lunes, 29 de mayo de 2017

La ‘nueva’ OMS, ante numerosos retos para reforzar su papel - DiarioMedico.com

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RELEVO DE LIDER EN LA OMS

La ‘nueva’ OMS, ante numerosos retos para reforzar su papel

El cambio en el puesto de director general coincide con un proceso de reestructuración del organismo de la ONU.
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es   |  29/05/2017 00:00
 
 

Sede de la OMS
Sede de la OMS. (OMS)
Durante los últimos diez años, Margaret Chan ha liderado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dejará de hacerlo el próximo 30 de junio y, a partir del día siguiente, será el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus quien dirija el organismo de la ONU que lleva desde 1948 impulsando políticas globales de prevención y promoción de la salud a escala mundial.
En los últimos años, como ha informado diariomedico.com, la OMS se ha dado cuenta de que precisa de una reorganización interna y de varias mejoras estructurales y programáticas para mejorar su labor; la llegada de Ghebreyesus coincide con un proceso de reconversión que aún necesita cristalizar.
La OMS intenta, como todos los organismos supranacionales, llevar a la práctica un esfuerzo global. Como señalaba este periódico en un editorial justo hace un año, con motivo de la 69 Asamblea Mundial, su misión coordinadora parece ahora más necesaria que nunca. Para reforzar su relevancia -siempre consciente de que sus competencias llegan hasta donde llegan- debe superar algunas trabas que se han agudizado en los últimos: en ocasiones se le ha acusado de alarmista, inmovilista, funcionarial, ineficaz, lenta y precipitada.

Lavado de cara organizativo

La OMS está recogiendo el guante. Chan ha admitido muchas veces en los últimos años que la OMS necesita un lavado de cara y ha puesto encima de la mesa sus principales retos, compartidos por la comunidad internacional y por su sustituto, Ghebreyesus: entre ellos, debe dar solución a las necesidades presupuestarias y de recursos humanos del organismo; aumentar la colaboración y coordinación de los Estados miembros, y consolidar las mejoras en gestión y agilidad de respuesta de crisis humanitarias.
Este periódico ya informó hace ahora cinco años del proceso de cambio organizativo que debía afrontar la OMS. El objetivo de lograr una gestión más coste-efectiva, ajustar mejor el presupuesto y desarrollar programas que estén más cerca de la realidad de cada uno de los países que la conforman aún no está plenamente conseguido.
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Reducción de gastos

La crisis ha hecho mella en todos, y la OMS, que se financia en parte con fondos de sus Estados miembro, no es una excepción. En los últimos años ha estado inmersa en una política de reducción de costes, basada en el aumento de la eficiencia, la reubicación de funciones y funcionarios y la supresión de puestos. Uno de los puntos en que se ha hecho más hincapié es en conocer más a fondo las medidas adoptadas por las oficinas regionales para reducir costes.
Cuando Chan renovó hace cinco años el cargo que ahora deja en manos de Ghebreyesus, citó la importancia creciente de las actividades conjuntas de movilización de recursos en todos los niveles de la OMS, así como de diferentes mecanismos de financiación, con el fin de mejorar la coordinación institucional, la eficacia y la rendición de cuentas a largo plazo. También apuntó hacia la mejora de la evaluación interna como otro de los principales retos: se está analizando con mayor precisión si los niveles de ejecución de proyectos de cada Estado son adecuados.
El año pasado, meses después de la 69 Asamblea Mundial de la Salud, quedaron claros tres objetivos en una reunión interna sobre financiación: concretar qué programas necesitan más impulso, hacer hincapié en las emergencias sanitarias y buscar más aportaciones de socios colaboradores.

¿Incumplir objetivos?

