lunes, 27 de junio de 2016

'La buena prescripción exige un uso limitado de ciertos fármacos' - DiarioMedico.com

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ANTONI GILABERT

"La buena prescripción exige un uso limitado de ciertos fármacos"

El CatSalut actualiza el índice de calidad de los médicos al recetar.
Antoni Mixoy. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com   |  27/06/2016 00:00
 
 

Antoni Gilabert
Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y Medicamentos del CatSalut. (DM)
El Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) ha actualizado el índice de calidad de la prescripción farmacéutica (IQF), un instrumento de medida para la evaluación cuantitativa y cualitativa de la prescripción efectuada por los médicos de atención primaria y especializada. Con el objetivo final de fomentar el empleo de los fármacos más coste-efectivos y reducir la variabilidad terapéutica, el IQF se define también como un instrumento que permite "identificar las mejores prácticas, establecer el gold standard de la prescripción en determinadas áreas terapéuticas y realizar comparaciones", lo que se conoce con el anglisismo benchmarking.
  • El índice de calidad de la prescripción farmacéutica pretende fomentar el empleo de los fármacos más coste-efectivos y reducir la variabilidad terapéutica
De acuerdo con la evidencia disponible, un grupo de expertos del Departamento de Salud ha diseñado un sistema de puntuación (con un máximo de 100 puntos) a partir de 12 indicadores, ponderados en función de su contribución a la mejora de la calidad de la prescripción y clasificados en tres dimensiones: nuevos medicamentos (con una puntuación total de 25 puntos), hiperprescripción (25 puntos) y selección (50 puntos).
En la primera dimensión el objetivo es incorporar las verdaderas innovaciones terapéuticas respecto a lo existente, por lo que el indicador habla de "utilizar las alternativas terapéuticas más adecuadas". Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y Medicamentos del CatSalut, señala que esta dimensión viene marcada por el Programa de Armonización Farmacoterapéutica, que evalúa los nuevos medicamentos y los clasifica (a partir de las guías de práctica clínica, entre otras fuentes) en cuatro categorías.
A grandes rasgos, la primera (A) está reservada a la "innovación disruptiva, la que cambia el paradigma en el manejo de la patología en cuestión", cuyo ejemplo más cercano son los nuevos fármacos para el tratamiento de la hepatitis C. En la categoría B suele clasificarse la mayor parte de medicamentos innovadores, ya que aportan un beneficio adicional a los ya existentes, habitualmente para un subgrupo de pacientes. Los clasificados como C se consideran equivalentes a lo disponible, mientras que la categoría D es para los fármacos de los que no se dispone de información suficiente. "Una buena prescripción exige un uso limitado de estas dos últimas categorías".
  • Este sistema de puntuación se implementa con una puntuación asignada para cada una de las 43 Áreas de Gestión Asistencial que existen en Cataluña
Uso racional
El objetivo en la segunda dimensión -hiperprescripción- es reducir la sobreutilización de determinados medicamentos. En la nueva versión del IQF se pone el acento en la de antiulcerosos (10 puntos) y de los antiinflamatorios no esteroideos ( AINE), benzodiacepinas y fármacos para la osteoporosis (todos ellos con 5 puntos).
Y es en la tercera dimensión, la selección, "donde vamos a buscar la eficiencia" en los seis grupos terapéuticos escogidos: antidiabéticos orales (12 puntos), antidepresivos (10) e hipolipemiantes (8), así como antihipertensivos, antiulcerosos y bisfosfonatos, con 5 puntos.
Gilabert explica que este sistema de puntuación se implementa en todo el territorio a partir de unos puntos de corte con una puntuación asignada para cada una de las 43 Áreas de Gestión Asistencial (AGA).
  • Según Antoni Gilabert, la calidad de la prescripción en la sanidad pública catalana actualmente es "buena", aunque admite que "debe mejorarse siempre"
Ese objetivo de puntuación no es uniforme, "porque cada AGA parte de una posición distinta del año anterior", pero se implementa en los contratos de gestión -en concreto, en la parte variable de los mismos, junto con otros indicadores- y de ahí, "en cascada", en los contratos clínicos de los prescriptores finales en los centros de salud de primaria.
Mejora continua
Tras calificar como "buena" la calidad de la prescripción farmacéutica en la sanidad pública catalana, Gilabert concluye remarcando que "debe mejorarse siempre",de ahí que el IQF sea un indicador dinámico que se somete a revisión cada año: "Llegan nuevos medicamentos, cada vez sabemos más de los antiguos y aprovechamos las nuevas capacidades de los sistemas de información".

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