo de palabras. CERASALE
Redacción EL MÉDICO INTERACTIVO
La directora de la AEMPS, Cristina Avendaño, ha señalado que el uso inadecuado de los antibióticos es un problema mundial y ha destacado la necesidad de trabajar de forma coordinada a todos los niveles para solucionarlo
Madrid (19-11-08). El Ministerio de Sanidad y Consumo ha acogido, con motivo de la celebración del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una jornada informativa en la que de la mano de profesionales de distintos ámbitos (Atención Primaria, Especializada, Salud pública y Administraciones sanitarias) se ha debatido sobre la utilización de estos medicamentos, destacando que España es uno de los países europeos con un mayor consumo de antibióticos.
El uso inadecuado y el abuso en el consumo de los antibióticos están generando un rápido aumento de las resistencias bacterianas y, por consiguiente, una pérdida de la eficacia de estos medicamentos en el tratamiento de algunas infecciones.
Al respecto, la subsecretaria de Sanidad y Consumo, Consuelo Sánchez Naranjo, ha señalado durante la inauguración de la jornada que “la aparición de resistencias a los antibióticos puede llegar a provocar una escasez de antibióticos activos frente a determinadas infecciones bacterianas”.
En esta misma línea, la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), Cristina Avendaño, ha recalcado que en la actualidad “el ritmo de crecimiento de las resistencias de las bacterias a los antibióticos está por encima de la capacidad actual de innovación y desarrollo de nuevos mecanismos de acción antimicrobiana”.
Algunas de las bacterias que causan infecciones comunes en la población como son las respiratorias, las urinarias o las infecciones de heridas, se encuentran entre las que presentan mayores problemas de resistencia. Esta proliferación y diseminación de las resistencias a los antibióticos se está convirtiendo en un problema de salud pública con el riesgo potencial de llegar a una situación de escasez de antibióticos activos frente a determinadas infecciones, según se ha concluido.
La mayoría de los antibióticos de uso extrahospitalario alcanzan los máximos niveles de utilización durante los meses de noviembre a febrero en coincidencia con el incremento de infecciones respiratorias en la población tales como el resfriado común y la gripe, causados por virus contra los cuales los antibióticos son ineficaces.
La incorporación de nuevos antibióticos al arsenal terapéutico es escasa. En los últimos 7 años sólo se han autorizado 4 antibióticos nuevos para su uso preferente en el medio extrahospitalario y 6 para su uso preferente en el hospital. Si por un lado desciende la disponibilidad de nuevos antibióticos y por otro aumentan las tasas de resistencia a los mismos, las alternativas terapéuticas disminuyen, pudiendo llegar a convertirse en un problema de salud pública potencialmente serio.
Es por esto que es más importante que nunca concienciar a los profesionales y ciudadanos de la importancia de hacer un buen uso de los antibióticos y poner en práctica iniciativas encaminadas a mejorar la formación en la utilización de estos medicamentos. En este sentido, Avendaño considera necesario “trabajar en medidas que optimicen el uso de los antibióticos con iniciativas a todos los niveles y con actuaciones coordinadas de todos los agentes implicados”.
Para paliar este problema, desde el Gobierno y el Ministerio de Sanidad y Consumo se han puesto en marcha distintas iniciativas como insistir en la obligatoriedad de que sólo se puedan dispensar con prescripción facultativa; destinar en los dos últimos años 54 millones de euros para el Programa de Formación Continuada para el Uso Racional de Medicamentos; o la organización en 2006 y 2007 de campañas dirigidas a la población para un uso responsable de los antibióticos.
Impulsar la investigación clínica relacionada con las resistencias a los antibióticos dentro del Plan Nacional de I+D+i, del Instituto Carlos III ha sido otra de las acciones, según se ha informado desde el Ministerio de Sanidad.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).
NOTA DEL BLOG: A los argentinos nos complace buscar culpables. Alguien a quién trasladarle la culpa que nos redima de los propios errores. Más nos encanta proceder a la "caza de brujas" de modo que la expiación de las culpas propias sea aún mayor. Traducido: siempre nos perdemos el FOCO de la cuestión y por ende, el FONDO de la misma continúa en su crecimiento perverso. El problema de uso irracional de los antibióticos no se centra sólo en la medicina humana ya que se consumen volúmenes significativos en veterinaria, donde el objetivo no es curar sino engordar, sin importar las consecuencias que ello conlleva ya que cuando los animales de cría pasan al consumo humano, los antibióticos distribuidos en los tejidos son de tal magnitud que el hombre en su deleite sencillamente "se los come"... sin saber a ciencia cierta si se come el agente activo primario, los sustratos, los intermediarios, los metabolitos conocidos u otros desconocidos. Sea como sea, la realidad es que se los come, sin más. Detrás de ello, la MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA ha dejado justamente en "evidencia" que la irracionalidad está por sobre la importancia del paciente en su condición de tal. Se prescribe a mansalva por ende se consume de manera semejante. En nuestro país, ARGENTINA, donde la transgresión es hábito los antibióticos se pueden comprar sin receta y/o hasta en quioscos (no muy distinto a España). La conclusión es simple: el PERFIL INFECTOLÓGICO DEL PLANETA se ha modificado más por el USO IRRACIONAL de los ANTIBIÓTICOS antes que por el CAMBIO CLIMÁTICO. Desde luego ahora los factores y sus variables se suman y como los efectos nunca se traducen en lo inmediato, nos enfrentamos a un "algo" desconocido, aunque indudablemente para nada bueno... Caminando por la senda del "negocio" como prioridad nos hemos olvidado de los efectos intangibles, esos que no se ven pero que están, siempre... Esos efectos se reflejan en "debilidades" para las generaciones que nos siguen, sin embargo el hombre en su afán de poder y comodidad no se da cuenta que esta circunstancia es semejante, equivalente a comer justo donde se defeca. FEO!, SÍ, PERO REAL. Las medidas políticas son sólo eso: políticas. La GENTE permanece SIN TENER IMPORTANCIA. La SALUD sólo sirve para emperifollar los discursos y vestir el tiempo de palabras. CERASALE
lunes, 17 de noviembre de 2008
SUSTENTABILIDAD SANITARIA versus CRISIS GLOBAL
INFORMES Y GESTION
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INFORMES
Sostenibilidad del sistema sanitario, ¿dónde está el reto?
La mejora del funcionamiento de los servicios de salud, en el panorama actual, debe atender a la reflexión y a considerar las acciones de la salud pública, la evaluación económica de las tecnologías sanitarias, y la investigación en servicios como fundamentales para aportar una base científica y técnica a las decisiones políticas, máxime en un sistema sanitario, que en realidad son 17, donde la pregunta sobre la sostenibilidad está en el aire.
L.G.P.
La capacidad del sistema sanitario español para ser sostenible y sobre todo eficaz en financiación ha sido objeto de estudio por expertos en economía de la salud que han puesto sobre la mesa un debate que debe atender también a las peculiaridades del sistema, entre otras las debidas a la descentralización y transferencia de competencias sanitarias a las Comunidades Autónomas.
En un contexto en que el sector público tiene un papel determinante en la provisión y financiación de bienes y servicios, se ha despertado el interés por medir su rendimiento para detectar posibles fallos o imperfecciones en su funcionamiento y establecer las mejoras que permitan un máximo aprovechamiento de su financiación. No obstante, medir el rendimiento, eficiencia y productividad del sector sanitario no es tarea fácil.
También, el aumento de las expectativas y exigencias de la población, las presiones fiscales y la necesidad de rendir cuentas ante la sociedad son algunos de los factores que hacen que cada vez se preste más atención a la efectividad y eficiencia de los servicios sanitarios y que se pongan en marcha iniciativas para la medida de su desempeño.
Retos financieros
En la reunión del Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrada en junio, el Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) y las Comunidades Autónomas acordaron un documento que marca los retos financieros del Sistema Nacional de Salud de cara al futuro: principalmente garantizar la asistencia sanitaria pública de calidad.
Garantizar el equilibrio financiero del Sistema Nacional de Salud se supone un objetivo común de las autoridades sanitarias de este país y la última reunión del Consejo Interterritorial abordó por primera vez la cuestión de la financiación de los servicios de salud. La finalidad del debate consistió en elaborar un documento consensuado que contemplara las necesidades financieras del SNS para trasladarlas al Consejo de Política Fiscal y Financiera, órgano encargado de definir la propuesta del nuevo sistema de financiación autonómica, que finalmente deberá ser aprobado por ley en las Cortes españolas.
Los responsables autonómicos de Sanidad han reconocido que el actual sistema de financiación no ha logrado la suficiencia financiera de los servicios de salud
Con esta acción, las autoridades sanitarias estatal y autonómicas quisieron trasladar su punto de vista, como gestores de los recursos destinados a Sanidad, sobre las necesidades financieras de los servicios sanitarios y ponerlos a disposición de los consejeros de Economía y Hacienda de las Comunidades Autónomas y del Ministro de Economía y Hacienda, como responsables del proceso de negociación del nuevo modelo de financiación autonómica.
