viernes, 24 de febrero de 2017

Colegios de médicos y OMC siguen trabajando en la prevención de agresiones y piden más seguridad en los centros - OMC Y Colegios - Elmedicointeractivo.com

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Colegios de médicos y OMC siguen trabajando en la prevención de agresiones y piden más seguridad en los centros

La Asociación Nacional para la Seguridad Integral en Centros Hospitalarios (ANSICH) organizó el 6º Foro SEGURIVAL/ANSICH




La Asociación Nacional para la Seguridad Integral en Centros Hospitalarios (ANSICH) organizó el 6º Foro SEGURIVAL/ANSICH, donde participaron el Dr. José Alberto Becerra, coordinador nacional del Observatorio de Agresiones a Médicos de la Organización Médica Colegial (OMC), y el Dr. Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta, que coincidieron en demandar más seguridad en los centros sanitarios.
En la jornada intervinieron, además, César Pascual, director general de Coordinación de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; el Dr. Francisco José Sáez, vicepresidente 2º de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG); y Pedro Gómez, presidente de ANSICH, entre otros.
El Dr. Becerra resaltó el trabajo realizado por el Observatorio de Agresiones a Médicos de la OMC, creado en 2010, que aún tiene pendientes importantes tareas como la eliminación del agravio comparativo de los médicos que ejercen la medicina privada frente a los que lo hacen en la pública, y lograr el que se aplique la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
El Dr. Becerra indicó que sería oportuno que en el ámbito del SNS se arbitraran las oportunas medidas legales y reglamentarias, con el fin, no tanto de evitar que un paciente con antecedentes de conductas impropias pierda su derecho a ser atendido por los Servicios Públicos de Salud, sino que “cuando vaya a ser atendido, el médico o profesional sanitario que fuera a hacerlo estuviera  protegido, lo que redundaría en beneficio de los dos, que el médico no fuera agredido y que el paciente fuera atendido; lo que como medida preventiva estaría plenamente justificada para evitar la siempre tortuosa y desagradable vía punitiva penal”.
Además, subrayó que “una de nuestras líneas de trabajo es la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que es de obligado cumplimiento pero que no se cumple. Desde el Observatorio abogamos por aconsejar a nuestros colegiados que sus abogados apliquen el artículo 1903 del Código Civil, responsabilidad civil ‘invigilando’, en estos casos, con el objetivo de que la sanción se aplique a aquel que deja de vigilar y por lo tanto desatiende su obligación, que puede ser el gerente del hospital o la Administración Sanitaria”.
Por su parte, el Dr. Roviralta explicó que “las situaciones de violencia contra los profesionales sanitarios en España por parte de pacientes o sus familiares han ido aumentando de forma rápida, siendo un problema que se ha extendido por todo nuestro país, tanto en el sector público como en el privado” y señaló que “la violencia no puede justificarse en ningún caso y los profesionales tenemos el derecho y el deber de exigir tolerancia cero ante la violencia contra nosotros y erradicar la percepción de la idea que agredir a profesionales sale gratis”.
Entre las posibles causas del incremento de la violencia en la sanidad española están los aspectos sociales y educativos , institucionales como las listas de espera o situaciones concretas desencadenantes, como la demora en la atención urgente tanto en hospital como en atención primaria, la denegación de bajas laborales o de prescripción de medicamentos por parte de los facultativos, la falta de información a familiares de pacientes graves en urgencias pueden actuar como detonantes de conflictos.

Consecuencias obvias 

Las consecuencias de las agresiones físicas son obvias y las de mayor trascendencia mediática, pero las agresiones verbales en modo de insultos, coacciones, amenazas o vejaciones pueden llegar a generar a la víctima diferentes daños psicológicos como depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, falta de autoestima, trastorno de estrés post-traumático, estrés laboral, síndrome del ‘burn-out’, agravándose cuando el profesional se ve obligado a seguir atendiendo al agresor como si nada hubiera pasado. 
El Dr. Roviralta explicó que “se debe partir de la base de que en la violencia contra los profesionales del sector sanitario hay un agresor y una víctima y hay que tomar medidas para prevenir la violencia; y cuando esta se ha materializado, proteger y asistir a la víctima al tiempo que actuar en distintos ámbitos contra el agresor. Debemos tener claro el lema: Contra la violencia, tolerancia cero”.
Partiendo de propuestas concretas e individualizadas a otras de ámbito más general con un enfoque educativo-legislativo-administrativo-jurídico- sociales, el Dr. Roviralta propuso formación y capacitación de los profesionales sanitarios en el manejo de situaciones de situaciones de riesgo de violencia mediante talleres eminentemente prácticos con consideración de formación continuada.

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