martes, 1 de julio de 2014

“Hoy por hoy los psiquiatras no están en la bolsa de emigrantes obligatorios” :: El Médico Interactivo :: “Hoy por hoy los psiquiatras no están en la bolsa de emigrantes obligatorios”

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“Hoy por hoy los psiquiatras no están en la bolsa de emigrantes obligatorios”



Junio de 2014 - Nekane Lauzirika

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, el Dr. Miguel Gutiérrez, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), Miguel Gutiérrez, jefe de Servicio de esta especialidad en el Hospital Universitario Santiago en Vitoria-Gasteiz, reconoce que con la crisis económica se han incrementado las consultas en Atención Primaria (AP) por trastornos de ansiedad y depresión, siendo en estos momentos,  junto a los relacionados con el consumo de alcohol, las más frecuentes. Uno de los retos que se marca desde la SEP es continuar con la integración de la especialidad en la Medicina y progresar en los conocimientos científicos. En su opinión, la especialidad ha evolucionado enormemente porque ha logrado incluir elementos de otras, como Biología, Neuroquímica, Radiología, estadística, matemáticas, "elementos que utilizamos y nos son de gran utilidad".
El doctor Gutiérrez, que asumió la presidencia de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) en el 2012, cuenta con una dilatada trayectoria profesional. Antes de aterrizar como jefe de Servicio en el Hospital Santiago desarrolló su actividad en los dos centros de referencia sanitaria del País Vasco, Basurto y Cruces, en Bizkaia. Sus 41 años de profesión le permiten destacar con buen conocimiento de causa la positiva evolución de la especialidad en todos los aspectos, no sólo en tratamientos, sino también en la calidad de los centros psiquiátricos, "porque yo sí conocí la época de los "loqueros" y los lugares donde se les encerraba a estos enfermos", confiesa a la Revista EL MEDICO el único catedrático de Psiquiatría del País Vasco, aunque se lamenta de que todavía hoy día no se haya podido eliminar del todo el enorme estigma social que sufren estos pacientes.
¿Cómo está la Psiquiatría en el sistema sanitario español?
Hay de todo. En el País Vasco está bastante bien, sobre todo si tenemos en cuenta los recortes que se están produciendo en otras Comunidades del Estado. En Euskadi, la Psiquiatría siempre ha sido puntera en comparación con otras zonas. A pesar de la enorme crisis económica, la sanidad vasca la mantiene en buena posición. En mi opinión, el esfuerzo de la Administración vasca está siendo bueno, un ejemplo que tendrían que seguir otras. Aquí notamos los recortes en la falta de contrataciones. Pero en otras CC.AA. según me cuentan mis colegas y por las informaciones que nos llegan a la SEP, ha habido casi un desmantelamiento de las estructuras, mientras que aquí no ha sucedido eso.
¿Qué retos le gustaría conseguir como presidente de la SEP?
Son muchos. Uno de ellos es que tenemos que ser más visibles en la sociedad para que conozcan mejor la Psiquiatría y se empiecen a desterrar todos los mitos que rodean a nuestro trabajo. Además, esa visualización debe ser en el marco científico-técnico y de la forma más adecuada posible, cosa que no sucede siempre. Pero el objetivo fundamental que nos marcamos todo el equipo de la SEP es el desarrollo profesional continuo de los psiquiatras.
¿Se refiere al reciclaje profesional?
Sí. En esta línea promovemos, arbitramos y respaldamos todas las actividades que sirvan para el reciclaje de nuestros especialistas. Por ello hemos participamos en la elaboración de la Estrategia de Salud Mental a nivel Estatal, impulsada por el Ministerio de Sanidad y coordinada por las Sociedades Científicas, que sirve de herramienta y pone las bases a las iniciativas a llevar a cabo para promover que se mejore la atención al enfermo mental en España. También nos preocupamos de la formación de postgrado. En este sentido somos miembros de la Comisión Nacional de Psiquiatría (CNP) que se interesa por el establecimiento de los criterios de formación de los médicos especialistas, en nuestro caso los psiquiatras. Asimismo, se ocupa de la acreditación de las Unidades Docentes. La Comisión controla que los servicios hospitalarios que preparan a los MIR tengan los medios y la calidad suficiente para formar a estos especialistas y, como es lógico, también a los enfermeros que se formen en salud mental. Por supuesto, desde la SEP apoyamos todas las iniciativas que se realizan para eliminar el estigma de la enfermedad que padecen estas personas, clave para su reciclaje en la sociedad, ya que muchas veces son apartados por padecer una enfermedad mental.
¿Cuántos psiquiatras hay en España? ¿Son suficientes?
Alrededor de 4.500. Para nosotros siempre son insuficientes, pero no estamos tan mal. En Euskadi contamos con 250-300; el ratio de nuevo es mejor aquí que en el resto del Estado.
