domingo, 4 de enero de 2009

CHAGAS: EXPANSIÓN POR DESIDIA

ENFERMEDAD DE CHAGAS, INCREMENTO - ARGENTINA
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Un comunicado de ProMED-mail

ProMED-mail es un programa de la
Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas

Fecha: 04 de enero, 2009
Fuente: La Mañana Neuquen, Argentina
< http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2009/1/4/14998.php> [Editado por J. Torres]

A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, la enfermedad de Chagas constituye aún la principal endemia en la Argentina, según autoridades sanitarias nacionales.
Con alrededor de 2,5 millones de personas afectadas, el país ocupa el tercer lugar, detrás de Bolivia y Paraguay, con el mayor número de casos de mal de Chagas notificados en todo el mundo.

Las estadísticas más recientes de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación dan cuenta de que la enfermedad, en su modalidad congénita (bebés que nacen con la bacteria de madres chagácicas) se cuadriplicaron en la última década.

Los casos de Chagas congénito pasaron de 79 en 1998 a 317 registrados a lo largo de todo el 2007. En números reales, resulta que hay 0,5 bebés con la bacteria por cada mil nacidos vivos en el país.

El incremento se dio en todas las regiones del país, con la excepción de Cuyo, mientras que el aumento más marcado tuvo lugar en la zona centro, donde las notificaciones pasaron de 58 en 1998 a 253 el año pasado, dando lugar así a una tasa de 0,6 casos por cada mil nacidos vivos, cifra que se ubica por encima del promedio nacional.

De esa región, la ciudad de Buenos Aires es la que concentra los problemas más significativos dado que la tasa de incidencia de Chagas congénito es de 1,7 casos por cada mil habitantes.

Pero, a pesar de declarar la cifra más alta en este aspecto, cabe aclarar que tanto la provincia de Buenos Aires como la Capital Federal son dos de las cinco jurisdicciones argentinas definidas como «sin riesgo» de transmisión vectorial.

«La problemática le significa al sistema de salud por la atención a los enfermos sintomáticos un costo significativo, además del costo social de la patología y el costo en términos de discapacidad y calidad de vida de las personas afectadas, afirman los responsables del Programa Federal de Chagas.

Por tal motivo, «dentro de la política sanitaria nacional, se resolvió asignarle carácter prioritario a la prevención y erradicación de todas las formas de transmisión de la enfermedad».

El protozoario _Trypanosoma cruzi_ es el agente causal del mal de Chagas, y su vector en la Argentina es el _Triatoma infestans_,insecto de costumbre hematófaga, más conocido como «vinchuca».

Según cálculos de la Fundación Mundo Sano, unos dos millones de argentinos padecen mal de Chagas, de los cuales el 5 por ciento (280 mil) son chicos menores de 14 años, y casi 33 mil son mujeres embarazadas.

Asimismo, en promedio, cada año nacen 982 niños con el mal en todo el país, mientras que la región del Gran Chaco es la que arroja los peores datos: concentra el 15 por ciento del total de casos de América Latina.

«A casi cien años del descubrimiento de la enfermedad, estamos perdiendo la batalla contra el Chagas porque no hemos podido desterrarla hasta ahora ni tampoco controlarla», sentenció Sonia Tarragona, directora de la Fundación Mundo Sano, durante un encuentro
desarrollado recientemente en Buenos Aires sobre la enfermedad.

