domingo, 27 de noviembre de 2011

Manuela, Lali y Marta sufren a diario la ciudad - La Gaceta

TERCERA EDAD

Manuela, Lali y Marta sufren a diario la ciudad

Domingo 27 de Noviembre de 2011 | Ellas recorrieron el centro con LA GACETA y señalaron los obstáculos que deben sortear. Mientras aumenta la población de adultos mayores, ellos sienten que la sociedad les da la espalda. Reclaman cambios que pueden mejorar la calidad de vida.

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Redacción LA GACETA
llozano@lagaceta.com.ar
Twitter: @Lozanolucia
 TRANSPORTE. Los abuelos necesitan que los choferes les tengan paciencia y que les den una mano para subir. LA GACETA / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE
 | TRANSPORTE. Los abuelos necesitan que los choferes les tengan paciencia y que les den una mano par LA GACETA / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE

Tiene las manos temblorosas. Habla bajito. Naufraga en sus recuerdos. María es alta y rubia. Ha llegado a la reunión con los labios pintados, su bonito traje de colores y los ojos verdes perfilados. Se ríe. Siempre. Su rostro es un festival de gestos que remarcan las arrugas en su piel gastada. "Vine lo antes que pude", explica la abuela de 80 años. No la detuvo un trámite de último momento, detalla antes de sentarse en el bar de la Escuela para Adultos Mayores. Allí concurre todas las mañanas.

Se demoró porque al salir de su casa ningún taxi quiso levantarla. Caminó seis cuadras ("despacito y con mucho cuidado porque las veredas están destruídas"). Tampoco le resultó fácil cruzar en cada esquina. Casi al final del recorrido, en Mendoza y Rivadavia, no se amilanó ante un semáforo que estaba a punto de dar verde. "¡Que paren!", gritó con seguridad.

De joven fue maestra y después trabajó en un negocio familiar hasta que los huesos le dijeron basta. A María no le gusta sentirse inútil. No quiere ser una carga. "Muchas veces la sociedad nos hace creer que sí lo somos", explica. Las otras mujeres que están en el bar le dan la razón. En la calle, la gente va apurada, dicen. "Nos empujan y ni siquiera nos piden disculpas", reniegan quienes alguna vez fueron parte importante de la sociedad y hoy sienten que les dan la espalda.

No es fácil la vida para quienes pasaron la barrera de los 65 años. La población envejece cada vez más y las proyecciones indican que el fenómeno crecerá. Sin embargo, por ahora, la ciudad sigue siendo demasiado hostil con la tercera edad: colectivos con escalones altos, choferes que no esperan a que bajen, pasajeros que no les ceden el asiento, carteles con letras chicas, cajeros automáticos indescifrables, veredas rotas, golpes y empujones, y accesos dificultosos a los edificios. Estas fueron algunas de las situaciones que vivieron tres abuelas que accedieron a recorrer unas cuadras del centro junto a LA GACETA.

La primera experiencia fue la más dura. En Rivadavia al 200, Manuela, Lali y Marta Yolanda Gómez esperaron el colectivo. Cuando el micro llegó, se detuvo a más de dos metros de la vereda. Subir fue una odisea. Sólo una de ellas, Marta, de 70 años, logró el objetivo.

"Cuando una se hace grande la estabilidad se va perdiendo; nos cuesta subir al ómnibus y nadie nos da una mano", describe. Pero le duele aún más la actitud de algunos jóvenes que viajan con auriculares, y que para no ceder el asiento a los mayores miran para otro lado.

Las veredas también las hacen rezongar, al igual que el agua que corre por las orillas. Todas conocen a alguien que sufrió un accidente por una baldosa rota o tras resbalarse en un líquido cloacal.

Las escaleras interminables y en mal estado le ponen los pelos de punta a Lali. Tiene 77 años y hasta hace poco usaba bastón. Se esfuerza por demostrar que su estabilidad está intacta.

Lali sube la larga escalera de un edificio con mucho sacrificio y la baja con cuidado. Había una rampa en la construcción, pero ella prefirió evadirla. Está claro: cuando las hay son imposibles de usar. Porque son muy empinadas, porque no tienen barral para agarrarse ni antideslizantes.

Para cruzar una esquina hay que mirar muy bien... los autos, no los semáforos, explican. Los conductores aceleran y más de uno toca bocina para que se apuren. Los segundos no les alcanzan para pasar desde una vereda a otra, especialmente en las esquinas que no cuentan con rampas.

Unas pocas cuadras y quedan agotadas. Por eso, opinan, no sería mala idea que hubiera bancos cada 300 metros. Para la mayoría de los ancianos el sólo hecho de salir a pagar un cuenta se transforma en una odisea.

