INFORME | 'Alcohol en la UE'
Europa, a la cabeza del consumo de alcohol
- Tiene el récord de haber duplicado el consumo de alcohol mundial en 15 años
- Los europeos ingieren una media de 12 litros y medio de alcohol puro al año
- Se asocia con enfermedades cardiovasculares y una mayor tasa de mortalidad
- También afecta a terceras personas, por accidentes de tráfico y violencia
Europa Press | Madrid
Actualizado martes 27/03/2012 17:13 horas
Los europeos consumen más alcohol que los ciudadanos de ninguna otra parte del mundo. En concreto, el equivalente a 12 litros y medio de alcohol puro por adulto al año o tres bebidas al día. Así lo refleja un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) copatrocinado por la Comisión Europea, que revela que Europa tiene el "dudoso honor" de duplicar en 15 años el consumo medio de alcohol en el mundo.
"El dudoso honor europeo de haber duplicado la media global de consumo de alcohol está claro, con conocidas consecuencias sanitarias para los bebedores, las personas que les rodean y la sociedad en general", señala la directora regional para Europa de la OMS, Zsuzsanna Jakab, para quien el mensaje de este informe es que "la carga de enfermedad relacionada con el alcohol en Europa es evitable".
Según este documento, las variaciones sociales, culturales, geográficas y económicas entre los diferentes países de la UE han llevado a distinguir cuatro grupos: este y centro-este de Europa, centro-oeste y oeste de Europa, los países nórdicos y el sur de Europa, con diferentes consumos, patrones y tendencias.
Esta diferencia revela que el mayor consumo de alcohol se realiza en el este y centro-este de Europa, con 14 litros y medio de alcohol puro por adulto al año, en comparación con los casi 12 litros y medio del centro-oeste y oeste de Europa; los 11,2 litros del sur de Europa y los casi 10 litros y medio de los nórdicos.
Cuando se tienen en cuenta los indicadores de consumo peligroso de alcohol -la proporción de bebida que se toma fuera de las comidas, en lugares públicos o el consumo por atracones ('binge drinking')- el este y centro-este de Europa alcanza la mayor puntuación, 2,9 en una escala que va desde el 1 como el registro de menor daño hasta el 5 como la puntuación que señala el consumo más dañino. Le siguen países nórdicos (2,8); el centro-oeste y oeste europeo (1,5) y sur de Europa (1,1).
Según este informe, las tasas de mortalidad asociadas al alcohol fueron de 57 por cada 100.000 para los hombres y de 15 por cada 100.000 para mujeres en 2004. También las tasas subregionales de mortalidad varían ampliamente, desde los 129 hombres y 27 mujeres por cada 100.000 en centro-este y este de Europa, hasta las tasas más bajas de 30 hombre y 10 mujeres en el sur de Europa.
Además de estas diferencias generales, las tendencias subregionales específicas influyen en las causas de estas muertes. Así, son más las muertes en centro-este y este de Europa causadas por enfermedades cardiovasculares -excepto la enfermedad cardiaca isquémica- y las heridas. Esto está relacionado con la gran cantidad de alcohol que se consume en estos países y la irregulares sesiones de gran consumo.
En los países nórdicos son proporcionalmente más frecuentes los fallecimientos por desórdenes neurológicos y mentales, debido a la alta prevalencia de alcoholismo y desórdenes relacionados con el consumo de este producto. Por su parte, el cáncer es, proporcionalmente, más frecuente en el sur de Europa, donde los niveles de consumo era considerablemente más alto hace dos décadas y el cáncer necesita tiempo suficiente para desarrollarse.
Por su parte, el sur de Europa muestra la mayor proporción de consumidores de alcohol que perjudican a otros ciudadanos, en comparación al daño total relacionado con el alcohol que se registra en esta subregión medido por muertes. Sin embargo, en centro-este y este de Europa los cálculos revelan la mayor proporción de accidentes con vehículos de motor atribuibles al consumo de alcohol.
Este informe, titulado 'Alcohol en la UE', apunta una serie de políticas coste-efectivas de éxito probado para reducir estas tasas, entre ellas el aumento de los impuestos sobre el alcohol, la reducción de la disponibilidad y las restricciones en su venta.