“Pretendemos contribuir a que el futuro sistema de financiación autonómica que se decida en el Consejo de Política Fiscal y Financiera garantice que el actual modelo de SNS sea sostenible, evitando ponerlo en riesgo a medio y largo plazo y poder cubrir aspectos básicos de I+D+i”, afirmaba el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria.
La pelota, en el tejado de las Comunidades Autónomas
El Pleno del Consejo Interterritorial reconoce que son las autonomías las que deciden a qué dedican los recursos que reciben del Estado y de los tributos cedidos por éste, y según el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, “si las Comunidades Autónomas piden más recursos basándose en las necesidades de la Sanidad, tendrán que gastárselo realmente en Sanidad”.
Las Comunidades Autónomas han reconocido que la aplicación del actual sistema de financiación (acordado unánimemente con las 17 en 2001) no ha logrado la suficiencia financiera de los servicios de salud, por lo que consideran que conseguir esta suficiencia de los servicios de salud debería ser un objetivo del nuevo sistema de financiación autonómica. Y sostienen que en el diseño del nuevo sistema de financiación deben considerarse aquellos factores variables que afectan al gasto.
Según el documento consensuado a raíz de la última reunión del Pleno, no se trata tanto de poner más dinero, sino de lograr un sistema de financiación capaz de responder a cuestiones variables que influyen en el coste de los servicios, tales como la población, corregida por variables como las tasas de mortalidad estandarizada, el envejecimiento, la dispersión, el porcentaje de población de 0-4 años, la insularidad, la aparición de nuevas y mejores tecnologías, entre otras. Pero como se expondrá a continuación, la variable de la población por sí sola no es suficiente para establecer las necesidades de gasto, ni para asegurar a los ciudadanos la igualdad y equidad de los servicios.
Ministerio y Comunidades Autónomas consideran que hay que continuar profundizando en la mejora de la gestión de los servicios sanitarios para que el gasto en este campo sea más rentable, con nuevas acciones sobre las variables que afectan a la demanda y a los costes de la Sanidad, y el Consejo Interterritorial reivindica el trabajo por la eficiencia en acciones como las mejoras profesionales en recursos humanos, la evaluación de las tecnologías sanitarias para su incorporación o no a la asistencia, las estrategias relativas a la educación para la salud, avances en la eficiencia en la gestión de compras de los servicios de salud o el control del gasto en medicamentos, entre otras.
Evaluación económica de tecnologías
Desde luego, la mejora de la gestión de los servicios sanitarios pasa inevitablemente por valorar y actualizar constantemente dicha gestión. El papel de la evaluación económica en la adopción y la difusión de tecnologías sanitarias ha sido abordado en el último informe emitido por la de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) en 2008. En este contexto, el término tecnología no se refiere solamente a nuevos medicamentos o piezas de equipos sanitarios sofisticados, sino que incluye además intervenciones, organización de la atención sanitaria y programas de cribado, según la definición recomendada por el National Health Service británico.
Entendida en sentido amplio, la tecnología sanitaria sería cualquier método utilizado para promocionar la salud, prevenir y tratar enfermedades y mejorar la rehabilitación o los cuidados sanitarios a largo plazo.
Considerada una herramienta básica para ayudar en la toma de decisiones en materia de salud y estrategias de adopción y difusión de las innovaciones sanitarias, la evaluación económica de tecnologías sanitarias experimenta un auge en Europa. Los responsables sanitarios tienen el deber de conjugar el acceso de los ciudadanos a los avances terapéuticos que ayuden a mejorar su salud con el hecho de que la financiación de los sistemas sanitarios públicos sea sostenible. Ésta es precisamente una de las razones del crecimiento de la evaluación económica como fuente de información sobre costes y resultados en salud.
En estudios comparados se ha observado que los países con coberturas sanitarias más amplias y de mejor calidad mantienen una proporción mayor de copagos, como es el caso de los países nórdicos
El objetivo: la eficiencia en la asignación de recursos, entendida como la optimización de los beneficios en salud dados los recursos limitados. La evaluación económica trata de poner al alcance de aquéllos que toman decisiones en el medio sanitario la información relevante desde el punto de vista de la eficiencia, evaluando si la efectividad adicional que ofrece una nueva tecnología compensa sus costes adicionales.
En Europa, existen agencias de evaluación de tecnologías desde hace años, y entre ellas se encuentran algunas españolas. El hito en el contexto europeo lo marcó la creación en el Reino Unido del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) en 1999. Por sí solas, las guías del NICE apenas varían el comportamiento de los profesionales sanitarios, puesto que sus recomendaciones son de carácter consultivo, no normativo.
La experiencia europea muestra que cuando la naturaleza de estas agencias es meramente consultiva y están dirigidas a proveer a los profesionales sanitarios de la información necesaria para lograr una atención sanitaria eficiente y de calidad para sus pacientes, su impacto será limitado, a no ser que reciban un fuerte respaldo explícito por parte de los máximos responsables sanitarios. Otra opción la representan las agencias cuyos informes sirven de guía a los gestores públicos en la negociación del precio de una nueva tecnología (generalmente medicamentos) y en el proceso de decisión sobre su inclusión o exclusión del sistema de financiación pública.
En España, el marco de regulación y la voluntad de los máximos responsables sanitarios no han favorecido el desarrollo de la evaluación económica de tecnologías sanitarias, según sostiene Juan Oliva, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA). La ley del Medicamento del año 1990 establecía que la prestación de medicamentos por el SNS se debería realizar mediante la financiación selectiva de los mismos en función de los recursos disponibles, y se dejaba abierta la puerta a la evaluación económica de tecnologías sanitarias pero no se concretó en la práctica.
También es la línea de la Nueva Ley de Uso Racional y Garantías de Medicamentos y Productos Sanitarios (28 de julio de 2006). Y más allá, la Orden SCO/3422/2007 de 21 de noviembre por la que se desarrolla el procedimiento de actualización de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud señala en su artículo 6.8 que “los informes resultantes deberán recoger los resultados de la valoración que se haya realizado sobre la seguridad, eficacia, eficiencia, efectividad y utilidad sanitaria de la técnica, tecnología o procedimientos disponibles y, si procede, recomendaciones sobre las condiciones más idóneas para aplicar esta técnica, tecnología o procedimiento”.
En 1994, nacía la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias encuadrada en el Instituto de Salud Carlos III, para atender las necesidades consultivas del Sistema Nacional de Salud en relación con la definición de su política de prestaciones sanitarias. Y así, su labor es ofrecer valoraciones objetivas de los impactos sanitario, social, ético, organizativo y económico de las técnicas y procedimientos de uso médico-sanitario, que contribuyan a sustentar sobre bases científicas las decisiones de autoridades y demás agentes sanitarios, bien se orienten a: la introducción sistematizada de las nuevas tecnologías en la práctica clínica, la definición de los criterios de uso apropiado de las tecnologías ya establecidas, o la organización de los servicios de salud.
En este sentido, Juan Oliva duda de que para una completa y fidedigna evaluación de tecnologías sanitarias en España, sea lo mejor una única agencia centralizada, tratándose en realidad de 17 sistemas. También en España, otras iniciativas de interés relativas a evaluación de tecnologías sanitarias son el Comité Mixto de Evaluación de Nuevos Medicamentos, formado por Andalucía, País, Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, y también la Comissió d'Avaluació Econòmica i Impacte Pressupostari (CAEIP), entre otras.
Por su parte, mientras la Administración Central no tiene una postura clara respecto al papel que le aguarda a la evaluación económica de tecnologías sanitarias en el proceso de toma de decisiones, las autoridades sanitarias autonómicas han promocionado desde hace años agencias de evaluación de tecnologías, aunque el impacto real de sus informes es hasta ahora desconocido, tal y como señalan Juan Oliva de la Universidad de Castilla-La Mancha y de FEDEA, Fernando Antoñanzas de la Universidad de la Rioja y Oliver Rivero-Arias, en el trabajo “Evaluación económica y toma de decisiones en salud. El papel de la evaluación económica en la adopción y la difusión de tecnologías sanitarias”.
Hasta el momento, el impacto que tiene la evaluación económica de tecnologías sanitarias en la práctica habitual sanitaria y el grado de utilización de los agentes sanitarios de estas herramientas en sus decisiones son muy limitados, debido a la existencia de barreras de carácter administrativo, metodológico y de aplicación práctica.
El camino de avance, si quiere calar en los profesionales sanitarios, pasa por incluir la evaluación económica de tecnologías sanitarias entre la información relevante que se debe manejar en la toma de decisiones. Según estos autores, los estudios de evaluación económica deberían servir para ayudar en esta toma de decisiones, no para reemplazarla mecánicamente, y deberían ser juzgados por su contribución a tomar decisiones mejores de las que se habría tomado sin ellos.