Un ejemplo de porqué la OMS debe reinventar su capacidad financiera: de los más de 400 millones de euros que se necesitarían para cumplir los objetivos que la OMS se puso para 2016, sólo se consiguieron algo más de la mitad. Los esfuerzos extra realizados en crisis como la del Ébola o la del Zika han pasado factura. La conclusión de esta reunión interna fue clara: los esfuerzos realizados “son insuficientes para cubrir la financiación en el perido 2016-2017”.
Ante todos estos retos debe enfrentarse Ghebreyesus. El nuevo director general incluyó esta frase en el dossier que la OMS pidió hace meses a los candidatos que optaban al puesto de Chan: “Vivimos en un mundo en constante cambio y la OMS debe poder cambiar con él. Tenemos por delante nuevos y viejos desafíos abrumadores”.
Sus promesas, al igual que la labor de la propia OMS, son globales: “Orientarnos a la obtención de resultados, con particular hincapié en la transparencia, la rendición de cuentas y el buen aprovechamiento de los fondos”. Con respecto a este último punto, en las últimas semanas se ha hecho público un informe interno de la OMS que reconoce elevados gastos en desplazamientos y alojamientos. Reducir los gastos burocráticos parece otra de las necesidades.
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Perseguir la equidad

El etíope recogerá el guante tendido por Chan en su último discurso, cuando solicitó que el principio ético que rija la OMS sea “la reducción de inequidades y la defensa de la igualdad”. Su sucesor habla con palabras similares al plantear sus objetivos: “Promover la cobertura sanitaria universal y garantizar que todos puedan acceder a los servicios de salud que necesitan sin riesgo de empobrecerse”.
Algo más concreto se muestra Ghebreyesus al abordar el que quizá sea el principal problema global de la OMS, lograr que su ideario cale en los Estados: “Hay que fortalecer la capacidad de las autoridades nacionales y las comunidades locales para detectar, prevenir y gestionar las emergencias sanitarias, incluida la resistencia a los antimicrobianos”.

Evidencia científica

Poner más énfasis en la relación entre el cambio climático y la salud es otra de sus promesas, al igual que centrar el tiro en las necesidades de mujeres, niños y adolescentes. También hace un guiño, que también hizo Chan, en la necesidad de ajustarse a “la ciencia y la evidencia científica”. El problema de las pseudociencias, que tantos titulares está dando ahora en España, es mucho más grave a escala mundial.
En definitiva, Ghebreyesus tiene ante sí el reto de modernizar definitivamente la OMS y alinearla con las necesidades del siglo XXI, una adaptación que, o bien se plantea con objetivos excesivamente optimistas, o directamente no está siendo adecuada.
Como se puede ver en las informaciones inferiores, la sensación general es que, en cada ámbito de acción, no se cumplen los retos previstos. Todos los problemas antes citados (falta de coordinación entre Estados, financiación escasa o mal distribuida, planteamientos generales que cuesta concretar y convertir en realidad...) lastran la labor global de la OMS, que aún persigue que su importante labor case con las necesidades del siglo XXI.

Diez años de salud pública, según Chan

Coincidiendo con la celebración de la 70 Asamblea Mundial de la Salud, la OMS ha concluido la publicación (hecha de forma progresiva entre abril y mayo) del informe Diez años de salud pública, que firma la aún directora general del organismo, Margaret Chan. El texto analiza la última década, que ha coincidido con el mandato de Chan, y pone sobre la mesa la dicotomía entre un mayor abanico de soluciones terapéuticas y un acceso aún restringido a buena parte de ellas.
Chan valora positivamente la reducción de las muertes por VIH y malaria, los “49 millones de vidas salvadas” en tuberculosis en lo que va de siglo y el claro descenso de la mortalidad infantil,  y advierte de la necesidad de reforzar impulsos en cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y patologías respiratorias. Gestionar la cronicidad, por el momento, sigue siendo un reto pendiente.

La obesidad gana la batalla

El desarrollo de vacunas para patologías que han sido protagonistas los últimos años, como el Ébola y el Zika, es uno de los objetivos a corto plazo. Las mejoras en equidad de acceso y universalidad deben regir, apunta Chan, todo tipo de política sanitaria, especialmente para paliar desigualdades de origen social o económico.
Entre las cuestiones más urgentes está abordar las crecientes tasas de obesidad: “Ningún país ha logrado manejar esta epidemia en todos los grupos de edad”, advierte la directora general, que lanza un aviso sobre “la globalización del mercado de alimentos perjudiciales para la salud”.