"El dudoso honor europeo de haber duplicado la media global de consumo de alcohol está claro, con conocidas consecuencias sanitarias para los bebedores, las personas que les rodean y la sociedad en general", señala la directora regional para Europa de la OMS, Zsuzsanna Jakab, para quien el mensaje de este informe es que "la carga de enfermedad relacionada con el alcohol en Europa es evitable".
Según este documento, las variaciones sociales, culturales, geográficas y económicas entre los diferentes países de la UE han llevado a distinguir cuatro grupos: este y centro-este de Europa, centro-oeste y oeste de Europa, los países nórdicos y el sur de Europa, con diferentes consumos, patrones y tendencias.
Esta diferencia revela que el mayor consumo de alcohol se realiza en el este y centro-este de Europa, con 14 litros y medio de alcohol puro por adulto al año, en comparación con los casi 12 litros y medio del centro-oeste y oeste de Europa; los 11,2 litros del sur de Europa y los casi 10 litros y medio de los nórdicos.
Cuando se tienen en cuenta los indicadores de consumo peligroso de alcohol -la proporción de bebida que se toma fuera de las comidas, en lugares públicos o el consumo por atracones ('binge drinking')- el este y centro-este de Europa alcanza la mayor puntuación, 2,9 en una escala que va desde el 1 como el registro de menor daño hasta el 5 como la puntuación que señala el consumo más dañino. Le siguen países nórdicos (2,8); el centro-oeste y oeste europeo (1,5) y sur de Europa (1,1).
El este y los países nórdicos aumentan su consumo
Aunque el consumo europeo del alcohol per cápita se ha mantenido casi constante durante la pasada década, a nivel subregional los países nórdicos y el este de Europa han experimentando un incremento del consumo de alcohol entre los adultos, mientras que ha bajado en el oeste y el sur del continente.Según este informe, las tasas de mortalidad asociadas al alcohol fueron de 57 por cada 100.000 para los hombres y de 15 por cada 100.000 para mujeres en 2004. También las tasas subregionales de mortalidad varían ampliamente, desde los 129 hombres y 27 mujeres por cada 100.000 en centro-este y este de Europa, hasta las tasas más bajas de 30 hombre y 10 mujeres en el sur de Europa.
Además de estas diferencias generales, las tendencias subregionales específicas influyen en las causas de estas muertes. Así, son más las muertes en centro-este y este de Europa causadas por enfermedades cardiovasculares -excepto la enfermedad cardiaca isquémica- y las heridas. Esto está relacionado con la gran cantidad de alcohol que se consume en estos países y la irregulares sesiones de gran consumo.
En los países nórdicos son proporcionalmente más frecuentes los fallecimientos por desórdenes neurológicos y mentales, debido a la alta prevalencia de alcoholismo y desórdenes relacionados con el consumo de este producto. Por su parte, el cáncer es, proporcionalmente, más frecuente en el sur de Europa, donde los niveles de consumo era considerablemente más alto hace dos décadas y el cáncer necesita tiempo suficiente para desarrollarse.
Daños a terceros
Además de provocar daños a uno mismo, el consumo de alcohol afecta a otras personas. Según una revisión de datos de 2004, unas 5.500 muertes de hombres de todas las edades en la UE y de 2.000 muertes de mujeres podrían atribuirse al consumo de alcohol de otros, siendo las principales causas de fallecimientos y heridas los accidentes de tráfico, seguidos por la violencia como segunda causa.Por su parte, el sur de Europa muestra la mayor proporción de consumidores de alcohol que perjudican a otros ciudadanos, en comparación al daño total relacionado con el alcohol que se registra en esta subregión medido por muertes. Sin embargo, en centro-este y este de Europa los cálculos revelan la mayor proporción de accidentes con vehículos de motor atribuibles al consumo de alcohol.
Este informe, titulado 'Alcohol en la UE', apunta una serie de políticas coste-efectivas de éxito probado para reducir estas tasas, entre ellas el aumento de los impuestos sobre el alcohol, la reducción de la disponibilidad y las restricciones en su venta.
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