La Psiquiatría es una especialidad troncal en Medicina
Si. Somos troncales; afortunadamente no nos afecta lo que les puede ocurrir a otras especialidades, como la Neurología, por ejemplo. Tenemos un presente y futuro perfectamente estructurado.
¿El paro les ha llegado también a ustedes?
En algunas Comunidades sí. Por ejemplo en Madrid, Cataluña y Castilla y León. Esto supone que cuando hay paro existe subempleo.
¿Los psiquiatras, como están sucediendo en algunas especialidades, están emigrando a otros países para poder trabajar?
Los psiquiatras salen mucho fuera de España, pero lo hacen para formarse. De hecho, dentro de la SEP contamos con un programa de formación de especialistas en el extranjero; y en los últimos diez años hemos financiado con becas la estancia en el extranjero por periodos de tres o cuatro meses a más de 350 médicos. Hoy por hoy los siquiatras no están en la bolsa de emigrantes obligatorios.
¿La Psiquiatría tiene el prestigio social que se merece si se compara con otras especialidades como Cardiología, Neurología...?
Es cierto que otras especialidades son más reconocidas socialmente que la nuestra. Eso viene dado a veces por los rendimientos económicos. La Psiquiatría ha sido una disciplina médica que no ha sido de las mejores tratadas desde las distintas Administraciones. Siendo así, los equipos y grupos de investigación CIBER de Psiquiatría (que son centros de investigación en red) están valorados como el segundo o tercero de España; estamos a la cabeza de la investigación médica en nuestro país. Además estamos consiguiendo publicar en revistas de gran impacto. En esta línea estamos en la misma situación o mejor que el 90% de las especialidades españolas. La investigación psiquiátrica tiene un lugar en Europa que ya quisieran para sí otras especialidades médicas de España. Nuestra presencia en publicaciones y en organismos internacionales es constante. Eso explica que la Psiquiatría tenga peso específico propio y tenga tronco como el quirúrgico. Nosotros tenemos además la Psiquiatría infantil como única rama.
¿La investigación en Psiquiatría percibe la recesión económica?
En España, el FIS (Fondo de investigación Psiquiátrica) que la mayor fuente de ingresos en investigación en España y que depende del Instituto Carlos III, ha realizado importantes recortes que han afectado a las becas y al funcionamiento del CIBER de Salud Mental. Sin embargo, en Euskadi hay dos grupos de CIBER, uno en el Hospital Universitario Santiago de Araba, dirigido por la doctora Gonzalez Pinto, y otro en la Universidad del País Vasco, liderado por el profesor Meana, catedrático de farmacología. La investigación que estamos desarrollando en Euskadi está muy bien considerada a nivel estatal. Lo digo porque hay 25 grupos de investigación en España y estos dos están en Euskadi. En las evaluaciones anuales que se hacen estamos situados en el 5º/6º lugar. Esta es la realidad.
¿Con respecto a Europa como está aquí la especialidad?
En España tiene una gran calidad, muy superior a muchos países europeos de nuestro entorno y lo digo por los rendimientos científicos. Se sitúa entre los cuatro países más importantes de Europa. Nuestra producción supera con mucho a Francia aún contando con mucho menos presupuesto; aventajamos en Psiquiatría a países con mayor desarrollo que el nuestro.
¿Cuáles son las patologías mentales que están a la cabeza en el país?
Las dolencias más habituales son la depresión y la ansiedad, que afectan a una parte importante de la población. Luego están las patologías graves que no son infrecuentes y pueden afectar a un 1 por 1.000 de la población, como los trastornos esquizofrénicos o las demencias. Estas enfermedades producen un deterioro importantísimo en las personas que las padecen, así como a su entorno familiar.
¿Se pueden prevenir las dolencias psiquiátricas?
Todo se puede prevenir, pero probablemente es más difícil que en otros ámbitos. La prevención es compleja y lo difícil es evaluar sus resultados. En Psiquiatría es aún más complicado, ya que afecta lo biológico, genético, sociocultural... Por otro lado, el diagnóstico en Psiquiatría siempre es orientativo y sirve para que los profesionales entendamos las características siquiátrica de la persona, pero a partir de ahí todo es individualizado. Además, el pronóstico y futuro de la persona depende no solo de la enfermedad, sino del entorno en el que se desarrolla y de los recursos psicológicos y no solo materiales que tenga para ser capaz de reaccionar a la hora de confrontar su problema
¿Cómo es la salud mental de los jóvenes?
Es buena, razonablemente satisfactoria; no hay cifras de prevalencia alarmantes en relación al resto de la sociedad. La juventud tiene más recursos psicológicos y culturales que en el pasado, y por otro lado, es una juventud internacionalizada, que se ha proyectado hacia fuera.
El paro aumenta en nuestra sociedad. ¿Notan más casos de ansiedad, depresión derivados de esta situación?
