Expertos inciden en el papel del Estado para hacer frente a la crisis financiera del sistema asistencial en España
Redacción
En unas jornadas sobre financiación sanitaria, se ha hecho referencia también a la importancia del profesionalismo sanitario y de dar presencialidad a la sociedad civil
Madrid (30-3-11).- Mejorar la eficiencia del sector a través de la gestión, resolver los problemas derivados del modelo de financiación y lograr una mayor implicación de profesionales y usuarios son algunas pautas que apuntan los expertos para tratar de dar soluciones a la actual situación de crisis a la que se enfrenta el SNS. Expertos reunidos en una jornada sobre financiación sanitaria en España, organizada por la Fundación Bamberg con la colaboración de Lilly, de la que ya informó este medio en su edición de ayer, han destacado una prioritaria, y es la referente al papel del Estado.
Así, y según señalaba Juan Velarde Fuertes, economista y consejero del Tribunal de Cuentas, en la conferencia magistral tras la inauguración, el sistema sanitario se enfrenta a problemas como el envejecimiento de la población, la inmigración, el turismo sanitario, el déficit del sector público y, fundamentalmente, el exceso de gasto generado por la transferencia de la Sanidad a las comunidades autónomas. Para Velarde, el problema exige un cambio radical que “pasa por la re-descentralización del Estado”. En su opinión, hay que cambiar el sistema de arriba abajo. “Las autonomías deben seguir, pero no en el mundo sanitario”, concluía.
Para Luis Ángel Oteo Ochoa, jefe del Departamento de Desarrollo Directivo y GSS de la Escuela Nacional de Sanidad, que intervenía instantes antes a través de una vídeo conferencia, el SNS necesita “una gobernanza institucional y corporativa mucho más robusta”. En este sentido, ha recordado que en el último año o año y medio las comunidades autónomas vienen reclamando “de forma persistente” el liderazgo institucional y político al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad para afrontar la crisis del sector y las reformas que conlleve su solución.
Oteo, que considera que “nunca hemos vivido una situación tan crítica desde el punto de vista de la sostenibilidad financiera”, recordaba que las soluciones han de venir en clave de “pro sostenibilidad y pro eficiencia” y deberán, por tanto, plantearse desde una visión del interés general, “subordinando potenciales derechos adquiridos”. Son tiempos de responsabilidad social y de asumir sacrificios, tal y como incidía.
A lo largo de su intervención, el profesor de la ENS se ha referido al profesionalismo sanitario y fundamentalmente al profesionalismo médico que se necesita “para intentar racionalizar algunos de los componentes de valor que tiene nuestro sistema sanitario”. Igualmente ha comentado la importancia de dar presencialidad a la sociedad civil, “para que nos ayude a modular la cultura de demanda ilimitada y baja racionalidad en el uso de los recursos".
A la hora de concluir ha trazado algunas líneas en las que sería necesario avanzar y que ha resumido en: políticas de buen gobierno; arquitectura institucional del sistema para crear un marco agencial que permita racionalizar las decisiones y evaluar las prestaciones; enmarcar las políticas públicas en un entorno de racionalidad; y, sobre todo, garantizar los elementos de cohesión y de valor identitario de nuestro sistema sanitario.
Posteriormente, y en la mesa “Eficiencia de gestión y financiación alternativa”, Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, ha destacado la necesidad de que la Sanidad luche por un puesto prioritario en el debate presupuestario. “Hay que transformar el sistema de salud para ser solventes a largo plazo, y también tomar medidas cortoplacistas, siempre y cuando no sean de choque ni afecten directamente a la prestación y al progreso científico”. Por su parte, Mariano Sánchez Bayle, presidente de la International Association of Health, se mostraba positivo en cuanto a la existencia de alternativas que aseguren la sostenibilidad del sistema de financiación. En su opinión, éstas deben centrarse en los que considera los focos de ineficiencia, entre los que ha destacado la subfinanciación del sistema sanitario, la política farmacéutica, la sobreutilización de la tecnología, la gestión politizada o la privatización, entre otros.
