aportes a la gestión necesaria para la sustentabilidad de la SALUD PÚBLICA como figura esencial de los servicios sociales básicos para la sociedad humana, para la familia y para la persona como individuo que participa de la vida ciudadana.
jueves, 30 de julio de 2009
SALUD PÚBLICA: un siglo de actividad
De la desprotección social a la sanidad pública, universal y gratuita.
Diariomedico.com
ESPAÑA
ECONOMÍA
Más de un siglo de inversión pública en salud
Por primera vez un libro aporta una panorámica tan a largo plazo de la actividad inversora del sector público, pues amplía el horizonte temporal a 1900 y cubre más de un siglo de historia. El análisis del impacto territorial de las políticas públicas constata que, aunque es precisamente en salud donde se producen las mayores diferencias entre autonomías, las desigualdades regionales tienden a reducirse sobre todo en infraestructuras sanitarias. Cantabria es la región que más ha ganado en inversión per capita, mientras que por provincias Madrid mantiene su supremacía.
Loreto Mármol - Jueves, 30 de Julio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
El discurso político, a menudo atrapado en la dualidad, en el síndrome maniqueo y en las palabras pretenciosas, contrasta con el análisis de la realidad económica que realizan la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que arrojan resultados que en algunos casos son distintos de lo que se suele escuchar en boca del gobernante. En un terreno propenso a la especulación interesada, el informe Series históricas de capital público en España y su distribución territorial (1900- 2005) supone un avance en el conocimiento del capital público y su reparto por autonomías y provincias. Sus autores, Matilde Mas y Vicent Cucarella, detallan la estrategia de inversión de las administraciones públicas, que constata que el aumento del peso de las infraestructuras sanitarias -y educativas- es uno de los principales cambios que ha tenido lugar en la composición del stock.
Destaca el notable despegue del sector salud, que representa el 0,96 por ciento del capital público en 1900, se mantiene por debajo del 3 por ciento hasta mediados de la década de los 50 y, después de algunas oscilaciones, se sitúa en el 4,6 por ciento en 2005.
Vicente Ortún, director del Centro de Investigación en Economía y Salud, recuerda que "España era un país muy pobre en 1900, con una esperanza de vida de 37 años; la renta servía para alimentarse y el capital consistía en infraestructuras físicas, no sociales". A comienzos del siglo XX la inversión pública se concentra en las partidas de asuntos económicos -infraestructuras del transporte e hidráulicas-, vivienda, servicios comunitarios y medio ambiente -infraestructuras urbanas, de abastecimiento y saneamiento- y orden público.
La presencia de la Administración central, que representa en 1900 el 23,5 por ciento de la inversión pública, realiza un viaje de ida y vuelta en salud: arranca con el 4,6 por ciento en 1900, alcanza un máximo del 88,8 por ciento en 1965 y vuelve al mismo porcentaje de principios del siglo XX, una vez finalizado el proceso de transferencia de las competencias a las autonomías.
Las comunidades aparecen en nuestro ordenamiento jurídico con la aprobación de la Constitución de 1978, y desde entonces la velocidad con la que ganan protagonismo es vertiginosa: en 1985 la inversión que realizan ya representa casi el 30 por ciento del capital. El traspaso de competencias marca las decisiones de inversión, hasta el punto de que en 2005 salud asume el grueso de las inversiones autonómicas (89,1), en contraste con la presencia regional en 1980, completamente nula (ver cuadro). "Es el reflejo del Estado de las Autonomías; las competencias del Paseo del Prado [sede del Ministerio de Sanidad] son residuales", dice Ortún.
Aún más espectacular es la caída de la inversión de las corporaciones locales en salud, desde un monopolio del 95,4 por ciento en 1900 hasta el 1,4 de 2005, convirtiéndose en el sector en el que menos invierten: "En 1900 sólo había medicina privada; la beneficencia y la atención en manicomios ha corrido a cargo de las corporaciones locales hasta prácticamente nuestros días".
Por autonomías
A principios del XX Cataluña destaca en infraestructuras sanitarias (20 por ciento). Le siguen la Comunidad de Madrid (13), Andalucía (12) y País Vasco (11). No obstante, Cataluña pierde posiciones -casi 13 puntos- en 2005. País Vasco y Navarra experimentan también pérdidas relativas, seis puntos la primera y dos la segunda. La región con mayores ganancias en el reparto total es Galicia, seguida de Canarias. La tendencia responde a la corrección de desigualdades entre territorios. "Las diferencias en capital y renta eran mucho mayores entre las regiones españolas a principios del siglo XX que en la actualidad. El crecimiento económico español, que se inicia con el Plan de Estabilización, ha supuesto el desarrollo de la zona centro y de los grandes ejes mediterráneos y del Ebro.
Las diferencias entre regiones se han acortado, y su ordenación en cuanto a renta también. Al igual que ocurre con los gobiernos, ningún liderazgo es eterno y todo el mundo tiene la legítima aspiración de convertirse en locomotora del resto".
Pero Cataluña no sale tan bien parada cuando se tiene en cuenta la población. Si bien es cierto que en 1900 tiene una dotación per capita que dobla la media, el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Navarra la multiplican por tres. Una vez más actúa la balanza compensatoria, y son también las que sufren mayores pérdidas en este periodo e incluso pasan a situarse por debajo de la media, siendo Navarra la única que consigue mantener su estatus. Las peor posicionadas son Baleares, Murcia, Galicia y Extremadura. Ortún comenta que "el modelo de financiación lo máximo que conseguirá será que el orden de renta se mantenga una vez efectuada la redistribución, las diferencias se acorten y los servicios básicos se distribuyan en función de la necesidad". En inversión sanitaria por habitante la región que más ha ganado junto con Galicia y Castilla y León es Cantabria, que ha conseguido estar por encima de la media en más del doble en 2005, con un aumento del 160,35.
Por provincias
Madrid y Barcelona absorben el grueso del capital en sanidad en 1900, con el 2 por ciento cada una. Tan sólo Navarra, Valencia, Guipúzcoa y Vizcaya superan el 4 porcentual. El transcurso de los más de 100 años analizados se salda con la supremacía de Madrid, que mantiene su posición en el reparto, mientras que Barcelona pierde casi ocho puntos, pasando a la penúltima posición. Ahora a la cabeza se sitúan Cantabria, Burgos, Orense, Soria y La Rioja.
Panorámica
El ritmo de crecimiento del capital público se triplica en la segunda mitad del siglo XX. Los dos periodos de máximo crecimiento son 1959, tras la puesta en marcha del Plan de Estabilización y los Planes de Desarrollo, y 1982-1993. En 2007 las dotaciones de capital público han sido de casi 12.000 euros por habitante, 11,6 veces las de 1900. Si se analiza desde 1964, primer año para el que se dispone de información del capital privado, el stock público se multiplica por 10,2, mientras que el capital privado lo hace por 6,5. En la actualidad las comunidades son el agente con un mayor protagonismo en la inversión en capital público (31 por ciento).
De la desprotección social a la sanidad pública, universal y gratuita
Quizá Jorque Manrique en las coplas que escribió por la muerte de su padre sea capaz de convertir a cualquier detractor de la nostalgia en un amante del pasado. Pero después de contemplar esta fotografía la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor se queda en la nada. La imagen del Hospital Provincial de la Sección Marítima del Parque (Barcelona, principios del siglo XX) es el punto de arranque del análisis de la inversión pública en sanidad desde 1900 a 2005.
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