El conocimiento de la eficiencia y de la repercusión presupuestaria de una tecnología constituye una información de carácter económico indispensable si se quiere garantizar el aprovechamiento de los recursos financieros públicos para ofrecer a la población de una atención sanitaria adecuada, de calidad y sostenible. Las líneas de avance en relación a la financiación sostenible del sistema sanitario pasan, para estos autores, por la formulación de un plan estratégico de largo plazo, consensuado por los diferentes actores del sistema y refrendado por los partidos políticos, además de por considerar la evaluación económica como una herramienta complementaria.
Análisis sí, pero ¿cómo?
Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal, entidad que precisamente debatió sobre la mejora de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas en unas jornadas celebradas en junio, sostiene que es necesario medir y comparar la relación entre el diseño y la definición de un sistema sanitario y los resultados obtenidos con el fin de identificar oportunidades de mejora de funcionamiento y así, rediseñar intervenciones sanitarias más efectivas.
Las posibilidades de mejora están limitadas por la historia, la dirección política y los intereses creados, según del Llano, quien considera, no obstante, que cierta dosis de competencia mejora la eficiencia.
Como ejemplo de experiencias internacionales, apunta a los indicadores utilizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para estudiar el funcionamiento de los sistemas sanitarios: la esperanza de vida y esperanza de vida libre de incapacidad al nacer y a los 60 años, la mortalidad infantil, los años de vida potencialmente perdidos, el consumo anual de alcohol por persona, tomógrafos computerizados, unidades de resonancia magnética, y equipos de radioterapia por millón de habitantes, camas de agudos por mil personas, días de hospitalización por persona, estancia media en hospitales de agudos, gasto sanitario público y total por persona, gasto sanitario como proporción del PIB.
Respecto a los análisis del rendimiento de los sistemas sanitarios en España, del Llano establece que vienen justificados por el deber de asegurar recursos suficientes y estables (financiación, médicos, infraestructuras, tecnologías, etc.) conforme a producir una asistencia de calidad. Para establecer un estudio del rendimiento de los sistemas sanitarios debe primero tratar de conocerse el estado de salud y sus determinantes en la población de cada comunidad autónoma: factores individuales o familiares (educación, renta, hábitos y comportamiento, genéticos, tipo de trabajo, vivienda), y también comunitarios (entorno medioambiental, legislación laboral, riesgos, apoyos sociales y el sistema sanitario), y los datos de resultados en salud (mortalidad, morbilidad y discapacidad). Atendiendo a los sistemas sanitarios deben someterse a estudio indicadores como los recursos económicos, recursos de personal e instalaciones, las características de funcionamiento (eficacia, eficiencia, accesibilidad, seguridad, continuidad, orientación al usuario y adecuación) y además cómo se traduce el funcionamiento en el número de visitas, altas hospitalarias, pruebas complementarias y actividades preventivas, entre otros.
Pacto por la Sanidad en tiempos de crisis, ¿oportunidad para el cambio?
En este contexto, se plantea el Pacto por la Sanidad, oferta del ministro de Sanidad Bernat Soria al conjunto de las fuerzas políticas para alcanzar un pacto global en materia sanitaria, con intenciones de ser el plan estratégico a largo plazo. Este Pacto estará constituido, tal como se anunció desde el Ministerio de Sanidad y Consumo, por seis comités. El de Políticas de Recursos Humanos, dependiente de la Dirección General de Ordenación Profesional, Cohesión y Alta Inspección, tendrá como objetivo elaborar una propuesta de política común que defina las necesidades del sistema y su adecuada planificación. El comité de Cartera común de Servicios Sanitarios y Unidades de Referencia del SNS, dependiente de la Dirección General de Ordenación Profesional, Cohesión y Alta Inspección, tendrá la finalidad de alcanzar un consenso sobre los criterios de mejora y ampliación de la Cartera de Servicios comunes. El objetivo del comité de Políticas para la Racionalización del Gasto Sanitario, dependiente de la Secretaría General de Sanidad, será la búsqueda de la eficiencia y la racionalización de los gastos para mantener sostenible la financiación del sistema. Por otra parte, el comité de Políticas de Salud Pública, dependiente de la Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior, tendrá como objetivo definir una política común en este campo, establecer un calendario vacunal común y lograr que la salud pública sea un elemento permanentemente presente en todas las políticas. El comité de Políticas de Calidad e Innovación, dependiente de la Dirección General de la Agencia de Calidad, que mantendrá una estrecha relación con los profesionales y los pacientes para asegurar la presencia permanente de la calidad y la innovación en las distintas políticas del sistema sanitario público. Por último, el de Políticas de Salud sobre el Consumo de Drogas, dependiente de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, trabajará en la búsqueda de consensos que ayuden a vencer al consumo mediante una adecuada asistencia sanitaria.
Para Vicente Ortún, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra, los problemas de equilibrio financiero del sistema sanitario tienen solución siempre que se garantice la disposición social a pagar derivada de lo deseable de la atención sanitaria que depende de su contribución al bienestar social. Ortún sostiene que, al contrario de lo que algunos juzgan, no es del todo cierto que la cifra total del gasto sanitario en España sea demasiado baja, puesto que el gasto total actual supone un nivel muy cercano al que corresponde a su estado de desarrollo económico y no se muestra partidario de que el aumento del gasto sanitario público implique que se financie exclusivamente con cargo al contribuyente.
Para Vicente Ortún cabe el copago del usuario o la prima complementaria, lo que llama principio del beneficio. En estudios comparados, este profesor ha observado que los países con coberturas sanitarias más amplias y de mejor calidad mantienen una proporción mayor de copagos como por ejemplo los países nórdicos, siendo esto lógico cuando los incrementos de cobertura pueden estar recogiendo prestaciones de menor efectividad terapéutica y más valoración o preferencia individual. No obstante, asegura Ortún “cualquier intento de mejorar la eficiencia que no tenga en cuenta al profesional, no es un buen intento”.
Problemas de eficiencia y equidad
“La distribución territorial de las necesidades relativas de gasto sanitario: una estimación”, trabajo publicado el pasado septiembre a cargo de investigadores de la Universidad de Málaga para FEDEA (José Sánchez Maldonado, Carmen Molina Garrido, Carmina Ordóñez de Haro y Carlos Rivas Sánchez), estudia los métodos y los indicadores más relevantes de las necesidades de gasto para la Sanidad. Se someten a estudio diversos aspectos teóricos relacionados con las necesidades de gasto y se repasa la medición de las necesidades de gasto en Sanidad en los sistemas de financiación aplicados en España.
En los modelos anteriores al vigente en la actualidad no existía una estimación precisa de las necesidades de gasto sanitarias. En el modelo actual, las necesidades de gasto sanitario se determinaron en el momento de la definición del mismo, tomando como base el año 1999, tal y como establecen los autores. En esta determinación se aplicaron una serie de variables socio-económicas para las que no se ha previsto mecanismo alguno de actualización, lo que supone una deficiencia del sistema y un argumento permanentemente esgrimido por las Comunidades Autónomas para la revisión del mismo.
Según el informe SESPAS 2008, los profesionales de la salud resultarán más valiosos en la medida que sean más visibles y más creíbles, para lo que deberían tener una mayor independencia del poder político
Según este estudio, la principal ventaja que presenta la descentralización fiscal es que, bajo determinadas condiciones, esta descentralización puede generar mejoras en el nivel de bienestar social, determinadas, fundamentalmente, por la mayor adecuación de la prestación de los servicios públicos a las necesidades y preferencias particulares de los ciudadanos residentes en cada territorio.
Sin embargo, la descentralización fiscal llevada hasta sus últimas consecuencias y sin ningún tipo de ajuste podría dar lugar a desequilibrios que surgen como consecuencia de los distintos niveles de desarrollo de los territorios que forman parte de un país, como es el caso de España. Estos desequilibrios territoriales pueden llegar a crear problemas de eficiencia y de equidad, como plantean las siguientes conclusiones del estudio.
En primer lugar, que la existencia de diferencias en el trato según el territorio de residencia genera incentivos para que los individuos elijan su residencia según criterios externos a la localización eficiente de los factores productivos. En segundo lugar, la posibilidad de que, debido a las diferencias interterritoriales de capacidad fiscal, dos ciudadanos idénticos desde el punto de vista fiscal puedan recibir distintos niveles de servicios públicos, habiendo soportado la misma presión fiscal, podría dar lugar al incumplimiento del principio de equidad que rige en la mayor parte de los sistemas tributarios de nuestro entorno.
Además de que en el ámbito del sector público también debe existir preocupación por la garantía del equilibrio financiero, por garantizar que los distintos niveles de gobierno dispongan de los ingresos necesarios, ya sean estos ingresos fiscales o transferencias, para cubrir las necesidades de gasto respectivas, con el mismo nivel de suficiencia.