En la Argentina, coincidieron los especialistas allí reunidos, el problema podría atribuirse a la falta de coordinación de los esfuerzos y del uso de los recursos, a las acciones «espasmódicas», y a la ausencia de un sistema de vigilancia para no retroceder en el control de las vías de transmisión.
Comunicado por: Jaime R. Torres
-- ProMED-ESP
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COMENTARIO DEL BLOG: 2005-06-14 en
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Chagas:Tan nuestro como el tango
Por Victor N. Cerasale [MBA-R]
Hace unos días estaba leyendo un informe de la Universidad Nacional del Nordeste sobre el Chagas entre las comunidades aborígenes de Formosa, donde seis de cada diez integrantes padece la enfermedad.
El mismo documento precisa que el relevamiento efectuado a 164 individuos de entre 1 y 80 años pertenecientes a las etnias Toba, Wichi y Pilagá arrojó que la presencia del mal supera 6 veces la tasa obtenida para la población general en la provincia (10%) debido a que el ecosistema donde habitan es ideal para el desarrollo de la infección.
Pensé dentro de mí, dónde habrán ido a parar los estudios del Dr. Salvador Mazza, que le merecieron distinciones internacionales al tiempo que en nuestro medio se lo ignoraba, difamaba, despreciaba o ridiculizaba (como es nuestra costumbre, cuando la realidad atropella a los intereses), para luego ante la trascendencia allende las fronteras, ensalzarlo hasta conseguir que la rutina “olvide” el tema para posteriormente ocultarlo hasta desaparecerlo. Sentí, una vez más, vergüenza ajena.
Pocos días más tarde, llegó a mis manos un comunicado de la Organización Mundial de la Salud, dando cuenta que en este lado del mundo, aproximadamente 43 mil personas mueren cada año por causa del Chagas.
El mismo informe indica que América latina tiene hoy aproximadamente unos 18 millones de infectados, los cuales crecen en forma directamente proporcional a la ausencia de políticas sanitarias precisas, careciendo de la atención necesaria por parte de las autoridades de salud de los países involucrados.
No es novedad que pobreza y marginación incrementen la incidencia epidemiológica. Desde México hasta nuestras tierras, las vinchucas parecen haber encontrado lugar propicio a sus finalidades vectoriales. Podría decirse que vinchuca es sinónimo de desidia o aun de miopía política social, o de tantas otras cosas.
Pero sucede que, en un mundo globalizado y mezclado a ultranza, las vinchucas están apareciendo en los Estados Unidos de Norteamérica y sus investigadores le están prestando mucha atención a la evolución de este tipo de tripanosomiasis (existe otra variedad: africana, sobre la que se están acumulando nuevos conocimientos).
Revisando algunas notas me encontré con que hasta el año 2001, sólo nueve casos de Chagas habían sido reportados entre Estados Unidos y Canadá, los cuales fueron transmitidos mediante transfusiones o por la realización de trasplantes. Sin embargo, los especialistas señalaron su convencimiento sobre la posibilidad de que cientos de recipientes de sangre puedan contener el Tripanosoma cruzi, silencioso, oculto y sin un tratamiento adecuado.
El Doctor Ravi V. Durvasula, experto en Chagas en la Escuela Pública de Salud en Yale, se preocupó en señalar que los inmigrantes provenientes (hacia U.S.A.) desde el sur de México y hasta el norte de Chile, incluyendo todo el territorio argentino, son portadores potenciales de dicha infección.
Otro experto, el Doctor David A. Leiby de la Cruz Roja Americana, ha señalado que el riesgo de infección con Chagas por transfusión se halla estimado en 1 caso cada 25.000, sin embargo, en 1998 en Miami dicho indicador se situaba en 1 cada 9.000, y en el mismo año, en Los Angeles, se había determinado en uno cada 5.400 lo cual parece indicar que el caso merece mayor y mejor atención científica.
Todos los especialistas se preocupan en señalar que los riesgos son altos y requieren investigaciones profundas y determinantes.
El Doctor Louis V. Kirchhoff, Profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Iowa, estudia el Chagas en Guadalajara (México) donde el riesgo potencial de infección se sitúa en 1 cada 126 pacientes.
Desde 1989, la Food and Drug Administration recomienda el screening para Chagas a cada donante, sin embargo los estudios sobre los métodos y tests aún no han sido concluidos. En 2002, la FDA solicitó a Abbott Laboratories y a Ortho-Clinical-Diagnostics el desarrollo de métodos diagnósticos específicos (los cuales se encuentran en etapas de investigación).
La FDA estima que la prevalencia en Bolivia es de aproximadamente el 25%, y que muchos bancos de sangre de América latina contienen un potencial de contaminación del 50%. Problema que no ha sido detectado en las Islas del Caribe como ser Puerto Rico, República Dominicana o Cuba. Por otra parte los métodos de inactivación empleados en América, no han sido validados por la FDA.
Los censos de inmigración realizados en los Estados Unidos de Norteamérica demuestran que entre 5 a 10 de cada 1.000 inmigrantes mexicanos, están infectados con Chagas.
Hasta ahora el Protocolo Nacional de Medicina Interna de los Estados Unidos de Norteamérica indica como tratamiento válido:


