viernes, 24 de julio de 2009

OPINIONES: mi primer día en la enfermería


Diariomedico.com
ESPAÑA
Tribuna. Mi primer día
Todos y todas recordamos nuestro primer día en un trabajo, nuestro primer día en la facultad y hasta, si nos apuramos y la memoria no nos falla, nuestro primer día de colegio. Inseguridad, desconocimiento, falta de control, miedo, ganas de salir corriendo, son muchas de las sensaciones que hemos podido experimentar.

Amelia Martín y Olivia Pérez del área de dirección de organizaciones sanitarias de la EASP. - Lunes, 20 de Julio de 2009 - Actualizado a las 17:51h.

llave conceptual:
1. Cuando hay elementos que favorecen los errores, al final quienes los cometen son también víctimas

Para la enfermera que presuntamente cometió el "error fatal" que acabó con la vida del pequeño Rayan, su primer día en el servicio de neonatos no pudo ser más trágico. Tenía experiencia en la labor enfermera, puesto que llevaba ya unos meses haciendo prácticas, cubriendo bajas, "parcheando necesidades asistenciales" y trabajando en otros servicios. Pero no tenía experiencia en este servicio, en estas tareas, y además estaba sola...

La presión asistencial, la falta de personal en verano, las rotaciones en los servicios, su falta de especialización, pudieron motivar, entre otras cosas, que esta joven cometiera un error vital.

Como docentes de la EASP, llevamos varios años impartiendo cursos de habilidades de comunicación para supervisores de enfermería. Esta experiencia nos ha dado la oportunidad de aprender mucho de quienes participan en estos cursos y de conocer un poquito mejor la realidad laboral de enfermeros y enfermeras.

Los ejercicios que proponemos en estas clases son de carácter muy práctico, buscando que se entrenen ciertas habilidades de comunicación en contextos los más parecido posibles a su realidad cotidiana. Uno de estos ejercicios consiste en escenificar una situación en la que el supervisor/a tiene una entrevista con una enfermera joven y recién incorporada al servicio de Oncología que ha cometido un error en la medicación. Afortunadamente, en esta escena, las consecuencias no son fatales porque el familiar se da cuenta del error y se subsana a tiempo.

De esta situación de partida, cada alumno que representa el papel de supervisor o supervisora ha de construir su propio guión para abordar este hecho. Han sido más de veinte las veces que hemos visto representar esta escena y en la práctica totalidad de las ocasiones, quienes actúan como supervisores siguen el mismo patrón: Indagan en las causas que han motivado el error y se ofrecen siempre a ayudar y a poner de su parte para que "no se vuelva a repetir"... " Te doy por escrito los protocolos que seguimos en esta unidad"; "durante un día la enfermera te acompañará en esta ronda"; "ten confianza para preguntarnos todo lo que no sepas", etc. Son algunas de las frases que los supervisores pronuncian en estas escenas.

Por eso, no deja de resultar curioso que en el caso del pequeño Rayan estas frases no se oigan con fuerza... Nuestra experiencia como docentes nos dice que la respuesta más sensata es buscar las causas de los errores e implicarse en la solución, entendiendo que cuando hay elementos que favorecen los errores, al final quienes los cometen en cierto modo son también víctimas de estas circunstancias y, sin buscar culpables, convendría que honestamente se analizase toda la cadena de circunstancias que está detrás de cada caso para poner soluciones y asumir responsabilidades en cada uno de los eslabones.

Todos y todas hemos tenido primeros días y hemos conseguido remontarlos y ser mejores profesionales gracias a los que han estado a nuestro lado enseñándonos y permitiéndonos aprender de nuestros aciertos y también de nuestros errores.

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