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jueves, 27 de enero de 2011
Relacionan los ruidos fuertes en la carretera con el accidente cerebrovascular en adultos mayores: MedlinePlus
Relacionan los ruidos fuertes en la carretera con el accidente cerebrovascular en adultos mayores
Un estudio danés halla que el riesgo de accidente cerebrovascular en adultos mayores aumenta en 27 por ciento por cada 10 decibeles adicionales
Dirección de esta página:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_108149.html(*estas noticias no estarán disponibles después del 04/26/2011)
Traducido del inglés: miércoles, 26 de enero, 2011
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MARTES 25 de enero (HealthDay News/HolaDoctor) -- Según un estudio danés reciente, la exposición prolongada al ruido fuerte del tráfico se relaciona intensamente con el accidente cerebrovascular en personas de 65 años o mayores.
Los investigadores descubrieron que por cada diez decibeles o más de ruido en la carretera, el riesgo de una persona de tener un accidente cerebrovascular aumentó en 14 por ciento.
Para las personas menores de 65, eso no se convirtió en un riesgo estadísticamente significativo, aunque los investigadores hallaron que, entre los que tenían 65 o más, el riesgo de accidente cerebrovascular aumentó de manera significativa en 27 por ciento por cada 10 decibeles de ruido adicionales. Además, en personas mayores, los investigadores hallaron evidencia de un umbral límite alrededor de 60 decibeles, por encima de lo cual, el riesgo de accidente cerebrovascular aumentó aún más.
En el estudio, participaron más de 57,000 personas entre los 50 y los 64 que vivían en Copenhague y Aarhus que fueron reclutados para el estudio de cohorte Dieta danesa, cáncer y salud entre 1993 y 1997, según Mette Sorensen, autora del estudio e investigadora principal del Instituto de Epidemiología del Cáncer de la Sociedad Danesa del Cáncer en Copenhague. El tiempo de seguimiento promedio fue de 10 años.
"Aunque nuestro estudio es el primero que se hace sobre el ruido del tráfico y el accidente cerebrovascular, no me sorprendieron los resultados, pues estudios anteriores encontraron que el ruido del tráfico se relaciona con tras enfermedades cardiovasculares", aseguró Sorensen. El estudio solo mostró una relación entre los ruidos fuertes y el accidente cerebrovascular, anotó, y agregó que harían falta más investigaciones para confirmar los hallazgos.
Los autores anotaron que el estudio se realizó en una área urbana, por lo que no es representativo de todo el país. Pero al medir la exposición al ruido en distintas viviendas y aplicar los hallazgos para toda Dinamarca, Sorensen calcula que se podrían atribuir 600 casos nuevos de accidente cerebrovascular en su país al ruido del tráfico. Los 5.5 habitantes de Dinamarca sufren 12,400 nuevos de accidente cerebrovascular al año.
Aunque el estudio no determina cómo influye el ruido del tráfico sobre la salud, Sorensen considera que probablemente el estrés tenga que ver.
"Se cree que la exposición al ruido del tráfico provoca una respuesta al estrés y altera el sueño, lo que podría aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, a través de mecanismos como mayor niveles de hormonas del estrés, mayor ritmo cardiaco y presión arterial, así como problemas con el sistema inmunitario", señaló Sorensen.
Los investigadores analizaron las historias médicas y residenciales de los participantes durante un periodo promedio de diez años. Un total de 1,881 sufrió un accidente cerebrovascular.
Los investigadores luego midieron su exposición al ruido del tráfico en el tiempo por medio de un programa de cálculo del ruido diseñado para mapear los niveles de ruido en diversos lugares de Escandinavia durante varios años. El programa toma en cuenta diversos factores que podrían ampliar o mitigar el ruido del tráfico, como su composición y velocidad, la superficie y tipo de la vía, los edificios cercanos, y la posición y altura de las viviendas por encima de la vía.
En el momento en que los voluntarios se unieron al estudio, el 35 por ciento resultó expuesto a niveles de ruido superiores a los 60 decibeles y la mayoría (el 72 por ciento) vivió en la misma dirección durante todo el estudio. Los investigadores calcularon que la menor exposición al ruido era de 40 decibeles y la mayor de 82.
También tuvieron en cuenta varios factores de riesgo más, como la contaminación del aire, el ruido de ferrocarriles y aeronaves, el tabaquismo, la dieta, y el consumo de alcohol y cafeína.
El estudio aparece en la edición actual de la European Heart Journal.
Los investigadores "hicieron un trabajo razonablemente nuevo al intentar controlar otros aspectos potenciales que podrían afectar el resultado", señaló el Dr. Larry B. Goldstein, director del Centro del accidente cerebrovascular de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.
Sin embargo, Goldstein anotó que probablemente haya varios factores adicionales que no se hayan tenido en cuenta. "Estos estudios epidemiológicos siempre están sujetos a diversos sesgos no medidos que podrían afectar potencialmente el resultado", dijo.
Por ejemplo, la gente que vive en áreas con ruido intenso de tráfico también tiene más probabilidades de tener acceso a restaurantes de comidas rápidas y probablemente son de estrato socioeconómico más bajo que quienes viven en áreas rurales o suburbanas más tranquilas, anotó. (Los investigadores también anotaron que un mayor porcentaje de quienes estuvieron expuestos a ruido de más de 60 decibeles eran de un grupo de menores ingresos. Teniendo en cuenta que pertenecer a la clase socioeconómica más baja es en sí un pronosticador de accidente cerebrovascular, concluyeron que no se puede descartar la posibilidad de que esto pudo haber desviado los resultados).
"Los otro es qué se puede hacer aún si resulta cierto. ¿Habrá que pasarse a automóviles eléctricos y eliminar las bocinas?", se preguntó Goldstein.
Los investigadores tuvieron una respuesta para ello.
Sorensen aseguró que el estudio actual podría usarse para argumentar que se deben utilizar métodos de construcción que limiten la exposición al ruido del tráfico, como vías hechas de asfalto reductor del ruido y barreras contra el ruido, así como viviendas que tengan ventanas que aíslen el ruido y otros materiales que reduzcan los sonidos fuertes.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Mette Sorensen, MSc, Ph.D., senior researcher, Institute of Cancer Epidemiology of Danish Cancer Society, Copenhagen, Denmark; Dr. Larry B. Goldstein, M.D., director, Duke Stroke Center, Duke University Health System; January 2011 European Heart Journal, online
HealthDay
(c) Derechos de autor 2011, HealthDay
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