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Dar el derecho a los pacientes a no elegir a los malos profesionales o no aportar incentivos económicos, posibles medidas ante una mala praxis
Redacción
“Sin medidas de desempeño no podemos diferenciar las buenas de las malas prácticas”, señala el economista de la salud Peter C. Smith en la Escuela Andaluza de Salud Pública
Sevilla (25/27-9-10).- La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) ha acogido la conferencia ‘Medición del Desempeño para la Mejora de los Sistemas Sanitarios’, impartida por el experto en economía de la salud Peter C. Smith, Profesor de Políticas de Salud del Imperial College de Londres. El acto ha contado con la participación de Celia Gómez, directora general de Planificación e Innovación Sanitaria de la Consejería de Salud, Martín Blanco, gerente de la EASP, y Roberto Montero, vicedecano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Granada.
El experto internacional ha realizado una interesante exposición sobre la importancia de la medición del rendimiento o desempeño de nuestros sistemas de salud para mejorar su calidad y su eficiencia. Según Smith, medir el rendimiento es fundamental para saber qué profesionales o centros lo hacen bien o mal, ayudar a la ciudadanía a elegir a sus proveedores de salud y a los organismos financiadores a distribuir los recursos.
En definitiva, el registro y análisis del rendimiento permite que todos los agentes que participan en el sistema de salud (pacientes, profesionales y gestores), adopten mejores decisiones.
Según Peter C. Smith, “si no medimos, no podemos mejorar”. Pero ante la pregunta de qué podemos hacer ante los profesionales y centros que tengan mal desempeño, el experto es consciente de la ausencia de mecanismos directos de expulsión de profesionales. Pero apuesta por medidas como dar el derecho a los pacientes a no elegir a los malos profesionales y no aportar incentivos económicos.
En este sentido, el experto ha dedicado una parte importante de la conferencia a los beneficios de incentivar o no el rendimiento profesional. En este sentido ha puesto como ejemplo el modelo británico, en el que el 20 por ciento del dinero que reciben los médicos procede de la medición del desempeño. Pero además, ha abordado los efectos perversos que pueden traer consigo los incentivos, y la contradicción con el modelo profesionalista, que aboga por hacer lo mejor para el paciente sin ningún incentivo.
La experiencia británica
El profesor Smith ha explicado una medida, que se empezó a desarrollar en 2000 en el Reino Unido, con 40 indicadores de desempeño que se traducían en cuatro estrellas para los profesionales y los hospitales que conseguían o no los objetivos. El profesor ha analizado las consecuencias positivas y no esperadas de esta medida, y su repercusión en la opinión pública mediante la publicación de noticias en medios de comunicación.
En primer lugar, la iniciativa trajo consigo un importante resultado positivo: una importante reducción en las listas de espera: en el Reino Unido hoy nadie espera más de tres meses para cualquier tipo de intervención. Además, empezaron a hacerse públicas las estrellas de los profesionales y centros, y los medios de comunicación publicaron que a los profesionales que tuvieran 0 estrellas, se les pediría que abandonasen su puesto de trabajo en tres meses.
En tercer lugar, la medida trajo consigo un importante resultado inesperado: los hospitales de 0 estrellas tenían menos mortalidad que los de 3. El profesor ha explicado este dato, diciendo que la escala utilizada ignoraba los resultados clínicos y priorizaba aspectos como las listas de espera, la limpieza o el equilibrio financiero.
Peter C. Smith es además miembro del Institute for Global Health, con amplia experiencia en el ámbito de la economía de la salud y la gestión de servicios sanitarios, asesorando a distintos gobiernos y organismos internacionales, participando en diversos estudios de la OMS, la Comisión Europea y el Economic and Social Research Council del Reino Unido.
La Junta formará a 3.500 pacientes crónicos
Por otra parte, la Consejería de Salud, a través de la EASP, habrá formado a 3.500 pacientes crónicos antes de final de año para que aprendan a afrontar su enfermedad. Esta iniciativa ayuda a incrementar su autoestima y confianza, así como la incorporación de hábitos de vida saludables y la mejora del cumplimiento terapéutico. Además, disminuye el número de visitas y de ingresos y reduce las bajas laborales, según ha expuesto la directora del Área de Ciudadanía y Ética de la EASP, María Ángeles Prieto, en el Foro ‘Sanidad Eficiente’, celebrado en el Parlamento andaluz.
María Ángeles Prieto ha hecho especial hincapié en la formación como una estrategia que permite la mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas y que aporta múltiples beneficios para el sistema sanitario.
La también coordinadora de la Escuela de Pacientes realizó esta presentación ante los responsables sanitarios de diferentes comunidades autónomas que se han reunido en Sevilla para analizar y debatir sobre las estrategias sanitarias que permitirán seguir contando con un sistema sanitario de excelencia y sostenible, haciendo frente a los retos que plantea el avance de la cronicidad en nuestro contexto. Con esta información, María Ángeles Prieto quería poner de manifiesto que proyectos como la Escuela de Pacientes son necesarios para seguir avanzando hacia una mejora de la asistencia y de la calidad de vida de pacientes, familiares y personas cuidadoras.
A lo largo del encuentro también se ha analizado la estructura del SNS en relación a la eficiencia y algunas experiencias concretas como la organización de la atención cardiovascular en el Área de La Coruña. Además, se han abordado otros temas como el coste-efectividad de las actividades de prevención y los programas de Salud Pública para grandes poblaciones.
Los sistemas sanitarios se enfrentan al reto de dar respuesta a las necesidades de los pacientes con enfermedades crónicas. Esto obliga al sistema sanitario a transformarse para seguir respondiendo con calidad y eficacia a las demandas de la ciudadanía, además de para poder ser sostenible.
Según la exposición de María Ángeles Prieto, los expertos coinciden en que las estrategias para el cambio son: la continuidad asistencial y la atención global e integral a los pacientes, la integración de la Atención Primaria y Hospitalaria, potenciar la atención en el domicilio, incorporar las Tecnologías de la Información y la Comunicación a la asistencia, así como la formación de pacientes para que sean capaces de autogestionar su enfermedad.
“Entre un 70 y un 80 por ciento de los pacientes crónicos podrían autogestionar su enfermedad si adquieren los conocimientos necesarios y tienen el apoyo de los profesionales sanitarios”, asegura.
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