Por necesidades de gasto, estos autores entienden los recursos financieros necesarios para que una Comunidad Autónoma pueda prestar a sus ciudadanos un nivel de bienes y servicios públicos de su competencia similar al nivel prestado como promedio por el conjunto de comunidades. En este sentido, estimar un índice de las necesidades de gasto sanitario, así como evaluar económicamente las tecnologías sanitarias, también encierra dificultades. Se han sucedido diversos intentos encaminados a identificar los indicadores más adecuados para determinar las necesidades de gasto autonómicas y hasta la fecha, según establece esta estimación, sólo parece existir cierto acuerdo en la importancia preferente que corresponde a la población de cada Comunidad Autónoma.
En este sentido y tal y como se informaba recientemente, el ministro de Economía y Hacienda y vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, se muestra partidario de incluir una corrección de los criterios poblacionales en el nuevo modelo de financiación, ya que "una de las debilidades del modelo de financiación actual es que no corrige la base poblacional en función de la demografía real; fija las bases sobre datos de 1999 y, por tanto, genera problemas". Para el ministro Solbes, "la propuesta debe ir más allá. Hay que ser más ambiciosos, puesto que la revisión del sistema no constituye dar más dinero para resolver los problemas, sino en buscar un sistema correcto para todas las comunidades".
Salud pública para un sistema sostenible
Lo habitual es que los estudios relativos a la efectividad del sistema sanitario impliquen las intervenciones de salud pública en su mejora. Para José Ramón Repullo Labrador, antiguo presidente de SESPAS e investigador del Instituto de Salud Carlos III, la salud pública es uno de los pilares de una política sostenible que debe buscar mejorar la eficiencia de los recursos sanitarios. Este autor expone en el trabajo “Salud pública y sostenibilidad de los sistemas públicos de salud” que una política sostenible debe contemplar un nuevo papel transversal de la salud pública, como eje de las intervenciones sanitarias y sociales orientadas a ganar en salud.
El Informe SESPAS 2008 aporta una visión panorámica de las intervenciones públicas sobre la salud, adoptando una concepción amplia de la salud pública, con el objetivo de contribuir a la mejora de la efectividad de estas intervenciones, lo que exige determinar su grado de logro actual y apuntar estrategias que permitan incrementarlo tanto en las políticas básicamente sanitarias como en otras muchas que también determinan el nivel de salud de la población. Mejorar la efectividad de las políticas sanitarias y poner la salud en las agendas de departamentos no sanitarios son tareas arduas que requieren un abordaje múltiple y para contribuir eficazmente a la mejora de la efectividad de las intervenciones públicas sobre la salud.
Este informe considera que puede ser útil adoptar una actitud más participativa que prescriptiva y desarrollar más y mejores estudios de evaluación del impacto en salud, empezando a valorar también el efecto en la salud de las decisiones de las instituciones públicas. Según el Informe SESPAS 2008, los profesionales de la salud pública resultarán más valiosos en la medida que resulten más visibles y más creíbles, para lo que deberían tender a una mayor independencia del poder político, suministrar información directamente a la población y enfrentar el desarrollo pleno de sus competencias.
La mejora de la gestión de los servicios sanitarios pasa inevitablemente por valorar y actualizar constantemente dicha gestión
El propio director general de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad y Consumo, Ildefonso Hernández, tal y como informaba este medio reconocía en el encuentro “Salud en todas las políticas” que se celebró en Menorca el pasado septiembre que “cabe ser imaginativos para poner a la salud pública en la agenda política; conocer las intervenciones efectivas que se están llevando a cabo en distintos países europeos para aplicarlas en otros; y establecer alianzas con distintos departamentos de gobierno para poder implementar acciones que redunden en la mejora de la salud de los ciudadanos”.
Aunque las intenciones sean buenas, el Informe SESPAS concluye que “es urgente en la salud pública actual la necesidad de visibilidad, credibilidad y liderazgo. Más aún en un contexto institucional difícil, donde la salud está muy presente en la realidad cotidiana pero con escasa articulación y muy baja prioridad en la agenda política. Se precisa una reorganización global de la salud pública, en plena crisis institucional, y cambios de fondo en el gobierno de la Sanidad.” Como consecuencia de ello, este informe tacha al Consejo Interterritorial de escenario de debate político, más que de consejo de administración del Sistema Nacional de Salud (SNS), y al Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) de falta liderazgo y capacidad institucional.
Se han sucedido diversos intentos para identificar los indicadores más adecuados para determinar las necesidades de gasto, y sólo parece existir cierto acuerdo en la importancia que corresponde a la población
El Informe SESPAS considera que las estrategias globales a largo plazo que supongan cambiar el rumbo requieren gobernabilidad y que la gestión pública también ha de ser capaz de encontrar el equilibrio adecuado de todos los intereses legítimos en su justa medida: la presión de la industria, de los ciudadanos y pacientes, de las corporaciones profesionales, pero también de los intereses particulares de las Comunidades Autónomas, a veces contra el interés común del conjunto de la ciudadanía.
También José Ramón Repullo destaca la poca capacidad de reacción de las autoridades sanitarias, que acaban siendo rehenes de un gasto sanitario creciente y cree que fortalecer la base científica de las decisiones de crecimiento de la oferta sanitaria (evaluación de tecnologías e investigación de servicios sanitarios) es positiva en cuanto que introduce elementos moduladores a favor de la efectividad en la innovación.
También para Repullo son posibles medidas que mitiguen los enormes conflictos de interés que existen entre los médicos, la industria y la Sanidad pública, aumentando la responsabilidad pública en la formación continuada, el apoyo a actividades asociativas y científico técnicas, el respaldo a publicaciones de calidad, la regulación transparente de la colaboración en la investigación y la limitación de las actividades y gastos de publicidad.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).
EL MÉDICO INTERACTIVO ESPAÑA
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Sostenibilidad del sistema sanitario, ¿dónde está el reto?
La mejora del funcionamiento de los servicios de salud, en el panorama actual, debe atender a la reflexión y a considerar las acciones de la salud pública, la evaluación económica de las tecnologías sanitarias, y la investigación en servicios como fundamentales para aportar una base científica y técnica a las decisiones políticas, máxime en un sistema sanitario, que en realidad son 17, donde la pregunta sobre la sostenibilidad está en el aire.
L.G.P.
La capacidad del sistema sanitario español para ser sostenible y sobre todo eficaz en financiación ha sido objeto de estudio por expertos en economía de la salud que han puesto sobre la mesa un debate que debe atender también a las peculiaridades del sistema, entre otras las debidas a la descentralización y transferencia de competencias sanitarias a las Comunidades Autónomas.
En un contexto en que el sector público tiene un papel determinante en la provisión y financiación de bienes y servicios, se ha despertado el interés por medir su rendimiento para detectar posibles fallos o imperfecciones en su funcionamiento y establecer las mejoras que permitan un máximo aprovechamiento de su financiación. No obstante, medir el rendimiento, eficiencia y productividad del sector sanitario no es tarea fácil.
También, el aumento de las expectativas y exigencias de la población, las presiones fiscales y la necesidad de rendir cuentas ante la sociedad son algunos de los factores que hacen que cada vez se preste más atención a la efectividad y eficiencia de los servicios sanitarios y que se pongan en marcha iniciativas para la medida de su desempeño.
Retos financieros
En la reunión del Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrada en junio, el Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) y las Comunidades Autónomas acordaron un documento que marca los retos financieros del Sistema Nacional de Salud de cara al futuro: principalmente garantizar la asistencia sanitaria pública de calidad.
Garantizar el equilibrio financiero del Sistema Nacional de Salud se supone un objetivo común de las autoridades sanitarias de este país y la última reunión del Consejo Interterritorial abordó por primera vez la cuestión de la financiación de los servicios de salud. La finalidad del debate consistió en elaborar un documento consensuado que contemplara las necesidades financieras del SNS para trasladarlas al Consejo de Política Fiscal y Financiera, órgano encargado de definir la propuesta del nuevo sistema de financiación autonómica, que finalmente deberá ser aprobado por ley en las Cortes españolas.
Los responsables autonómicos de Sanidad han reconocido que el actual sistema de financiación no ha logrado la suficiencia financiera de los servicios de salud
Con esta acción, las autoridades sanitarias estatal y autonómicas quisieron trasladar su punto de vista, como gestores de los recursos destinados a Sanidad, sobre las necesidades financieras de los servicios sanitarios y ponerlos a disposición de los consejeros de Economía y Hacienda de las Comunidades Autónomas y del Ministro de Economía y Hacienda, como responsables del proceso de negociación del nuevo modelo de financiación autonómica.
“Pretendemos contribuir a que el futuro sistema de financiación autonómica que se decida en el Consejo de Política Fiscal y Financiera garantice que el actual modelo de SNS sea sostenible, evitando ponerlo en riesgo a medio y largo plazo y poder cubrir aspectos básicos de I+D+i”, afirmaba el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria.
La pelota, en el tejado de las Comunidades Autónomas
El Pleno del Consejo Interterritorial reconoce que son las autonomías las que deciden a qué dedican los recursos que reciben del Estado y de los tributos cedidos por éste, y según el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, “si las Comunidades Autónomas piden más recursos basándose en las necesidades de la Sanidad, tendrán que gastárselo realmente en Sanidad”.
