Uno de cada cuatro adultos con enfermedad mental ha sido víctima de violencia en el último año
(29/02/2012) - E.P.
Aunque existe una gran cantidad de investigaciones que sugieren que las personas con discapacidades enfrentan un mayor riesgo de violencia, este es el primer trabajo que confirma la magnitud de este riesgo y la relación con los diferentes tipos de discapacidad
Los adultos con enfermedad mental tienen hasta cuatro veces más probabilidades de ser víctima de violencia que los adultos sin estas patologías, según una meta-análisis dirigida por la Liverpool John Moores University, en Liverpool, Reino Unido, publicada en la versión online de The Lancet.
Según el líder de esta investigación, Mark Bellis, de la Liverpool John Moores University, cerca del tres por ciento de los individuos con daños inespecíficos, físicos, mentales, emocionales o con problemas de salud que limitan sus actividades, tendrán experiencias violentas en los últimos 12 meses, alcanzando a casi un cuarto de individuos con enfermedad mental.
La exposición a la violencia en la vida y las proporciones de sujetos con discapacidades que están directamente amenazados con la violencia o viven con miedo de convertirse en una víctima parece ser sustancialmente mayor de lo que estimábamos, admite Bellis.
Los autores de este trabajo realizaron una revisión sistemática y meta-análisis de investigaciones sobre violencia contra adultos discapacitados en el último año. En concreto, analizaron 25 estudios en los que participaron 21.500 individuos con discapacidades de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Taiwan, Reino Unido, Estados Unidos y Sudáfrica.
Descubrieron que la prevalencia de cualquier episodio de violencia reciente, tanto física como sexual o en la pareja, era alta, tanto en los adultos con enfermedad mental (24,3 por ciento) como en los que tenían deficiencias intelectuales (6,1 por ciento).
Así, estiman que los adultos discapacitados eran hasta 1,5 veces más propensos a ser víctimas de violencia que aquellos son discapacidad, mientras que aquellos con enfermedades mentales tenían un riesgo cuatro veces mayor de sufrir violencia.
Cerca del 15 por ciento de los adultos en el mundo tienen una discapacidad, un porcentaje que podría subir, por el impacto del envejecimiento poblacional y el aumento de las enfermedades crónicas.
Los autores admiten que su estudio está limitado por limitaciones metodológicas, entre ellas fallos en los tipos de discapacidad y violencia examinados y porque la investigación está prácticamente limitada a los países de mayores ingresos.
Falta la prevalencia y los datos de riesgo de la mayoría de regiones del mundo, sobre todo de países de ingresos medios y bajos, donde está el 80 por ciento de la discapacidad del mundo, reconocen, señalando que entender la magnitud de la violencia a grupos con problemas es "el primer paso de la aproximación en salud pública a la prevención de la violencia".
Los autores destacan que para comenzar a solventar esta falta de evidencias, se necesitan más investigaciones epidemiológicas de calidad centradas específicamente en los países de ingresos medios y bajos y en todos los tipos de discapacidades.
Según el líder de esta investigación, Mark Bellis, de la Liverpool John Moores University, cerca del tres por ciento de los individuos con daños inespecíficos, físicos, mentales, emocionales o con problemas de salud que limitan sus actividades, tendrán experiencias violentas en los últimos 12 meses, alcanzando a casi un cuarto de individuos con enfermedad mental.
La exposición a la violencia en la vida y las proporciones de sujetos con discapacidades que están directamente amenazados con la violencia o viven con miedo de convertirse en una víctima parece ser sustancialmente mayor de lo que estimábamos, admite Bellis.
Los autores de este trabajo realizaron una revisión sistemática y meta-análisis de investigaciones sobre violencia contra adultos discapacitados en el último año. En concreto, analizaron 25 estudios en los que participaron 21.500 individuos con discapacidades de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Taiwan, Reino Unido, Estados Unidos y Sudáfrica.
Descubrieron que la prevalencia de cualquier episodio de violencia reciente, tanto física como sexual o en la pareja, era alta, tanto en los adultos con enfermedad mental (24,3 por ciento) como en los que tenían deficiencias intelectuales (6,1 por ciento).
Así, estiman que los adultos discapacitados eran hasta 1,5 veces más propensos a ser víctimas de violencia que aquellos son discapacidad, mientras que aquellos con enfermedades mentales tenían un riesgo cuatro veces mayor de sufrir violencia.
Cerca del 15 por ciento de los adultos en el mundo tienen una discapacidad, un porcentaje que podría subir, por el impacto del envejecimiento poblacional y el aumento de las enfermedades crónicas.
Los autores admiten que su estudio está limitado por limitaciones metodológicas, entre ellas fallos en los tipos de discapacidad y violencia examinados y porque la investigación está prácticamente limitada a los países de mayores ingresos.
Falta la prevalencia y los datos de riesgo de la mayoría de regiones del mundo, sobre todo de países de ingresos medios y bajos, donde está el 80 por ciento de la discapacidad del mundo, reconocen, señalando que entender la magnitud de la violencia a grupos con problemas es "el primer paso de la aproximación en salud pública a la prevención de la violencia".
Los autores destacan que para comenzar a solventar esta falta de evidencias, se necesitan más investigaciones epidemiológicas de calidad centradas específicamente en los países de ingresos medios y bajos y en todos los tipos de discapacidades.
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