TRIPANOSOMIASIS
Enfermedad Africana
Diagnóstico
Examen de un aspirado de ganglio linfático o de sangre, para la detección de los tripanosomas móviles y/o mediante técnicas serológicas.

Tratamiento en ADULTOS
Suramina, sulfonato metano de pentamidina (Lomidine), o melarsoprol, según el grado de compromiso del Sistema Nervioso Central y las reacciones tóxicas al tratamiento.

Enfermedad Sudamericana
Diagnóstico
Identificación de los parásitos móviles mediante microscopio en extendidos de sangre, hemocultivo, y en una fase más tardía de la enfermedad, mediante determinaciones serológicas.

Tratamiento en ADULTOS
Nifurtimox, 8 a 10 mg/Kg/día en cuatro dosis divididas durante tres a cuatro meses (Center for Disease Control, 404-329-3670)

No obstante, a diferencia de lo que sucede en América latina donde las políticas sanitarias mueren en los cajones de los escritorios de los funcionarios políticos preocupados por sus votos y la permanencia indefinida en el poder, en Estados Unidos de Norteamérica las organizaciones técnicas han colocado al Chagas (entre otros) como prioridad de seguimiento a través de instituciones tales como:

Centers for Disease Control and Prevention
web: http://www.cdc.gov/

NIH/National Institute of Allergy and Infectious Diseases
web: http://www.niaid.nih.gov/

National Dysautonomia Research Foundation
web: http://www.ndrf.org/

World Health Organization (WHO) Regional Office for the Americas (AMRO)
web: http://www.who.ch/

sin dejar de mencionar a la National Organization for Rare Diseases, que ha publicado fichas precisas de control y seguimiento para el Chagas.
Se observa con claridad que aquello que los necios ocultan para no desnudar sus incapacidades, merecen la atención de aquellos que intentan evitar que el problema los alcance. Argentina está golpeada por tantos años de olvidos que el Chagas no reviste, fuera de los ámbitos técnicos, importancia alguna.
Cabría preguntarse entonces: ¿cuántos chagásicos habrá, realmente, en la República Argentina? ¿Cuántos en el NEA, cuántos en el NOA, cuántos en Cuyo, cuántos en Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Negro? Es lógico pensar que a mayor pobreza, mayor indigencia, mayor marginación, mayor número de afectados. El Chagas que hemos acumulado en la década de los noventa aflorará, seguramente, con otra clase política, dentro de diez, veinte, treinta o cuarenta años. Una vez más, las urgencias atropellan a las prioridades. Una vez más, lo menos importante es la gente. El efecto Cromagnon continúa presente porque como sociedad no logramos resolverlo.
El problema no es la vinchuca, somos nosotros mismos. Aquellos que permitimos que el desprecio sea parte del culto del Estado hacia la sociedad toda. Como vemos, nada ha cambiado desde los tiempos en que los “vivos” de siempre difamaban a Salvador Mazza...
Tal vez sea hora, Señora Presidente, de imponer el screening para Chagas a nivel escolar, para asustarnos... de una vez... y luego asumir, ciertamente, qué debemos hacer, de una vez por todas. Moderador: CERASALE.

Víctor Norberto Cerasale. 2005-06-14. Especial para Revista MÉDICOS, Medicina Global. Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual de la República Argentina. Copyright by Cerasale©. Prohibida su reproducción total o parcial por medios gráficos, electrónicos y/o magnéticos.

NOTA DEL BLOG: Ya transitamos el 2009 y el problema sigue creciendo lo cual demuestra una vez más que la SALUD no es PRIORIDAD POLÍTICA. CERASALE.

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