Las Comunidades Autónomas han reconocido que la aplicación del actual sistema de financiación (acordado unánimemente con las 17 en 2001) no ha logrado la suficiencia financiera de los servicios de salud, por lo que consideran que conseguir esta suficiencia de los servicios de salud debería ser un objetivo del nuevo sistema de financiación autonómica. Y sostienen que en el diseño del nuevo sistema de financiación deben considerarse aquellos factores variables que afectan al gasto.
Según el documento consensuado a raíz de la última reunión del Pleno, no se trata tanto de poner más dinero, sino de lograr un sistema de financiación capaz de responder a cuestiones variables que influyen en el coste de los servicios, tales como la población, corregida por variables como las tasas de mortalidad estandarizada, el envejecimiento, la dispersión, el porcentaje de población de 0-4 años, la insularidad, la aparición de nuevas y mejores tecnologías, entre otras. Pero como se expondrá a continuación, la variable de la población por sí sola no es suficiente para establecer las necesidades de gasto, ni para asegurar a los ciudadanos la igualdad y equidad de los servicios.
Ministerio y Comunidades Autónomas consideran que hay que continuar profundizando en la mejora de la gestión de los servicios sanitarios para que el gasto en este campo sea más rentable, con nuevas acciones sobre las variables que afectan a la demanda y a los costes de la Sanidad, y el Consejo Interterritorial reivindica el trabajo por la eficiencia en acciones como las mejoras profesionales en recursos humanos, la evaluación de las tecnologías sanitarias para su incorporación o no a la asistencia, las estrategias relativas a la educación para la salud, avances en la eficiencia en la gestión de compras de los servicios de salud o el control del gasto en medicamentos, entre otras.
Evaluación económica de tecnologías
Desde luego, la mejora de la gestión de los servicios sanitarios pasa inevitablemente por valorar y actualizar constantemente dicha gestión. El papel de la evaluación económica en la adopción y la difusión de tecnologías sanitarias ha sido abordado en el último informe emitido por la de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) en 2008. En este contexto, el término tecnología no se refiere solamente a nuevos medicamentos o piezas de equipos sanitarios sofisticados, sino que incluye además intervenciones, organización de la atención sanitaria y programas de cribado, según la definición recomendada por el National Health Service británico.
Entendida en sentido amplio, la tecnología sanitaria sería cualquier método utilizado para promocionar la salud, prevenir y tratar enfermedades y mejorar la rehabilitación o los cuidados sanitarios a largo plazo.
Considerada una herramienta básica para ayudar en la toma de decisiones en materia de salud y estrategias de adopción y difusión de las innovaciones sanitarias, la evaluación económica de tecnologías sanitarias experimenta un auge en Europa. Los responsables sanitarios tienen el deber de conjugar el acceso de los ciudadanos a los avances terapéuticos que ayuden a mejorar su salud con el hecho de que la financiación de los sistemas sanitarios públicos sea sostenible. Ésta es precisamente una de las razones del crecimiento de la evaluación económica como fuente de información sobre costes y resultados en salud.
En estudios comparados se ha observado que los países con coberturas sanitarias más amplias y de mejor calidad mantienen una proporción mayor de copagos, como es el caso de los países nórdicos
El objetivo: la eficiencia en la asignación de recursos, entendida como la optimización de los beneficios en salud dados los recursos limitados. La evaluación económica trata de poner al alcance de aquéllos que toman decisiones en el medio sanitario la información relevante desde el punto de vista de la eficiencia, evaluando si la efectividad adicional que ofrece una nueva tecnología compensa sus costes adicionales.
En Europa, existen agencias de evaluación de tecnologías desde hace años, y entre ellas se encuentran algunas españolas. El hito en el contexto europeo lo marcó la creación en el Reino Unido del National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) en 1999. Por sí solas, las guías del NICE apenas varían el comportamiento de los profesionales sanitarios, puesto que sus recomendaciones son de carácter consultivo, no normativo.
La experiencia europea muestra que cuando la naturaleza de estas agencias es meramente consultiva y están dirigidas a proveer a los profesionales sanitarios de la información necesaria para lograr una atención sanitaria eficiente y de calidad para sus pacientes, su impacto será limitado, a no ser que reciban un fuerte respaldo explícito por parte de los máximos responsables sanitarios. Otra opción la representan las agencias cuyos informes sirven de guía a los gestores públicos en la negociación del precio de una nueva tecnología (generalmente medicamentos) y en el proceso de decisión sobre su inclusión o exclusión del sistema de financiación pública.
En España, el marco de regulación y la voluntad de los máximos responsables sanitarios no han favorecido el desarrollo de la evaluación económica de tecnologías sanitarias, según sostiene Juan Oliva, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA). La ley del Medicamento del año 1990 establecía que la prestación de medicamentos por el SNS se debería realizar mediante la financiación selectiva de los mismos en función de los recursos disponibles, y se dejaba abierta la puerta a la evaluación económica de tecnologías sanitarias pero no se concretó en la práctica.
También es la línea de la Nueva Ley de Uso Racional y Garantías de Medicamentos y Productos Sanitarios (28 de julio de 2006). Y más allá, la Orden SCO/3422/2007 de 21 de noviembre por la que se desarrolla el procedimiento de actualización de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud señala en su artículo 6.8 que “los informes resultantes deberán recoger los resultados de la valoración que se haya realizado sobre la seguridad, eficacia, eficiencia, efectividad y utilidad sanitaria de la técnica, tecnología o procedimientos disponibles y, si procede, recomendaciones sobre las condiciones más idóneas para aplicar esta técnica, tecnología o procedimiento”.
En 1994, nacía la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias encuadrada en el Instituto de Salud Carlos III, para atender las necesidades consultivas del Sistema Nacional de Salud en relación con la definición de su política de prestaciones sanitarias. Y así, su labor es ofrecer valoraciones objetivas de los impactos sanitario, social, ético, organizativo y económico de las técnicas y procedimientos de uso médico-sanitario, que contribuyan a sustentar sobre bases científicas las decisiones de autoridades y demás agentes sanitarios, bien se orienten a: la introducción sistematizada de las nuevas tecnologías en la práctica clínica, la definición de los criterios de uso apropiado de las tecnologías ya establecidas, o la organización de los servicios de salud.
En este sentido, Juan Oliva duda de que para una completa y fidedigna evaluación de tecnologías sanitarias en España, sea lo mejor una única agencia centralizada, tratándose en realidad de 17 sistemas. También en España, otras iniciativas de interés relativas a evaluación de tecnologías sanitarias son el Comité Mixto de Evaluación de Nuevos Medicamentos, formado por Andalucía, País, Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, y también la Comissió d'Avaluació Econòmica i Impacte Pressupostari (CAEIP), entre otras.
Por su parte, mientras la Administración Central no tiene una postura clara respecto al papel que le aguarda a la evaluación económica de tecnologías sanitarias en el proceso de toma de decisiones, las autoridades sanitarias autonómicas han promocionado desde hace años agencias de evaluación de tecnologías, aunque el impacto real de sus informes es hasta ahora desconocido, tal y como señalan Juan Oliva de la Universidad de Castilla-La Mancha y de FEDEA, Fernando Antoñanzas de la Universidad de la Rioja y Oliver Rivero-Arias, en el trabajo “Evaluación económica y toma de decisiones en salud. El papel de la evaluación económica en la adopción y la difusión de tecnologías sanitarias”.
Hasta el momento, el impacto que tiene la evaluación económica de tecnologías sanitarias en la práctica habitual sanitaria y el grado de utilización de los agentes sanitarios de estas herramientas en sus decisiones son muy limitados, debido a la existencia de barreras de carácter administrativo, metodológico y de aplicación práctica.
El camino de avance, si quiere calar en los profesionales sanitarios, pasa por incluir la evaluación económica de tecnologías sanitarias entre la información relevante que se debe manejar en la toma de decisiones. Según estos autores, los estudios de evaluación económica deberían servir para ayudar en esta toma de decisiones, no para reemplazarla mecánicamente, y deberían ser juzgados por su contribución a tomar decisiones mejores de las que se habría tomado sin ellos.
El conocimiento de la eficiencia y de la repercusión presupuestaria de una tecnología constituye una información de carácter económico indispensable si se quiere garantizar el aprovechamiento de los recursos financieros públicos para ofrecer a la población de una atención sanitaria adecuada, de calidad y sostenible. Las líneas de avance en relación a la financiación sostenible del sistema sanitario pasan, para estos autores, por la formulación de un plan estratégico de largo plazo, consensuado por los diferentes actores del sistema y refrendado por los partidos políticos, además de por considerar la evaluación económica como una herramienta complementaria.
Análisis sí, pero ¿cómo?
Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal, entidad que precisamente debatió sobre la mejora de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas en unas jornadas celebradas en junio, sostiene que es necesario medir y comparar la relación entre el diseño y la definición de un sistema sanitario y los resultados obtenidos con el fin de identificar oportunidades de mejora de funcionamiento y así, rediseñar intervenciones sanitarias más efectivas.