A Manuela, Lali y Marta también las desvela la inseguridad. La posibilidad de sufrir un ataque y quedar postradas para siempre. Les aterra la sola idea de convertirse en una carga para algún familiar. Y también les angustia el futuro, la soledad. "Nosotros cuidamos a nuestros padres hasta que se fueron. Pero nuestros hijos, la juventud de hoy, no tiene tiempo", dice Marta Gómez. Ella y sus compañeras reclaman abrazos. "Somos como los bebés, necesitamos cariño", confiesan.

Pedro Castillo, de 77 años, está aprendiendo a tocar la guitarra y a bailar. Así, confiesa, se siente más activo. Pero le apena que no haya tantas propuestas para la tercera edad. "Lo único que tenemos es el EPAM", dice, y destaca que la vejez de ahora es más activa, que tiene otra filosofía y mayor autonomía. Estos nuevos "abuelos" se plantean desafíos, estudian, y muchos hasta chatean con sus nietos. También están empezando a reclamar una ciudad más amigable con ellos.
Manuela, Lali y Marta sufren a diario la ciudad - La Gaceta

¿Qué necesitan los abuelos?

- Semáforos que les permitan cruzar sin tener que correr.

- Colectiveros con paciencia y pasajeros amables, respetuosos.

- Concientización social sobre la importancia de la vejez.

- Letras más grandes en los precios del supermercado.

- Que haya veredas sanas y rampas accesibles en edificios.

- Que no tengan que hacer largas colas.

- Que haya asientos en aceras céntricas, cada tres cuadras.


TERCERA EDAD

"Hay que devolverles el rol protagónico que se merecen"

Domingo 27 de Noviembre de 2011 |
Los nuevos "adultos mayores" son muy activos; hay quienes hablan de una cuarta edad ante el progresivo envejecimiento poblacional, detalla Sandra Virgolini. Ella es coordinadora docente de la Escuela para Adultos Mayores (EPAM) y psicóloga experta en la tercera edad. "Las ciudades no se adaptan a la nuevas características de su población. Es un tema de exclusión muy fuerte que no se visualiza", sostiene.

Según la especialista, para superar esto primero, como sociedad, tenemos que devolverles a los adultos mayores el rol protagónico que se merecen, su lugar desde la sabiduría. "De nada sirve prolongar la vida, pero no la calidad de vida", explicó.

"Lo más importante frente al inevitable envejecimiento de la población es un cambio cultural, porque la sociedad no respeta ni da lugar a los mayores. Antes, el abuelo era una institución", insiste Virgolini.
http://www.lagaceta.com.ar/nota/466912/Tucumanos/Hay-devolverles-rol-protagonico-merecen.html



TERCERA EDAD

El divorcio entre la ciencia y las políticas de Estado

Domingo 27 de Noviembre de 2011 |
"La vejez merecedora se construye a lo largo de los años. Algunos pocos actualmente viven su vejez exitosamente. Muchos padecen por la indiferencia del Estado, que a lo largo de los años no supo leer lo que vendría ni aplicar políticas necesarias para que, los que puedan, vivan con plenitud su existencia", opinó el profesor Luis Francisco Presti, médico gerontólogo. "La ciencia ha realizado ingentes esfuerzos por prolongar la existencia. Por lo visto existió y existe un divorcio entre la política y el desarrollo científico, porque no se ha previsto nada para sostener y cuidar a la población envejecida. Llegamos tarde, pero no por ello no debemos cambiar", añadió.

Las políticas, según dijo, deben estar encaminadas a contener y asistir a la población envejeciente, teniendo en cuenta la conformación de equipos multidisciplinarios de atención.
http://www.lagaceta.com.ar/nota/466913/Tucumanos/divorcio-entre-ciencia-politicas-Estado.html




TERCERA EDAD

Menos niños y más adultos en la pirámide

Domingo 27 de Noviembre de 2011 | En poco tiempo la población ociosa igualará a la productiva. Proyección.

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Las proyecciones demográficas indican un paulatino envejecimiento de nuestra población. La prolongación de la vida siempre debería ser una buena noticia. Pero en nuestro contexto muchos se preguntan si es factible una vejez digna, sin sufrimiento.

En Tucumán, los índices de envejecimiento poblacional aumentan cada vez más. En 2010 se registraron 30.658 adultos mayores más que en 2001. Actualmente, el 12% de la población tiene más de 60 años. Se cree que dentro de cuatro décadas esa cifra sumará 10 puntos; es decir que aproximadamente uno de cada cuatro tucumanos será un adulto mayor.

