En 2013, los Estados miembros de forma unánime, dieron a la Comisión Europea el mandato necesario para negociar un acuerdo de libre comercio con EEUU con un alcance y una ambición sin precedentes,e l conocido como TTIP. El proceso lo inició el equipo de Durao Barroso y lo ha seguido el de Jean-Claude Juncker, y aunque durante buena parte del año pasado se especuló con la probabilidad de lograr cerrarlo antes de 2017, las posibilidades, a día de hoy, marchan a toda prisa hacia cero, tal y como recoge este martes el diario
El Mundo (del mismo grupo editorial que CF).
El fin de semana, Sigmar Gabriel, el principal aliado y socio de Gobierno de Angela Merkel, ha sido el primero en reconocer un secreto a voces: "Es un fracaso
de facto, aunque nadie lo reconozca abiertamente", aseguró en Berlín. Tras "14 rondas de negociaciones", la última de ellas a mediados de julio", se lamentó Gabriel, "no hay cerrado un texto" que satisfaga a todas las partes. Y es extremadamente complicado que se pueda lograr en apenas cuatro meses.
Los últimos meses han sido de por sí complicados. Existen avances evidentes, pero ni suficientes ni a la velocidad necesaria.
El informe sobre la última ronda muestra los numerosos puntos abiertos. Seguramente se podrían resolver, pero hay demasiada prisa y las circunstancias han cambiado.
NI TRUMP NI CLINTONLa salida de Reino Unido complica la negociación, pues el país tendría que seguir aprobando todos los trámites para nada más producirse la salida de la UE, empezar, de cero, otra negociación bilateral con Washington, algo a lo que Londres no está dispuesta. Además, parece claro que si Donald Trump logra la victoria en las elecciones presidenciales de noviembre pondría fin de inmediato al TTIP, un acuerdo al que ni siquiera Hillary Clinton defiende. Únicamente la Comisión defiende el fuerte. Ayer, el portavoz jefe de Juncker, Margaritis Schinas, insistió en que el mandato es unánime y que los negociadores europeos, dirigidos por el español Ignacio García Bercero, pueden concluir su tarea.
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