Las posibilidades de mejora están limitadas por la historia, la dirección política y los intereses creados, según del Llano, quien considera, no obstante, que cierta dosis de competencia mejora la eficiencia.
Como ejemplo de experiencias internacionales, apunta a los indicadores utilizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para estudiar el funcionamiento de los sistemas sanitarios: la esperanza de vida y esperanza de vida libre de incapacidad al nacer y a los 60 años, la mortalidad infantil, los años de vida potencialmente perdidos, el consumo anual de alcohol por persona, tomógrafos computerizados, unidades de resonancia magnética, y equipos de radioterapia por millón de habitantes, camas de agudos por mil personas, días de hospitalización por persona, estancia media en hospitales de agudos, gasto sanitario público y total por persona, gasto sanitario como proporción del PIB.
Respecto a los análisis del rendimiento de los sistemas sanitarios en España, del Llano establece que vienen justificados por el deber de asegurar recursos suficientes y estables (financiación, médicos, infraestructuras, tecnologías, etc.) conforme a producir una asistencia de calidad. Para establecer un estudio del rendimiento de los sistemas sanitarios debe primero tratar de conocerse el estado de salud y sus determinantes en la población de cada comunidad autónoma: factores individuales o familiares (educación, renta, hábitos y comportamiento, genéticos, tipo de trabajo, vivienda), y también comunitarios (entorno medioambiental, legislación laboral, riesgos, apoyos sociales y el sistema sanitario), y los datos de resultados en salud (mortalidad, morbilidad y discapacidad). Atendiendo a los sistemas sanitarios deben someterse a estudio indicadores como los recursos económicos, recursos de personal e instalaciones, las características de funcionamiento (eficacia, eficiencia, accesibilidad, seguridad, continuidad, orientación al usuario y adecuación) y además cómo se traduce el funcionamiento en el número de visitas, altas hospitalarias, pruebas complementarias y actividades preventivas, entre otros.
Pacto por la Sanidad en tiempos de crisis, ¿oportunidad para el cambio?
En este contexto, se plantea el Pacto por la Sanidad, oferta del ministro de Sanidad Bernat Soria al conjunto de las fuerzas políticas para alcanzar un pacto global en materia sanitaria, con intenciones de ser el plan estratégico a largo plazo. Este Pacto estará constituido, tal como se anunció desde el Ministerio de Sanidad y Consumo, por seis comités. El de Políticas de Recursos Humanos, dependiente de la Dirección General de Ordenación Profesional, Cohesión y Alta Inspección, tendrá como objetivo elaborar una propuesta de política común que defina las necesidades del sistema y su adecuada planificación. El comité de Cartera común de Servicios Sanitarios y Unidades de Referencia del SNS, dependiente de la Dirección General de Ordenación Profesional, Cohesión y Alta Inspección, tendrá la finalidad de alcanzar un consenso sobre los criterios de mejora y ampliación de la Cartera de Servicios comunes. El objetivo del comité de Políticas para la Racionalización del Gasto Sanitario, dependiente de la Secretaría General de Sanidad, será la búsqueda de la eficiencia y la racionalización de los gastos para mantener sostenible la financiación del sistema. Por otra parte, el comité de Políticas de Salud Pública, dependiente de la Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior, tendrá como objetivo definir una política común en este campo, establecer un calendario vacunal común y lograr que la salud pública sea un elemento permanentemente presente en todas las políticas. El comité de Políticas de Calidad e Innovación, dependiente de la Dirección General de la Agencia de Calidad, que mantendrá una estrecha relación con los profesionales y los pacientes para asegurar la presencia permanente de la calidad y la innovación en las distintas políticas del sistema sanitario público. Por último, el de Políticas de Salud sobre el Consumo de Drogas, dependiente de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, trabajará en la búsqueda de consensos que ayuden a vencer al consumo mediante una adecuada asistencia sanitaria.
Para Vicente Ortún, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra, los problemas de equilibrio financiero del sistema sanitario tienen solución siempre que se garantice la disposición social a pagar derivada de lo deseable de la atención sanitaria que depende de su contribución al bienestar social. Ortún sostiene que, al contrario de lo que algunos juzgan, no es del todo cierto que la cifra total del gasto sanitario en España sea demasiado baja, puesto que el gasto total actual supone un nivel muy cercano al que corresponde a su estado de desarrollo económico y no se muestra partidario de que el aumento del gasto sanitario público implique que se financie exclusivamente con cargo al contribuyente.
Para Vicente Ortún cabe el copago del usuario o la prima complementaria, lo que llama principio del beneficio. En estudios comparados, este profesor ha observado que los países con coberturas sanitarias más amplias y de mejor calidad mantienen una proporción mayor de copagos como por ejemplo los países nórdicos, siendo esto lógico cuando los incrementos de cobertura pueden estar recogiendo prestaciones de menor efectividad terapéutica y más valoración o preferencia individual. No obstante, asegura Ortún “cualquier intento de mejorar la eficiencia que no tenga en cuenta al profesional, no es un buen intento”.
Problemas de eficiencia y equidad
“La distribución territorial de las necesidades relativas de gasto sanitario: una estimación”, trabajo publicado el pasado septiembre a cargo de investigadores de la Universidad de Málaga para FEDEA (José Sánchez Maldonado, Carmen Molina Garrido, Carmina Ordóñez de Haro y Carlos Rivas Sánchez), estudia los métodos y los indicadores más relevantes de las necesidades de gasto para la Sanidad. Se someten a estudio diversos aspectos teóricos relacionados con las necesidades de gasto y se repasa la medición de las necesidades de gasto en Sanidad en los sistemas de financiación aplicados en España.
En los modelos anteriores al vigente en la actualidad no existía una estimación precisa de las necesidades de gasto sanitarias. En el modelo actual, las necesidades de gasto sanitario se determinaron en el momento de la definición del mismo, tomando como base el año 1999, tal y como establecen los autores. En esta determinación se aplicaron una serie de variables socio-económicas para las que no se ha previsto mecanismo alguno de actualización, lo que supone una deficiencia del sistema y un argumento permanentemente esgrimido por las Comunidades Autónomas para la revisión del mismo.
Según el informe SESPAS 2008, los profesionales de la salud resultarán más valiosos en la medida que sean más visibles y más creíbles, para lo que deberían tener una mayor independencia del poder político
Según este estudio, la principal ventaja que presenta la descentralización fiscal es que, bajo determinadas condiciones, esta descentralización puede generar mejoras en el nivel de bienestar social, determinadas, fundamentalmente, por la mayor adecuación de la prestación de los servicios públicos a las necesidades y preferencias particulares de los ciudadanos residentes en cada territorio.
Sin embargo, la descentralización fiscal llevada hasta sus últimas consecuencias y sin ningún tipo de ajuste podría dar lugar a desequilibrios que surgen como consecuencia de los distintos niveles de desarrollo de los territorios que forman parte de un país, como es el caso de España. Estos desequilibrios territoriales pueden llegar a crear problemas de eficiencia y de equidad, como plantean las siguientes conclusiones del estudio.
En primer lugar, que la existencia de diferencias en el trato según el territorio de residencia genera incentivos para que los individuos elijan su residencia según criterios externos a la localización eficiente de los factores productivos. En segundo lugar, la posibilidad de que, debido a las diferencias interterritoriales de capacidad fiscal, dos ciudadanos idénticos desde el punto de vista fiscal puedan recibir distintos niveles de servicios públicos, habiendo soportado la misma presión fiscal, podría dar lugar al incumplimiento del principio de equidad que rige en la mayor parte de los sistemas tributarios de nuestro entorno.
Además de que en el ámbito del sector público también debe existir preocupación por la garantía del equilibrio financiero, por garantizar que los distintos niveles de gobierno dispongan de los ingresos necesarios, ya sean estos ingresos fiscales o transferencias, para cubrir las necesidades de gasto respectivas, con el mismo nivel de suficiencia.
Por necesidades de gasto, estos autores entienden los recursos financieros necesarios para que una Comunidad Autónoma pueda prestar a sus ciudadanos un nivel de bienes y servicios públicos de su competencia similar al nivel prestado como promedio por el conjunto de comunidades. En este sentido, estimar un índice de las necesidades de gasto sanitario, así como evaluar económicamente las tecnologías sanitarias, también encierra dificultades. Se han sucedido diversos intentos encaminados a identificar los indicadores más adecuados para determinar las necesidades de gasto autonómicas y hasta la fecha, según establece esta estimación, sólo parece existir cierto acuerdo en la importancia preferente que corresponde a la población de cada Comunidad Autónoma.
En este sentido y tal y como se informaba recientemente, el ministro de Economía y Hacienda y vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, se muestra partidario de incluir una corrección de los criterios poblacionales en el nuevo modelo de financiación, ya que "una de las debilidades del modelo de financiación actual es que no corrige la base poblacional en función de la demografía real; fija las bases sobre datos de 1999 y, por tanto, genera problemas". Para el ministro Solbes, "la propuesta debe ir más allá. Hay que ser más ambiciosos, puesto que la revisión del sistema no constituye dar más dinero para resolver los problemas, sino en buscar un sistema correcto para todas las comunidades".