Por esta realidad, según los expertos, hay aspectos que deben cuidarse para que una ciudad sea amigable con sus mayores: los espacios verdes y las construcciones urbanas, el transporte, la participación en la vida social, el respeto y la inclusión, el apoyo comunitario y los servicios de salud, entre otros.

¿Por qué envejecemos?Para entender por qué la población se está poniendo vieja consultamos a la demógrafa Nora Jarma, autora de un trabajo sobre el tema que ha sido publicado por la Dirección de Estadísticas de la Provincia. Según señala la experta, el envejecimiento es el resultado de varios factores: el sostenido decrecimiento de la fecundidad, una baja en la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida al nacer.

"Las mejoras sanitarias y ambientales y los adelantos médicos comienzan a rendir sus frutos en las edades más avanzadas y esto se lo puede ver claro en la disminución de la tasa de mortalidad y en la esperanza de vida al nacer", destacó. Sobre este último índice dio ejemplos: en 1947, cuando alguien nacía, tenía una expectativa de vida de 54,5 años y en 2001, de 72,5 años.

Al mismo tiempo, las tasas de fecundidad descienden: mientras que en 1955 había cinco hijos por mujer, en la actualidad hay 2,2 por cada fémina.

Según el último censo hay 168.835 adultos mayores en la provincia. Para 2015, de acuerdo con las proyecciones, la cifra estará por encima de los 200.000. La mayoría de quienes tienen más de 60 años son mujeres (el 56%). Un dato curioso es que dentro de la población de 80 años y más ellas son casi el doble.

Otro análisis importante que realizó la demógrafa es la relación entre población productiva y pasiva: mientras que en 1869 en Tucumán había 18 personas de entre 15 y 59 años para soportar la carga financiera que implica sostener a un mayor de 60 años, en la actualidad hay cinco personas en edad productiva para cada adulto mayor. Las proyecciones indican que en poco tiempo la población ociosa igualará la laboral.

En cuanto a la cantidad de niños por anciano, a comienzos del siglo pasado había 12 menores por cada adulto mayor, mientras que en la actualidad hay apenas dos chicos por cada abuelo.

"El envejecimiento se trata de un fenómeno nuevo para el cual no estamos preparados. El principal problema es que se achica la población económica activa. Hay países como Francia que tienen serias crisis por esto y se han visto obligados a tomar medidas como, por ejemplo, extender la edad jubilatoria", detalló la docente de la cátedra de Demografía de la Facultad de Ciencias Económicas.
http://www.lagaceta.com.ar/nota/466914/Tucumanos/Menos-niños-mas-adultos-piramide.html


NOTA del BLOG: excelente observación de La Gaceta de Tucumán, aplicable/transferible/extendible a todo el resto del país. El Estado en todas sus formas, tiene una enorme deuda con la tercera edad, algo que se viene acumulando como consecuencia de las reiterados ausencias de las políticas públicas. Esas mismas carencias que hacen que la tercera edad se vea excluída de la consideración estratégico-política... muchos son los ángulos de este problema... tal vez el peor de todos es que alcanzada la edad jubilatoria, ANSES burla la condición y somete a la persona a un peregrinaje perverso que denigra la condición humana tanto como el derecho individual, negando la historia de cada quién o colocándola en duda suficiente como para que llegar a la jubilación sea un calvario. A esta altura de la civilización, la jubilación debería ser automática, esto es, Usted llega los 65 años y el propio ANSES le reconoce dicha condición, básica y fundamental, dejando para poseriores pasos eventuales reclamos. La conducta del estado ausente es inadmisible y se condice con los atropellos consecuentes de funcionarios incapaces para atender/comprender/contener a las personas en su ingreso a la tercera edad... más allá, cruzar la barrera de los 60 años implica ser discriminado desde el estado mismo, por ende la conducta se traslada a grandes nichos sociales donde la educación/formación/valores/tradiciones escasean o directamente brillan por su ausencia. Las oficinas de ANSES en todo el territorio nacional producen vergüenza ajena y desmerecen a la institución tanto como a su historia... extendiendo a su incapacidad operativa todo aquello que hace y traduce a un estado esencialmente perverso que funciona paralelamente a las decisiones políticas del Poder Ejecutivo, esto es liberándolo (Poder Ejecutivo) de cualquier responsabilidad en tal sentido, ya que el problema se enfoca en las penurias que deben transitar las personas ante la brutal incapacidad para gestionar soluciones de fondo, así como se ensaña con las debilidades de cada quién imponiendo una metodología que pone en evidencia la incapacidad operativa en su totalidad. Esta Argentina también merece soluciones de fondo... caso contrario, siempre es más de lo mismo. Cerasale. Noviembre 27, 2011.-

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