El presidente de la Organización Española de Hospitales y Servicios de Salud, José Soto Bonel, ha analizado la posibilidad de mejorar la sostenibilidad de la gestión hospitalaria, repasando las variables que es necesario tener en cuenta para conseguirlo, como son el alcance, la organización, el tamaño y la localización, entre otras.
El encargado de cerrar esta mesa, Juan José López-Ibor, ha resumido en cuatro los retos a los que se enfrenta el sistema sanitario: la gestión del conocimiento por procesos, de forma multiprofesional incluyendo la docencia y la innovación; la gestión sanitaria como problema ético y no sólo económico; el alto cote en dinero y en carga social de las enfermedades; y la transformación de un conjunto de dispositivos asistenciales en un instituto.
Eficiencia y financiación alternativa
En la mesa sobre “Eficiencia de la gestión y financiación alternativa”, volvieron a aparecer mensajes ya manejados. Así, Juan Cabasés Hita, catedrático de economía de la salud. En su intervención Cabasés marcó como objetivo que el debate financiero se trabaje de forma conjunta, incidiendo en la idea de que la mejora de la eficiencia ayudará a contener el gasto sanitario. Además de la necesidad de crear un marco para su mejora, destacó la importancia de la corresponsabilidad informada de los ciudadanos con su sistema sanitario, la creación de un entorno de motivación e incentivos adecuado para los profesionales sanitarios y la introducción de la cultura de la evaluación económica.
Por su parte, Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Consejería de Sanidad de Madrid, remarcaba que el sistema sanitario español es uno de los más eficientes del mundo, pero que puede serlo más, reduciendo costes, a través de medidas de gestión. Una de las claves que ha dado para conseguirlo es un reparto más equitativo y eficiente de los fondos. Además, Bugueño se mostró contrario al copago e indicó que la reducción de las prestaciones es una opción delicada, ya que en otros países no ha sido una medida eficaz. José Félix Lobo Aleu, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Carlo III, mostró en su exposición su desacuerdo con los impuestos finalistas para financiar la Sanidad y analizó la situación del gasto sanitario en Alemania y en Inglaterra, donde la alta tensión financiera ha llevado a la toma reciente de medidas y mecanismos de evaluación, con los que contribuir a una mayor eficiencia del sistema.
Para terminar, Juan Oliva Moreno, presidente de la Asociación Española de Economía de la Salud, centró su presentación en la posibilidad de que los servicios sociales formen parte de los servicios esenciales financiados públicamente junto a los servicios sanitarios y a los servicios educativos. Además, afirmó que pese a la crisis hay recursos suficientes, “lo que hay que analizar es donde se está gastando para conseguir ser más eficientes”, e insistió en la idea de que es necesario, por un lado, preparar a la sociedad para los cambios, que si bien está abierta a la profesionalización de la gestión, no lo está para reformas más sustanciales, y por otro, una clase política “valiente, capaz de poner los medios para llevarlas a cabo”.
La última mesa del día se centró en “Los procesos de transformación y experiencias internacionales”. En ella, José Manuel Freire, jefe del departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad, y bajo el título ¿Qué podemos aprender de otros sistemas de salud?, alertó de la necesidad de analizar no sólo la solución sino también el contexto en el que se pone en marcha. Asimismo, habló de dos tipos de sostenibilidad, la económica y la social-política, marcando como reto permanente para la conseguirla de forma global, la calidad de la práctica médica y un modelo adecuado de atención a las enfermedades crónicas.
Por otro lado, Constantino Sakellarides, director de la Escuela Nacional de Salud Pública, de la Universidad Libre de Lisboa, analizó el desafío al que se enfrenta el sistema de salud portugués, especialmente en la situación de crisis económica y de gobierno en la que se encuentra el país, y los tres posibles escenarios que se plantean. Para terminar, Santiago Marimón, Economista de la Salud, quiso tratar la sostenibilidad del sistema de salud desde un punto de vista diferente, el de la financiación frente a los instrumentos de información y responsabilidades sobre sus funciones sociales. Definió la sostenibilidad del sistema como el equilibrio financiero, de interesas y social y repasó los compromisos de las instituciones, los instrumentos informativos y de incentivo a las personas que pueden hacerlo posible, poniendo como ejemplo el Programa de progreso farmacéutico solidario y sostenible (PPFSS).
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