Salud pública para un sistema sostenible
Lo habitual es que los estudios relativos a la efectividad del sistema sanitario impliquen las intervenciones de salud pública en su mejora. Para José Ramón Repullo Labrador, antiguo presidente de SESPAS e investigador del Instituto de Salud Carlos III, la salud pública es uno de los pilares de una política sostenible que debe buscar mejorar la eficiencia de los recursos sanitarios. Este autor expone en el trabajo “Salud pública y sostenibilidad de los sistemas públicos de salud” que una política sostenible debe contemplar un nuevo papel transversal de la salud pública, como eje de las intervenciones sanitarias y sociales orientadas a ganar en salud.
El Informe SESPAS 2008 aporta una visión panorámica de las intervenciones públicas sobre la salud, adoptando una concepción amplia de la salud pública, con el objetivo de contribuir a la mejora de la efectividad de estas intervenciones, lo que exige determinar su grado de logro actual y apuntar estrategias que permitan incrementarlo tanto en las políticas básicamente sanitarias como en otras muchas que también determinan el nivel de salud de la población. Mejorar la efectividad de las políticas sanitarias y poner la salud en las agendas de departamentos no sanitarios son tareas arduas que requieren un abordaje múltiple y para contribuir eficazmente a la mejora de la efectividad de las intervenciones públicas sobre la salud.
Este informe considera que puede ser útil adoptar una actitud más participativa que prescriptiva y desarrollar más y mejores estudios de evaluación del impacto en salud, empezando a valorar también el efecto en la salud de las decisiones de las instituciones públicas. Según el Informe SESPAS 2008, los profesionales de la salud pública resultarán más valiosos en la medida que resulten más visibles y más creíbles, para lo que deberían tender a una mayor independencia del poder político, suministrar información directamente a la población y enfrentar el desarrollo pleno de sus competencias.
La mejora de la gestión de los servicios sanitarios pasa inevitablemente por valorar y actualizar constantemente dicha gestión
El propio director general de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad y Consumo, Ildefonso Hernández, tal y como informaba este medio reconocía en el encuentro “Salud en todas las políticas” que se celebró en Menorca el pasado septiembre que “cabe ser imaginativos para poner a la salud pública en la agenda política; conocer las intervenciones efectivas que se están llevando a cabo en distintos países europeos para aplicarlas en otros; y establecer alianzas con distintos departamentos de gobierno para poder implementar acciones que redunden en la mejora de la salud de los ciudadanos”.
Aunque las intenciones sean buenas, el Informe SESPAS concluye que “es urgente en la salud pública actual la necesidad de visibilidad, credibilidad y liderazgo. Más aún en un contexto institucional difícil, donde la salud está muy presente en la realidad cotidiana pero con escasa articulación y muy baja prioridad en la agenda política. Se precisa una reorganización global de la salud pública, en plena crisis institucional, y cambios de fondo en el gobierno de la Sanidad.” Como consecuencia de ello, este informe tacha al Consejo Interterritorial de escenario de debate político, más que de consejo de administración del Sistema Nacional de Salud (SNS), y al Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) de falta liderazgo y capacidad institucional.
Se han sucedido diversos intentos para identificar los indicadores más adecuados para determinar las necesidades de gasto, y sólo parece existir cierto acuerdo en la importancia que corresponde a la población
El Informe SESPAS considera que las estrategias globales a largo plazo que supongan cambiar el rumbo requieren gobernabilidad y que la gestión pública también ha de ser capaz de encontrar el equilibrio adecuado de todos los intereses legítimos en su justa medida: la presión de la industria, de los ciudadanos y pacientes, de las corporaciones profesionales, pero también de los intereses particulares de las Comunidades Autónomas, a veces contra el interés común del conjunto de la ciudadanía.
También José Ramón Repullo destaca la poca capacidad de reacción de las autoridades sanitarias, que acaban siendo rehenes de un gasto sanitario creciente y cree que fortalecer la base científica de las decisiones de crecimiento de la oferta sanitaria (evaluación de tecnologías e investigación de servicios sanitarios) es positiva en cuanto que introduce elementos moduladores a favor de la efectividad en la innovación.
También para Repullo son posibles medidas que mitiguen los enormes conflictos de interés que existen entre los médicos, la industria y la Sanidad pública, aumentando la responsabilidad pública en la formación continuada, el apoyo a actividades asociativas y científico técnicas, el respaldo a publicaciones de calidad, la regulación transparente de la colaboración en la investigación y la limitación de las actividades y gastos de publicidad.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).
viernes, 14 de noviembre de 2008
¿PARA QUE SIRVE LA BIOÉTICA?
TRIBUNA ABIERTA Y ANÁLISIS
¿Para qué sirve la bioética?
Jacinto Bátiz. Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de San Juan de Dios (Santurce/Vizcaya)
Tal vez cuando empleamos la palabra “bioética” en nuestras conversaciones profesionales de médicos o la leemos en artículos podemos pensar que con esta disciplina no vamos a resolver los problemas de salud que nos confían nuestros enfermos. Pues bien, yo quisiera reflexionar en alto sobre la importancia de la formación en bioética en nuestra práctica clínica. Es por eso por lo que en el título me interrogo ¿Para qué sirve la bioética?
Bien es verdad que los médicos, en nuestra práctica clínica, nos enfrentamos a problemas para lo que hemos adquirido una serie de conocimientos y habilidades durante nuestra formación en la facultad y en el hospital que nos capacitan para resolver este tipo de problemas. Pero no es menos verdad que, en general, no hemos sido dotados de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para resolver otro tipo de problemas que siempre van unidos a los problemas clínicos, son los problemas éticos. No debemos olvidar que todo problema clínico, por muy sencillo que nos parezca, como puede ser recetar una aspirina para un dolor de cabeza, encierra un dilema ético: ¿Informamos o no de sus posibles efectos secundarios?.
Cuando estamos en la cabecera del enfermo, cada uno de nosotros haremos básicamente lo que nuestro “sentido común” nos dicte. Pero sólo con el sentido común, aún siendo imprescindible, no llegaremos probablemente muy lejos. Los dilemas éticos son tan complejos o más que los meramente clínicos. Si para aprender a resolver los problemas clínicos se precisan aprendizajes muy concretos, cuánto más precisaremos para resolver los problemas éticos. Es verdad que la ignorancia es atrevida, pero supongo que nadie intentaría diagnosticar y tratar un mieloma múltiple con su mero “olfato clínico”.
Cada día nos damos más cuenta de que una parte muy importante de los asuntos que nos preocupan no encuentran solución en el conocimiento científico-técnico. Los médicos necesitamos ir más allá de la ciencia experimental y recurrir a las Humanidades, ocupadas en estudiar la dimensión personal del ser humano a quien atendemos.
Es ante este panorama en donde debemos situar el florecimiento que la bioética ha experimentado en los últimos años y que provoca una cierta perplejidad en algunos médicos que se preguntan: ¿Para qué sirve la Bioética?, ¿Qué aportaciones me puede hacer a mi práctica profesional?.
No olvidemos que nuestro comportamiento profesional va más allá de la calidad científico-técnica. Un ejemplo concreto es el del médico de cabecera que decide derivar a su paciente al hospital cumpliendo escrupulosamente las recomendaciones de un protocolo ampliamente aceptado y siguiendo los deseos de los familiares, pero sin respetar la voluntad del enfermo que se manifiesta totalmente contrario al ingreso hospitalario. Por supuesto que no es necesario tener conocimientos de bioética para tomar una decisión sensata en este caso ya que el médico como cualquier otra persona normal tiene un conocimiento moral espontáneo que le lleva a hacer valoraciones éticas y a tomar decisiones en el ejercicio de su libertad.
La bioética nos ayuda a pensar. Nos puede enseñar a razonar con rigor, de tal manera que podamos explicar y argumentar por qué tomamos esta decisión y no otra. También nos va a facilitar el análisis de por qué nos hemos equivocado en una determinada actuación. La formación en ética clínica nos proporciona herramientas intelectuales para someter nuestras razones a la prueba de la crítica.
La bioética también debiera ser una gran empresa intelectual y moral de respeto al ser humano para evitar que, al cuidar de su salud, caiga en las garras de intereses particulares, científicos o económicos, lo cual, en estos años, no es precisamente un peligro de ciencia-ficción. Es decir, la bioética debiera estar al servicio de la dignidad humana de cada uno de los pacientes.
¿Para qué sirve la bioética? Para que nos ayude a pensar y ponderar con rigor y sentido crítico sobre cómo debe ser nuestro comportamiento profesional al servicio de nuestros enfermos.