Sí, naturalmente. La sociedad no está vacunada contra los problemas. Cuando hay situaciones sociales de envergadura como los actuales en muchas personas se manifiestan episodios de ansiedad, de depresión, de tristeza... En las consultas de los médicos de Atención Primaria (AP) se viene detectando desde el inicio de la crisis un incremento importante de paciente que acuden con problemas de ansiedad, depresivos y de alcoholismo en diferentes grados. Esto se ha notado en la crisis española. En los ámbitos especializados parece que no ha repercutido de una forma tan notoria, al menos de momento.
A los especialistas le llegan los casos más graves, el resto los atienden los médicos de familia...
Exacto. Nosotros abordamos a los pacientes con depresiones graves, trastornos bipolares ansiedad profunda, esquizofrenias... Hay casi 400 tipos de trastornos mentales y muy distintos. La enfermedad psiquiátrica muy estructurada y cuando se presuma que tendrá una evolución prolongación ira a la especializada, aunque luego vuelva a la asistencia primaria para el seguimiento farmacológico cotidiano. En principio el número mayor de consultas por problemas sociales y personales se hacen en primaria.
¿En los pacientes con enfermedad síquica se presentan más pluripatologías que en otros pacientes?
Una de las razonas por las que tienen que estar incluidos en el sistema salud público; su expectativa media de vida es inferior al resto de la población; tienen más enfermedades. Muchos sufren problemas cardiovasculares, otros son diabéticos o padecen obesidad... Los enfermos que debutan pronto son los más graves y viven, por la propia enfermedad, vidas más sedentarias, les falla la higiene. Necesitan una reeducación. También la morbilidad y mortalidad del enfermo psíquico crónico es mayor que el resto de los ciudadanos. Necesitan ser atendidos por equipos multidisciplinares y eso se consigue en los hospitales generales, donde son asistidos perfectamente por el resto de especialistas.
Si una persona está triste dice que está "depre" ¿no banalizamos la enfermedad?
Es cierto, no hay medida equilibrada en cuanto a los conceptos. En la vida de todas las personas habrá acontecimientos vitales negativos y variados que, tarde o temprano, nos afectarán a todos, como son la pérdida de seres queridos, problemas familiares o laborales... de los que no te puedes sustraer. Y esto en ocasiones genera respuestas individuales que expresan el malestar de la persona en forma de ansiedad, depresión, estrés...
¿Personas que no tienen fortaleza para dar respuesta a contratiempos serios?
Sí. Lo ideal sería que todas las personas dispusiéramos de las herramientas para superar estos trances negativos que te deparan la vida, pero hay quienes por problemas previos o vulnerabilidad psicológica pueden ofrecer respuestas más extremas a los acontecimientos y son más proclives a enfermar; personas que requieren un tratamiento más especial y eso sucede con frecuencia. Pero la inmensa mayoría tiene la suficiente fortaleza para responder sin enfermar.
¿Hay diferencias de género en estos trastornos?
Sí, las mujeres son más proclives a los trastornos depresivos y en los hombres hay más tendencia a adicciones como alcohol o drogas. Y hay enfermedades que afectan a los dos pero con diferente evolución. Esto es así porque el bagaje biológico y genético es diferente. A la hora de sufrir estos trastornos influyen aspectos culturales, hormonales, sociales, la evolución física..., entre otros.
Se critica a los psiquiatras que medican en exceso, también los niños ¿Es así?
No, no es cierto. Además, ¡cómo no vamos a medicar si somos médicos! ¿Qué quieren que hagamos?, exclama. Si no lo hiciéramos pondríamos un tenderete de adivinación. Somos una especialidad médica que contempla el estudio de las enfermedades psiquiátricas desde la perspectiva médica, sin perder de vista que hay variables de tipo social y psicológico que pueden condicionar el curso de las patologías. Medicamos porque somos médicos; y de estas enfermedades nos encargamos los médicos psiquiátricos.
¿La medicación les ayuda a conseguir que los pacientes con trastornos mentales graves puedan llevar una vida normalizada?
Claro. Por otro lado, no vamos a indicar un psicoanálisis de 10 años con un coste económico inabordable si podemos neutralizar las dolencias de forma más eficaz y razonable. Además, la eficacia hay que medirla en función de la no complicación de la vida de las personas. No puede ser más complicado el tratamiento que la enfermedad. Esto hay que decirlo porque sucede también.
Experiencia: 41 años de profesión. ¿Cuál cree que ha sido el mayor avance logrado en Psiquiatría durante esta larga trayectoria profesional?
