Los directivos de hospitales se marcan el reto de la cronicidad y medir los resultados "en salud y no en actividad"
Sevilla acoge el XX Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, con la presencia de 2.600 expertos
Iñaki Alonso | 29 - Marzo - 2017 15:30 h.
La cronicidad es, desde hace años, la gran amenaza para los diferentes sistemas nacionales de salud. Y, desde los directivos de hospitales, el reto está en orientarlo hacia nuevas estrategias que parten por "trabajar en red" y medir los resultados "en salud y no en actividad". Esa ha sido la hoja de ruta que ha marcado Manuel Huertas, presidente del XX Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, que se ha inaugurado este miércoles en el Palacio de Congresos de Sevilla (Fibes) con la presencia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
Ambos dirigentes políticos han aprovechado el acto inaugural para hacer una defensa de la Sanidad pública. Díaz reivindicó el compromiso emprendido por la administración autonómica con la Sanidad pública "en años difíciles, con un esfuerzo enorme para mantenerlo". En su alegato, ha reivindicado que, pese a ello, no sólo está en manos de Andalucía que este sistema funcione bien, sino que "también hace falta un SNS más potente". Así, tras insistir de que se trata de la "joya de la corona", ha aclarado que si en los 80 el reto estaba en la universalización, la misión que se abre ahora es "la de hacer el sistema sostenible", para lo cual hacen falta "todos los resortes regionales y nacionales". "No podemos olvidar que la Sanidad pública es el cinturón de seguridad de las personas", manifestó Díaz, que indicó que el camino va en apostar por "el talento, la investigación y su aplicación práctica y la conciencia colectiva".
En esa apuesta por la investigación también se ha centrado el alcalde de Sevilla, que ha recordado que su ciudad cuenta con instalaciones claves en este campo, como el Instituto de Biomedicina (IBIS) y el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), que entre ambos aglutinan a 1.351 investigadores y 105 grupos de investigación. Además, ha incidido en que la salud no sólo depende de la gestión, sino de un "ecosistema mejor", con la promoción de hábitos de vida saludable que evite la presencia en hospitales y centros de salud.
Antes de los políticos, han intervenido los presidentes de las dos sociedades que organizan este congreso, en el que se dan cita más de 2.600 personas. Jesús Sanz, de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), ha valorado las mil comunicaciones y, sobre todo, "35 claves para avanzar", entre las que figura la apuesta real por el paciente, desterrar la idea de que más hospitales significa mejor atención y una evolución de los centros hospitalarios desde la atención a agudos a la de crónicos. Asimismo, ha abogado por "incrementar los espacios de la realidad asistencial", así como un "liderazgo social, que hable no sólo de buenas prácticas directivas, sino también sociales".
De su parte, el presidente de la Sociedad Española de Directivos de Salud (Sedisa), Joaquín Estévez, hizo un repaso de las 20 ediciones, recordando el paso en todas ellas de un total de 30.000 congresistas, que convierten a este congreso en "uno de los más importantes del mundo en materia sanitaria". También tuvo buenas palabras hacia Andalucía, a la que alabó por emprender iniciativas en pos de la profesionalización de los puestos directivos, recogida en el plan de sostenibilidad que ahora está en la mesa del Parlamento de Andalucía o el registro de directivos.
Un sistema "deshumanizado"
El congreso ya había echado a andar horas antes, con las primeras ponencias, entre las que destacó la realizada por el director médico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Julio Mayo, que fue entrevistado por la directora de El Médico, Leonor Rodríguez, sobre 'Humanización en salud, ¿realmente es lo importante?'. Mayol culpó de la falta de humanidad al propio sistema sanitario, que se diseñó desde su origen como un "sistema de producción de servicios industrializado". Así, insistió en que todas las herramientas de medición están alejada del paciente y más centradas en "reducir las listas de espera y hacer cuanto más mejor" sin tener en cuenta al paciente, "que no está en el centro del sistema ni es lo más importante".
De esa realidad también culpó al ego de los profesionales sanitarios que no trabajan por el bienestar de los pacientes. "Un panadero no hace panes por amor, sino para ganar dinero. Los médicos son iguales", remarcó Mayol, que catalogó al paciente como "material fungible para nuestro arte". Eso contribuye todavía más a una deshumanización que se detecta, a su juicio, en la propia consulta, cuando la gran mayoría de profesionales "ni siquiera se presentan", lo que contribuye aún más a restar protagonismo a la figura del paciente.
Esta tendencia se produce, en buena parte, por los objetivos que demanda el propio sistema, que para Mayol está demasiado centrado en la cuenta de resultados. "Hacienda es la que define lo que tenemos que hacer, no la salud de las personas. ¿Cómo humanizar un sistema que se paga por hacer números?", remarca.
Ante ese panorama, Mayol cree que lo primero sería promover una evaluación de los resultados sanitarios, no los barómetros que se realizan actualmente. Eso, a su entender, es un arma de doble filo porque "si se dan datos, hay que rendir cuentas", algo por lo que no están muy por la labor los poderes políticos, que se someten casa cuatro años al dictamen de las urnas. Por ello, considera que la clave de un sistema más humanizado no reside en el propio sistema, sino de la sociedad -"si no cambiamos, nos cambiará", puntualizó, y de "una masa crítica y madura que compartan objetivos y metodología".
Un punto al que todavía no se ha llegado en el marco internacional. Francia, Alemania o Italia apenas se han movido para promover esa humanización y solo hay algo avanzado en los países nórdicos, que "disponen de más dinero, más tiempo y otra mentalidad". Ya en España, aunque existen direcciones de humanización, no son suficientes. Es más, solo hay constancia de iniciativas como las del País Vasco, que va un poco adelante con la integración de Primaria y Hospital pensando en el paciente como uno solo y un sistema de información que contemple todo el proceso y la historia clínica del usuario.
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