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El desarrollo de la historia digital de salud genera un beneficio de 493 millones de euros para la Sanidad Pública andaluza
Redacción
Un estudio de la Comisión Europea que mide el impacto socioeconómico de sistemas de historia clínica digital y receta electrónica, determina que cada euro invertido en Diraya logra 1,7 de beneficio al sistema sanitario público
La implantación en Andalucía de la aplicación informática Diraya, que da soporte a la historia de salud digital, al modelo de receta electrónica y a la petición de cita previa con el médico de familia o pediatra a través de Salud Responde o Internet, logra beneficios para el Sistema Sanitario Público Andaluz valorados en 493,7 millones de euros.
Así lo ha puesto de manifiesto la consejera de Salud, María Jesús Montero, en la inauguración del Centro de Excelencia de la Salud Digital, creado por la empresa Indra en Sevilla. En concreto, se estima que cada euro invertido en Diraya, revierte 1,7 euros de beneficio para la Sanidad Pública andaluza. Así, se estima que los costes acumulados que ha supuesto Diraya en la última década (cifrados en 278,9 millones de euros) han generado un beneficio neto acumulado de 493,7 millones de euros para el sistema sanitario público andaluz y las proyecciones realizadas apuntan a que en un futuro este beneficio continuará creciendo.
Estos datos se extraen de un estudio elaborado por la Comisión Europea que ha analizado el impacto económico de soluciones de salud digital consideradas buenas prácticas europeas y entre las que se han incluido dos iniciativas andaluzas: Diraya y la prescripción electrónica Receta XXI.
La cuantificación de este beneficio se deriva de factores como la reducción de más de un quince por ciento de las visitas del médico de familia de los pacientes con tratamientos de larga duración, lo que supone ahorro de tiempo a los profesionales y costes de desplazamiento para los pacientes, según indica el citado estudio, que ha tomado como referencia datos del año 2009. En la actualidad, las consultas de repetición de tratamiento se han reducido en un 20 por ciento gracias a la receta electrónica.
Además, la gestión más eficiente con Diraya hace que se reduzcan en un diez por ciento las citas que se pierden con el especialista. Igualmente, la sustitución de las bases de datos locales por una centralizada permite también reducir costes de mantenimiento del sistema. Asimismo, con la implantación de este sistema en varios niveles de la Sanidad Pública se mejora la comunicación entre la Atención Primaria y la Hospitalaria.
Evolución de Diraya
El desarrollo de Diraya se inició en 2000 y en 2004 se logra la primera versión centralizada de Diraya, que ha ido perfeccionándose y ampliando hasta iniciar su extensión, en 2006, a las urgencias y consultas externas de los hospitales.
El eje central de Diraya es la historia clínica electrónica, que incluye toda la información de salud de cada paciente, como sus enfermedades crónicas, alergias, pruebas diagnósticas y de laboratorio, tratamientos, consultas, visitas a consultas externas del hospital y a Urgencias o medicamentos prescritos y dispensados. Actualmente, el 98,65 por ciento de la población dispone de su historia digital de salud. Además, el módulo de pruebas analíticas que permite que la petición on line de estos análisis está ya implantado en 155 centros de atención primaria.
El estudio de la Comisión Europea valora, por otra parte, la prescripción electrónica, que se puso en marcha en Andalucía en 2003 y con la que se han realizado ya más de 287 millones de dispensaciones. La receta electrónica está disponible en 3.574 oficinas de farmacia y en 934 centros de salud, lo que sitúa a Andalucía como única comunidad con dicho nivel de implantación.
La principal ventaja de este sistema de prescripción y dispensación de fármacos es que evita a los pacientes crónicos tener que acudir a su médico con la única finalidad de recoger las recetas para la continuación de sus tratamientos. Gracias a la receta electrónica, en un único acto, el facultativo puede prescribir los fármacos que estime necesarios y en la cantidad que el enfermo necesite para cumplir la pauta durante el tiempo marcado por el médico, hasta un máximo de un año.
Ello supone que, al disminuir el número de consultas que se producen en Atención Primaria por este motivo, el médico puede dedicar más tiempo a tareas que no tienen carácter burocrático. Asimismo, se consigue un importante ahorro al evitar el desplazamiento de estos pacientes simplemente para renovar su tratamiento.
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