Desde el principio de mi carrera estuve muy comprometido con toda la reforma de la Psiquiatría en el País Vasco y también en el Estado. Así que casi todo lo que fue ocurriendo después entraba en nuestros objetivos y planes. Un grupo de psiquiatras luchábamos con fuerza y muchas ganas para sustituir un modelo auxilar por otro de Psiquiatría comunitaria. Trabajábamos por conseguir extra-hospitalización de los pacientes y por que fueran tratarlos en su medio, así como por el arbitraje de unas condiciones que permitiera que la psiquíatra se integrara en la Medicina, como el resto de las especialidades médicas y en las mismas condiciones: pública, gratuita y universal. Se consiguió porque la Ley de General de Sanidad propuso la obligatoriedad de que hubiera servicios de Psiquiatría en los hospitales generales y eso supuso el cambio radical de la concepción de la especialidad y de la formación de los médicos y de la medicación. En mi opinión, es lo mejor que pudo pasar frente a modelos menos contrastados o más especulativos y demagógicos que se propusieron.
¿La medicación cada vez es más innovadora?
No. En la investigación para sustancias que tienen como objetivo resolver problemas en el cerebro el avance es lento. Sabemos que será así. La innovación esta parada. En estos últimos años no ha habido expectativas importantes. Yo hablo de cosas objetivas, no de que hemos cogido un ratoncillo y hemos experimentado con él y luego generamos ilusiones no acertadas. Lo único que detiene un deterioro cognitivo leve es la recuperación cognitiva y no hay ningún medicamento que sea eficaz para la enfermedad.
¿Medicación y terapias? ¿O ambas a la vez?
Las dos. Todas las personas inexcusablemente precisan de apoyos psicoterapéuticos. No se puede dejar un tratamiento exclusivo en función de la medicación. Sería volver a aspectos mágicos de la Medicina. Por su parte, los medicamentos ayudan pero tampoco curan absolutamente.
En la Sanidad pública, ¿hay listas de espera para las psicoterapias?
Bastantes, porque la psicoterapeuta necesita tiempo para sus sesiones. Necesitaríamos más personal formado en esta materia. Y es difícil de establecer la indicación de a quién dársela y a quién no. Porque ningún sistema público, ni el vasco, ni el español pueden disponer de todo para todo. Como es imposible no llegará a ello, por lo que debemos actuar con lo que se tiene.
Muchas noticias de sucesos graves continúan relacionándose con la enfermedad mental, ¿no hemos avanzado mucho en borrar el estigma de estos pacientes?
Hemos luchado mucho contra esto, pero no hemos conseguido resultados demasiado positivos. Sí es cierto que cuando una persona realiza un acto violento, inmediatamente se saca la enfermedad mental a relucir y eso es del todo injusto. No hay datos que lo pongan de manifiesto. El porcentaje de enfermos psiquiátricos responsables de delitos con violencia grave, que los hay, son una minoría. Estos enfermos están etiquetados como normales. Sin ningún tipo de dudas, el enfermo psiquiátrico es mucho más víctima que victimador.
¿Y por qué nos cuesta tanto creer que son ellos las víctimas?
Por el miedo de la sociedad a la enfermedad mental; miedo colectivo e individual a perder la cabeza, que es dejar de existir. Es un tema tabú; a la gente no le gusta nada ser tildado de enfermo psíquico y tampoco tenerlo cerca. Desde la SEP trabajamos en mantener una relación directa con las Asociaciones de Pacientes, porque nos interesa mucho su opinión sobre las necesidades que ellos perciben que necesitan. Por otro lado, se les ofrece asesoramiento para que puedan acceder a instancias oficiales y resolver situaciones negativas.
Víctimas o victimarios, ¿estas dolencias son el peaje por vivir más años?
Naturalmente.
¿Cómo vive usted y la SEP, los desmantelamientos de la Sanidad pública que se llevan a cabo en ciertas Comunidades como de Madrid o Valencia?
Me parece que es intolerable. En su día tuve una entrevista con el consejero Javier Fernández-Lasquetty para solicitar explicaciones para esa nueva conceptualización de la sanidad y cómo podía afectar a la Psiquiatría. Quedamos en que haríamos un seguimiento cercano y eso ha quedado así. Porque luego lo sustituyeron. No es de recibo lo que está ocurriendo. No había un modelo previo de que esa Sanidad "privatizable/privatizada" que proponen sea mejor, por lo que como Sociedad Científica estamos en contra de aquellos planteamientos y lo seguimos estando. Todo lo que sea no preservar el sistema público actual como esta concebido, con sus limitaciones, que las tiene, contará con nuestra oposición frontal.
¿El futuro de la enfermedad mental podría pasar por la Medicina´personalizada´?
Este es otro reto para la Psiquiatría. Los estudios genéticos y socio-ambientales nos pueden proporcionar muchos datos, no solo para prevenir, sino para tratar enfermedades y conocerlas mejor. El conocimiento del funcionamiento de la mente no es sencillo, pero es realmente apasionante, más aun si se puede personalizar.

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