Vacunas: la cobertura sólo ha crecido un 1% desde 2010

Según el informe presentado en la 70 Asamblea, la acción global sobre vacunas que está desarrollando la OMS está dando resultados, pero muy poco a poco. El texto señala que, desde 2010, sóloha aumentado un 1 por ciento la cobertura vacunal a escala mundial. Un buen ejemplo es la vacuna DTP (difteria-tétanis-tos ferina); 68 países no alcanzaron en 2015 el objetivo del 90 por ciento de cobertura. No queda ahí la cosa: 26 no lograron ampliarla, y otros 25 han sufrido un descenso en la coberura desde 2010. Para alcanzar los retos previstos para 2020, habría que hacer “grandísimos esfuerzos” entre los Estados y todos los agentes implicados. A juicio de la OMS, “los próximos años suponen una oportunidad irrepetible” para mejorar la situación.

Resistencias antimicrobianas: hay que financiarlas

Hace dos meses, la OMS decidió crear un grupo de trabajo específico para mejorar la coordinación entre Estados en la lucha contra las resistencias antibióticas. No todos han cumplido con la previsión de contar ya con planes específicos en este ámbito. El informe preparado para esta reunión señala: “El reto actual es implantar estrategias de acción y asegurarse de que forman parte de planes con financiación”. La OMS confía en que el Sistema Global de Vigilancia Antimicrobiana, que ya funciona con 43 países implicados, dé pronto frutos. Se está formando específicamente a personal sanitario en al menos 35 países y se trabaja con un listado de los patógenos resistentes que necesitan más urgentemente nuevos fármacos.

Cáncer: algunas mejoras, pero puntuales e insuficientes

“Si se quieren cumplir los objetivos, es nececario un gran impulso de las acciones”. Así de clara es la primera conclusión que saca el informe sobre cáncer y prevención que la OMS está estudiando estos días en Ginebra. El foco debe estar en los países con ingresos medios y bajos, en los que se producen el 65 por ciento de casos de cáncer en el mundo. En 2012, según recuerda el texto, se produjeron 4,3 millones de muertes prematuras debido a la enfermedad, y la OMS considera que la reducción en mortalidad no está siendo todo lo importante que debería. Los países con altos ingresos sí muestran tasas correctas de reducción (hasta de un 25 por ciento en algunas cosas), pero a escala global no se han alcanzado los retos previstos.

Acceso a fármacos: “incoherencia e inequidad”; se buscan soluciones

Al igual que a la UE y a los Estados miembros, a la OMS le preocupa la capacidad de los países de cooperar para mejorar el acceso a la innovación terapéutica. Desde el año pasado, un grupo de trabajo busca soluciones a “las políticas incoherentes que se producen al gestionar los derechos de la industria, los derechos humanos, las normas de comercio y la promoción de la salud pública”. Las conclusiones son más que conocidas: hay disparidad entre modelos de I+D+i (modelos de patentes), falta de acceso a fármacos esenciales, heterogeneidad en políticas de precio y reembolso y poca atención a salud infantil, enfermedades raras y cuidados paliativos. La OMS tiene clara la teoría; faltan soluciones prácticas.

Emergencias: no estábamos preparados y seguimos sin estarlo

“El mundo no está preparado para prevenir, detectar y responder a grandes emergencias de salud”. Con estas palabras arranca el informe debatido en la Asamblea Mundial. A juicio de la OMS, “la necesidad de una mejor coordinación entre todos los agentes es ahora mayor que nunca”. El ejemplo del Ébola dejó claro que la respuesta internacional fue lenta, tardía e insuficiente. Por el momento, la OMS ya está incorporando más personal específico para trabajar en este tipo de emergencias, y ha establecido nuevos mecanismos de activación y desactivación de acciones contra crisis de salud pública. Además, el liderazgo de cada Estado se fortalecerá con el nombramiento de al menos 24 coordinadores de clusters de salud.

Migrantes y refugiados: menores, mujeres, principal preocupación

Nunca ha habido en el mundo, como ahora, tanto movimiento de personal entre fronteras. La OMS asume que la mayoría de tráfico humano es voluntario, pero matiza que la realidad de los refugiados que huyen de conflictos bélicos y crisis humanitarias aún precisa de una solución efectiva. Además, destaca el incremento de la migración de profesionales sanitarios (por ejemlo, un 60 por ciento más en la última década en países de la OCDE). Preocupa especialmente la atención a niños y adolescentes refugiados, el aumento de casos de patologías como VIH entre este colectivo, y el aumento de casos de mujeres en edad reproductiva que afrontan situaciones de emergencia con precarios servicios de salud sexual.

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