Si aún seguimos teniendo dudas de su utilidad veamos que existen muchos ámbitos de debate en Bioética Clínica y Salud Pública que seguro en muchas ocasiones se nos ha planteado en nuestra actividad profesional:
En lo que se refiere al respeto a la vida, el aborto, la eutanasia, la destrucción de embriones, el trasplante de tejido fetal. En cuanto a la transmisión de la vida, la esterilización anticonceptiva, la eugenesia, la píldora abortiva, la inseminación artificial, el diagnóstico prenatal, el consejo genético, la terapia sexual, la elección de sexo, la clonación. Además existen otros ámbitos como la anticoncepción, el enfermo en fase terminal, la ética pediátrica, la terapia genética, la cirugía de la asignación de sexo, la asignación y limitación de recursos, el secreto profesional, los ensayos clínicos, los trasplantes, la modificación del comportamiento, la drogadicción, el consentimiento informado.
Los que trabajamos en Cuidados Paliativos valoramos la utilidad de la ética clínica como la metodología que promueve la toma de decisiones respetando los valores de quienes intervienen. Esta metodología la adoptamos como el método de trabajo cotidiano que permite resolver y orientar la inmensa mayoría de dilemas en la atención de enfermos al final de la vida. Nos sirve para limitar el esfuerzo terapéutico evitando la abstención diagnóstica y terapéutica, nos sirve para realizar una sedación a su tiempo evitando un sufrimiento insoportable, con el único fin de procurarles unos cuidados de confort según sus valores y así ayudarles a morir bien, con la paz y con la dignidad que ellos deseen.
Creo que una vez vista la utilidad de esta disciplina científica en nuestra actividad profesional está justificado que la estudiemos y adquiramos una formación, al menos básica, en bioética para que nos sirva como una vacuna que nos prevenga del paternalismo contrario al principio de autonomía del enfermo, de la apatía profesional y de la arbitrariedad.
Los médicos aún estamos a tiempo de conocer los principios de la bioética que, como he intentado transmitir en este sencillo artículo, nos van a ser muy útiles en nuestra actividad profesional diaria en beneficio de nuestros enfermos y de nosotros mismos. Pero además sería conveniente que nuestros futuros médicos tuvieran la oportunidad de adquirir estos conocimientos durante su formación pregrado para que no se tengan que preguntar como nosotros, con años de actividad profesional, ¿para qué sirve la bioética?.
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¿Para qué sirve la bioética?
Jacinto Bátiz. Jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de San Juan de Dios (Santurce/Vizcaya)
Tal vez cuando empleamos la palabra “bioética” en nuestras conversaciones profesionales de médicos o la leemos en artículos podemos pensar que con esta disciplina no vamos a resolver los problemas de salud que nos confían nuestros enfermos. Pues bien, yo quisiera reflexionar en alto sobre la importancia de la formación en bioética en nuestra práctica clínica. Es por eso por lo que en el título me interrogo ¿Para qué sirve la bioética?
Bien es verdad que los médicos, en nuestra práctica clínica, nos enfrentamos a problemas para lo que hemos adquirido una serie de conocimientos y habilidades durante nuestra formación en la facultad y en el hospital que nos capacitan para resolver este tipo de problemas. Pero no es menos verdad que, en general, no hemos sido dotados de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para resolver otro tipo de problemas que siempre van unidos a los problemas clínicos, son los problemas éticos. No debemos olvidar que todo problema clínico, por muy sencillo que nos parezca, como puede ser recetar una aspirina para un dolor de cabeza, encierra un dilema ético: ¿Informamos o no de sus posibles efectos secundarios?.
Cuando estamos en la cabecera del enfermo, cada uno de nosotros haremos básicamente lo que nuestro “sentido común” nos dicte. Pero sólo con el sentido común, aún siendo imprescindible, no llegaremos probablemente muy lejos. Los dilemas éticos son tan complejos o más que los meramente clínicos. Si para aprender a resolver los problemas clínicos se precisan aprendizajes muy concretos, cuánto más precisaremos para resolver los problemas éticos. Es verdad que la ignorancia es atrevida, pero supongo que nadie intentaría diagnosticar y tratar un mieloma múltiple con su mero “olfato clínico”.
Cada día nos damos más cuenta de que una parte muy importante de los asuntos que nos preocupan no encuentran solución en el conocimiento científico-técnico. Los médicos necesitamos ir más allá de la ciencia experimental y recurrir a las Humanidades, ocupadas en estudiar la dimensión personal del ser humano a quien atendemos.
Es ante este panorama en donde debemos situar el florecimiento que la bioética ha experimentado en los últimos años y que provoca una cierta perplejidad en algunos médicos que se preguntan: ¿Para qué sirve la Bioética?, ¿Qué aportaciones me puede hacer a mi práctica profesional?.
No olvidemos que nuestro comportamiento profesional va más allá de la calidad científico-técnica. Un ejemplo concreto es el del médico de cabecera que decide derivar a su paciente al hospital cumpliendo escrupulosamente las recomendaciones de un protocolo ampliamente aceptado y siguiendo los deseos de los familiares, pero sin respetar la voluntad del enfermo que se manifiesta totalmente contrario al ingreso hospitalario. Por supuesto que no es necesario tener conocimientos de bioética para tomar una decisión sensata en este caso ya que el médico como cualquier otra persona normal tiene un conocimiento moral espontáneo que le lleva a hacer valoraciones éticas y a tomar decisiones en el ejercicio de su libertad.
La bioética nos ayuda a pensar. Nos puede enseñar a razonar con rigor, de tal manera que podamos explicar y argumentar por qué tomamos esta decisión y no otra. También nos va a facilitar el análisis de por qué nos hemos equivocado en una determinada actuación. La formación en ética clínica nos proporciona herramientas intelectuales para someter nuestras razones a la prueba de la crítica.
La bioética también debiera ser una gran empresa intelectual y moral de respeto al ser humano para evitar que, al cuidar de su salud, caiga en las garras de intereses particulares, científicos o económicos, lo cual, en estos años, no es precisamente un peligro de ciencia-ficción. Es decir, la bioética debiera estar al servicio de la dignidad humana de cada uno de los pacientes.
¿Para qué sirve la bioética? Para que nos ayude a pensar y ponderar con rigor y sentido crítico sobre cómo debe ser nuestro comportamiento profesional al servicio de nuestros enfermos.
Si aún seguimos teniendo dudas de su utilidad veamos que existen muchos ámbitos de debate en Bioética Clínica y Salud Pública que seguro en muchas ocasiones se nos ha planteado en nuestra actividad profesional:
En lo que se refiere al respeto a la vida, el aborto, la eutanasia, la destrucción de embriones, el trasplante de tejido fetal. En cuanto a la transmisión de la vida, la esterilización anticonceptiva, la eugenesia, la píldora abortiva, la inseminación artificial, el diagnóstico prenatal, el consejo genético, la terapia sexual, la elección de sexo, la clonación. Además existen otros ámbitos como la anticoncepción, el enfermo en fase terminal, la ética pediátrica, la terapia genética, la cirugía de la asignación de sexo, la asignación y limitación de recursos, el secreto profesional, los ensayos clínicos, los trasplantes, la modificación del comportamiento, la drogadicción, el consentimiento informado.
Los que trabajamos en Cuidados Paliativos valoramos la utilidad de la ética clínica como la metodología que promueve la toma de decisiones respetando los valores de quienes intervienen. Esta metodología la adoptamos como el método de trabajo cotidiano que permite resolver y orientar la inmensa mayoría de dilemas en la atención de enfermos al final de la vida. Nos sirve para limitar el esfuerzo terapéutico evitando la abstención diagnóstica y terapéutica, nos sirve para realizar una sedación a su tiempo evitando un sufrimiento insoportable, con el único fin de procurarles unos cuidados de confort según sus valores y así ayudarles a morir bien, con la paz y con la dignidad que ellos deseen.
Creo que una vez vista la utilidad de esta disciplina científica en nuestra actividad profesional está justificado que la estudiemos y adquiramos una formación, al menos básica, en bioética para que nos sirva como una vacuna que nos prevenga del paternalismo contrario al principio de autonomía del enfermo, de la apatía profesional y de la arbitrariedad.
Los médicos aún estamos a tiempo de conocer los principios de la bioética que, como he intentado transmitir en este sencillo artículo, nos van a ser muy útiles en nuestra actividad profesional diaria en beneficio de nuestros enfermos y de nosotros mismos. Pero además sería conveniente que nuestros futuros médicos tuvieran la oportunidad de adquirir estos conocimientos durante su formación pregrado para que no se tengan que preguntar como nosotros, con años de actividad profesional, ¿para qué sirve la bioética?.
El Médico Interactivo es una publicación electrónica dirigida exclusivamente al profesional sanitario destinado a prescribir o dispensar medicamentos, por lo que se requiere una formación especializada para su correcta interpretación.
El Médico Interactivo está por ello reconocido oficialmente por las autoridades sanitarias correspondientes como Soporte Válido para incluir publicidad de medicamentos o especialidades farmacéuticas de prescripción dirigida a los profesionales sanitarios (S.V. 214-R-CM).